Ya sé a quien voy a votar
Arturo González
El gran escritor austriaco Thomas Bernhard decía que “vestirse y desvestirse todos los días es una segunda profesión. Es horrible. Uno se viste y se desviste millones de veces a lo largo de la vida. En realidad es la primera ocupación.” Pero no sé yo si la primera ocupación o profesión de nuestras vidas no es la de encender luces, televisores, lavadoras, cocinas, ordenadores, calefacciones, aspiradoras, ventiladores, aires acondicionados y demás elementos que condicionan nuestra existencia. Nos pasamos la vida apretando botones e interruptores de energía. Piénsenlo.
El indiscutible maestro de la televisión española actual, Jordi Évole, consiguió ayer en su programa Salvados resumir el drama y estafa de la energía con dos afirmaciones de sus entrevistados: 1. Las compañías eléctricas tuvieron unos beneficios de 50.000 millones de euros en los últimos diez años. 2. La energía eléctrica es un producto ‘como otro cualquiera’, según aseveró el Presidente de la patronal eléctrica, y por tanto ‘no hay por qué revisar y controlar sus costes, al igual que no se controlan los de los distintos modelos de coches o de latas de sardinas’.
La Constitución española, ese cajón de sastre que teóricamente regula nuestras relaciones sociales, autoriza al Estado a “reservar al sector público recursos o servicios esenciales, especialmente en caso de monopolio y asimismo acordar la intervención de empresas cuando así lo exigiere el interés general.”
¿Constituye la energía eléctrica un servicio esencial y de interés general? ¿Algún Gobierno ha cumplido o cumple con este mandato? No es una tendencia o una incitación genérica, como pueda ser el también reconocido derecho a una vivienda, de imposible cumplimiento al completo. Es una factible realidad concreta. Tan fácil como crear una compañía eléctrica pública, que compita con las privadas. Por supuesto, La Constitución y la economía de mercado lo permiten.
Por tanto yo votaré a quien lleve en su programa que lo hará. Con una promesa clara y concisa, sin que sea secundaria o pospuesta para momento ulterior, como hacen quienes se declaran republicanos al tiempo que anuncian que están conformes con la monarquía actual. Votaré a quien de modo inmediato y rotundo solucione este crimen social de la pobreza energética. Sin más. Y no entenderé cómo puede haber quienes voten a otras opciones. La energía es la sangre de nuestras vidas y de nuestra convivencia. Cabronadas, no.
Gota CHIVATOS; Los inspectores de Hacienda piden fondos para pagar confidentes, igual que la Policía. Odio la delación de cualquier signo. ¿Ustedes?
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