jueves, 28 de marzo de 2019

La reciente Cumbre en Egipto acentúa la hipocresía del discurso de la UE sobre democracia y derechos humanos La Unión Europea normaliza el totalitarismo en Oriente Próximo Emile Badarin Middle East Eye Traducción para Rebelión de Loles Oliván Hijós.

28-03-2019
El mes pasado el presidente Abdel Fatah al Sisi dejó meridianamente claro a los dirigentes europeos –tan orgullosos de la democracia y de la universalidad de los derechos humanos– que su régimen rechaza tales valores. Sus acciones así lo confirman: Egipto ha llevado a cabo ejecuciones tras un proceso judicial “manifiestamente injusto” y ha presentado un proyecto de ley de enmienda de la Constitución para afianzar el poder de Sisi.Aún así, los principales dirigentes de la UE aceptaron de buen grado la hospitalidad de Sisi en Sharm el Sheij durante la Cumbre de la Liga de Estados Árabes-UE a finales de febrero, reincidiendo en la pura hipocresía del discurso europeo sobre la promoción de la democracia y los derechos humanos.
Otorgar legitimidad al régimen de Sisi 
Conviene situarse en el contexto de la Estrategia Global de la UE de 2016 que adopta en su epicentro la prioridad una política exterior pragmática y “basada en principios” para lograr la estabilidad en los países vecinos. Por lo tanto, la UE considera la estabilidad de Egipto y de su régimen como un objetivo estratégico.
Esta premisa basada en la estabilidad ocupó un lugar destacado en el orden del día de la Cumbre, en el que se eliminaron las referencias a los derechos humanos y la democracia. Tampoco se incluyeron en los discursos de Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo, ni de Jean Claude Juncker, presidente de la Comisión Europea. La declaración final no mencionó siquiera la palabra “democracia” ni destacó la universalidad de los derechos humanos, sino que se centró en preocupaciones estratégicas de la UE como la cooperación multilateral en materia de comercio, migración y seguridad.
Sorprende la rapidez con la que la UE ha vuelto al “business as usual” [los negocios como de costumbre] con el régimen más represivo de la historia moderna de Egipto. Lo que viene a confirmar la incapacidad de la UE para aprender de su propia experiencia que el autoritarismo no es garantía de estabilidad.
Como observó el ex comisario de la UE Stefan Fule durante las primeras etapas de los levantamientos árabes de 2011: “Demasiados [dirigentes de la UE] se creyeron que los regímenes autoritarios eran una garantía de estabilidad en la región. Ni siquiera era realpolitik. Era, en el mejor de los casos, cortoplacismo –el tipo de corto plazo que hace que el largo plazo sea cada vez más difícil de construir”.
Su conclusión es tan acertada ahora como entonces. El alto nivel de representación de de la UE en la Cumbre redunda en beneficio de Sisi pues otorga legitimidad a su régimen totalitario en la escena internacional y perpetua la falsa promesa de estabilidad a largo plazo en Oriente Próximo como forma de salvaguardar los intereses estratégicos de Europa.
Brutales violaciones de los derechos humanos 
Aunque la premisa de la estabilidad pueda funcionar a corto plazo, en última instancia está destinada al fracaso porque la situación en Egipto rebosa de todos los factores necesarios para desencadenar una inestabilidad prolongada.
La UE ha decidido asociarse con Sisi –y por lo tanto apoyarlo implícitamente– cuyas acciones incluyen brutales violaciones de los derechos humanos, el uso generalizado de la tortura, las desapariciones forzadas, la toma de prisioneros políticos, la masacre de cientos de manifestantes y la imposición de sentencias de muerte, por citar sólo algunos ejemplos.
En una entrevista de 60 minutos realizada en enero, Sisi explicaba que su régimen había adoptado “ciertas medidas para restaurar la seguridad”, un eufemismo espeluznante que la UE ha ignorado mientras continua por el camino de la normalización. La UE ha ido aún más lejos al presentar al régimen egipcio como “socio clave para promover la paz... y la estabilidad”, y para compartir su “compromiso con los valores universales de la democracia, el Estado de Derecho y el respeto de los derechos humanos”.
La estabilidad es la clave, como lo demuestra la frecuencia con la que Sisi y la UE utilizan en sus discursos la estabilidad y la seguridad con distintos fines: la UE normalizará la cooperación con los regímenes totalitarios de Oriente Próximo, y Sisi justificará su férreo gobierno.
Sisi invoca hábilmente el discurso de la estabilidad ante dirigentes y audiencias occidentales afirmando que sin él “la situación sobre el terreno podría haber provocado una inestabilidad generalizada”.
Responsabilizar a la UE 
Sisi y los de su calaña en toda la región confían en que la invocación del fundamentalismo, el islamismo, la radicalización, la seguridad, la estabilidad, la migración y, por supuesto, el terrorismo, retumbe en los responsables políticos occidentales.
Para la UE, la “estabilidad” implica mantener lejos de Europa las amenazas a la seguridad y a los inmigrantes. Desde esta perspectiva, el alto nivel de la representación europea en la Cumbre Liga Árabe-UE se inserta en el proceso por el cual se normaliza el autoritarismo a cambio de cooperación en cuestiones económicas, de seguridad y de inmigración, que son las preocupaciones centrales para la UE y sus Estados miembros.
Por supuesto, no es responsabilidad de la UE imponer la democracia y el respeto de los derechos humanos en Egipto o en cualquier otro lugar. Esto depende del pueblo egipcio. Pero la UE sí que es responsable de sus acciones, que en este caso, contribuyen a la normalización del totalitarismo.
El marca de estabilidad en Egipto deriva de la represión y, a este respecto, la premisa europea de que lo primero es la estabilidad perpetúa el ciclo de la opresión. Por ello, la UE debe rendir cuentas. 

