miércoles, 28 de febrero de 2018

Modelos de propiedad pública para un futuro cercano

Modelos de propiedad pública para un futuro cercano


Michael Roberts 

21/02/2018

Acabo de asistir a una conferencia especial convocada por el Partido Laborista británico para analizar modelos de propiedad pública. El objetivo de la conferencia era desarrollar ideas sobre cómo podría un gobierno laborista desarrollolar el sector público si gana las próximas elecciones generales.
El eje de la conferencia fue un informe encargado por la dirección laborista y publicado el pasado otoño, titulado Modelos alternativos de propiedad (con la palabra 'público' extrañamente omitida).
El portavoz laborista de Finanzas, John McDonnell ('auto-confesado' marxista) presentó las ideas clave del informe, compilado por un grupo de expertos académicos, incluyendo Andrew Cumbers de la Universidad de Glasgow, que ha escrito mucho sobre el tema de la propiedad pública. Y Cat Hobbs, de la Fundación We own it, hizo un repaso convincente de los fracasos y despilfarros de las privatizaciones ocurridas.
En muchos sentidos, el discurso de McDonnell fue inspirador en el sentido de que el próximo gobierno laborista de Jeremy Corbyn y McDonnell quiere de verdad restaurar unos servicios públicos adecuadamente financiados y dotados de recursos y revertir las privatizaciones anteriores de sectores económicos clave, llevadas a cabo por anteriores gobiernos conservadores y laboristas en el periodo neoliberal, durante 30 años antes de la Gran Recesión.
McDonnell y el informe hicieron hincapié en una serie de modelos para futuros activos y servicios de titularidad pública: a partir de las cooperativas, los servicios municipales y la nacionalización de sectores clave como la sanidad, la educación y los servicios públicos como el agua, la energía y el transporte - los llamados 'monopolios naturales'.
Como el informe deja claro, las privatizaciones de los últimos 30 años han fracasado estrepitosamente incluso en relación con sus propios objetivos profesos: más eficiencia y mayor productividad, mayor competencia y una mayor igualdad. Ha sido todo lo contrario. El crecimiento de la productividad del Reino Unido se ha desplomado y, como han demostrado muchos estudios (ver mi nota reciente), las industrias privatizadas no han sido más eficiente en absoluto.
Simplemente han sido entidades diseñadas para que los accionistas obtuvieran unos rápidos beneficios a expensas de la inversión, los servicios a los consumidores y las condiciones de los trabajadores (pensiones, salarios y carga de trabajo). De hecho, el tema de la privatización del agua, la energía, el ferrocarril y correos en el Reino Unido ha sido 'cortoplacista', es decir, impulsó el precio de las acciones, pagó a los ejecutivos grandes bonos y distribuyó grandes dividendos en lugar de invertir a largo plazo en un plan social para todos.
La industria estatal es en realidad un modelo económico de éxito, incluso en las economías predominantemente capitalistas. El informe laborista cita el hecho de que la proporción de empresas públicas entre las 500 mejores empresas internacionales ha aumentado del 9% en 2005 al 23% en 2015 (aunque esto es principalmente resultado del ascenso de las empresas estatales chinas). La historia del éxito de las economías de Asia Oriental fue en parte el resultado de la planificación estatal y la propiedad pública que modernizaron, invirtieron y protegieron sus economías frente a las multinacionales estadounidenses (aunque también fue gracias a la disponibilidad de mano de obra barata, la falta de derechos laborales y la adopción de tecnología extranjera).
Como muchos autores, como Mariana Mazzacuto ha demostrado, la financiación estatal y la investigación pública ha sido vitales para el desarrollo de las grandes empresas capitalistas. Las industrias de propiedad estatal y el crecimiento económico a menudo van de la mano - y el informe laborista menciona “la historia de éxito europea, raramente discutida, que es Austria, que alcanzó el segundo nivel más alto de crecimiento económico (después de Japón) entre 1945 y 1987 con la mayor proporción de propiedad estatal de una economía de la OCDE.” (Hu Chang).
El informe también deja claro que no debería haber ninguna vuelta a los viejos modelos de nacionalización que se adoptaron después de la Segunda Guerra Mundial. Eran industrias estatales diseñadas principalmente para modernizar la economía y proporcionar productos industriales básicos para subvencionar al sector capitalista. No había democracia y ninguna participación de los trabajadores o incluso del gobierno en las empresas estatales y tampoco se integraban en un plan más amplio de inversión o satisfacción de necesidades sociales. Fue el llamado 'modelo Morrisoniano’, en honor del dirigente laborista de derechas Herbert Morrison, quien supervisó las nacionalizaciones en la posguerra en el Reino Unido.
El informe cita ejemplos alternativos de sistemas de empresas públicas democráticamente responsables. Como el modelo noruego de Statoil, en el que un tercio de la junta es elegida por los empleados; o incluso aun más, el sector de la electricidad y el gas en la posguerra francesa, cuando los consejos de administración de las empresas estatales estaban “compuestas por cuatro personas designadas por el estado, cuatro por cada grupo técnicos y los expertos (incluyendo dos para representar los intereses de los consumidores y cuatro representantes de los sindicatos”(B Bliss).
Todo esto eran noticias muy positivas y era evidente que la audiencia de activistas laboristas estaban entusiasmados y dispuestos a implementar un “giro sustancial hacia los servicios públicos autogestionados” (McDonnell). El objetivo de los dirigentes laboristas es revertir las privatizaciones anteriores, poner fin a la inicua financiación concertada público-privada; revertir la externalización de los servicios públicos a contratistas privados y acabar con la mercantilización del Sistema de Salud Pública. Eso es excelente, así como su disposición a considerar, no sólo la idea de una Renta Básica Universal  como una alternativa social a la destrucción de empleo provocada por una futura automatización, sino también la idea mucho más progresiva de la universalización de los servicios básicos, que permitiría que servicios públicos como la sanidad, la asistencia social, la educación, el transporte y las comunicaciones fueran proporcionados gratuitamente en el punto de uso - lo que los economistas llaman 'bienes comunes'.
Sin embargo, creo que los problemas pendientes siguen siendo los que plantee cuando analice por primera vez la "Corbyeconomía", cuando Jeremy Corbyn ganó por primera vez las primarias del Partido Laborista en 2015. Si la propiedad pública se limita sólo a los llamados monopolios naturales o los servicios públicos y no se extiende a los bancos y el sector financiero, así como las industrias estratégicas clave (los 'altos mandos' de la economía), el capitalismo seguirá determinando la inversión y el empleo, y la ley del valor y los mercados seguirán en funcionamiento.  El plan laborista de un banco público de inversiones  y de un gasto público inducido o gestionado por el estado supondría aproximadamente del 1% al 2% del PIB más de inversión total en el Reino Unido. Sin embargo, el sector capitalista invierte más del 12-15% y seguiría siendo dominante a través de sus bancos, farmacéuticas, empresas aeroespaciales, tecnología y servicios empresariales.
No se habló de hacerse cargo de estos sectores en la conferencia. Ni siquiera se habló de nacionalizar los cinco grandes bancos - algo que he planteado antes y ayudado a escribir un estudio, por encargo del sindicato de bomberos (y que es formalmente la posición de la confederación sindical británica ,TUC). Sin el control de las finanzas y de los sectores estratégicos de la economía británica, un gobierno laborista o bien vería frustrado sus intentos por mejorar la suerte de “la mayoría, no de unos pocos” (una consigna laborista), o peor aún, se enfrentaría al impacto de otra recesión mundial sin ningún tipo de protección frente a las vicisitudes del mercado y la ley del valor.

