Entrevistamos a Santiago Jiménez y Francisca Bejarano. Ambos son miembros de El Militante y han estado durante los últimos cuatro años al frente del gobierno obrero de Villaverde del Río (Sevilla), como alcalde y concejala respectivamente. Ante la convocatoria de las primarias de Ahora en Común han dado el paso de presentarse como candidatos por Sevilla.
El Militante.— ¿Qué os ha llevado a presentaros a las primarias de Ahora en Común?
Santiago Jiménez y Francisca Bejarano.— Creemos que la experiencia viva de Villaverde del Río, probada en el terreno de los hechos y teniendo que superar las innumerables dificultades que el sistema ha puesto a nuestro paso, puede ser de gran utilidad para un proyecto que se proclama de transformación social, como es Ahora en Común. Hemos participado activamente en las discusiones y en la elaboración de su programa político, que tiene un claro contenido de clase y con planteamientos abiertamente socialistas, como la nacionalización de la banca y de los sectores claves de la economía. Buena parte de los activistas, militantes y sindicalistas de la plataforma ya nos conocen. Sevilla es donde más candidatos y candidatas se presentan a las primarias, hasta 34, con los que tendremos que “competir”.
En la reunión de presentación pública de los candidatos tuvimos la oportunidad de explicar brevemente los logros de una política revolucionaria y el tipo de proyecto anticapitalista que defendemos. Un modelo que excluye comportamientos políticos como la reciente participación de IU en el gobierno de recortes de la Junta de Andalucía; que rechaza los pactos de gobierno con el Partido Popular en ayuntamientos y parlamentos; que no puede permanecer callado ante la nefasta política sindical de paz social llevada a cabo por la cúpula de CCOO, con la complicidad por acción u omisión del sector crítico; y cuyos diputados y diputadas tienen que actuar como verdaderos representantes del pueblo, situando el eje de su trabajo no en la dinámica parlamentaria sino en la lucha en la calle, utilizando el escaño como un altavoz de las luchas obreras y de las reivindicaciones ciudadanas y para desenmascarar el fraude de la democracia burguesa.
EM.— ¿Qué es lo más destacable de vuestra experiencia al frente del ayuntamiento Villaverde del Río?
SJ y FB.— Ha sido una experiencia muy positiva. Lo fundamental es que el ejemplo de Villaverde ha servido para demostrar que, también desde un ayuntamiento, que no es otra cosa que una parte del aparato burgués del Estado y sus leyes clasistas, se puede desarrollar una política revolucionaria en beneficio de la mayoría. Eso sí, basada en la participación activa de la población en el funcionamiento y la toma de decisiones municipales y la lucha sin cuartel contra los recortes capitalistas.
Cuando asumimos el gobierno municipal nos dijeron que era necesario sacrificar los derechos de los trabajadores, los salarios y el bienestar social para salir de la crisis. Que los ayuntamientos tenían que aplicar esas políticas de austeridad para equilibrar sus cuentas, mientras el gobierno del PP regalaba miles de millones de euros a los bancos para sanear los agujeros provocados por sus prácticas irresponsables y especulativas. Contra este engaño y este saqueo nos hemos rebelado negándonos a aplicar ninguna medida de recortes o lesivas contra las familias trabajadoras, vengan de donde vengan. Mantuvimos la paga extra suprimida por ley, los derechos del convenio municipal derogados por decreto del gobierno, la jornada laboral de 35 horas, haciendo viables y con derechos las empresas municipalizadas y una amplia inversión en ofertas de empleo a través de 15 bolsas de trabajo que funcionan bajo el control de los trabajadores, y que ha supuesto la erradicación del clientelismo. La propia existencia de las bolsas de empleo y la contratación temporal de centenares de desempleados es una abierta desobediencia a las leyes, en particular al famoso artículo 135 de la Constitución pactado con nocturnidad por PP y PSOE y que establece por mandato constitucional que estos cuantiosos fondos que nosotros dedicamos a atender a las familias en paro deberían entregarse a los bancos para reducir la deuda financiera municipal. ¿Cómo que no se puede? ¿Cómo que hay que aceptar los recortes por “imperativo legal” o que hay que cumplir la ley aunque sea injusta? Villaverde se levanta como una muestra contundente contra estas lamentaciones y capitulaciones que con demasiada frecuencia hemos escuchado de la boca de muchos dirigentes de la izquierda.