* Emile Badarin es investigador postdoctoral en la Cátedra de Política Europea de Vecindad (PEV) del Colegio de Europa de Natolin. Tiene un doctorado en Política de Oriente Próximo. Sus investigaciones abarcan los campos de las relaciones internacionales y la política exterior, con Oriente Próximo y la UE como área de estudio.
Fuente: https://www.middleeasteye.net/opinion/eu-foreign-policy-normalises-totalitarianism-middle-east

¡Construir una izquierda combativa para transformar la sociedad!


¡Construir una izquierda combativa para transformar la sociedad!
El régimen del 78 ha fracasado en su objetivo de lograr estabilidad y afianzar la paz social. No sólo la legislatura ha reflejado la fuerte polarización que recorre la sociedad, la calle es un hervidero de movilizaciones multitudinarias. La batalla de los pensionistas, la gran huelga general del 8M, las manifestaciones de la juventud contra el cambio climático o la lucha ejemplar del pueblo catalán por la república, marcan una tendencia de fondo.
El enorme hartazgo con una realidad de desempleo y precariedad crónica, de violencia machista, corrupción y represión del Estado no puede esconderse. La crisis más profunda del sistema capitalista español desde la caída de la dictadura no remite, y en el horizonte se dibujan acontecimientos aún más turbulentos.
El papel de la lucha de masas
La opinión pública burguesa lleva mucho tiempo construyendo una mitología sobre la llamada “democracia representativa” y sus instituciones, ocultando así la auténtica dictadura que ejercen los grandes poderes económicos sobre la sociedad. Para esta tarea no se han regateado esfuerzos ni recursos, empezando por la utilización de la intelectualidad sobornada, las universidades, los medios de comunicación y una legión de políticos pagados generosamente y corrompidos hasta la médula. Cuando esto no ha sido suficiente, el aparato del Estado ha esgrimido su músculo represivo para responder a la lucha de clases que el juego parlamentario no puede contener.
Una de las características de la época histórica que vivimos es precisamente que este gran fraude ha sido puesto al descubierto. Por ejemplo, el salvamento del sistema financiero español, que implicó un robo de más de 200.000 millones de euros de las arcas públicas y fue sancionado por el PP y el PSOE con una reforma constitucional, ha tenido consecuencias de primer orden. La avalancha de recortes en la sanidad y educación, en las prestaciones para los parados y en las pensiones, los cientos de miles de familias trabajadoras que han sido desahuciadas y el millón de jóvenes empujados al exilio económico en busca de un futuro mejor… han dejado una huella profunda en la conciencia.
Estas condiciones objetivas explican los actuales desarrollos políticos y la pérdida de credibilidad de las instituciones capitalistas. La clase dominante lo ha intentado todo para revertir esta situación y sacudirse responsabilidades. Desde el golpe de mano en el PSOE para asegurar la investidura de Rajoy en 2016, hasta la invención de un nuevo partido de la derecha como Ciudadanos. Desde la manipulación de la cuestión catalana para jalear el españolismo más rabioso, hasta la represión judicial y policial contra todos los movimientos sociales de envergadura.
Ninguna de estas maniobras les ha servido. Millones de trabajadores y jóvenes se han enfrentado a la ofensiva de los capitalistas, de sus partidos y de su Estado de una manera asombrosa. Y queremos subrayar esta idea, pues en la izquierda parlamentaria y en sus satélites mediáticos se insiste una y otra vez en lo desfavorable de la “correlación de fuerzas”. En realidad, el factor más desfavorable, y que se ha convertido en el mayor obstáculo, es la falsa política de los dirigentes socialdemócratas del PSOE, de las cúpulas sindicales y, lamentablemente, también de Podemos. Pensar que son posibles  transformaciones sociales de calado, respetando las reglas del sistema y sin tocar el poder de la banca y los grandes monopolios empresariales, es una utopía reaccionaria que ha cosechado fracaso tras fracaso.
La clase obrera y la juventud han demostrado estar cien codos por delante de estos dirigentes. Sólo los más cegados por el escepticismo pueden negar que las movilizaciones que han sacudido el régimen del 78 surgen del impulso y la iniciativa desde abajo, y que los aparatos burocratizados de CCOO, UGT y el PSOE, paladines de una paz social imposible, han quedado completamente desbordados.
El ascenso de Vox y las contradicciones del bloque reaccionario
Una lucha de clases en ascenso también produce otros efectos. En las próximas elecciones del 28 de abril nos enfrentamos a un avance importante de la extrema derecha, y no se puede descartar que el bloque reaccionario —PP, Cs y Vox— pudiera alzarse con el triunfo en las urnas. ¿Cómo se explica esta aparente contradicción?
La polarización política creciente no sólo refleja el giro a la izquierda de amplios sectores la clase obrera, la juventud y de capas medias empobrecidas; también existe una enorme frustración con los partidos del sistema que sacude a los sectores más atrasados de la sociedad, y alimenta la demagogia reaccionaria de Vox.
En las elecciones andaluzas vimos los efectos profundamente desmovilizadores que tiene la política continuista con los recortes y la austeridad del PSOE. Las promesas incumplidas, la corrupción y la servidumbre a los poderes fácticos, los pactos con Ciudadanos, llevaron a Susana Díaz a perder la Junta de Andalucía. Unidos Podemos también sufrió un fuerte varapalo, pagando en las urnas su renuncia a impulsar y liderar la movilización social.
En este contexto los viejos demonios han vuelto a hacer acto de presencia, en el lenguaje, en los gestos y en el programa del PP, Cs y Vox. Esta última formación se nutre de la radicalización de la base social de la derecha ante el enconamiento de la lucha de clases. Su programa, lleno del ADN franquista más desafiante, antiobrero, machista y racista, se complementa con un liderazgo que cobija bajo sus alas a numerosos militares que no esconden su devoción por el dictador, a jueces homófobos y misóginos, y a fascistas que han visto su oportunidad para salir de la marginalidad.
Las perspectivas electorales de Vox son buenas y seguro que conquistarán una tajada considerable de la base electoral del PP. Ninguna encuesta les da por debajo del 10%, pero incluso este resultado podría ser superior. Esta es la razón de la desesperación de Pablo Casado y de sus declaraciones y gestos trufados de rancio franquismo. La pérdida de escaños puede ser histórica para el PP, pues en las filas de la derecha el voto útil no funcionará en esta ocasión. Los “ladridos” de odio contra el pueblo catalán y el nacionalismo españolista más furioso han colmado el deseo de revancha de estos sectores.
Los medios de comunicación burgueses ocultan conscientemente la grave crisis que recorre a la derecha. No sólo el PP puede enfrentar una situación compleja, las expectativas de  Albert Rivera y Ciudadanos también han menguado considerablemente. Además la Ley D'Hont en esta ocasión puede perjudicar a una derecha dividida.
