España: La mayoría de las ‘marchas de la dignidad’ camina ya hacia Madrid
Eduardo Muriel (LA MAREA)
De las 23 marchas ciudadanas previstas, 15 han partido ya en dirección a Madrid. Desde diferentes puntos del país, caminan con la intención de confluir el 22 de marzo en la capital española para protestar allí, juntas, contra los recortes, el pago de una deuda que consideran “ilegítima”, el paro y la falta de derechos sociales.
Por el camino, algunas de estas Marchas de la Dignidad han ido confluyendo, como las de Castellón y Valencia, que se sumarán a las de Murcia y Alicante el próximo día 19 en Tarancón para formar la columna sudeste. En total, ocho columnas llegarán a Madrid. “El objetivo era formar una marea que fuera creciendo y a la que por el camino se fuera sumando gente”, explica Mireia Biosca, una joven que participa en la marcha valenciana.
De momento, consideran que están cumpliendo los objetivos y se sienten con fuerzas, sobre todo cuando reciben el apoyo de los habitantes de los pueblos por los que pasan. “Muchos salen a darnos la bienvenida. Los aplausos y los vítores te dan mucha energía. Aunque te duelan los pies o aunque llueva, como nos ha pasado hoy, la solidaridad alimenta tus ganas de continuar”, asegura. “Es la lucha de todo un pueblo”, agrega.
Cada marcha ha organizado su propia “comisión de logística” y por el camino los manifestantes se van alojando en polideportivos o en centros sociales. Además, diferentes colectivos, partidos, sindicatos, centros sociales y asambleas del 15-M se están encargando de recibir a estos grupos en los diferentes pueblos por los que pasan, donde les proporcionan comida y lugares de descanso.
Ampollas de dignidad
Caminar cientos de kilómetros está, no obstante, al alcance sólo de algunos, tanto por la capacidad física necesaria como por la dificultad de compaginar una protesta a lo largo de tantos días con las obligaciones cotidianas. “En Mérida salimos algo más de 30 personas y algunos se han ido por molestias en los pies”, explica Manuel Rodríguez, de la columna de Extremadura. “Hay gente que se nos une en los pueblos, hace media etapa y se vuelve. Normalmente caminamos unas 70 personas”, añade.
Las molestias físicas comienzan a hacer mella. “A algunos nos están saliendo ampollas pero bromeamos. Nos podrán quitar todo, pero nunca la dignidad… ni las ampollas”, asegura Rodríguez con ironía. Además, las marchas se mandan ánimos unas a otras. “Estamos todas en contacto, nos mandamos fotos y apoyo. Hay muy buen ambiente”, afirma.
La coordinación en la capital
Mientras, en Madrid, se ha creado una novena columna que se está encargando de coordinar los alojamientos y la alimentación de todas las marchas para el fin de semana en el que confluirán en Madrid. “Nos estamos organizando por municipios y barrios para ir dando cobijo a todas las columnas, y nos encargaremos también de los recibimientos públicos”, explica Irene Montero, de la columna de Madrid.
La tarea, como admiten los coordinadores, es “gigante”, pero la ayuda también es muy grande: colectivos como la Red de Solidaridad Popular se están encargando de almacenar productos no perecederos donados por voluntarios; partidos como Izquierda Unida están prestando sus sedes a modo de comedores; la federación de enseñanza de CCOO Madrid ha solicitado la habilitación de varios colegios públicos a modo de dormitorios temporales; el Campamento Amigo también busca alojamientos.
En Madrid, como en las diferentes marchas, el ánimo está alto. “La participación está siendo muy buena y muchas de las marchas aún están empezando, por lo que prevemos que ésta siga aumentando”, explica Montero. Además, en la capital también se está trabajando en conseguir un alto nivel de movilización. “La moral es alta porque los objetivos lo exigen”, declara.
Un fin de semana de debate
El 22 de marzo tendrá lugar una “gran movilización” con todas las columnas ya juntas y se abrirá un fin de semana de debate, asambleas y propuestas. Pese a que esta iniciativa se lleva fraguando meses, aún no se ha concretado mucho más. “Las marchas vienen para quedarse, pero seguimos trabajando en definir aún muchas de estas cosas”, añade la joven.
Además, en algunos países europeos la comunidad española también se manifestará. En Bruselas, por ejemplo, se ha convocado una manifestación en apoyo a las marchas que partirá de la plaza de España. En un comunicado, los indignados españoles en la capital belga han denunciado que su número “crece exponencialmente” a causa de las medidas del Gobierno y que sufren “el endurecimiento” de las leyes europeas de extranjería, “que abren las fronteras a empresas y capitales pero las cierran a las personas”.