es un reconocido economista marxista británico, que ha trabajador 30 años en la City londinense como analista económico y publica el blog The Next Recession.
Fuente:
https://thenextrecession.wordpress.com/2018/02/10/models-of-public-ownership/
Traducción:
G. Buster

Reino de España. La Inquisición pre y posmoderna: el pensamiento mágico sobre la libertad de expresión y la otra cara del “efecto Streisand”

Reino de España. La Inquisición pre y posmoderna: el pensamiento mágico sobre la libertad de expresión y la otra cara del “efecto Streisand”



David Guerrero 

25/02/2018

Ha pasado todo en menos de 24 horas: el intento de secuestro judicial del libroFariña, la retirada –no judicial– de la obra Presos políticos en la España contemporánea en ARCO y la ratificación por el Tribunal Supremo de la sentencia de la Audiencia Nacional contra el rapero Valtonyc. Lo de las canciones de Valtonyc, por la firme sentencia judicial que hay detrás, ha sido lo más indignante con diferencia: condenado por injurias graves a la Corona, enaltecimiento del terrorismo y amenazas; ¡tres años y medio de cárcel!
Propongo que se guarden a buen recaudo todas estas sentencias de la Audiencia Nacional y del Supremo, pues serán una fantástica base de datos para los que en el futuro se dediquen a la antropología cognitiva de la religión: son grandes ejemplos de pensamiento mágico, de proyecciones metafísicas y de creencias disparatadas acerca de cómo funciona el mundo. Mezclan, por un lado, ese afán censor propio de una tradición muy rancia y muy nuestra, la Inquisición (y ni siquiera comentaremos aquí los últimos autos de fe en los que el Supremo preguntó a los presos catalanes si renunciaban a la vía unilateral; el fin de la prisión preventiva solo podía venir precedido de un beato “¡sí, señoría, me arrepiento!”). Por otro lado, las sentencias desarrollan creencias mágicas acerca del poder del lenguaje propias del peor Derrida, de alguno de esos libros de “programación neurolingüística” o  de “coaching ontológico” (al estilo “Descubra el asombroso poder del lenguaje para crear y cambiar la realidad; será usted el más exitoso en su oficina...”, bla, bla) –quizá Derrida fuera un descuidado pero honrado lector del lingüista Austin; pero está claro que los segundos solo lo citan para dar solemnidad a sus estafas–. Las sentencias combinan, decía, casposos instintos premodernos contra la libertad de expresión con la peor charlatanería posmoderna acerca de las asombrosas capacidades que tendrían las palabras, los símbolos y los discursos por sí solos para actuar sobre la realidad, cuando no para “crear” realidad.
Supongamos ahora que nos creemos todo este pensamiento mágico acerca del lenguaje y por tanto, todo lo que implican las sentencias –los siguientes entrecomillados son del Tribunal Supremo–: que el rap de Valtonyc, al imaginarse atentados con goma-2 y fusiles Kalashnikov contra el Rey “implique elevar el riesgo de que se produzca una conducta violenta (...) [crea] un determinado caldo de cultivo, una atmósfera o ambiente social proclive a acciones terroristas, antesala del delito mismo”; que todas esas referencias a ETA y GRAPO suponen “una humillación, a quien ha sufrido el zarpazo del terrorismo”; que las injurias contra la Corona atacan el mantenimiento del orden político consagrado en la Constitución; “que la utilización de símbolos, mensajes o elementos que representen o se identifiquen con la exclusión política, social o cultural deja de ser una simple manifestación ideológica para convertirse en un acto colaborador de la intolerancia excluyente”, etc.
Bueno, pues si nos tomamos tan en serio todo este supuesto poder de las meras palabras, de la importancia de las expresiones por sí mismas, los siguientes causantes directos de ese “caldo de cultivo” terrorista habrán sido la Audiencia Nacional y el Tribunal Supremo, que han publicitado como nadie las rimas de Valtonyc. Y además es que asumen que somos idiotas y no tenemos criterio. Si mañana alguien atentara contra el Rey, los sospechosos siempre podrán decir que fueron misteriosamente seducidos por el espíritu de las palabras, que se les apareció y los convirtió en terroristas, que no tuvieron otra opción, que la música personificada les “incitó” sin remedio al odio. Si nos creemos este pensamiento mágico, que es como un animismo que otorga al lenguaje poderes sobrenaturales, los bienes jurídicos que la AN y el TS dicen querer proteger –el honor del Rey, el orden constitucional, la inclusión de la familia real en la vida social, la honorabilidad de la Corona, la dignidad de las víctimas de ETA– han salido claramente peor parados después de las sentencias: ¿no se reducirá un poquito más ese honor (si es que quedaba algo), por cada nueva reproducción de las canciones de Valtonyc, ahora que todos las queremos escuchar?, ¿no aumenta el “ambiente social proclive a acciones terroristas”, no crece el “caldo de cultivo” ahora que Valtonyc ha sido invitado al festival Primavera Sound y ya tiene una gira programada? Hablando precisamente de filosofía del lenguaje, todas las sentencias de este tipo incurren en una contradicción performativa: si nos tomamos en serio todo lo que dicen acerca del poder del lenguaje, ellas mismas atentan contra los bienes jurídicos que dicen proteger, pues la consecuencia práctica de las sentencias es el aumento disparado de la difusión de los mensajes, por tanto, el aumento del peligro contra esos bienes jurídicos.
Pero todo esto es, como decíamos, pensamiento mágico. Las palabras por sí solas y los símbolos, sin un contexto particular detrás, poco tienen que hacer. No es lo mismo cantar lo que canta Valtonyc y compartirlo desde casa por internet que arengar con esas mismas letras a un grupo de los GRAPO que de hecho rodean y apuntan al Rey como sus armas. El contexto y la intención de la emisión importan, pensar lo contrario, como parece que hacen la AN y como pensaba Derrida, es creer en la magia. Es como cuando en EE.UU. se pide que se censuren los videojuegos innecesariamente violentos porque incitan al odio, pero luego esos mismos no hablan de restringir la venta y posesión de armas; estos videojuegos son igual de exitosos entre los adolescentes europeos, ¿pero cuántos tiroteos masivos hay en Europa?
Aunque no siempre, la preocupación por el lenguaje suele acompañarse de un alejamiento de la realidad. En vez de preocuparnos por resolver la catalanofobia, queremos censurar una chirigota, yo mismo paso más tiempo discutiendo sobre el género de las palabras y que pronombre usar que sobre las causas de la brecha salarial entre hombres y mujeres; dedicamos más atención a denunciar que nosequién se pinta la cara de negro para hacer de rey Baltasar en lugar de indignarnos por las concertinas de la valla de Melilla. Y esto no quiere decir que el lenguaje no sea un buen reflejo de relaciones de poder realmente existentes y peligrosas; pero son esas relaciones y no el lenguaje lo que nos ha de preocupar penalmente. Si todos fuéramos sordos, mudos y ciegos seguiría habiendo transfobia, racismo y gente que quiere atentar contra la Corona. Concederle al Estado el poder juzgar por vía penal los “efectos” que puedan tener determinadas expresiones es darle un enorme poder discrecional para controlar nuestras expresiones, porque los efectos y la intencionalidad de las palabras son muy difíciles de objetivar; ¿qué forma posible tenía Valtonyc de demostrar que por mucho que cantara esas cosas, nunca habría sido capaz de animar a alguien para que matara al monarca? No hay manera posible. La legislación contra los discursos del odio empezó con la intención de proteger a minorías, pero no de palabras (no evitar que se sientan “ofendidas”, sino protegerlas de relaciones de dominación reales). Ahora se vuelve sistemáticamente en nuestra contra. Si decidimos que los sentimientos de ofensa sean penalmente relevantes, le damos al poder judicial la capacidad de sentenciar, no sobre hechos, sino sobre interpretaciones de palabras y conjeturas subjetivas acerca de sus efectos. Teniendo en cuenta que el judicial siempre tiene un sesgo conservador, no parece muy inteligente dejarles definir a ellos dónde está el límite del mal gusto.