Los acontecimientos indican que la correlación de fuerzas en la calle es mucho más favorable para la clase obrera que para la reacción. La manifestación españolista en Colón (Madrid) del pasado 10 de febrero no colmó las expectativas de sus organizadores: 200.000 personas acudieron a la llamada, muy por detrás del millón esperado. En contraste, la huelga general feminista del 8 de marzo fue un auténtico tsunami, en la línea de las movilizaciones multitudinarias de los pensionistas, las huelgas estudiantiles contra el cambio climático, las protestas masivas a favor de la sanidad pública en Galicia, Valladolid y Teruel, la gran huelga del taxi en Madrid, o las manifestaciones de masas en Catalunya contra el juicio farsa del Supremo y en solidaridad con los jóvenes de Altsasu.
Derrotar a la derecha en las urnas y en las calles. Construir una izquierda combativa para transformar la sociedad
El ascenso de Vox ha colocado a amplios sectores de la clase obrera y la juventud en máxima tensión. Existen poderosos factores para empujar a la base social de la izquierda a una fuerte movilización electoral. Pero también hay un ambiente de decepción, especialmente entre capas que apoyaron con entusiasmo a Podemos y que apenas distinguen ahora a la formación morada de la socialdemocracia tradicional.
En estas condiciones, una parte nada desdeñable de los votos que Pablo Iglesias arrancó en 2015 y 2016 retornarán al partido de Pedro Sánchez. El “voto útil” al PSOE volverá a jugar un papel político y diferentes factores refuerzan esta previsión. Pedro Sánchez recuperó la secretaría general en una guerra abierta con el aparato y los barones territoriales y, aunque ha respaldado la aplicación del 155 y rechazado al derecho de autodeterminación, los ataques de Casado y Rivera acusándolo de “traidor a la patria” y de “jefe” de un supuesto Frente Popular (por su pacto con los “comunistas” de Podemos), le concede un crédito entre la clase obrera mucho mayor del que merece. La memoria histórica de los crímenes de la dictadura, que las expectativas electorales de Vox vuelven a poner a flor de piel, también juega a favor del voto útil.
En un ambiente tan polarizado es muy complicado que se den mayorías holgadas. En el caso de que los resultados pudieran hacer viable una coalición gubernamental PSOE-Podemos, con apoyo de los nacionalistas catalanes y vascos, las luchas sociales y la exigencia de medidas concretas para poner fin a los recortes y la austeridad serán aún mayores.
Otra posibilidad, que ya se intentó en la primavera de 2016 y que fracasó, es la de un pacto entre PSOE y Cs. Además de necesitar apoyos para asegurarse una mayoría parlamentaria, un gobierno así supondría un gran desgaste político para Pedro Sánchez y ninguna garantía de estabilidad teniendo en cuenta las medidas neoliberales que aplicaría.
Si las urnas dan la victoria al bloque de la derecha, después de un cierto tiempo para asimilar este resultado el choque frontal con la clase obrera estará garantizado. Los efectos políticos que tuvo el bienio negro encabezado por la CEDA entre 1933-1935, con todos los matices que podemos introducir, representa una buena comparación histórica.
Desde Izquierda Revolucionaria contribuiremos con todas nuestras fuerzas a la derrota del PP, Cs y Vox. Como millones de trabajadores y de jóvenes harán este 28 de abril, es fundamental cerrar el paso a la derecha en las urnas. Pero esta actitud, que refleja una conciencia de clase elevada, no significa extender un cheque en blanco a un PSOE que sigue aceptando la lógica del sistema, que ha renunciado a revertir las gravísimas contrarreformas del PP, y se doblega ante un aparato del Estado cada vez más envalentonado.
Al mismo tiempo, la actual crisis de Podemos plantea de manera muy aguda la discusión sobre el tipo de izquierda que queremos construir. La política institucional sin otro horizonte que lograr algunas migajas de la mesa de los poderosos no tiene nada que ver con el discurso original de barrer a la casta y al régimen del 78. Pablo Iglesias nos tiene acostumbrados a declaraciones radicales cuando las encuestas les son adversas, pero estas maniobras no van a funcionar igual que en el pasado. Si se sigue insistiendo en la respetabilidad parlamentaria renunciando al derecho de autodeterminación, a la lucha por la república o a un plan de nacionalizaciones de los sectores estratégicos de la economía, las fronteras con la socialdemocracia tradicional quedarán completamente desdibujadas. Por eso es el momento de una profunda rectificación política y estratégica.
La experiencia histórica ha dejado claro que votar no basta. Los cambios sociales profundos se logran mediante la confrontación con los grandes poderes económicos y políticos, la organización y la lucha. Para derrotar a la derecha en la urnas y defender los intereses de los trabajadores, de la juventud y de todos los que sufrimos las consecuencias de la crisis capitalista, se necesita continuar con la movilización masiva y construir una izquierda combativa, con fuertes raíces en el movimiento obrero y los sindicatos de clase, en los centros de estudio y en los movimientos sociales.
¡Para frenar a la derecha, es la hora de la lucha y la organización!
¡Únete a Izquierda Revolucionaria!
¡Pensión y salario mínimos de 1.100 euros! Por la derogación de las contrarreformas laborales y de las pensiones. Jubilación a los 60 años y contratos de relevo para la juventud. 35 horas semanales sin reducción salarial. Fin de la precariedad laboral: a los 15 días fijos en plantilla.
Prohibición por ley de los desahucios. Por un parque de viviendas públicas que cubra la demanda existente con alquileres sociales.
Enseñanza pública de calidad y gratuita desde infantil hasta la universidad. Derogación de la LOMCE. Fuera la religión de los centros de enseñanza. Ni un euro del presupuesto público para la enseñanza privada y concertada.
Derecho al voto a los 16 años.
Derecho a una sanidad pública digna, gratuita y universal. Derogación de todas las leyes que han permitido la privatización de la sanidad.
Remunicipalización de los servicios públicos privatizados, manteniendo y ampliando las plantillas y respetando los derechos laborales.
Contra la violencia machista, la justicia patriarcal y la discriminación de la comunidad LGTBI. Por un feminismo de clase y revolucionario.
Combatir el fascismo y el racismo con la movilización y la organización. Fin de la Ley de Extranjería y de los CIEs, garantizando los derechos políticos, sociales y económicos para los inmigrantes y sus familias.
Basta de represión judicial y policial. En defensa de la libertad de expresión. ¡Fuera la Ley Mordaza!
En defensa del medio ambiente y contra el cambio climático. Nacionalización de todas las multinacionales de producción de energía y combustibles (eléctricas, compañías mineras, de petróleo y gas, empresas de producción de energía eólica y solar, etc…), y plan público de inversiones para establecer una industria energética 100% ecológica y sostenible.
Nacionalización de la banca y los sectores estratégicos para planificar la economía bajo el control democrático de la clase obrera y sus organizaciones.
Por el derecho de autodeterminación. Por la república socialista de Catalunya y la república socialista federal basada en la unión libre y voluntaria de los pueblos y naciones que componen actualmente el Estado español que así lo decidan.
Afíliate a Izquierda Revolucionaria entrando en nuestra página web o escríbenos a: contacto@izqquierdarevolucionaria.net