Hemos desafiado las leyes de recortes ante los ojos inquisidores de la oposición política, del Ministerio de Hacienda, de jueces y fiscales, sin que ninguno se haya atrevido a procesar a nuestros representantes. Y cómo podrían hacerlo cuando amplias capas de la población, especialmente los sectores más azotados por el desempleo, se benefician de estos programas municipales de empleo, obras y servicios que “infringen la ley”; cuando acceden a contratos con derechos salariales y laborales que les niega el mercado y mientras las actividades propias de la administración local se desarrollan con la más amplia participación de los vecinos a través de asambleas y comités de trabajadores. Estas son las claves de nuestra defensa. Cuando los trabajadores intervienen directamente en la gestión de los asuntos públicos, las cosas funcionan mejor y hacen imposible la corrupción. Estas son las lecciones de la lucha que durante cuatro años el gobierno obrero de Villaverde ha sostenido contra las políticas y las formas de dominación del capital. Y esta es la experiencia que queremos y podemos aportar.
EM.— ¿Qué valoración hacéis de la situación política en Andalucía?
SJ y FB.— El pacto PSOE-Ciudadanos en la Junta es una constatación de que el PSOE ha girado aún más a la derecha después de desembarazarse de IU. La pugna que Susana Díaz tiene con el gobierno central del PP no se basa en la defensa de un verdadero modelo social de la izquierda, sino en una disputa partidaria y electoralista. De hecho, prácticamente todas las políticas de reducción del gasto público, de austeridad y recortes tiene en Andalucía un fiel cumplidor. La presencia de Ciudadanos, como garantes de las leyes burguesas, no hace otra cosa que reforzar estas políticas.
Santiago Jiménez y Francisca Bejarano.— Creemos que la experiencia viva de Villaverde del Río, probada en el terreno de los hechos y teniendo que superar las innumerables dificultades que el sistema ha puesto a nuestro paso, puede ser de gran utilidad para un proyecto que se proclama de transformación social, como es Ahora en Común. Hemos participado activamente en las discusiones y en la elaboración de su programa político, que tiene un claro contenido de clase y con planteamientos abiertamente socialistas, como la nacionalización de la banca y de los sectores claves de la economía. Buena parte de los activistas, militantes y sindicalistas de la plataforma ya nos conocen. Sevilla es donde más candidatos y candidatas se presentan a las primarias, hasta 34, con los que tendremos que “competir”.
En la reunión de presentación pública de los candidatos tuvimos la oportunidad de explicar brevemente los logros de una política revolucionaria y el tipo de proyecto anticapitalista que defendemos. Un modelo que excluye comportamientos políticos como la reciente participación de IU en el gobierno de recortes de la Junta de Andalucía; que rechaza los pactos de gobierno con el Partido Popular en ayuntamientos y parlamentos; que no puede permanecer callado ante la nefasta política sindical de paz social llevada a cabo por la cúpula de CCOO, con la complicidad por acción u omisión del sector crítico; y cuyos diputados y diputadas tienen que actuar como verdaderos representantes del pueblo, situando el eje de su trabajo no en la dinámica parlamentaria sino en la lucha en la calle, utilizando el escaño como un altavoz de las luchas obreras y de las reivindicaciones ciudadanas y para desenmascarar el fraude de la democracia burguesa.
EM.— ¿Qué es lo más destacable de vuestra experiencia al frente del ayuntamiento Villaverde del Río?
SJ y FB.— Ha sido una experiencia muy positiva. Lo fundamental es que el ejemplo de Villaverde ha servido para demostrar que, también desde un ayuntamiento, que no es otra cosa que una parte del aparato burgués del Estado y sus leyes clasistas, se puede desarrollar una política revolucionaria en beneficio de la mayoría. Eso sí, basada en la participación activa de la población en el funcionamiento y la toma de decisiones municipales y la lucha sin cuartel contra los recortes capitalistas.