Sobre la censura fallida y lo que implica el “efecto Streisand”
Desde todas las ideologías se ríen esta semana y con buenas razones de la fallida censura, “les ha salido el tiro por la culata”. Fariña, éxito repentino de ventas e inesperada y gratuita publicidad para la obra de Santiago Serra en ARCO. Y todo el mundo vuelve a hablar del “efecto Streisand”: el intento de ocultar o eliminar información acaba por conseguir lo contrario, haciendo que despierte más interés, diseminándose mucho más. Pues con estas sentencias que tratan de juzgar los supuestos efectos nocivos de las expresiones pasa lo mismo. Acordémonos del autobús transfóbico de Hazte Oír que solo hemos visto en foto. Y es que es un problema tener estas pretensiones inquisitoriales tan premodernas en estos tiempos digitales tan posmodernos. Cuando apenas existían imprentas, casi nadie sabía leer o todo los escritos pasaban un filtro previo –ya sea de curas, de comisarios políticos o de ricos entrometidos– la censura era al menos bastante más racional. Si es relativamente fácil sacar de circulación un contenido, impedir su acceso o censurarlo previamente, podríamos aceptar que algún censor fanático piense que está “protegiendo” algo de los terribles efectos de cierto contenido, de cierta expresión. Ya no. El irónico y divertido efecto Streisand sería un regalo de la tecnología contra el poder. Hoy en día, conseguir lo que se pretende con la censura (que no se acceda al contenido) es algo casi imposible. La reproductibilidad digital del contenido complicaría muchísimo los objetivos de la censura, y aún más difícil sería censurar cuando todo es rápidamente compartible mediante la gran red descentralizada que le permite a usted leer este texto y a nosotros compartirlo sin que tengamos que pedir permiso a nadie.
¡Falso! En realidad, sin pedir permiso aproximadamente a nadie. Internet, como bien sabemos aunque se nos olvide a veces, no deja de estar anclado a un crudo mundo material: desde los cables de fibra óptica que cruzan océanos bajo el agua hasta las antenas que sustentan el internet 3G de nuestros móviles, pasando por los servidores físicos que almacenan toda la información. Estos cables, antenas, servidores y muchas cosas más son poseíbles y fácilmente controlables; con los adecuados recursos, son tan controlables como lo eran unas imprentas o una frontera. Las metáforas del contenido “en la nube” y la distribución peer to peer, idolatrar el espacio “global” que ofrecen las redes sociales masivas, la infinita cantidad de diarios digitales y blogs fácilmente accesibles, pueden llegar a ser lemas confundentes. Alguien podría acabar pensando que la eliminación del contenido es hoy materialmente imposible, que solo tarados que viven en el pasado como los de la AN lo intentarán. Yo creo que es audaz darse cuenta y reírse del efecto Streisand, pero creo también que hacer solo eso es caer en unciberfetichismo –es difícil acuñar neologismos útiles, este de César Rendueles está condenado a serlo cada vez más–.
Los que no son inquisidores posmodernos de pacotilla, son consecuentes y censuran de verdad, como hace China con buenos y tenebrosos resultados mediante un sofisticado y gigantesco firewall. Igual lo hace Corea del Norte, que controla los flujos de internet en sus fronteras, haciendo que los norcoreanos de a pie solo puedan acceder a una especie de intranet o red interna. Pero sorprendentemente la gran capacidad de censura en este momento tecnológico no la tiene hoy ningún poder público, sino, poderes privados. Nosotros aún estamos protegidos por convenios europeos, pero el fin de la “neutralidad en la red” con la que acabó la FCC en Estados Unidos (haciéndose una especie de hara-kiri, acabando con sus propias competencias) posibilita una especie de censura de facto haciendo que las compañías con las que contratamos internet ralenticen ciertas webs o cierto contenido frente a otros que ellos crean más conveniente o rentable. Resulta sintomático del arbitrario poder que Google tiene sobre el contenido de internet que toda la jurisprudencia llevada a cabo entorno al “derecho al olvido” consista básicamente en sentencias contra la famosa empresa de Silicon Valley. En realidad Google ya ha estado haciendo un tipo de censura cuando ha aprovechado su posición imbatible entre los motores de búsqueda de internet para posicionar sus propios productos mejor que los de sus competidores (y ha sido condenado por ello, con multas récord por las leyes antimonopolio europeas).
La libertad de expresión nunca será fruto de la tecnología sino de la voluntad política. La tecnología, depende de quién la controle, nos lo pondrá más o menos difícil, pero no debemos olvidarnos que en última instancia tenemos libertad de expresión porque nos preocupamos por ella, porque queremos tenerla, porque nos obligamos a tenerla. Es posible que gracias a que Amazon sigue vendiendo Fariña, nuestra libertad de información se haya visto poco afectada a pesar del secuestro judicial. Es posible que debido a que no se pueden borrar todas las copias de los raps de Valtonyc, este siga disfrutando de libertad de expresión gracias a Google-Youtube y a pesar de las sentencias sobre la peligrosidad de sus letras. Pero que nuestras libertades de expresión e información dependan de la voluntad de poderes privados es problemático –es una voluntad tornadiza e incontrolable por nosotros–.
Me parece fantástico que nuestro poder judicial sesgadamente conservador no disponga de los medios para censurar como le gustaría y tenga que recurrir a este tipo de sentencias ridículas e inconsistentes que su éxito depende de que consigan ser ejemplarizantes. Su poder frente a las multinacionales de la tecnología es tan escueto que depende de que sus sentencias nos asusten más que nos indignen, su censura depende de que nos callemos por miedo, porque el contenido seguirá saliendo disparado por algún hueco del mercado. Pero que sean solo Amazon, Google o Twitter los que le ponen el bozal al Estado garantizando colateralmentenuestras libertades nos tiene que invitar a reflexionar seriamente sobre la situación del poder público y qué relación de fuerzas mantiene con estos poderes privados. Esta vez hemos tenido la suerte de que nuestras libertades han caído del lado de los intereses económicos de alguien –igual que nuestra oportunidad de ver la obra de Santiago Serra ha dependido de que haya aparecido un mecenas particular para comprarla y exponerla–, pero no siempre el interés privado de estas multinacionales coincidirá con la extensión de nuestros derechos: Facebook ganando millones gracias a los abundantes clics que proporcionan las fake news, o las cuentas de resultados de Twitter, que crecen al ritmo de la polarización y el odio social acumulado, y recuérdese sobre todo a Yahoo y Microsoft en China, facilitando información de disidentes cuando les ha convenido
Propongo que los ataques contra la libertad de expresión de esta semana –el de Fariña, el de ARCO y el Valtonyc– nos inviten una triple reflexión. La obvia: que el Reino, en esta gran crisis de legitimidad está dando coletazos a través de un poder judicial abusivo que ataca la libertad de expresión y que lo hace desde unos planteamientos absurdos e irracionales. La menos obvia: que la aplicación abusiva del código penal por parte del Estado es solo uno de los poderes capaces de amenazar nuestra libertad; que hay otros poderes, esta vez privados, que también amenazan nuestra libertad cuando sus intereses lo requieren. Y sobre todo, aunque suene paradójico, que el Estado y la política son las mejores herramientas que tenemos para defendernos de ellos.

