Elección en Francia
El destino de la política mundial se juega en esta lid crucial, en la que sólo cuatro candidatos están en la disputa real: Fillon, Marine Le Pen, Macron y Melenchon; los demás solamente saludan la bandera. Esta elección se da cuando el Presidente Hollande tiene una popularidad de menos del 10%, la más baja de la historia de Francia, lo que le impide buscar un segundo mandato.
Fillon se promociona como católico practicante y no oculta su política neoliberal: reducción de impuestos a las empresas, recorte a todo subsidio social… En lo internacional condena la política de Hollande de derrocar al gobierno sirio y sancionar a Rusia por cualquier sinrazón. Su favoritismo se fue al suelo cuando el semanario satírico ‘Le Canard enchaîné’ reveló que su mujer, Penélope, recibía una buena troncha por simular ser su asistente.
Marine Le Pen sostiene que la Unión Europea, UE, es “un experimento fracasado”, que el euro no sólo es una moneda sino también una herramienta de chantaje porque, “allí donde hay el euro, aumentaron los precios e impuestos, se redujeron salarios y pensiones, y los ciudadanos se volvieron más pobres”. Pero pese a propugnar la conservación de las conquistas sociales y los derechos de los trabajadores, a su enfrentamiento a la OTAN y a la política de la Sra. Merkel, por su pertenencia al partido fundado por su padre, militante de la de extrema derecha, la exorcizan con la ‘antifascista’ medalla de san Benito, por lo que cada vez que gana la primera vuelta, la gran prensa y cualquier contrincante suyo gritan al unísono: ¡Salvar la República del Frente Nacional!, con lo que garantizan la derrotar de Le Pen. Así lo hicieron en las pasadas elecciones y así la harán esta vez.
Macron fue ministro de Economía, Finanzas e Industria de Hollande. Pese a servir a la banca Rotschild se declara a sí mismo “ni de derecha ni de izquierda”. Sostiene que para ser competente se debe atraer inversión de capitales y disminuir los costos laborales. Cuenta con el apoyo del imperialismo mundial globalizado, IMG, y de la banca mundial. Lo echaron a la palestra para que venza a como dé lugar y es el real candidato de Hollande. Macron es casi la calca combinada de los derrotados Lasso en Ecuador y la Sra. Clinton en EEUU.
Melenchon, cuya popularidad ha subido últimamente, encabeza el movimiento “Francia Insumisa” y cuenta con el apoyo del Partido Comunista de Francia; su lema: “Radicalizar la democracia”. Es un excelente orador que se opone a la UE, tal como está concebida, admira a la Revolución Ciudadana del Ecuador, elogia a Chávez, es contrario a la actual política exterior francesa, rusófoba y vasalla del IMG, por lo que propugna que Francia tenga buenas relaciones con Rusia, abandone la OTAN y la UE, si no se reforma. Melenchon en algo se semeja a Sanders de EEUU y e s la alternativa al neoliberalismo y al neofascismo de Macron, Fillon y Le Pen; por él vota la izquierda desilusionada de la política impopular de Hollande.
La posibilidad de que se enfrenten Melenchon y Le Pen es real, aunque poco probable porque el candidato del sistema es Macron. El triunfo de cualquiera de los dos representaría el fin de la UE, tal como se la conoce actualmente.
Todo está por verse, porque el resultado electoral depende de los indecisos.
Marine Le Pen sostiene que la Unión Europea, UE, es “un experimento fracasado”, que el euro no sólo es una moneda sino también una herramienta de chantaje porque, “allí donde hay el euro, aumentaron los precios e impuestos, se redujeron salarios y pensiones, y los ciudadanos se volvieron más pobres”. Pero pese a propugnar la conservación de las conquistas sociales y los derechos de los trabajadores, a su enfrentamiento a la OTAN y a la política de la Sra. Merkel, por su pertenencia al partido fundado por su padre, militante de la de extrema derecha, la exorcizan con la ‘antifascista’ medalla de san Benito, por lo que cada vez que gana la primera vuelta, la gran prensa y cualquier contrincante suyo gritan al unísono: ¡Salvar la República del Frente Nacional!, con lo que garantizan la derrotar de Le Pen. Así lo hicieron en las pasadas elecciones y así la harán esta vez.
Macron fue ministro de Economía, Finanzas e Industria de Hollande. Pese a servir a la banca Rotschild se declara a sí mismo “ni de derecha ni de izquierda”. Sostiene que para ser competente se debe atraer inversión de capitales y disminuir los costos laborales. Cuenta con el apoyo del imperialismo mundial globalizado, IMG, y de la banca mundial. Lo echaron a la palestra para que venza a como dé lugar y es el real candidato de Hollande. Macron es casi la calca combinada de los derrotados Lasso en Ecuador y la Sra. Clinton en EEUU.
Melenchon, cuya popularidad ha subido últimamente, encabeza el movimiento “Francia Insumisa” y cuenta con el apoyo del Partido Comunista de Francia; su lema: “Radicalizar la democracia”. Es un excelente orador que se opone a la UE, tal como está concebida, admira a la Revolución Ciudadana del Ecuador, elogia a Chávez, es contrario a la actual política exterior francesa, rusófoba y vasalla del IMG, por lo que propugna que Francia tenga buenas relaciones con Rusia, abandone la OTAN y la UE, si no se reforma. Melenchon en algo se semeja a Sanders de EEUU y e s la alternativa al neoliberalismo y al neofascismo de Macron, Fillon y Le Pen; por él vota la izquierda desilusionada de la política impopular de Hollande.
La posibilidad de que se enfrenten Melenchon y Le Pen es real, aunque poco probable porque el candidato del sistema es Macron. El triunfo de cualquiera de los dos representaría el fin de la UE, tal como se la conoce actualmente.
Todo está por verse, porque el resultado electoral depende de los indecisos.
Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
No hay comentarios:
Publicar un comentario