Ruta de presentación de candidato y candidatas



Venezuela y el terrorismo yanquis con su pelele Juan Guaidó corrupto al servicio del imperialismo yanquis


Juan Guaidó terrorista corrupto al servicio de los yanquis


miércoles, 27 de marzo de 2019

DINA, la pieza secreta que une a Villarejo y a Inda en una maniobra contra Pablo Iglesias


DINA, la pieza secreta que une a Villarejo y a Inda en una maniobra contra Pablo Iglesias

En uno de los registros producidos por la Operación Tándem se encontró el teléfono móvil de una asistente del secretario general de Podemos, Dina Bousselham, que había sido robado hacía tres años. De ese dispositivo, según la investigación, pudieron salir mensajes privados tanto de Iglesias como de la organización que fueron publicados por Eduardo Inda. 
Pablo Iglesias y Eduardo Inda.
Esta mañana el secretario general de Podemos, Pablo Iglesias, entraba a declarar en la Audiencia Nacional en calidad de testigo y salía con la oferta que le ha hecho el juez que instruye la causa Tándem, Miguel García Castellón, de personarse como acusación particular en una de las piezas que aún se mantienen secretas contra el comisario José Manuel Villarejo y otros integrantes de una posible organización criminal dedicada al cohecho y al blanqueo de capitales, entre otros delitos. 