De las 23 marchas ciudadanas previstas, 15 han partido ya en dirección a Madrid. Desde diferentes puntos del país, caminan con la intención de confluir el 22 de marzo en la capital española para protestar allí, juntas, contra los recortes, el pago de una deuda que consideran “ilegítima”, el paro y la falta de derechos sociales.
Por el camino, algunas de estas Marchas de la Dignidad han ido confluyendo, como las de Castellón y Valencia, que se sumarán a las de Murcia y Alicante el próximo día 19 en Tarancón para formar la columna sudeste. En total, ocho columnas llegarán a Madrid. “El objetivo era formar una marea que fuera creciendo y a la que por el camino se fuera sumando gente”, explica Mireia Biosca, una joven que participa en la marcha valenciana.
De momento, consideran que están cumpliendo los objetivos y se sienten con fuerzas, sobre todo cuando reciben el apoyo de los habitantes de los pueblos por los que pasan. “Muchos salen a darnos la bienvenida. Los aplausos y los vítores te dan mucha energía. Aunque te duelan los pies o aunque llueva, como nos ha pasado hoy, la solidaridad alimenta tus ganas de continuar”, asegura. “Es la lucha de todo un pueblo”, agrega.
Cada marcha ha organizado su propia “comisión de logística” y por el camino los manifestantes se van alojando en polideportivos o en centros sociales. Además, diferentes colectivos, partidos, sindicatos, centros sociales y asambleas del 15-M se están encargando de recibir a estos grupos en los diferentes pueblos por los que pasan, donde les proporcionan comida y lugares de descanso.
Ampollas de dignidad
Caminar cientos de kilómetros está, no obstante, al alcance sólo de algunos, tanto por la capacidad física necesaria como por la dificultad de compaginar una protesta a lo largo de tantos días con las obligaciones cotidianas. “En Mérida salimos algo más de 30 personas y algunos se han ido por molestias en los pies”, explica Manuel Rodríguez, de la columna de Extremadura. “Hay gente que se nos une en los pueblos, hace media etapa y se vuelve. Normalmente caminamos unas 70 personas”, añade.
Las molestias físicas comienzan a hacer mella. “A algunos nos están saliendo ampollas pero bromeamos. Nos podrán quitar todo, pero nunca la dignidad… ni las ampollas”, asegura Rodríguez con ironía. Además, las marchas se mandan ánimos unas a otras. “Estamos todas en contacto, nos mandamos fotos y apoyo. Hay muy buen ambiente”, afirma.
La coordinación en la capital
Mientras, en Madrid, se ha creado una novena columna que se está encargando de coordinar los alojamientos y la alimentación de todas las marchas para el fin de semana en el que confluirán en Madrid. “Nos estamos organizando por municipios y barrios para ir dando cobijo a todas las columnas, y nos encargaremos también de los recibimientos públicos”, explica Irene Montero, de la columna de Madrid.
La tarea, como admiten los coordinadores, es “gigante”, pero la ayuda también es muy grande: colectivos como la Red de Solidaridad Popular se están encargando de almacenar productos no perecederos donados por voluntarios; partidos como Izquierda Unida están prestando sus sedes a modo de comedores; la federación de enseñanza de CCOO Madrid ha solicitado la habilitación de varios colegios públicos a modo de dormitorios temporales; el Campamento Amigo también busca alojamientos.
En Madrid, como en las diferentes marchas, el ánimo está alto. “La participación está siendo muy buena y muchas de las marchas aún están empezando, por lo que prevemos que ésta siga aumentando”, explica Montero. Además, en la capital también se está trabajando en conseguir un alto nivel de movilización. “La moral es alta porque los objetivos lo exigen”, declara.
Un fin de semana de debate
El 22 de marzo tendrá lugar una “gran movilización” con todas las columnas ya juntas y se abrirá un fin de semana de debate, asambleas y propuestas. Pese a que esta iniciativa se lleva fraguando meses, aún no se ha concretado mucho más. “Las marchas vienen para quedarse, pero seguimos trabajando en definir aún muchas de estas cosas”, añade la joven.
Además, en algunos países europeos la comunidad española también se manifestará. En Bruselas, por ejemplo, se ha convocado una manifestación en apoyo a las marchas que partirá de la plaza de España. En un comunicado, los indignados españoles en la capital belga han denunciado que su número “crece exponencialmente” a causa de las medidas del Gobierno y que sufren “el endurecimiento” de las leyes europeas de extranjería, “que abren las fronteras a empresas y capitales pero las cierran a las personas”.
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