es graduado en Sociología por la Universidad de Barcelona. Actualmente cursa estudios de posgrado de filosofía política.
Fuente:
www.sinpermiso.info, 25-2-18

Venezuela: La guerra económica contra Venezuela, ¿mito o realidad? Katu Arkonada


“Es la economía, estúpido”. Con esa frase ganó Bill Clinton las elecciones presidenciales estadounidenses de 1992 frente a George Bush padre.
Si queremos analizar lo que sucede en Venezuela, un país en el que pocas personas han estado, pero todas parecen saber y opinar sobre lo que sucede allá, debemos ampliar la frase y decir: “Es la geopolítica, estúpido”.
Todo análisis sobre Venezuela debe partir de una premisa, la de ser el país con las reservas de petróleo certificadas más grandes del mundo [1] (en torno a 300.000 millones de barriles). A esa cantidad de oro negro hay que sumar estar entre las 10 principales reservas de gas, biodiversidad, y minerales y “tierras raras”, como el coltán.
Por si fuera poco, un barco petrolero tarda menos de una semana en atravesar el Caribe y llegar desde Venezuela a los principales puertos de la costa este de los Estados Unidos, frente al mes y medio que ese mismo barco tarda en llegar desde el Golfo Pérsico atravesando el Canal de Suez.
Solo desde esta mínima base geopolítica es que podemos atrevernos a intentar analizar qué sucede en Venezuela, y si realmente existe o no una guerra económica.
En “La mano visible del Mercado” [2] , la economista venezolana Pascualina Curcio, determina 3 coordenadas fundamentales para poder hablar de guerra económica: acaparamiento de productos de consumo básico; inflación inducida mediante manipulación artificial del tipo de cambio; y bloqueo financiero.
Examinemos el primero de los 3 indicadores. ¿Porqué es fácil en Venezuela encontrar productos del campo, como frutas y vegetales, pero en cambio es extremadamente difícil encontrar determinados medicamentos o productos de higiene? Porque estos últimos pertenecen a 2 empresas estadounidenses, Procter & Gamble y Jonhson & Jonhson, que tienen el monopolio del 90% del mercado y controlan cuando y qué productos colocan en el mercado. Es una decisión política, y no económica, el que se encuentren unos productos sí y otros no en las tiendas y supermercados de Venezuela.
En segundo lugar, la inflación, que desde el Chile de Allende siempre fue un arma política en el que quien controla el suministro de los productos controla el precio de los mismos. El concepto inflación es diferente al aumento de precios y ni siquiera tiene que ver con la economía, si no con decisiones políticas. Otro economista, en este caso español, Alfredo Serrano, explica [3] como el valor del tipo de cambio en Venezuela se ha multiplicado desde mediados de 2014 por 1410 veces, mientras que la cantidad de billetes se multiplicaba por 43, la liquidez por 64 y el tipo de cambio implícito por 141. Esto solo se puede entender a partir de decisiones políticas, como la manipulación del tipo de cambio dirigida por la web Dólar Today, alojada en servidores de Miami, Estados Unidos; o que la calificadora Standard & Poor’s declare [4] a Venezuela en default selectivo a pesar de que ha cumplido con todas [5] las deudas e intereses con sus acreedores, pagando hasta el momento 70.000 millones de deuda.
En tercer lugar, el bloqueo económico estadounidense es una realidad que se ampara en un decreto [6] ejecutivo firmado por el Nobel de la Paz Barack Obama, que declara a Venezuela un peligro para la seguridad nacional. Más allá de las declaraciones pomposas, esta medida tiene consecuencias muy reales. Por ejemplo, en noviembre 2017 fueron devueltas 23 operaciones [7] en el sistema financiero internacional valoradas en 39 millones de dólares para la compra de alimentos, insumos básicos y medicamentos .
Para completar este breve análisis y si repasamos un poco la historia, podemos encontrar numerosas similitudes entre lo que sucede hoy día en Venezuela, y lo que sucedió en el Chile de Salvador Allende o en la Cuba de Fidel Castro. Ataques a la economía que en realidad son contra todo un pueblo en la medida en que se alteran los mecanismos de producción y distribución de productos básicos; manipulación mediática nacional e internacional contra estos gobiernos; presencia de manera directa o indirecta del imperialismo estadounidense mediante sus diferentes mecanismos de injerencia; desde la CIA a la DEA, pasando por USAID y el financiamiento mediante decenas de millones de dólares de la oposición política.
Por todo esto, podemos afirmar que sí, que Venezuela sufre una guerra económica contra todo un pueblo, y que línea de separación hoy si queremos debatir sobre Venezuela no es izquierda o derecha, socialismo o capitalismo, sino democracia frente a terrorismo político, económico y mediático.
PD: Y sí, Venezuela tiene múltiples problemas que van desde la inseguridad hasta la ineficiencia o corrupción. Pero esos problemas le corresponde resolverlos al pueblo venezolano de manera soberana. A nadie más.