Según ha sabido Público, la pieza se denomina DINA, el nombre de la asistente que Pablo Iglesias tenía cuando era europarlamentario, Dina Bousselham, y que en la actualidad es candidata de la formación morada. En 2016, ella denunció el robo de su móvil en un centro comercial pensando que se trataba de un delito común. Pero la sorpresa llegó cuando, en un registro ordenado en noviembre de 2017 dentro de la Operación Tándem, apareció el teléfono robado a la colaboradora de Iglesias. Fue entonces cuando los investigadores de Asuntos Internos comenzaron las pesquisas en esta pieza separada denominada DINA, que hoy se ha hecho pública, aunque continúa secreta. 

Los mensajes publicados por Inda

Lo que sí ha podido saber Público por fuentes cercanas a la investigación, es que "mensajes privados que aparecieron en el portal digital de Eduardo Inda provienen del teléfono robado por Villarejo y de su volcado". 
Esta sería una nueva pieza separada en la que se investiga a Eduardo Inda en relación a operaciones bajo sospecha que ha llevado a cabo junto al comisario Villarejo, en prisión desde noviembre de 2017. 
Hoy mismo, Público desvelaba cómo Villarejo le dio a Inda la grabación ilegal realizada a agentes del Centro Nacional de Inteligencia (CNI) y a Asuntos Internos para que el tertuliano y su compañero Esteban Urreiztieta se la entregaran al pequeño Nicolás y así intentar archivar la causa. 

sábado, 23 de marzo de 2019

La masacre de las mezquitas en Nueva Zelanda. La supremacía blanca y las guerras de Occidente. James Petras. Rebelión

La masacre de las mezquitas en Nueva Zelanda. La supremacía blanca y las guerras de Occidente. James PetrasRebelión

