martes, 2 de enero de 2018

Miguel Brieva: “El capitalismo es una lógica contraria a la vida” por La pupila insomne

Miguel Brieva: “El capitalismo es una lógica contraria a la vida”

por La pupila insomne
Con motivo de la publicación de dos de sus libros en Argentina, Página 12 entrevista a uno de los más incisivos ilustradores e historietistas contemporáneos, cuya obra hemos comentado más de una vez en nuestro programa de televisión La pupila asombrada y que ha preferido la libertad de los espacios alternativos al dinero de los grandes medios. 

Miguel Brieva habla de sus libros Bienvenido al mundo y La gran aventura humana: “Es imperativo confrontar al capitalismo”

El sevillano es uno de los grandes historietistas y humoristas gráficos españoles, y Reservoir Books acaba de publicar dos de sus libros, que tienen en común un formato de enciclopedia, pero que aparecieron con diez años de diferencia.
 
En su trabajo, Brieva muestra lo ridículo de las convenciones sociales y el artificio del sistema. 
Miguel Brieva es de los buenos. En la Argentina su nombre no suena mucho por fuera del mundillo de conocedores de la historieta y el humor gráfico español. Hasta ahora, sólo se había publicado uno de sus libros (Dinero, por la extinta editorial Ex Abrupto). Para encontrarse con su trabajo hay que estar suscripto a la revista digital Orgullo y Satisfacción (suerte de heredera de El jueves), pues hace rato que abandonó los grandes medios ibéricos. Por eso es motivo de celebración que Reservoir Books traiga al país dos de sus mejores obras: Bienvenido al mundo y La gran aventura humana. Publicadas originalmente con diez años de diferencia, ambas comparten forma (vienen planteadas como enciclopedias y/o libros de historia) y son fieles al espíritu autoral del sevillano, a su capacidad para mostrar lo ridículo de las convenciones sociales y desenmascarar el artificio del sistema que se inventó la humanidad.
“Es una coincidencia feliz porque son dos libros vinculados entre sí, aunque con un intervalo de diez años entre ellos”, observa Brieva. “Digamos que son la versión ordenada y aseada de lo que puede encontrarse en los cuadernos en los voy garabateando a diario”, propone. Así desfilan en formato de enciclopedia viñetas de humor gráfico, historieta propiamente dicha, relatos breves, aforismos y “poesía desenfadada”, como la define él mismo. Bienvenido al mundo, explica, fue su primera oportunidad editorial con plena libertad para trabajar y aprovechó para hacer la enciclopedia que le hubiera gustado leer de adolescente. “La gran aventura humana comparte el espíritu de divulgación estrambótica pero, siendo fruto de una década más sombría aún que la anterior (crisis global, evidencia aplastante del cambio climático, inestabilidad política creciente), el hincapié se centra en desentrañar qué es lo que nos hace propiamente humanos e indagar en cómo hemos llegado hasta este punto extremo, pues creo que sólo desde ese entendimiento podemos ser capaces de salir del atolladero colosal en el que nos hallamos inmersos”.
“Siempre desde una visión completamente heterodoxa y personal, que en ocasiones –en los pasajes más afortunados– acarrea cierta dosis de verdad que en los textos académicos y supuestamente objetivos es difícil de rastrear. Mi ambición no es tanto dar mi opinión, que creo no tiene gran valor, sino tratar de entroncar con ciertas verdades colectivas que todos sentimos de manera parecida”, profundiza. “Cosas como que no somos felices de esta manera, como que es preferible cambiar nuestros hábitos de vida en pos de conservar un mundo en que habitar. Y otra certidumbre que cada vez se hace más evidente, por más discurso hegemónico que trate de enmascararla, es la de que el capitalismo es una lógica contraria a la vida, y por tanto se hace imperativo confrontarlo, ya sea en sus entramados de poder o en el modo subrepticio en que se ha ido asentando en nuestra psique más profunda”.
–Ambos libros profundizan las preocupaciones que aquí se habían leído en Dinero, pero se expanden hacia otros temas, entre ellos la ecología. ¿Cómo impactó en su trabajo su participación en Ecologistas en Acción?
