viernes, 28 de febrero de 2014

UCRANIA: ¿QUÉ HAY DETRÁS DE LA REBELIÓN?. Un análisis de los entresijos del golpe de Ucrania.


Un análisis de los entresijos del golpe de Ucrania. ALAN WOODS: ¿QUÉ HAY DETRÁS DE LA REBELIÓN UCRANIANA?
[Img #25759]
Alan Woods es un teórico político marxista, nacido en Gales en 1944. Catedrático de filologías rusa y eslava por las universidades de Sussex (Reino Unido), Sofía (Bulgaria) y Estatal de Moscú (URSS), participó en la lucha contra la dictadura franquista en España durante los años 70, y en el desarrollo de una corriente trotskista en el seno del movimiento obrero hasta finales de los años 1980.


     Woods  participó en la formación de la Corriente Marxista Internacional (CMI). Asimismo es editor en la Gran Bretaña de "Socialist Appeal". También es el editor político de la página web Marxist.com que ha conseguido un seguimiento notable en todo el mundo.


 ALAN Woods ha impartido, igualmente,  infinitud de conferencias, participado en foros internacionales de debate de la izquierda, y publicado numerosos artículos y libros, algunos en colaboración con el ya fallecido  Ted Grant, entre los pueden encontrarse en castellano títulos tales como "Lenin y Trotsky, qué defendieron realmente" (1969),  "Razón y Revolución: filosofía marxista y ciencia moderna" (1995) ; El marxismo y la cuestión nacional (2000); La revolución bolivariana, un análisis marxista (2005). Su último libro, "Reformismo o Revolución",   es una detallada respuesta a las tesis de Heinz Dieterich, autor éste que tuvo hasta hace relativamente poco tiempo una cierta ascendencia  en ámbitos intelectuales latinoamericanos.


A nivel político ha tenido reuniones con Hugo Chávez en varias ocasiones y defiende la idea de que la Revolución Bolivariana es el germen de la Revolución Mundial, aunque también viaja y apoya otros procesos revolucionarios   en  Bolivia o Cuba. El texto que   les ofrecemos esta extraído de un extenso artículo titulado "¿A dónde va Ucrania?"





"...Es el deber de los marxistas analizar la naturaleza de un movimiento, determinar su carácter de clase,   cuáles son  los intereses  que yacen detrás de las consignas, y separar lo que es progresista de lo que es reaccionario. No todo movimiento de masas es revolucionario o de carácter progresista. Y aun cuando el pueblo consiga por medios revolucionarios derrocar un régimen tiránico y opresivo, no es de ninguna manera inevitable que lo que lo sustituya, será mejor. Los resultados de las acciones de los hombres y mujeres pueden ser muy diferentes de lo que se proponían.



En noviembre de 2013, los manifestantes salieron a las calles para tratar de obligar al presidente a revertir su decisión. Inicialmente, las protestas - que eran pacíficas - pueden haber sido vistas con simpatía por muchos ucranianos comunes y corrientes. La gran mayoría del pueblo de Ucrania está enojado por el estado lamentable al que ha sido reducido por sus gobernantes un país potencialmente próspero. El odio hacia los oligarcas corruptos no es menor en la parte oriental del país, de lo que es en el occidente. Tanto los ucranianohablantes como los rusohablantes maldicen por igual a los parásitos ricos que drenan las riquezas de la nación y se las llevan lejos para atesorarlas en bancos extranjeros, mientras viven una vida de playboys en casas caras de Londres.



Una masa de personas salió a las calles de Kiev. Esta vez la gente no esperó a que el Ayuntamiento de la ciudad abriera sus puertas voluntariamente. En lugar de eso, irrumpieron en el edificio, rompieron algunas ventanas y ocuparon la planta baja. Aparentemente, presa del pánico por las manifestaciones, Yanukovich recurrió a la represión. Pero esto fue mal manejado. La policía antidisturbios los rodeó con porras y los golpeó de manera salvaje. Al menos cinco personas murieron. Pero, lejos de intimidar a los manifestantes, esta brutal exhibición de violencia sólo los enfureció.