Traducido para Rebelión por Paco Muñoz de Bustillo

La masacre perpetrada el viernes 15 de marzo en Christchuch, Nueva Zelanda, que causó 97 muertos y heridos musulmanes, tiene profundas raíces políticas, ideológicas y psicológicas.En primer lugar y antes que nada, los países occidentales liderados por el mundo angloamericano han estado en guerra y han asesinado y desplazado a millones de musulmanes con total impunidad durante los últimos treinta años. Los principales comentaristas de los medios de comunicación y los portavoces e ideólogos de partidos políticos han identificado a los musulmanes como una amenaza terrorista global y el principal objetivo de su “guerra contra el terror”. El mismo día en que se produjo la matanza, Israel lanzó ataques aéreos a gran escala contra cien objetivos en Gaza. Israel ha asesinado a cientos de palestinos desarmados y herido gravemente a más de 20.000 en menos de dos años. Las masacres israelíes suelen producirse también en viernes, el Sabbat musulmán.
La islamofobia es un fenómeno que supera enormemente otros “delitos de odio” en todo Occidente y ha penetrado en las instituciones políticas y culturales judeocristianas. Los dirigentes políticos occidentales e israelíes han impuesto políticas de inmigración extremadamente restrictivas (que en algunos países han supuesto la prohibición total de inmigración musulmana). Israel va todavía más lejos al expulsar del país a residentes históricos árabes. Es obvio que el asesino neozelandés siguió las pautas israelíes y occidentales.
En segundo lugar, en años recientes, todos los regímenes occidentales han tolerado a individuos indeseables, violentos y supremacistas blancos, que gozan de libertad para propagar con palabras y hechos la violencia contra el islam. La mayor parte de las masacres contra musulmanes fueron anunciadas por adelantado en las denominadas redes sociales, como Twitter, que llegan a millones de seguidores.
En tercer lugar, mientras las fuerzas policiales locales y estatales recopilan información y espían a ciudadanos musulmanes cumplidores de la ley, aparentemente fracasan a la hora de actuar de la misma manera con peligrosos individuos que se autodefinen como antimusulmanes. Tal es el caso del reciente asesino en masa de Nueva Zelanda, Brenton Torrant.
La policía y los servicios de inteligencia del país no guardaban información sobre Torrant ni le tenían sometido a vigilancia, a pesar de que defendía abiertamente la supremacía blanca a través de la violencia y admiraba a otros supremacistas como el noruego Anders Brevet, autor de la muerte de más de 70 jóvenes cuando estaban de campamento.
Torrant publicó un manifiesto contra el islam de 44 páginas, fácilmente disponible para cualquiera que tuviera un ordenador –incluso un poli torpe– y mucho más para las fuerzas de seguridad neozelandesas. Torrant planeó el ataque con meses de antelación, pero no estaba en la lista de personas sometidas a vigilancia.
Torrant no tuvo ningún problema en conseguir una licencia de armas y comprar una docena de ellas de gran potencia, incluyendo material para fabricar artefactos explosivos improvisados, que la policía descubrió posteriormente sujetos a su vehículo.
Por qué la policía llegó tarde
La mezquita de Al Noor, donde se produjeron la mayor parte de los muertos y heridos, se encuentra en el centro de Christchurch, a menos de cinco minutos de la jefatura de policía, pero la policía tardó 36 minutos en responder. El supremacista blanco tuvo tiempo para asesinar y mutilar, para salir de la mezquita, regresar a su coche, recargar las armas y regresar a la mezquita, vaciar su munición sobre los fieles musulmanes (con una versión civil del fusil M 16), conducir hasta el Centro Islamico Linwood y seguir asesinando y mutilando a más fieles musulmanes, antes de que la policía apareciera finalmente en escena y le detuviera.
¡Y el alcalde felicitó a la policía! ¡Uno podría sospechar que las autoridades estaban en connivencia!
¿Qué razones podrían explicar la ausencia o el fracaso total de la policía? ¿Que el individuo no estuviera bajo vigilancia, el retraso en llegar a la escena del crimen o la falta de cualquier tipo de autocrítica?
El aumento de la extrema derecha contraria a la inmigración y a los musulmanes
Los individuos como Brenton Torrant están proliferando en todo el mundo, y no se debe a que sean enfermos mentales o psicópatas. No son tanto producto de la ideología de la supremacía blanca como producto de las guerras occidentales e israelíes contra los musulmanes: sus dirigentes están detrás de esa lógica, de esos métodos (las armas) y de la impunidad de la que gozan.
Los regímenes occidentales guardan información de los ecologistas y de los activistas contra la guerra, pero no de los supremacistas contrarios al islam, que se preparan abiertamente para la guerra contra la “invasión” de los inmigrantes musulmanes, que huyen de las guerras europeas y estadounidenses contra Oriente Medio.
La policía tarda medio minuto en responder al tiroteo contra un agente; no permiten que los delincuentes, disparen, recarguen armas, vuelvan a disparar y se trasladen para matar a más policías. No creo que el retraso se deba a la negligencia de la policía local.
La matanza fue consecuencia del hecho de que las víctimas eran musulmanes que se encontraban en el interior de una mezquita. Las lágrimas y las coronas de flores, las oraciones y las banderas posteriores al crimen no cambian ni cambiarán el asesinato de musulmanes.
Las campañas educativas contra la islamofobia pueden ayudar solo si el Estado actúa para acabar con las guerras occidentales e israelíes contra los países y las personas musulmanas. Solo cuando las autoridades occidentales acaben con la imposición de restricciones especiales contra los llamados “invasores musulmanes”, los “supremacistas blancos” y sus vástagos ideológicos dejarán de reclutar seguidores entre los, por lo demás, ciudadanos normales.
Las masacres en las mezquitas y los crímenes contra individuos musulmanes dejarán de ocurrir cuando los estados imperialistas y sus gobernantes dejen de invadir, ocupar y desarraigar a los países islámicos y a sus gentes.
El presente artículo puede reproducirse libremente siempre que se respete su integridad y se nombre a su autor, a su traductor y a Rebelión como fuente del mismo.

Catalunya: Desobediencia pacífica


Desobediencia pacífica

 

Estos eran los que venían con soluciones políticas para no "judicializar" el conflicto. Y procesan a los independentistas hasta por los lazos. 

Los visitantes de las redes, singularmente tuiter, encuentran de vez en cuando intervenciones apasionadas, tuits de los que ahora llaman "hiperventilados", verdaderos Bravehearts de la liberación catalana. Gentes indignadas que exigen a los políticos indepes que planten cara al Estado de una vez, que desobedezcan, que se rebelen y que, si no tienen agallas para hacerlo, se echen a un lado y dejen paso a quienes sí lo harán. No ha lugar ya a más arrastrar los pies, buscar excusas y componendas con una legalidad española que solo busca aniquilar Catalunya. A base de aceptar las imposiciones españolas acabaremos aceptando la vuelta a la autonomía y quién sabe si algo peor.

La fe en la existencia de un "pool" de políticos/as independentistas dispuestas a la ruptura final es eso, fe, porque es el futuro. Vayamos a lo de ahora. Torra ha desobedecido lo suficiente para poner en  marcha una nueva represión del Estado disfrazada de justicia. La fiscalía se querella por desobediencia y pueden caerle dos años de inhabilitación. Eso si la cosa no se complica, interviene Llarena y acaban pidiéndole 15 años por rebelión porque se alzó con intención tumultuaria a un balcón. Sí, es una broma; o debiera, pues con estos legionarios hispánicos nunca se sabe.

¿Qué más cabe pedir a Torra? ¿Qué más a los presos/as políticas? ¿Qué a Puigdemont? El juego consiste no en desobedecer la ley sin más, sino en demostrar que la ley asfixia los derechos de los catalanes y no queda otra que desobedecer. Quizá no sea tan llamativo como lo primero, pero es desobedecer y abre nueva vía represiva que, lógicamente, se trata de minimizar. No queremos mártires; queremos luchadores por la independencia de Catalunya que estén operativos el mayor tiempo posible.