@katuarkonada
Publicado originalmente en el diario mexicano La Jornada


[1] http://www.dinero.com/internacional/articulo/venezuela-tiene-mayores-reservas-probadas-petroleo-del-mundo/131715
[2] https://lalenguatv.com.ve/wp-content/uploads/2017/03/ManoVisibleMercado.pdf
[3] http://www.celag.org/las-pruebas-del-crimen-economico-venezuela/
[4] https://www.forbes.com.mx/sp-declara-a-venezuela-en-default-selectivo/
[5] https://www.telesurtv.net/news/Venezuela-paga-intereses-de-bono-PDVSA-2027-20171115-0037.html
[6] http://www.bbc.com/mundo/noticias/2014/12/141210_venezuela_eeuu_sanciones_ao
[7] http://minci.gob.ve/2018/01/alimentos-medicinas-bloqueados/
Normal 0 21 false false false FR X-NONE X-NONERebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.

Colombia: Asesinado preso político del ELN

Asesinado preso político del ELN

Los Presos Políticos del ELN “colectivo Rafael Lombana Cabrera” denunciamos el asesinato de nuestro compañero JUAN CARLOS PÁEZ en hechos ocurrido el 20 de febrero de 2018 en el casco urbano del Municipio de San Pablo – Sur de Bolívar.JUAN CARLOS PÁEZ se encontraba preso desde hace dos años y medio en el establecimiento penitenciario de alta y mediana seguridad de Palogordo – Girón condenado por el delito de rebelión.
Recientemente le fue concedido el subrogado penal de prisión domiciliaria; por esta razón, el 19 de febrero fue trasladado por funcionarios del INPEC a su lugar de residencia ubicado en el casco urbano de San Pablo; barrio la Victoria San Pablo, donde lo dejaron a las 8:30 am del 20 de febrero. En horas de la noche de ese día dos hombres que se movilizaban en moto le dispararon en varias ocasiones causándole la muerte de manera inmediata; en los hechos también resultó herido un habitante del barrio. Exigimos al Estado colombiano esclarecer lo más pronto posible estos hechos que constituye grave violación a los derechos humanos; tenemos conocimiento que el casco urbano de San Pablo está fuertemente militarizado con fuerte presencia policial.
COLECTIVO DE PRESOS POLITICOS RAFAEL LOMBANA CABRERA DE LA CARCEL DE PALOGORDO – GIRON
MOVIMIENTO NACIONAL CARCELARIO

martes, 27 de febrero de 2018

Los sueños florecen en la lucha. Por un mundo libre de toda explotación somos feministas y anticapitalista

Renta básica. Realmente: quién gana y quién pierde con una renta básica incondicional 6 febrero 2018 | Categorías: Estatal, Internacional, Opinión | | Jordi Arcarons Daniel Raventós - Consejo Científico de ATTAC España Lluís Torrens – Consejo Científico de ATTAC España




