Reflexiones tras el 22 M. ¿Y ahora, qué?
 Desde la puerta del Ministerio de Agricultura he visto, emocionado y expectante, la entrada en Madrid de miríadas de personas, de ciudadanos y ciudadanas que en columnas de marcha han dado en la capital de España el ejemplo que la mayoría de damnificados por este régimen de corrupción, injustica y violación de Derechos Humanos necesita: la unidad en la lucha. Ante mis ojos han pasado banderas, símbolos clásicos y habituales en estas concentraciones pero también, y en número incontable, personas de edad avanzada portando carteles alusivos a la injusticia de las pensiones, el fraude de las preferentes, los deshaucios, los despidos improcedentes, la permanente estafa de las eléctricas, el cáncer de la banca o la pérdida de futuro para sus familiares más jóvenes. Oyendo a unos y a otros he sabido de manifestantes que desde los rincones más alejados de España han llegado para participar, por primera vez en su vida, en esta grandiosa concentración que ha desbordado todas las previsiones.
Cientos y cientos de miles de personas han sido testigos de su propia fuerza; han constatado que existen y además que existen en la acción que los une, los acerca y los multiplica en su decisión de acabar con la indecencia moral que gobierna. Pero también contra el poder económico que está detrás de este andamiaje vacío, seco e inútil. Los que ayer nos manifestamos en Madrid nos constituimos en voluntad de construir el contrapoder que acabe con el robo, el cinismo, la indigencia moral y la permanente conculcación de la Ley y el llamado Estado de Derecho. Los que ayer nos manifestamos en Madrid lo hicimos en nombre de unos DDHH que ellos son incapaces de llevar a la realidad cotidiana de ciudadanos y ciudadanas. Los que ayer nos manifestamos en Madrid dejamos constancia de que aspiramos a una soberanía popular y nacional en todos los terrenos: económico y monetario, social, político y cívico.
El 22 M puede ser el eje que marque un antes y un después en el devenir de la mayoría social. Pero para ello se hace necesario trabajar con la energía, la fuerza y los deseos de los y las manifestantes.
Lo primero que, a mi juicio, debe quedar claro para lo sucesivo es que la materia prima, el sujeto del cambio social existe y se manifestó como tal. Y ello se debió fundamentalmente a varias razones
- La  toma de conciencia de una mayoría social que soporta unas  condiciones de vida impensables en el siglo XXI.
 
- El
  insulto que supone para esa mayoría social el espectáculo de  robos, 
de alta delincuencia organizada y enraizada en las  instituciones, el 
posicionamiento de miembros de los tres poderes  del Estado a favor de 
depredadores de fondos públicos y en general  la evidencia de que se 
gobierna en favor de una minoría cada vez  más favorecida en sus 
actividades de rapiña.
 
- La  inteligencia de fuerzas 
sociales, movimientos, plataformas de todo  tipo en haber asumido que la
 unidad de la mayoría social, base  sobre la que construir el futuro, es
 el objetivo al que deben  supeditarse cuestiones adjetivas y 
secundarias de grupo,  organización, o colectivo. Construir el poder de 
la mayoría social  nos agrupa a todos en una acción de programas, metas,
 proyectos y  actividades.
 
- El
 22  M evidenció, tal y como ya he comentado anteriormente, que el  
sujeto social del cambio existe y se evidenció inequívocamente.
 
- La
  siguiente marcha sobe Madrid solamente puede realizarse cuando  
estemos en condiciones de asegurar una asistencia que duplique a la  del
 22 M.
 
- Ese  objetivo no puede conseguirse dedicando los
 esfuerzos directamente a  ello. La futura marcha sobre Madrid debe ser 
la consecuencia natural  de una necesidad y de una capacidad que se 
deriven de un trabajo  múltiple de movilizaciones, sectoriales y 
territoriales llenas de  contenido concreto y ligadas totalmente a las 
necesidades y  problemas más inmediatos de la ciudadanía. Los esfuerzos 
 didácticos y la primacía de lo concreto son reglas de oro.
 
- En
 el  día a día que vaya generando mayor cohesión de la mayoría no  
pueden faltar las explicaciones, los actos informativos, la  aportación 
de personas y grupos que por su capacidad y preparación  están en 
condiciones de elevar el nivel de conocimiento y de  conciencia de la 
mayoría a construir y ampliar incesantemente. No  olvidemos que la 
mayoría es plural pero que en las actuales  circunstancias de 
excepcionalidad tiene unas metas comunes entre  sus integrantes muy 
amplias.
 
-  El  centrarse en lo inmediato, lo local o lo 
territorial debe ser  perfectamente compatible con el sentido global y 
estatal de la  construcción de la mayoría. Propuestas como la del impago
 de la  deuda, la eurozona, etc. deben coexistir con otras de carácter  
general que afecten al territorio el Estado Español. Sugiero un  breve 
repaso a los 16 puntos que el Frente Cívico explicitó en su  momento y 
que considero de plena vigencia.
 
- El  sentido global del
 movimiento y su cohesión creciente también se  potencian con 
movilizaciones de carácter estatal. Hay toda una gama  de actividades de
 entre la cuales quisiera sugerir algunas:
 
- Boicots  a productos, actividades, conmemoraciones, etc., de manera  totalmente pacífica.
 
- Acciones  de resistencia pasiva
 
- Campañas  informativas con la mayor profusión de métodos y actividades en  torno a una propuesta común para todo el Estado.
 
- Uso  de los medios de comunicación propios y ajenos.
 
- Campañas
  en torno a los DDHH y su obligatoriedad para los poderes públicos.  
Debe quedar claro para la opinión pública que buscamos el  cumplimiento 
de la legalidad frente a quien gobernando no la cumple.
 
- Etc.  etc. etc.
 
Y quisiera terminar con una consideración acerca de los medios de comunicación y de la violencia.
Tras lo sucedido el 22 M y las informaciones que sobre él han dado los medios de comunicación han sido evidentes tres cosas:
- Para
  vergüenza de esos medios (excepción de una minoría) la prensa  
extranjera ha sido mucha más imparcial y ha informado a sus  lectores.
 
- Queda  claro que debemos usar y difundir las informaciones y comentarios de  los medios alternativos de la red.
 
- Ya
 es  un hecho que en estos acontecimientos hay tres tipos de violencia: 
 la de los violentos infiltrados, la de los violentos infiltrados por  
la oficialidad y la de la policía al extralimitarse en sus  funciones.
 
- Acusarnos de violentos es, además de una falsedad, una tontería. Si hubiésemos sido violentos, los 1700 policías desplegados habrían sido neutralizados en un santiamén. No digan estupideces.
 
 
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