No ha mucho lugar a la hiperventilación, sobre todo si se quiere ser justo con lo que la gente da y hace por la causa común. Torra ya dijo hace un tiempo que estaba dispuesto a ir a la cárcel por la libertad de Catalunya. Y lleva camino de probarlo. Palinuro, no obstante, osa sugerirle que, sin abandonar ese sendero, considere tomar otra salida en forma de exilio. Es un gran conocedor de Suiza, probablemente el país que ha tenido más exiliados y refugiados en su  historia de toda Europa, en relación a su extensión y habitantes. 

Mientras tanto, parece persona perfectamente capaz de tratar la situación en la que la ANC presiona para acortar tiempos e insiste en la unilateralidad, DUI y publicación en el DOG. Es razonable pedir a esta organización social que tenga preparado el personal para llevar a cabo la empresa ya que desatará otra oleada de represión del Estado. No puede recaer todo sobre las espaldas del Govern. La revolución catalana no solo es trasversal, sino también participativa. Y conviene asimismo que pulse el parecer de las distintas fuerzas independentistas por si hubiera sorpresas. Veo a ERC reticente en la vía de la desobediencia y no acabo de ver a la CUP. 

Este será el momento del pool y que quienes están dispuestos/as a seguir cumpliendo el mandato del 1-O tomen el mando y continúen. Lo importante es esa continuidad que fortalece el movimiento y revela el entramado policiaco y carcelario español que, junto a un poder judicial politizado a extremos caricaturescos, es lo opuesto a un Estado de derecho. 

Otra cosa es si el Estado hace bien o no con la política represiva. Asunto de poca monta, excepto, si acaso para considerar con nostalgia cómo viejos socialistas de memorias izquierdistas son hoy firmes partidarios de esta monarquía, fieles continuadores del posfranquismo y enemigos jurados de los derechos fundamentales de los catalanes. En relación a Catalunya el Estado siempre lo hace todo mal. Si reprime, intensificará el movimiento indepe. Si no reprime, también.

La única salida, la única desde el principio, es un referéndum de autodeterminación en Catalunya bajo supervisión internacional.

martes, 19 de marzo de 2019

Los partidos “constitucionalistas”, Vox y Venezuela Andrés Piqueras y José Antonio Egido Sociólogos.


Los partidos “constitucionalistas”, Vox y Venezuela

Sociólogos.          

·                     Contra el miedo, Madrid en Pie
·                     La visita de un electrón al pasado
·                     Una campaña marciana (1): Casado descubre la Ley D’Hondt
·                     El suicidio: una realidad desconocida
·                     De nuevo sobre los lazos y la neutralidad de las instituciones

·                     Bartolomé Cursach, bajo custodia policial cuando estaba en prisión preventiva. CATI CALDERA / EFE

Víctimas de la mafia policial de Cursach piden la ayuda de Sánchez ante la pasividad judicial

·                     El exvicepresidente segundo y exconsejero de Justicia madrileño Alfredo Prada. / EFE

La Justicia imputa al guardián de la corrupción del nuevo PP de Casado

·                     El líder del PP, Pablo Casado.EFE

Casado, sobre las mujeres maltratadas: "¿Qué hacemos: las escoltamos por la calle?"

·                     Una mujer introduce sus votos en las urnas durante el 20-D / EFE

La Junta Electoral rectifica y no abre la puerta a cuestionar el voto de las personas con discapacidad

·                     Dos de los asistentes a la vigilia se abrazan mientras presencian cómo se descarga un camión de cerdos./ Alejandro Tena

Así es una vigilia vegana, la dura despedida de los animales que llegan al matadero

