sábado, 30 de enero de 2016

Guerras criminales del capitalismo: Los eufemismos que intentan tapar los horrores de la guerra - La escalada de tensión que han provocado los atentados yihadistas en París y la internacionalización del conflicto sirio vuelve a poner al mundo al borde de una guerra abierta que los Estados intentan hacer pasar como 'justa'. - Un nuevo 'Diccionario de la guerra, la paz y el desarme' intenta desenmascarar los eufemismos sobre la guerra y proponer una reflexión sobre las intervenciones militares

Marineros del portaaviones 'Charles de Gaulle', el buque insignia de la Marina Francesa, esperan la llegada en helicóptero de Pierre de Villiers, general en jefe de la ofensiva contra el Estado Islámico. A. C. POUJOULAT / AFP

MADRID.- Los países occidentales ya no hacen la guerra. Entran en conflictos justos, y solo por razones humanitarias. Las víctimas civiles que provoca un bombardeo no son muertos o heridos, sino daños colaterales. Un soldado que protege un pozo de petróleo en un país extranjero no sirve a unos intereses económicos, sino que lucha por su patria. Así mismo, aquellos que se oponen a las actuaciones armadas de este tipo (antimilitaristas) podrán ser considerados antipatriotas. Y España no vende armas a países que no respetan los derechos humanos, sino material de doble uso. 


Son solo algunos ejemplos del lenguaje político utilizado para que los ciudadanos toleren las intervenciones militares de los Estados y la muerte y destrucción que éstos provocan. No en vano, la verdad es la primera víctima de la guerra. "Si habláramos de las guerras centrándonos en sus consecuencias, en el daño que provocan en la gente y las poblaciones o en la inseguridad que generan a largo plazo, ¿quién se atrevería a empezar una? Sería lo más impopular del mundo", explica Jordi Calvo, coordinador del Centre Delàs d'Estudis per la Pau y miembro de la junta del International Peace Bureau.  

"Cuando bombardean en Siria, no nos dicen que dentro de 5 ó 10 años esa campaña nos puede traer nuevos atentados, guerras futuras, más gasto militar…Es una espiral de violencia que nunca acaba"
"Pero claro, esto no nos lo dicen. Cuando bombardean en Siria, no nos dicen que dentro de cinco, diez o veinte años, esa campaña de bombardeos nos puede traer más ataques terroristas, nuevos atentados, guerras futuras, más gasto militar…", continúa el economista e investigador sobre paz, desarme y economía de la defensa en una conversación con este medio. "Es una espiral de violencia que nunca acaba", denuncia. 


Desenmascarar el lenguaje que oculta la guerra, sus motivaciones y sus consecuencias es uno de los objetivos del Diccionario de la guerra, la paz y el desarme (Icaria) en el que Calvo coordina junto a Alejandro Pozo las aportaciones de 18 expertos sobre la paz y el conflicto. Cien definiciones en total, desde Guerra contra el terror, a pacifismo, pasando por guerra justa o patriotismo. Todas pasadas por un "filtro de cultura de paz" que, para los investigadores, es el prisma de "la mayoría": "¿Quién diría que no es pacifista, que no está por la paz, o que no quiere que las cosas se solucionen sin violencia? Hemos intentado ser coherentes con la opinión pública", afirma Calvo. 



La guerra justa

A punto de cumplirse dos semanas de los atentados del 'viernes negro' en París, François Hollande ha conseguido la prórroga del estado de emergencia en Francia por tres meses. A la vez, enfrenta la muerte que el yihadismo llevó a la capital francesa con la muerte de sus bombardeos sobre Siria, maniobrando para lograr una alianza internacional con EEUU y Rusia para combatir al Estado Islámico en el país. La misma táctica que emprendió George Bush contra Al Qaeda, provocando el caos en la región. Idéntica, a su vez, a la de Vladimir Putin, cuyos bombardeos en apoyo del régimen de Al Asad han provocado ya más víctimas civiles que bajas terroristas.
"Es un modelo de lucha que suspende derechos civiles. Niega el debate racional sobre lo ocurrido y hace que los totalitarios triunfen sobre la democracia"
"Es un modelo de lucha que suspende derechos civiles básicos. El antiterrorismo niega el debate racional sobre lo ocurrido y sus causas. Supone la victoria de los totalitarios sobre la democracia: el antiterrorismo acaba equiparándose a lo que dice combatir", escribe el catedrático de Opinión Pública Víctor Sampedro en este medio.


En esta línea, este martes el ministro de Sanidad, Antonio Alonso, ha censurado a los firmantes de un manifiesto contra la guerra en Siria. "Introducir esos mensajes de confusión, mensajes agresivos contra nosotros mismos, contra nuestros aliados y contra lo que es Europa, termina justificando la acción del criminal", ha opinado el conservador sobre la iniciativa 'No en nuestro nombre', respaldada por personalidades como Ada Colau, Manuela Carmena o José María González, alcaldes de Barcelona, Madrid y Cádiz.

Analizar las causas que llevan a un gobierno a deslegitimar un movimiento contra la guerra y justificar la intervención militar es otra de las motivaciones del Diccionario impulsado por el Centre Delàs. "Reflexionar acerca de la credibilidad de un sistema político y económico que hace interpelación a la guerra y a la violencia, en resumen, al empleo de la fuerza armada, cuando constata que ha perdido la fuerza de la razón", concluye en este caso Arcadi Oliveres, reputado activista pacifista.

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