El Periódico económico Cinco Días publicó el 22 de enero un largo artículo titulado “Quién ganaría y quién perdería con una renta básica universal”, escrito por Jaume Viñas, en el que se hacían varios comentarios, en general críticos, a la propuesta de financiación de una renta básica incondicional (RB) que se propone en nuestro libro Renta básica incondicional. Una propuesta de financiación racional y justaPocos días después el economista David Lizoaín escribía otro artículo en el que, entre otras consideraciones se hacía eco del artículo citado de Cinco Días (CD), dando por buena sin más la crítica que la mencionada publicación hacía del libro. Los dos autores concluían lo mismo, en palabras del segundo, citando otro estudio para el Reino Unido: “Una RBU asequible sería inadecuada, y una RBU adecuada no sería asequible”. Veamos si es realmente así. Analicemos algunos datos para evaluar la consistencia de algunas afirmaciones de estos críticos con referencia prioritaria al primer artículo ya que es el más dedicado a analizar nuestra propuesta, mientras que el segundo artículo se limita sin más explicaciones a dar por correcta la crítica de CD. Es decir, el artículo de CD es una crítica de fuente directa, el segundo es una crítica de oídas. En el artículo de CD podemos leer: “Para financiar la renta básica, los expertos proponen la supresión del resto de prestaciones monetarias y una drástica subida del impuesto sobre la renta. En concreto, apuestan por un tipo único en el IRPF del 49%.”Es parcialmente cierto, puesto que no eliminamos todas las prestaciones monetarias; tan solo las que están por debajo de la RBU, o a las que ésta substituye. En cuanto a las que están por encima eliminamos la parte equivalente a la RBU, que queda substituida por ésta. Pero más importante es esta distinción elemental: este 49% es nominal. Ello quiere decir que el tipo real que pagarán las personas dependerá de la decila de renta a la que pertenezcan. Muy detalladamente, esto puede observarse en este cuadro que reproducimos del capítulo segundo de nuestro libro y que hace referencia a las personas incluidas en el IRPF:
La columna ex-ante es el tipo impositivo real que pagan actualmente las decilas correspondientes, la columna ex-post el tipo real que supondría el 49% nominal con nuestra propuesta (recuérdese que la RB está exenta de IRPF, de ahí la discrepancia entre tipo nominal y tipo efectivo según el tramo de renta). Este cuadro permite también extraer estas importantes conclusiones:1) el 70% de la población detectada por el IRPF sale ganando respecto de la situación actual y más del 20% más rico, claro está, resulta perdedor.2) como aquí no está incluida la población que está fuera del IRPF y que debe suponerse que en su casi totalidad son personas de pocos recursos (si no declara el IRPF es que está en el umbral de unas cantidades tan pequeñas que no están obligados a declarar), hay que sumar a esta población como ganadora con nuestra propuesta, esto es: más de cinco millones de perceptores de rentas inferiores a 10.000 euros y sus dependientes.3) sumando los dos puntos anteriores, es fácil concluir que resulta ganador el 80% de la población y resulta perdedor el 20% más rico.4) lo que conlleva una reducción muy significativa del índice de Gini: si antes del IRPF actual este índice es del 0,4114, y después del IRPF actual pasa a ser del 0,3664, con nuestra reforma propuesta pasa a ser del 0,2502. Es decir, queda reducido en  más de 11 puntos, respecto a lo que consigue el actual IRPF y a unos niveles similares a los existentes en los países escandinavos.Los tres primeros puntos, el artículo de CD los reconoce, el cuarto no lo cita o considera por las razones que sea. Pero el autor destaca de forma beligerante: “es posible que muchos crean que les convendría la renta básica porque no pertenecen al 20% más rico.”. Y pone el ejemplo de una persona que vive sola sin hijos. Más exactamente: “El modelo propuesto por los tres profesores supone un severo castigo fiscal (énfasis original) para los contribuyentes solteros que ganan más de 30.000 euros. Un asalariado sin hijos que gana 30.000 euros paga hoy 4.940 euros por IRPF. Con una renta básica y el tipo del 49%, la cuota a pagar ascendería a 7.229 euros, un 46% más. Visto de otra forma, la renta neta descendería un 9,1% con el nuevo modelo.” Y añade: “No sería este exactamente el perfil de una persona rica.”Algunos comentarios a estas varias afirmaciones. Nuestro estudio, como se recordará, está basado en una muestra aportada por el Instituto de Estudios Fiscales de casi dos millones de IRPFs. Por tanto nos hemos basado en el IRPF que realmente declara la población, esconda lo que esconda, mienta lo que mienta, alucine lo que alucine o fabule lo que fabule. ¿Dónde se sitúan los ricos? Pues el IRPF utilizado en nuestro estudio, nos dice que entre 25.000 y 31.500 euros ya se es del 20% más rico, si se declara una renta bruta de entre 31.500 y 42.000 euros, se forma parte del 10% más rico y en el caso de superar los 55.000 euros, se pertenece al 5% más rico. La cantinela emocional de críticos de izquierda y de derecha sobre que con nuestra propuesta “pierden personas que no deberían perder” hay que dejarla en sus justos términos. Estas cifras  ¿qué esconden? Algo que cualquiera puede comprobar: el enorme fraude y elusión fiscales de los más ricos[1]. Entonces, el problema que se defina el 20% más rico a partir de 25.000 euros no es un problema de nuestro estudio, es algo mucho más grave: es una enorme distorsión de la realidad. Pero no es una distorsión nuestra, es del IRPF realmente existente. Es decir, cualquiera que quiera iniciar alguna reforma progresiva del IRPF habrá de bregar con el IRPF realmente existente. Que es con el que hemos trabajado nosotros.Esta es la realidad, pero demos otra vuelta de tuerca a ver si dejamos un poco más contentos a nuestros críticos de izquierda porque los críticos de derecha tienen otro problemas. Hacer que no resultasen perdedoras ninguna de las personas que están por debajo del 20% más rico con nuestra propuesta de RB (el ejemplo de CD es uno de estos casos) es muy fácil. Se conseguiría con la creación de un impuesto sobre las grandes fortunas, llámese si se quiere  impuesto sobre la riqueza, que eliminase el ridículo impuesto sobre el patrimonio (al que se denomina de forma provocadora como extraordinario) actualmente existente. En nuestro libro (página 107, cuadro 7.3), se reproduce la distribución cruzada entre renta y riqueza para el Reino de España, de la que se deduce que gravar la riqueza del 10% más rico a un tipo único del 1%[2], comportaría recaudar 8.400 millones de euros, cifra que permite con creces eliminar los perdedores que aparecen en nuestro estudio, hasta las rentas situadas por debajo de la decila novena y cuyo montante asciende a 6.272 millones de euros (página 104, cuadro 7.1, de nuestro libro).Adicionalmente, nos hemos acostumbrado a pensar que en el Reino de España pagamos muchos impuestos (eso quien los paga, los evasores no lo hacen), y no es verdad. Por ejemplo, si volvemos al ejemplo de CD (por cierto, ¿cuántos solteros ganan 30.000 euros?, ¿y solteras? aún menos) en Francia pagaría 8.300 euros de impuestos entre IRPF y cotizaciones al trabajador, en el Reino de España en el 2010 pagaría 6.890 euros y con la RBU 9.179, no parece una gran diferencia teniendo en cuenta que la RBU acaba con la pobreza y que el nivel de precios en Francia es superior al español.Lo que es curioso, también, es que los críticos de la RBU financiada con IRPF siempre escogen el mismo ejemplo: soltero con ingresos medios-altos. Porque sabido es que familias con hijos con ingresos mucho más elevados, claramente salen beneficiadas. En este sentido la RBU es una política, si se quiere indirecta, proteccionista de la familia, una de las patas más débiles del estado de bienestar del Reino de España.
Precisamente los capítulos 8,  9 y 10 de nuestro libro los dedicamos a dar profusos ejemplos y tablas de cómo la RBU, con diversas variantes, es beneficiosa siempre para más del 80% de la población y cómo se puede pagar con tipos impositivos parecidos a los de nuestros países vecinos socialmente más avanzados. Pues sí, en el Reino de España, todo el mundo paga menos impuestos de los que pagan en Europa. Y no parece que los críticos de nuestro libro hayan llegado a estos capítulos, pues se han quedado solo con los resultados de la simulación base y se han agarrado como un a clavo ardiendo a que “algunos solteros salen perdiendo”.
