Facebook: Ambiciones imperiales. Por The Economist
Mark Zuckerberg se prepara para luchar por el dominio de la próxima era de la informática.
Nunca
desde la época de la Roma imperial el signo de “pulgar hacia arriba” ha
sido un símbolo de poder tan potente y público. A tan sólo 12 años
después de su fundación, Facebook es un gran imperio con una vasta
población, riqueza inmensa, un líder carismático, y un alcance e
influencia alucinantes. La red social más grande del mundo tiene mil 600
millones de usuarios, mil millones de los cuales lo utilizan todos los
días durante un promedio de más de 20 minutos cada uno. En el mundo
occidental, Facebook acapara la mayor parte de la actividad más popular
(redes sociales) en los dispositivos informáticos más utilizados
(smartphones); sus diversas aplicaciones representan el 30% del uso de
Internet móvil por los estadounidenses. Y es la sexta empresa pública
más valiosa en la Tierra, con un valor aproximado de $325 mil millones.
Aun
así, Mark Zuckerberg, el fundador de 31 años de edad de Facebook y
Director Ejecutivo, tiene ambiciones aún mayores (ver artículo: http://www.economist.com/news/briefing/21696507-social-network-has-turned-itself-one-worlds-most-influential-technology-giants)
Él tiene planes para conectar a los digitalmente desconectados en los
países pobres mediante la transmisión de señales de internet desde
drones que funcionan con energía solar y está haciendo grandes apuestas
en inteligencia artificial (IA), «chatbots» y realidad virtual (RV).
Esta puja por la dominación le llevará a un creciente conflicto con los
otros grandes imperios del mundo de la tecnología y con Google en
particular. El resultado de esta batalla dará forma al futuro digital
para todo el mundo.
Imperios construidos sobre los datos
Facebook
ha prosperado mediante la construcción de servicios atractivos que
atraen a grandes audiencias, cuya atención puede ser vendida entonces a
los anunciantes. Lo mismo es cierto para Google. Los dos juegan papeles
diferentes en la vida de sus usuarios: Google tiene grandes cantidades
de datos sobre el mundo, mientras que Facebook sabe acerca de usted y
sus amigos; usted va a Google para hacer las cosas, pero cambia a
Facebook cuando se tiene tiempo para matar. Sin embargo sus posiciones
de dominación y sus estrategias se están volviendo notablemente
similares. Caudales incomparables de datos hacen que ambas firmas sean
difícil de desafiar e inmensamente rentables, dándoles la riqueza para
hacer apuestas audaces y para hacer frente a posibles competidores
comprándolos. Y ambas firmas ansían más usuarios y más datos, que
-dentro de toda la retórica de hacer el bien- explica por qué ambos
están tan interesados en extender el acceso a internet en el mundo en
desarrollo, utilizando drones o, en el caso de Google, globos gigantes.
La tarea
consiste en aprovechar los datos para ofrecer nuevos servicios y ganar
dinero en nuevas formas. La apuesta de Facebook en la inteligencia
artificial (IA) es un reconocimiento que ‘la máquina de aprendizaje’ -en
la que el software aprende devorando datos, en lugar de tener que ser
explícitamente programado- es una gran parte de la respuesta. Ya utiliza
técnicas de IA para, por ejemplo, identificar a las personas en las
fotos y para decidir qué actualizaciones y anuncios mostrar a cada
usuario. Facebook también está incursionando en los asistentes digitales
de IA y programas Chatbot que interactúan con los usuarios a través de
mensajes cortos. La próxima semana esperan abrir su servicio Messenger
(que ya puede ser utilizado para hacer cosas como ordenar un coche
Uber), para ampliar la gama de chatbots. Y la inversión de Facebook en
VR-compró a Oculus, la empresa líder en este campo emergente, por $ 2
mil millones en 2014- es una conjetura audaz acerca de hacia dónde irán
la informática y la comunicación después de los teléfonos inteligentes.
Pero
Facebook enfrenta a rivales en todas estas áreas. Google está utilizando
las técnicas de IA para mejorar sus servicios de internet y guiar
vehículos autónomos, y otros gigantes de la industria también están
invirtiendo fuertemente en IA -aunque con los bolsillos más profundos y
la mayor cantidad de datos a su disposición, Facebook y Google pueden
atraer a los mejores investigadores y la mayoría de las más prometedoras
nuevas empresas. Facebook va a la zaga de Amazon, Apple, Google y
Microsoft cuando se trata de asistentes personales basadas en la voz;
cuando se trata de chatbots, enfrenta la competencia de Microsoft y de
un sinfín de empresas nuevas deseosas de demostrar que los bots son las
nuevas aplicaciones. Y su empuje en VR, -que señor Zuckerberg ve como un
paso hacia la “realidad aumentada” (RA), donde la información se
superpone al mundo real— enfrenta también a formidables rivales.
Microsoft ha saltado directamente la RA con su auricular HoloLens, su
producto más impresionante en años, y Google, ya activo en la RV, ha
invertido en Magic Leap, una empresa nueva de RA poco conocida.
La
escala de la ambición de Facebook y las rivalidades que enfrenta,
reflejan un consenso que estas tecnologías van a transformar cómo las
personas interactúan entre sí, con los datos y con su entorno. La IA
ayudará a dispositivos y a servicios a anticipar sus necesidades (La
aplicación Inbox de Google ya sugiere respuestas a sus correos
electrónicos). Las interfaces conversacionales le permitirán buscar y
hacer cosas ‘chateando’ a una computadora por voz o texto. Y los
servicios inteligentes se extenderán en muchos productos, como
dispositivos llevables, coches y anteojos de RV/RA. La computación,
dentro del plazo de una década, parece probable que tome la forma de las
interfaces de RA mediada por la IA, usando gestos y voz para las
entradas y todo el mundo como su pantalla. La información será pintada
en el mundo alrededor de usted, haciendo posibles nuevas formas de
comunicación, creatividad y colaboración.
Esta es
la visión ambiciosa que Facebook, Google, Microsoft y otros gigantes de
tecnología trabajan para conseguir. Pero a lo largo del camino de seguro
habrá preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad. Devorar toda
esa información para proporcionar servicios personalizados se parece
mucho a la vigilancia y provocará una reacción negativa si los
consumidores no se sientan que están recibiendo un buen trato a cambio
de entregar sus datos personales (como la industria publicitaria está
descubriendo a su costo), o si la seguridad es insuficiente.
El poder en la gente.
También
habrá preocupaciones sobre la concentración y el monopolio, y el peligro
de los ecosistemas cerrados que hacen que sea difícil para la gente
cambiar entre los proveedores de servicios. El plan de Facebook para
ofrecer acceso gratuito a un subconjunto limitado de sitios web fue
bloqueado por el regulador de telecomunicaciones de la India, que
argumentó que era ‘riesgoso’ permitir que una compañía actuara como un
portero de Internet. Y la autoridad de competencia de Alemania está
investigando la manera en que Facebook maneja los datos personales. A
medida que crece su dominio, Facebook puede enfrentarse a más casos
semejantes, tal como le ha ocurrido antes a Microsoft y a Google.
Lograr
un equilibrio entre estar cada vez más íntimamente entrelazado en la
vida de miles de millones de personas, y como resultado haciendo enormes
ganancias y evitando una reacción negativa será uno de los mayores
desafíos comerciales del siglo.
(The Economist) Abril 9, 2016 Traducción de Juan Fernández para La pupila insomne