La anomalía histórica que supone el Reino de España significa que aquí el fascismo a lo franquista nunca dejó de tener unas importantes dosis de control socioeconómico y de relevancia política. Encastrado hasta ahora en el partido que se conformó en torno a la vieja guardia franquista (AP, después PP), ha decidido hoy salir de nuevo a la luz (Vox), como un engendro de los partidos que se autoproclaman “constitucionalistas”. Pero como todo monstruo tiene también su función: hacer que en tiempos de crisis esos partidos del orden del capital parezcan, a pesar de todo, la “opción más razonable”.
Tal engendro político, en su función de tirar hacia la derecha de todo el espectro electoral, ha querido ir un poco más allá en la competencia por la agresión contra Venezuela y por boca de su simplista y maniqueo responsable de relaciones exteriores, Iván Espinosa de los Monteros, se declara partidario de una intervención militar en Venezuela tras reunirse en Washington con dos miembros de la administración Trump. De modo que Vox ya no sólo representa al sector más abiertamente franquista de la clase dominante española, sino también al sector más reaccionario del Partido Republicano norteamericano llamado Tea Party. Es decir, estamos ante un fascismo del siglo XXI originado en la Fundación FAES y en lo más extremista del Partido Popular español, que es al tiempo subalterno de uno de los sectores dominantes del capitalismo estadounidense (nos retrotraemos así a los años 30 en los que la Falange joseantoniana no sólo representaba a lo más conservador de los círculos financieros y terratenientes españoles -que consideraban demasiado blanda a la CEDA de Gil Robles-, sino también al nazismo alemán).
Obviamente, esta posición invalida toda pretensión del citado grupo de representar a un sector conservador pero “nacionalista” español, partidario de anteponer los intereses españoles y la independencia del país frente a potencias extranjeras. En realidad, entre los autoproclamados “nacionalistas” españoles, que vienen a ser los mismos que se dicen “constitucionalistas”, dicho sector o no existe o carece de toda representación política. Una prueba más la dio Pedro Sánchez cuando se apresuró a ir detrás de los designios de Trump para reconocer a un impostor como presidente venezolano. Tanto como cuando cada día cede a los dictados del capital extranjero.
Cabe preguntarse ¿qué gana Vox con esta posición extemporánea, guerrerista, que ni siquiera es asumida por la mayoría de los círculos de poder estadounidenses?      Probablemente recibir financiación y apoyo político de los sectores más reaccionarios del gran capital norteamericano y transnacional, como ya ha ocurrido con el turbio y peligroso exilio iraní que ha entregado a ese partido una suculenta subvención. En general los partidos “constitucionalistas” y su engendro corren a respaldar la ofensiva actual del régimen estadounidense para recuperar control sobre su tradicional “patio trasero”. Extraño nacionalismo que se subordina a la última potencia que venció militarmente a España y se hizo luego dueña de sus antiguas colonias. Ni tan sólo representa los intereses de las grandes compañías españolas que hacen negocios en esa región, ya que obviamente, de reinstalarse el pleno dominio estadounidense en Venezuela, dichas compañías quedarían relegadas a una posición secundaria.
El respaldo directo que además dan los partidos “constitucionalistas” y su engendro a lo más extremista de la diáspora derechista venezolana en España no augura nada bueno para el orden público en los próximos tiempos, conociéndose la manera agresiva, intolerante y provocadora en que se muestra en los espacios públicos españoles y la brutalidad con la que se ha comportado en su propio país. Si en el Reino de España por demandar un referéndum te acusan de “golpismo”, “sedición”, “malversación”, “desobediencia grave”, “promoción de desórdenes públicos” y otras extravagancias como esas, qué haríamos aquí con una oposición que como buena parte de la venezolana provoca motines callejeros, quema vivas a personas, llama abiertamente a la rebelión, a desconocer al jefe de Estado e incluso a liquidarle (no vemos a nuestro pobre Felipe VI, tan ultra contra la democracia en Cataluña y tan acérrimo de que nadie le pueda votar en territorio estatal, tomándose bien esa cuestión). La oposición venezolana pide sin tapujos la intervención militar extranjera en su propio país, absolutamente frustrada por no poder hacer del ejército el instrumento de su golpe interno, como ha ocurrido tantas veces en casi todo el resto de la Patria Grande americana cuando algún país intentó iniciar un proceso de auténtica independencia o al menos una parte importante de la población estaba movilizada para ello. Apoyando a esa oposición todos esos que se envuelven en la bandera rojigualda, los partidos “constitucionalistas” y su engendro Vox, muestran cuál es su idea del “nacionalismo”: vender el país (más todavía) a las transnacionales y, en su caso, pedir a la OTAN o a saber quién, que nos invada.
La sociedad española debería preguntarse qué de bueno está haciendo Venezuela que todos los grandes poderes y las extremas derechas quieren liquidar su proceso bolivariano. Pero claro, quizás para ello deberíamos tener la posibilidad de contar con una información mínimamente independiente y veraz. Si algo ha demostrado toda la farsa circense del presidente “autoproclamado”, la escenificación de la “ayuda humanitaria” por parte de los mismos que asedian al país y le roban sus riquezas en el extranjero, los sabotajes eléctricos y demás movimientos de guerra de cuarta generación contra Venezuela, es que los grandes media mundiales (los españoles entre ellos, sean privados o públicos) forman también parte de esa guerra, y ofrecen sin pudor la única versión de los hechos que viene dictada desde Washington, como si de un cuartel general de campaña se tratara (da lástima pensar que la actual directora de RTVE prometió que su guía iba a ser la objetividad). Si hay hoy un caso claro de falta de verdadera pluralidad mediática en nuestras sociedades, ahí está el tratamiento que se le da a Venezuela.
Pero si hay algo también que se está evidenciando hasta la fecha es que ese país y su proceso en pro de una auténtica soberanía, a pesar de su inicial inmadurez, sus errores y carencias, ha gestado una unión cívico-militar, un compromiso y movilización populares que se han convertido en un hueso extremadamente difícil de roer para la oposición entreguista y el imperio que está detrás de ella. A éste, si quiere seguir por ese camino, le va quedando cada vez más como única opción recurrir a la fuerza bruta, explícita, sin tapujos. Ese, no obstante, sería el más grave de sus errores. Muy probablemente supondría el principio del fin de su hegemonía en la que Marti y otros libertadores, para distinguirla de la anglosajona, llamaron Nuestra América.