Aún más, hay quien considera el tipo único del 49% resultante de nuestro estudio muy elevado, especialmente la derecha económica, alguna izquierda y diversos académicos[3]. Parece sorprendente como en el imaginario popular se ha instalado la idea de que los ricos pagan muchos impuestos y que si se les suben más se irán. Ante esta falacia absolutamente interesada podemos contraponer un  par de comentarios: a) ya se han ido porque los ricos no quieren pagar impuestos y si pueden los eluden o evaden mediante prácticas de ingeniería fiscal que sólo ellos pueden permitirse a gran escala. En resumen, los que no quieren pagar ya lo hacen; y b) como dice el economista Emmanuel Saez en el documental sobre la RBU “Free lunch”,  subir los impuestos a los ricos es altamente deseable porque el dinero que le devuelven al estado ya no pueden usarlo para seguir enriqueciéndose en operaciones  especulativas y extractivas de rentas del resto de la sociedad, que es a lo que la gran mayoría  de ellos dedican sus esfuerzos, no a generar riqueza real para la sociedad.
Al respecto, se destaca en nuestro libro que cada 5.000 millones de financiación adicional permiten reducir un punto el tipo del IRPF necesario para financiar la RB.
Hay otro punto que hemos comentado repetidamente en otras ocasiones: el estudio está hecho sobre el IRPF, pero hay otras fuentes alternativas de financiación que abaratarían el tipo único del IRPF. En el libro dedicamos un capítulo a “Fuentes alternativas de financiación de la Renta Básica” del que entresacamos algunas de las propuestas, aunque no podemos aquí explicarlas todas. Ejemplos:
1) Eliminar la estimación indirecta o por módulos de las rentas de actividades empresariales.
2) Eliminar las bases máximas de cotización a la Seguridad Social. Con datos de la Agencia Tributaria estimamos que si esta tarifa plana no existiera, en el año 2010 se hubieran recaudado unos 11.800 millones de euros adicionales En el año 2013 la cifra hubiera sido menor por efecto de la crisis, unos 8.200 millones.
3) Incrementar la imposición ambiental. El Reino de España es el estado de la UE con menor recaudación sobre el PIB en impuestos ambientales. Ponerse al mismo nivel promedio equivaldría a recaudar unos 8.000 millones de euros adicionales al año.
4) Incrementar los impuestos sobre la propiedad o riqueza, incluida una armonización de los impuestos de sucesiones y donaciones autonómicos. Ya nos hemos referido en un párrafo anterior a esta cuestión, pero se puede desarrollar un poco más la idea de un impuesto sobre la riqueza o las grandes fortunas, en la línea de las propuestas de Thomas Piketty. Teniendo en cuenta que la encuesta financiera de las familias del Banco de España de 2011, señala que la riqueza neta (excluida la vivienda principal) superaba los 2,15 billones de euros, y lo que es más relevante: que la intersección entre el 10% más rico en renta y en riqueza, concentraba el 40% de esta cifra (página 107, cuadro 7.3 de nuestro libro ya citado)[4].
5) Impuesto sobre las transacciones financieras. Podría suponer cantidades de recaudación nada desdeñables.
6) Eliminar las deducciones del impuesto de sociedades y fijar un impuesto a un tipo único del 35% como se encontraba hace unos años reportaría hasta 15 puntos adicionales de imposición, equivalentes a más de 13.000 millones de euros en el territorio fiscal común.
7) Lucha contra el fraude fiscal. La mayoría de estimaciones indican que el fraude fiscal en el Reino de España abarca más del 20% del PIB, lo que en términos de recaudación fiscal actual puede representar entre 6 y 8 puntos del PIB. Obviamente eliminar completamente el fraude fiscal es muy difícil a no ser que se tomen medidas drásticas como eliminar los pagos en efectivo, eliminar las exenciones o no sujeciones al IVA, reducir al mínimo el trabajo autónomo y las microempresas, inspecciones laborales sistemáticas y continuas, o luchar contra los paraísos fiscales que permiten dar cobertura extraterritorial a operaciones opacas y a eludir el pago de impuestos. Sería más razonable pensar en una reducción del fraude fiscal a niveles de otros países europeos, cercanos al 15% del PIB, un tercio menos que el actual en el Reino de España y tener en cuenta que quizás afectaría a algunas actividades que dejarían de ser privadamente rentables (por ejemplo, puestos de trabajo de mínima calidad que solo se justifican por las horas extras no declaradas ni cotizadas). Bajo estas premisas, una cifra razonable de incremento de recaudación puede oscilar entre 20.000 y 30.000 millones de euros anuales.
Lo hemos escrito hasta la saciedad, pero por lo que se ve hay que volver a hacerlo: la RB no “puede arreglarlo todo” porque se trata de una medida de política económica y no de toda una política económica completa. Y menos aún es toda una orientación política. La propuesta de la RB es una opción de política económica. Muy diferente, eso sí, a la que se viene practicando a lo largo de las últimas 4 décadas y, en especial, a partir del estallido de la crisis económica en el año 2007. Entre estas medidas de política económica practicada en los últimos 40 años podemos enumerar las siguientes: rebajar los impuestos de los más ricos; facilitar legalmente a las empresas el despido de los trabajadores, así como contratarlos de forma más barata; permitir las operaciones económicas altamente especulativas; distribuir la renta de los más pobres a los más ricos; permitir la existencia de los paraísos fiscales; y otras medidas que se han practicado del mismo tono. La opción por la RB es una opción de política económica de todo punto diferente, por concepto y por orientación social, a las anteriores.
El segundo artículo que hemos citado al principio decía, refiriéndose a las propuestas condicionadas y diferentes por tanto a la RB: “Se corre el riesgo [con las propuestas de rentas condicionadas] de perder de vista la idea de que todo el mundo merece un cierto suelo de bienestar, sin necesidad de ser sometido a controles burocráticos.” Para los que consideramos que la RB es una medida que no solamente atacaría la pobreza o que liberaría a mucha gente de controles burocráticos propios de los subsidios condicionados, sino que supondría, entre otras muchos efectos, un mayor poder de negociación de gran parte de los trabajadores y trabajadoras, los aspectos que hemos comentado siendo importantes son solamente una parte. En el libro escribimos:
“La Renta Básica, una asignación monetaria incondicional a toda la población, es una propuesta justa. Justa en un sentido muy preciso: garantizaría la existencia material de toda la población. Garantizar la existencia material de la población es una condición para ejercer la libertad. Cuando existen grandes desigualdades sociales no solamente se trata de un grave problema evidente de desigualdad sino que estamos ante un grave problema de amenaza de la libertad de la gran mayoría de la población. Cuando pequeños grupos, numéricamente insignificantes pero con un gran poder económico, pueden imponer las condiciones de vida y trabajo a la gran mayoría de la sociedad, estamos ante una amenaza a la libertad de esta mayoría. Más concretamente, cuando el 1% más rico de la población mundial posee más riqueza que el 99% restante de las personas del planeta, estamos ante un problema de libertad para este 99%. La Renta Básica no acaba por sí sola con estas desigualdades. Acabar con las tremendas desigualdades exigen otras medidas de política económica, pero la Renta Básica dotaría a toda la población de la existencia material que ahora no dispone una gran parte de la población, lo que entre otras consecuencias supondría un aumento de la libertad para no tener que aceptar muchas condiciones laborales que actualmente deben aceptarse porque la alternativa es el desempleo. Cuando algo se elige porque no hay alternativa, no es libertad, es necesidad.”
Es una forma no muy larga de mostrar también algunas concepciones de fondo diferentes entre los subsidios condicionados y la RB. En el prólogo de nuestro libro, David Casassas apunta: “Cuando tenemos un conjunto de recursos que garantizan nuestra existencia material, adquirimos mayores cuotas de poder de negociación, pues tenemos mayor fuerza para aguantar pulsos a lo largo del tiempo y mayor capacidad de emprender riesgos y de explorar opciones alternativas.” No dudamos que a muchos críticos de la RB eso les importe un higo, pero a nosotros sí nos importa. Es una forma muy breve de explicar una de las grandes diferencias no técnicas sino normativas de la RB respecto a los subsidios condicionados.
Notas:

