viernes, 15 de abril de 2016

Ambiciones imperiales. Por The Economist


Facebook: Ambiciones imperiales. Por The Economist

Mark Zuckerberg se prepara para luchar por el dominio de la próxima era de la informática.
Nunca desde la época de la Roma imperial el signo de “pulgar hacia arriba” ha sido un símbolo de poder tan potente y público. A tan sólo 12 años después de su fundación, Facebook es un gran imperio con una vasta población, riqueza inmensa, un líder carismático, y un alcance e influencia alucinantes. La red social más grande del mundo tiene mil 600 millones de usuarios, mil millones de los cuales lo utilizan todos los días durante un promedio de más de 20 minutos cada uno. En el mundo occidental, Facebook acapara la mayor parte de la actividad más popular (redes sociales) en los dispositivos informáticos más utilizados (smartphones); sus diversas aplicaciones representan el 30% del uso de Internet móvil por los estadounidenses. Y es la sexta empresa pública más valiosa en la Tierra, con un valor aproximado de $325 mil millones.
facebookAun así, Mark Zuckerberg, el fundador de 31 años de edad de Facebook y Director Ejecutivo, tiene ambiciones aún mayores (ver artículo: http://www.economist.com/news/briefing/21696507-social-network-has-turned-itself-one-worlds-most-influential-technology-giants) Él tiene planes para conectar a los digitalmente desconectados en los países pobres mediante la transmisión de señales de internet desde drones que funcionan con energía solar y está haciendo grandes apuestas en inteligencia artificial (IA), «chatbots» y realidad virtual (RV). Esta puja por la dominación le llevará a un creciente conflicto con los otros grandes imperios del mundo de la tecnología y con Google en particular. El resultado de esta batalla dará forma al futuro digital para todo el mundo.
Imperios construidos sobre los datos
Facebook ha prosperado mediante la construcción de servicios atractivos que atraen a grandes audiencias, cuya atención puede ser vendida entonces a los anunciantes. Lo mismo es cierto para Google. Los dos juegan papeles diferentes en la vida de sus usuarios: Google tiene grandes cantidades de datos sobre el mundo, mientras que Facebook sabe acerca de usted y sus amigos; usted va a Google para hacer las cosas, pero cambia a Facebook cuando se tiene tiempo para matar. Sin embargo sus posiciones de dominación y sus estrategias se están volviendo notablemente similares. Caudales incomparables de datos hacen que ambas firmas sean difícil de desafiar e inmensamente rentables, dándoles la riqueza para hacer apuestas audaces y para hacer frente a posibles competidores comprándolos. Y ambas firmas ansían más usuarios y más datos, que -dentro de toda la retórica de hacer el bien- explica por qué ambos están tan interesados en extender el acceso a internet en el mundo en desarrollo, utilizando drones o, en el caso de Google, globos gigantes.
La tarea consiste en aprovechar los datos para ofrecer nuevos servicios y ganar dinero en nuevas formas. La apuesta de Facebook en la inteligencia artificial (IA) es un reconocimiento que ‘la máquina de aprendizaje’ -en la que el software aprende devorando datos, en lugar de tener que ser explícitamente programado- es una gran parte de la respuesta. Ya utiliza técnicas de IA para, por ejemplo, identificar a las personas en las fotos y para decidir qué actualizaciones y anuncios mostrar a cada usuario. Facebook también está incursionando en los asistentes digitales de IA y programas Chatbot que interactúan con los usuarios a través de mensajes cortos. La próxima semana esperan abrir su servicio Messenger (que ya puede ser utilizado para hacer cosas como ordenar un coche Uber), para ampliar la gama de chatbots. Y la inversión de Facebook en VR-compró a Oculus, la empresa líder en este campo emergente, por $ 2 mil millones en 2014- es una conjetura audaz acerca de hacia dónde irán la informática y la comunicación después de los teléfonos inteligentes.
Pero Facebook enfrenta a rivales en todas estas áreas. Google está utilizando las técnicas de IA para mejorar sus servicios de internet y guiar vehículos autónomos, y otros gigantes de la industria también están invirtiendo fuertemente en IA -aunque con los bolsillos más profundos y la mayor cantidad de datos a su disposición, Facebook y Google pueden atraer a los mejores investigadores y la mayoría de las más prometedoras nuevas empresas. Facebook va a la zaga de Amazon, Apple, Google y Microsoft cuando se trata de asistentes personales basadas en la voz; cuando se trata de chatbots, enfrenta la competencia de Microsoft y de un sinfín de empresas nuevas deseosas de demostrar que los bots son las nuevas aplicaciones. Y su empuje en VR, -que señor Zuckerberg ve como un paso hacia la “realidad aumentada” (RA), donde la información se superpone al mundo real— enfrenta también a formidables rivales. Microsoft ha saltado directamente la RA con su auricular HoloLens, su producto más impresionante en años, y Google, ya activo en la RV, ha invertido en Magic Leap, una empresa nueva de RA poco conocida.
La escala de la ambición de Facebook y las rivalidades que enfrenta, reflejan un consenso que estas tecnologías van a transformar cómo las personas interactúan entre sí, con los datos y con su entorno. La IA ayudará a dispositivos y a servicios a anticipar sus necesidades (La aplicación Inbox de Google ya sugiere respuestas a sus correos electrónicos). Las interfaces conversacionales le permitirán buscar y hacer cosas ‘chateando’ a una computadora por voz o texto. Y los servicios inteligentes se extenderán en muchos productos, como dispositivos llevables, coches y anteojos de RV/RA. La computación, dentro del plazo de una década, parece probable que tome la forma de las interfaces de RA mediada por la IA, usando gestos y voz para las entradas y todo el mundo como su pantalla. La información será pintada en el mundo alrededor de usted, haciendo posibles nuevas formas de comunicación, creatividad y colaboración.
Esta es la visión ambiciosa que Facebook, Google, Microsoft y otros gigantes de tecnología trabajan para conseguir. Pero a lo largo del camino de seguro habrá preocupaciones sobre la privacidad y la seguridad. Devorar toda esa información para proporcionar servicios personalizados se parece mucho a la vigilancia y provocará una reacción negativa si los consumidores no se sientan que están recibiendo un buen trato a cambio de entregar sus datos personales (como la industria publicitaria está descubriendo a su costo), o si la seguridad es insuficiente.
El poder en la gente.
También habrá preocupaciones sobre la concentración y el monopolio, y el peligro de los ecosistemas cerrados que hacen que sea difícil para la gente cambiar entre los proveedores de servicios. El plan de Facebook para ofrecer acceso gratuito a un subconjunto limitado de sitios web fue bloqueado por el regulador de telecomunicaciones de la India, que argumentó que era ‘riesgoso’ permitir que una compañía actuara como un portero de Internet. Y la autoridad de competencia de Alemania está investigando la manera en que Facebook maneja los datos personales. A medida que crece su dominio, Facebook puede enfrentarse a más casos semejantes, tal como le ha ocurrido antes a Microsoft y a Google.
Lograr un equilibrio entre estar cada vez más íntimamente entrelazado en la vida de miles de millones de personas, y como resultado haciendo enormes ganancias y evitando una reacción negativa será uno de los mayores desafíos comerciales del siglo.
(The Economist) Abril 9, 2016 Traducción de Juan Fernández para La pupila insomne

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