Por un holding ferroviario español
A diferencia de
otros sectores, todavía se está a tiempo de defender para España la permanencia
de un modelo de ferrocarril público y de calidad.
| 25 Mayo 2013 - 15:28 h.
Con toda la
importancia que tiene la actualidad del anunciado cierre de servicios públicos
de transporte por ferrocarril (esta es la autentica definición de la
medida) en diversas comunidades autónomas, que hay que intentar evitar por
todos los medios ya que lejos de ser solo un problema de empleo, que lo es, o
del volumen de la empresa RENFE, que también lo es, va a afectar de manera
trascendental a la cohesión del territorio y al desarrollo de extensas zonas
rurales con graves problemas de despoblación, que se acelerarán, contradiciendo
las reiteradas promesas políticas y gubernamentales sobre la necesidad de
reordenación del territorio y la búsqueda de fórmulas para un reequilibrio
poblacional en las diversas zonas geográficas de este, los problemas que se
ciernen sobre el modelo de transporte ferroviario en España van sin embargo
mucho más allá y tienen el objetivo final de su recorte, disminución y final
privatización.
Son
suficientemente conocidas las experiencias que en este sentido han tenido otros
países, el caso más emblemático es el del Reino Unido donde
después de una liberalización salvaje, seguida de masivas pérdidas de empleo,
deterioro del servicio y gravísimos accidentes con víctimas mortales, el
Gobierno tuvo que renacionalizar la red para poner orden, con los consiguientes
costes económicos, sociales y humanos gratuitamente causados.
Pero no hace falta
irse a otros países. En España tenemos ya ejemplos suficientes de lo negativo
de esta manera de actuar. Uno de ellos puede ser Endesa que después de una
pelea política sobre quien podría ser su comprador acaba en manos de la
italiana Enel, paradójicamente empresa pública en su país, y que
ahora, ante su anuncio de trasladar su cúpula y todo el poder de decisión
a su sede central en Roma, se rasgan las vestiduras todos aquellos que más
hicieron por su privatización y venta con el recurrente y falso argumento del
mejor servicio a la sociedad desde el mercado privado que desde la empresa
pública , en un sector tan sensible y estratégico como el de la energía en
este caso.
Otro ejemplo es el
de Iberia primero privatizada y luego vendida, en una falsa fusión, a la
inglesa British Airwais, la primera ahora en proceso de franco desmantelamiento
y que lleva a la actual ministra de Fomento a confundir y a contradecir su
filosofa exigiendo que Iberia actúe como una compañía de bandera del país,
frente a los intereses de la inglesa, cuando ello no es posible gracias a sus
propias políticas de privatizaciones.O se es una compañía pública dirigida por
el Gobierno y al servicio de los ciudadanos o se es una compañía privada
al servicio de sus propietarios y accionistas, las dos cosas al mismo tiempo no
son posibles señora ministra.
El gobierno
español tiene que dejar de jugar a ser el alumno aventajado de la
liberalización
Se trata de evitar
que el ferrocarril español siga parecidos caminos, el Gobierno actual vuelve a
querer actuar como alumno aventajado planteando la división de las empresas
ferroviarias Adif y RENFE +FEVE en seis empresas nuevas, mas
pequeñas y fáciles de manipular a partir del mes de Julio y adelantar la
liberalización de los servicios de transporte de mercancías y de viajeros,
estos últimos establecidos por la Comisión Europea a diciembre de 2019, con el
objetivo final, nada disimulado, de su privatización con la reciente ayuda de la Comisión Nacional
de la Competencia
planteando la separación de RENFE del ministerio de Fomento con el fin de
facilitar las cosas.
Paradójicamente
países como Francia y Alemania mantienen sus ferrocarriles
públicos, sus empresas ferroviarias integradas y son los candidatos más
probables a hacerse con el control de las partes más rentables de un
ferrocarril español privatizado. Sea esta la situación final o la
aparición de algún empresario amigo del gobierno, o lo más probable una
solución mixta entre ambos, el transporte público ferroviario español
acabaría corriendo la misma suerte de Iberia y Endesa, es
decir, disminución drástica del empleo, también de derechos laborales en
el medio plazo, control en manos extranjeras,parcial o totalmente de
empresas públicas de otros países, disminución del tamaño y de la calidad de
los servicios y el riesgo tan importante en este medio de transporte de una
reducción en los niveles de seguridad.
Frente a estos
riesgos la solución más plausible pasa por proponer la creación de
un holding ferroviario, que deberían encabezar los sectores políticos,
sindicales y sociales que ya se están movilizando frente al recorte de
servicios anunciado para el mes de junio, holding que venga a reforzar el
sector ferroviario español, Adif y RENFE +FEVE coordinado
con las empresas de construcción y fabricación ferroviaria que eleve la
capacidad para competir también en el terreno internacional con otras
compañías, especialmente SNCF Francia y DB Alemania, que permita una
planificación en España que garantice la comunicación y el transporte en
igualdad de condiciones a todos los territorios y a todos los ciudadanos, con
un convenio colectivo de sector que refuerce la productividad y la integración
de los trabajadores en el proyecto.
Paralelamente el
Gobierno español tiene que dejar de jugar a ser el alumno aventajado de la
liberalización ampliando plazos para analizar negociar y consensuar estas
medidas, con trabajadores y usuarios, comprometerse a dar los pasos que al
final puedan ser inevitables nunca antes que los competidores que mantienen una
estrategia más correcta de empresa pública y dirección gubernamental, no se
puede regalar el esfuerzo que España ha hecho y sigue haciendo en inversiones
ferroviarias.
Este holding
ferroviario también sería mas rentable en los términos de ahorro y
reducción del déficit que tanto utiliza como coartada el actual Gobierno para
sus desmanes privatizadores, el mantenimiento de los puestos de trabajo evita
el gasto en seguros de paro y pensiones, su capacidad de compra, venta y
ejecución ahorra costes sobre la actividad de seis empresas (públicas
o privadas) divididas, que junto a la generación de ingresos contribuye a
reducir realmente la deuda pública, no mediante el truco de la
pseudoprivatización con subvenciones y exenciones fiscales, dinero público en
definitiva, posteriores a los empresarios amigos.
Junto a la
oposición al desmantelamiento de servicios públicos esenciales como la Sanidad la Educación y los
Servicios Sociales, otros que ya lo han sido como la Energía o la escandalosa
falta de garantías para los ciudadanos en el derecho a una vivienda digna, el
derecho a un transporte público por ferrocarril accesible, digno y seguro no es
secundario ni menor, más bien al contrario, sin él otras muchas cosas se
resentirán, principalmente la capacidad de movilidad de los ciudadanos y la
articulación ordenada del territorio con sus efectos sobre la economía el
desarrollo y el bienestar.
A diferencia de
otros sectores, todavía se está a tiempo de defender para España la permanencia
de un modelo de ferrocarril público y de calidad, eso sí, los partidos
políticos de la oposición y los sindicatos no deberían perder más tiempo para
llevarlo al frente de sus propuestas con este u otros planteamientos
similares, una positiva iniciativa sería por ejemplo la petición inmediata
de un pleno del Congreso de los Diputados, para abordar la importancia
estratégica de este asunto y sacarlo de la obscuridad y las confusas propuestas
en que el Gobierno lo quiere mantener a la espera de asestar el golpe
definitivo.
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