[1] También es pertinente recordar algunos de los datos para el Reino de España del último informe de Oxfam. Mientras el 10% más pobre ha visto disminuir un 17% su participación en la renta nacional durante la década de la Gran Recesión (años 2007 a 2016), el 10% más rico la ha visto incrementada en un 5%. Y el 1% de la cima, en un 9%. El 10% más rico concentra más de la mitad de la riqueza total del país (un 53,8%); más que el 90% restante. El 1% de ricos entre los ricos posee la cuarta parte de la riqueza, casi el mismo porcentaje que el 70%. En el último año contabilizado, de 2016 a 2017, el 1% más rico capturó el 40% de toda la riqueza creada mientras el 50% más pobre apenas consiguió repartirse un 7% de ese crecimiento. Todas estas inmensas desigualdades, claro está, no están recogidas en gran parte en el IRPF. Los ricos pueden utilizar mecanismos legales y fraudulentos para eludir y evadir impuestos.
[2] Téngase en cuenta que actualmente el tipo marginal máximo, del mal llamado impuesto sobre el patrimonio ya es del 2,5%, aunque hay varias comunidades autónomas del Reino que lo han situado en el 3%.
[3] Permítasenos un comentario histórico que desmiente esta aseveración mainstream. En EEUU y en el Reino Unido, los tipos marginales (TM) a los más ricos fueron muy superiores a lo que actualmente se consideraría extremo durante las décadas de los 40 a los 60 del siglo pasado. Muy por encima de lo que proponemos en nuestro modelo de financiación de una RB para el Reino de España. Para concretar: en EEUU, en los años 1961-1963 el TM máximo era del 91% y la base imponible (BI) a partir de 400.000 dólares. Con pequeñas variaciones de 1964 a 1970 se pasó a los años que van de 1971 a 1980, ambos inclusive, en donde el TM máximo fue del 70% con una BI a partir de 200.000 dólares. De 1982 a 1986 el TM máximo se situó en el 50% con BI algo inferiores a 200.000 dólares. Con sucesivas disminuciones del TM máximo llegamos al año 2003 con un TM máximo del 35%, que se mantiene hasta el año 2008 con una BI a partir de 357.700 dólares en este último año. Debe añadirse que, una vez contadas las distintas deducciones, el tipo efectivo siempre es bastante más bajo que el nominal del TM máximo. Así, una persona soltera que ganase en el año 2008 400.000 dólares, pagaría un tipo efectivo del 29,6%. Pero lo más espectacular es que si se tratase de rentas del capital, aún pagaría un tipo mucho más reducido, del 15% o menos. Esta gran rebaja continuada de los impuestos a los más ricos es parte de la explicación de la tremenda redistribución de la renta de los pobres a los ricos en las cuatro últimas décadas. Y nadie ha dicho jamás que la economía de EEUU (y la del Reino Unido) fuera en los 50, 60 y 70 poco boyante…
[4] Las cifras, han sido actualizadas en la encuesta realizada para el año  2014 y proporcionan resultados muy similares a los señalados. Aunque no hemos tenido tiempo para elaborar con esta nueva información una tabla equivalente a la de 2011, pero esperamos poder obtenerla en breve.


es catedrático de Economía Aplicada de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona. Es miembro de la Red Renta Básica. Su último libro es, en colaboración con Daniel Raventós y Lluís Torrens, “Renta Básica Incondicional. Una propuesta de financiación racional y justa” (Serbal, 2017).
es profesor de la Facultad de Economía y Empresa de la Universidad de Barcelona, editor de Sin Permiso y presidente de la Red Renta Básica. Es miembro del comité científico de ATTAC. Sus últimos libros son, en colaboración con Jordi Arcarons y Lluís Torrens, “Renta Básica Incondicional. Una propuesta de financiación racional y justa” (Serbal, 2017) y, en colaboración con Julie Wark, “Against Charity” (Counterpunch, 2018).
es economista, Director de servicios de planificación e innovación en el Área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona y profesor asociado de la Escuela Superior de Comercio Internacional-Universitat Pompeu Fabra. Es miembro de la Red Renta Básica y de la Asociación REVO prosperidad sostenible. Su último libro es, en colaboración con Jordi Arcarons y Daniel Raventós, “Renta Básica Incondicional. Una propuesta de financiación racional y justa” (Serbal, 2017).
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