El 15-M celebra su segundo cumpleaños en las calles al grito de “¡sí se puede!”. Por Kaos. Estado Español
Lunes, 13 de Mayo de 2013 10:36
Los gritos, incesantes a lo largo de toda la tarde, han sido lo ya
clásicos: “¡Sí se puede!” o “De norte a sur, de este a oeste, la lucha
sigue todo lo que cueste”, junto a otros como “Los banqueros son unos
bandoleros”.
El 15-M fue el que nos movilizó, el que nos sacó a la calle.
Nosotros fuimos detrás, crecimos gracias a ellos. Por todo eso, el 15-M
es un ejemplo para todos”. Estas palabras de una yayoflauta, la primera
persona que ha tomado el micrófono en la Puerta del Sol al término de la
manifestación, resumen el papel que ha tenido el movimiento a lo largo
de estos dos años: el de revulsivo de unos movimientos sociales que
permanecían invisibles.
Las principales ciudades del país se han vuelto a llenar de
indignación. En Madrid, decenas de miles de personas, según los
convocantes, han vuelto a sacar sus pancartas a la calle. Como es
habitual, las marchas han partido de varios puntos de la comunidad
autónoma hasta confluir en el centro de la capital, a la altura de la
glorieta de Cibeles, para acabar desembocando en la Puerta del Sol.
Los gritos, incesantes a lo largo de toda la tarde, han
sido lo ya clásicos: “¡Sí se puede!” o “De norte a sur, de este a oeste,
la lucha sigue todo lo que cueste”, junto a otros como “Los banqueros
son unos bandoleros”. Los carteles también expresaban unas proclamas que
guardan la esencia de estos dos años, apuntando contra banqueros,
políticos corruptos y recortes.
Madurez del 15-MEl movimiento, aunque en ocasiones parece haber perdido la capacidad movilizadora en citas clave, ha nutrido otros, como las plataformas contra los desahucios o las mareas contra la privatización de los servicios públicos, en especial de la sanidad y la educación, que en estos momentos son los que más intensidad demuestran.
Pese a todo, son muchos los que creen que el 15-M como tal
debe continuar. “Esto cada día va a peor. Vemos casos de corrupción
escandalosos y aquí nadie va a la cárcel, la justicia está totalmente a
su favor”, lamenta Francisco Maroto. Este manifestante de 67 años cree
que el movimiento se encuentra en forma y que hoy hay “muchas más
razones que hace dos años para salir a la calle”.
Unos metros más atrás, un grupo de estudiantes avanza con
camisetas verdes. A Mario Hernández, que se encuentra cursando
ingeniería química, le indignan especialmente la subida de las tasas
universitarias y los recortes en educación. “También vengo por
solidaridad, porque es una buena oportunidad de juntarnos con otros
movimientos y mostrar nuestro apoyo”, explica.
“Procesiones” que hacen reír al poder
Sin embargo, no todo han sido felicitaciones. En Sol, uno
de los impulsores de la convocatoria del 25-A, que llamaba a “asediar”
el Congreso a finales de abril, comparaba las marchas del 15-M con
“procesiones”. “Ya está bien de manitas, ya está bien de este tipo de
manifestaciones. Cuando nosotros levantamos las manos los que están en
el Gobierno se ríen de nosotros. Tenemos que hacer otro tipo de
protesta”, ha espetado, entre aplausos de algunos de los asistentes.
Después, los manifestantes se han dividido, según su barrio de
procedencia, en diferentes plazas alrededor de Sol para evaluar las
luchas y los logros de este año y las nuevas iniciativas conjuntas que
les gustaría emprender. Pese a que no se han logrado cambios
legislativos ni a nivel institucional, el 15-M defiende que, sin la
movilización que ha habido estos dos años, los recortes habrían sido
mucho peores. Sea como sea, lo cierto es que todavía son muchos los que
gritan “¡Sí se puede!”.
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