Cuando asumimos el gobierno municipal nos dijeron que era necesario sacrificar los derechos de los trabajadores, los salarios y el bienestar social para salir de la crisis. Que los ayuntamientos tenían que aplicar esas políticas de austeridad para equilibrar sus cuentas, mientras el gobierno del PP regalaba miles de millones de euros a los bancos para sanear los agujeros provocados por sus prácticas irresponsables y especulativas. Contra este engaño y este saqueo nos hemos rebelado negándonos a aplicar ninguna medida de recortes o lesivas contra las familias trabajadoras, vengan de donde vengan. Mantuvimos la paga extra suprimida por ley, los derechos del convenio municipal derogados por decreto del gobierno, la jornada laboral de 35 horas, haciendo viables y con derechos las empresas municipalizadas y una amplia inversión en ofertas de empleo a través de 15 bolsas de trabajo que funcionan bajo el control de los trabajadores, y que ha supuesto la erradicación del clientelismo. La propia existencia de las bolsas de empleo y la contratación temporal de centenares de desempleados es una abierta desobediencia a las leyes, en particular al famoso artículo 135 de la Constitución pactado con nocturnidad por PP y PSOE y que establece por mandato constitucional que estos cuantiosos fondos que nosotros dedicamos a atender a las familias en paro deberían entregarse a los bancos para reducir la deuda financiera municipal. ¿Cómo que no se puede? ¿Cómo que hay que aceptar los recortes por “imperativo legal” o que hay que cumplir la ley aunque sea injusta? Villaverde se levanta como una muestra contundente contra estas lamentaciones y capitulaciones que con demasiada frecuencia hemos escuchado de la boca de muchos dirigentes de la izquierda.
Hemos desafiado las leyes de recortes ante los ojos inquisidores de la oposición política, del Ministerio de Hacienda, de jueces y fiscales, sin que ninguno se haya atrevido a procesar a nuestros representantes. Y cómo podrían hacerlo cuando amplias capas de la población, especialmente los sectores más azotados por el desempleo, se benefician de estos programas municipales de empleo, obras y servicios que “infringen la ley”; cuando acceden a contratos con derechos salariales y laborales que les niega el mercado y mientras las actividades propias de la administración local se desarrollan con la más amplia participación de los vecinos a través de asambleas y comités de trabajadores. Estas son las claves de nuestra defensa. Cuando los trabajadores intervienen directamente en la gestión de los asuntos públicos, las cosas funcionan mejor y hacen imposible la corrupción. Estas son las lecciones de la lucha que durante cuatro años el gobierno obrero de Villaverde ha sostenido contra las políticas y las formas de dominación del capital. Y esta es la experiencia que queremos y podemos aportar.
EM.— ¿Qué valoración hacéis de la situación política en Andalucía?
SJ y FB.— El pacto PSOE-Ciudadanos en la Junta es una constatación de que el PSOE ha girado aún más a la derecha después de desembarazarse de IU. La pugna que Susana Díaz tiene con el gobierno central del PP no se basa en la defensa de un verdadero modelo social de la izquierda, sino en una disputa partidaria y electoralista. De hecho, prácticamente todas las políticas de reducción del gasto público, de austeridad y recortes tiene en Andalucía un fiel cumplidor. La presencia de Ciudadanos, como garantes de las leyes burguesas, no hace otra cosa que reforzar estas políticas.
Carlos Rodríguez, tercero al Congreso (Guadalajara)
La trayectoria política de Carlos siempre ha estado vinculada a las luchas sociales. Fue secretario provincial del Sindicato de Estudiantes de Guadalajara en los años 90. De 1990 a 2005 estuvo afiliado a IU, siendo miembro de la dirección local, provincial y regional de Castilla-La Mancha. Residió en Venezuela de 2005 a 2012, donde ha participado activamente en el movimiento revolucionario del país. En 2013 regresó a Guadalajara donde participó en la creación del comité de parados y en la plataforma ciudadana Ahora Guadalajara.
Agustín Plaza, candidato al Senado (Álava)
Agustín entró en 1973 en las organizaciones socialistas de Álava en la clandestinidad y es miembro de la Asociación de Víctimas del 3 de Marzo. Represaliado por el aparato socialdemócrata, Agustín se ha destacado como sindicalista de clase y combativo, defendiendo siempre las ideas del socialismo revolucionario en los movimientos sociales de Álava, en los que ha participado activamente.
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