–Más bien fue al revés: acabé participando porque poco a poco me había percatado de que era precisamente desde el ámbito de la ecología, y en concreto en España desde el entorno de Ecologistas en Acción (la mayor organización ecologista del país), desde donde estaban surgiendo las voces y los análisis más certeros, implicados y objetivos acerca del estado actual de cosas. En un mundo como el nuestro, aparentemente guiado por la razón, mas en verdad irracional hasta extremos inéditos en la historia, hemos de buscar en los recodos y márgenes el verdadero pensamiento, aquel capaz de aunar razón y emoción en su justa medida. Y en las últimas cuatro décadas de sonambulismo colectivo, ese ha recaído fundamentalmente en la ecología y el feminismo.
–¿Tiene algún vínculo con el movimiento feminista? ¿Cómo impactó en su trabajo?
–No me vinculo a un movimiento, simplemente asumo (porque son irrefutables) ciertas reflexiones y sensibilidades que hasta hace bien poco eran completamente ignoradas, y cuyo alumbramiento debemos agradecer infinitamente a las muchas mujeres que han luchado por hacerlo visible. Vivimos encapsulados y moldeados por dos grandes inercias devastadoras: el capitalismo y el patriarcado. La ecología tradicional ha sido una reacción a esa expansión demente y sin límites del beneficio y el capital. El feminismo es la respuesta más humana a una injusticia radical y de orígenes ancestrales que viene lastrando a nuestra especie desde hace miles de años. Curiosamente, ecología y feminismo se complementan y sintonizan de manera natural en salvaguardar la vida, que es lo que en esencia somos y de lo que formamos parte. No se trata de una ideología, sino de un sentir y un pensar de lo más elemental que enraíza con lo más sagrado que hay en nosotros.
–En alguna entrevista a propósito de estos y otros libros señaló que “ya estamos viviendo el Apocalípsis”. ¿Podría desarrollar esta idea?
–Tendemos a imaginar aquello para lo que hemos sido educados. En este caso, el apocalipsis es esa cosa repentina y truculenta que, de la noche a la mañana, lo pone todo del revés. Lo hemos asimilado así gracias a la Biblia, pero en mayor medida aún por los cientos de películas apocalípticas que nos muestran mundos colapsando en cuestión de horas, y siempre debido a fenómenos extraordinarios que nada tiene que ver con nosotros (una invasión extraterrestre, un meteorito que cae, el núcleo de la Tierra que explota, festival de zombies). Sin embargo, ¿qué pensaríamos si bajara dios mismo y nos dijera que el apocalipsis tiene otros ritmos, que es algo más pausado, y que en lugar de horas puede llevar décadas? Esa es precisamente la realidad de este momento singular. Es una debacle vista en cámara lenta. Tanto que casi pasa inadvertida, a no ser que hagamos el esfuerzo de imaginarla, de antever el proceso en toda su crudeza. Si partimos de la idea de que somos una civilización fundamentada en los hechos y en la razón, todos los datos objetivos, absolutamente todos, apuntan a que esto está ya sucediendo. La primera y más inquietante de todas esas variables es la del cambio climático. Un proceso puesto en marcha del que desconocemos por completo el alcance de sus consecuencias, pero cuyo comienzo de solución choca frontalmente con todo el entramado económico y aspiracional que sustenta nuestra sociedad. En algún momento vamos a tener que elegir qué es más importante: tener un mundo en el que habitar o bien suicidarnos como especie en pos de mantener unas décadas más esta peculiar alucinación colectiva del capitalismo.
–Usted pasó de la autoedición a los grandes medios, y ahora vuelve al under y el trabajo freelance. ¿Cómo está la situación para hablar de la realidad española desde el humor gráfico?
–Son tiempos de incertidumbre, de grietas en los cimientos, y por lo tanto todavía mayor involución democrática. En España se vive un momento de puesta en cuestión de todo el sistema. Ello lleva al atrincheramiento de las estructuras de poder. Esto se ha evidenciado en los últimos años por el resurgimiento de la censura, sea de manera indirecta o empresarial, o bien mandando a prisión a gente por expresar simplemente su opinión. Esto afecta a la sátira y al humor crítico. Yo sólo colaboro con medios alternativos y a pequeña escala, con lo que todavía no me he visto afectado, pero se respira un clima de que ya no hay limitaciones a la hora de reprimir. Este es un proceso que está en marcha a nivel global, pero siendo positivos, creo que también es un síntoma de que tal vez ahora pueda darse la posibilidad de que haya cambios más profundos que contribuyan a ir en una dirección más saludable para todos. Esperemos que sea así, no tenemos otra alternativa.

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