jueves, 27 de marzo de 2014

Como en el sueño del guerrero

Como en el sueño del guerrero


José Luis Fariñas
Fariñas, Paradojas, acuarela, 1997
Fariñas, Paradojas, acuarela, 1997

 Debajo y Arriba
No existe forma
que la primavera no traicione.
Por eso ensayo con ciclones divididos
y siembro minucias retardadas en polvo de cobre
paseando con descuido, sin tu mano,
por donde se hunden los ángeles
a golpe de sereno.
Como en el sueño del guerrero,
te busco entre la bruma y la rarefacción,
en lo rojizo que no hiede;
te busco perfluyendo con el alma en los ojos
por entre andalocios y trozos de lana,
o en ese brillo tóxico que nos sale por la entrada
con su violenta calma de palmas.
Te busco entre mis flores del viento,
en la cellisca y el pedernal,
perdiéndome a la velocidad del cuarzo
repasando todos los peligros
y todas las fiebres del remanso.
Lo sé, lo feliz es un arrastre de colmos,
de cosas que no existen, estrago lunisolar
sacando espectros de promesa.
Como en últimas tardes, te busco
bajo el harmatan, que muda el desierto
llevando en suspensión la semilla
del padre del terror y sus dos hijos,
las esfinges, hielo con sal
y pánico de estrellas.
Me cubro la boca,
nieblas en la frente.
Tiemblo ante tus pies que no encuentro;
tiemblas bajo un susto de espina
como de arena en mis ojos.
Ahora lo sabemos,
no estamos aquí para encontrarnos,
porque no existe forma
que la primavera no traicione.
Solo pido que mis palabras,
hechas con fisuras de rumbos tan diversos,
no vuelvan a ensuciar tu silencio,
única cosa invariable que conozco.

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