Lo que no nos cuentan: la Embajada de EEUU, detrás de la
campaña contra cooperantes médicos de Cuba en Brasil
José Manzaneda, coordinador de Cubainformación.- Ya es una
realidad. Cerca de 6000 médicos de Cuba ofrecen atención sanitaria a
poblaciones enteras de los estados del norte y nordeste de Brasil, que viven en
condiciones de aislamiento y extrema pobreza (1). Sobre esto, hasta el momento,
no hemos leído ni un solo reportaje en la gran prensa brasileña o
internacional.
Sin embargo, sí ha sido noticia en decenas de medios de todo
el mundo el show organizado por una sola persona, la doctora cubana Ramona Rodríguez
Matos. En rueda de prensa, anunciaba que
abandonaba el citado programa, por haber sido “engañada” por su gobierno (2).
Recordemos que Cuba, Brasil y la Organización Panamericana
de la Salud firmaron un acuerdo para integrar a dichos profesionales de la Isla
en el programa “Mais médicos”, iniciativa del Gobierno de Dilma Rousseff para
llevar servicios de salud a áreas históricamente desatendidas (3). Por este
acuerdo, según algunos medios, los cooperantes recibirían entre un 25 y un 40 %
del monto total que abona Brasil (4). El resto sería administrado por el
Ministerio de Salud Pública de Cuba para autofinanciar los servicios de salud
en la Isla.
Cuba tiene cerca de 40.000 cooperantes sanitarios en 58
países del Tercer Mundo (5). En la mayoría de ellos, Cuba cubre totalmente los
costes y salarios. Pero en el caso de naciones con recursos, como Venezuela,
Sudáfrica (6), Qatar (7) o Brasil, existen acuerdos de contraprestación
económica que sirven, por ejemplo, para cubrir los costes de los servicios
sanitarios, equipos o compras de medicamentos para toda la población de la
Isla.
Las campañas mediáticas contra la presencia médica cubana no
son de ahora. En Venezuela, por ejemplo, los medios acusaban a los cooperantes
cubanos de ser “agentes” o “espías” (8). En Brasil, el mensaje central de la
actual campaña mediática es que son “esclavos” del Gobierno cubano, al destinar
este a otros fines sociales en la Isla una parte de lo ingresado (9). Es un
contraste radical de conceptos ideológicos: el que defiende un estado
socialista en un país pobre y bloqueado como Cuba que, gracias a la formación
de miles de profesionales, sostiene su sistema de salud con ingresos generados en el exterior; y, por
otro lado, el que defienden los medios de comunicación y los colegios médicos
brasileños, que amparan las posiciones individualistas e insolidarias de los
escasos médicos cubanos que abandonan la atención a poblaciones vulnerables,
con la aspiración de ingresar en la selecta clase médica latinoamericana.
Regresemos al show de la doctora cubana. Varios medios
destacaban que había pedido asilo en Brasil (10). Pero se olvidaban de aclarar
dónde: en la Embajada de EEUU en Brasilia. Y se olvidaban de mencionar, además,
la pieza informativa fundamental para entender todo este asunto: que la doctora
se había acogido al llamado “Cuban Medical Professional Parole” (11), programa
de los Departamentos de Estado y de Seguridad Nacional de EEUU creado para
acoger como refugiados políticos a los cooperantes médicos de Cuba en el mundo,
en cualquier embajada o consulado norteamericano (12). Esta iniciativa,
insuperable en inmoralidad, ni siquiera es mencionada en la mayoría de los
medios. El portal BBC en español, por ejemplo, decía que la doctora “se comunicó con la embajada estadounidense
en Brasilia para (...) solicitar una visa que Washington concede a médicos
cubanos en terceros países” (13). Pero ni una palabra del citado programa, un
verdadero escándalo ético.
El programa brasileño “Mais médicos” es respaldado –según un
sondeo realizado en noviembre- por el 84,3 % de la población del país, y ha
mejorado la popularidad de la presidenta Dilma Rousseff (14). Por eso la
derecha brasileña, los colegios médicos y la gran prensa tratan de
desacreditarlo por todos los medios. Los líderes del Partido Demócrata, de la
derecha opositora brasileña, se presentaban ante los medios con la citada
doctora cubana, y hacían un llamado al resto de médicos cubanos para que la
imitaran (15). Lo mismo hacían varios colegios médicos, como la Asociación
Médica Brasileña (16), cuyo presidente Florentino Cardoso, curiosamente, había
calificado como “escoria” a los médicos cubanos meses atrás (17). El diario
español El País ponía su granito de arena a la campaña, y afirmaba que “La
médico (cubana) pone en una posición incómoda al Gobierno de Dilma Rousseff”
(18), mientras el portal en español de BBC titulaba que “La médica cubana (...)
se volvió un problema político para Brasil” (19). Pero los datos desmienten
contundentemente cualquier propaganda. El Ministro brasileño de Salud, Arthur
Chioro, expresaba que los escasos abandonos de médicos cubanos –dos con destino
a EEUU, más otros 22 que decidieron regresar a Cuba- son una cifra
"insignificante" con respecto al total (20).
Los medios insisten en las condiciones salariales de los
médicos cubanos, y la comparan con las de sus homólogos brasileños (21). Pero,
en la comparación entre ambos países, olvidan de explicar por qué el sistema
capitalista, en Brasil, ha dejado sin servicios de salud pública a tantos
millones de personas, a las que ahora deben atender profesionales de la sanidad
socialista cubana (22). El diario español ABC decía que Brasil apenas tiene 1,8
médicos por cada mil personas, frente a los 4 de España, por ejemplo (23). Pero
se olvidaba de mencionar el dato de Cuba que, según la Organización Mundial de
la Salud, ofrece la mayor cifra de todo el mundo: 6,7 médicos por cada mil
habitantes (24).
El diario de Miami El
Nuevo Herald señalaban con total cinismo que el programa “Cuban Medical
Professional Parole” del Gobierno de EEUU tiene por objetivo “socavar la
diplomacia médica de Cuba” en el mundo (25). Y es que, para estos medios,
siempre será mucho más legítima y democrática la “diplomacia” de bloqueos,
marines e invasiones con la que llevar a sangre y fuego el progreso a tantos
lugares del mundo.
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