El presidente alternó entre intentar despejar a los manifestantes por la fuerza y ofrecerles concesiones. Sin embargo, las concesiones eran demasiado pequeñas para satisfacer a los manifestantes, y la represión era demasiado débil para acobardarlos. En unas semanas las protestas barrieron Ucrania y rápidamente se convirtieron en un ataque frontal contra Yanukovich, donde los manifestantes exigían la destitución del presidente y del grupo de su entorno. Los levantamientos continuaron a lo largo de diciembre y enero, creciendo en tamaño y volviéndose cada vez más violentos. Los edificios del gobierno en todo el país fueron ocupados.
Al parecer, los números reales en la Plaza de la Independencia oscilaban entre 2.000 y 20.000 personas. Las "tropas de choque" fueron reclutadas de las filas de los hinchas de fútbol del Dínamo de Kiev. La mayoría de la gente de Kiev estaba tratando simplemente de mantener s es un británico u rutina diaria. Los observadores extranjeros han señalado que sólo un número relativamente pequeño de activistas están involucrados en los combates, y que la "vida normal", continúa en el resto de la capital. Sin embargo, esta cifra no da una verdadera idea de la magnitud de la oposición potencial. Sus principales reservas se encuentran entre los residentes del oeste de Ucrania.

El llamado movimiento Euromaidan en Kiev tuvo el apoyo de la clase media: no sólo de los intelectuales, sino de la pequeña burguesía tradicional. Su principal base social son los pequeños y medianos empresarios arruinados (muy numerosos en Ucrania) y también el lumpenproletariado - las capas de desclasados ??que viven en los márgenes de la sociedad: los mendigos, ladrones y otros elementos desmoralizados siempre dispuestos a participar en disturbios, saquear y quemar. Son el ejército de alborotadores que siempre aparece en medio de cualquier movimiento de masas importante y sirven para empujarlo más allá del filo. Pero la clase obrera se ha mantenido en gran parte pasiva.

A pesar de varios enfrentamientos con la policía, que dejaron decenas de heridos, el estado de ánimo general de los manifestantes era bastante tranquilo al comienzo.



Algunos son partidos legales que se ubican en la derecha del espectro político, como Udar (El Golpe) el Partido de Vitali Klitschko, ex campeón mundial de boxeo que ha estado viviendo en Alemania desde hace años. Este partido de centro-derecha, que está presente en el Parlamento (Rada) fue fundado en Berlín en torno a la idea de la integración europea. El propio Klitschko es un títere de Merkel y sigue servilmente los dictados de sus jefes de Berlín.



Luego está Batykivshchina ("Patria", en ucraniano). Este es el partido de Yulia Tymoshenko, quien junto con Viktor Yushchenko, desempeñó un papel destacado en la "Revolución Naranja" de 2004, pero estaba en la cárcel hasta que salió el otro día. La UE estaba exigiendo su liberación como parte del acuerdo con Yanukovich, pero esto fue rechazado. Ella fue sustituida como líder del Batkivschyna por Arseniy Yatsenyuk.



A Occidente al parecer le gusta Yatsenyuk. Él habla inglés bastante bien y está dispuesto a repetir todas las frases que sean agradables para los oídos occidentales. La célebre conversación telefónica entre la Subsecretaria de Estado de EEUU, Victoria Nuland, y el embajador de EEUU en Ucrania, Geoffrey Pyatt, sugiere que el líder de Batkivschyna era de hecho el hombre por el que Washington estaba apostando, mientras que el menos experimentado Klitshko parece ser el favorito de Merkel ...


Ninguno de los partidos moderados de la oposición parece disfrutar de la plena confianza de los manifestantes.




EL FASCISMO EN UCRANIA



Estas son las caras "respetables" de la oposición ucraniana, los que son favorecidos por Washington y Berlín. Pero detrás de los partidos de derechas legales, fuerzas mucho más siniestras están al acecho. El partido llamado cómicamente Svoboda ("Libertad") está dirigido por Oleg Tyagnybok y es un partido de ultra-derecha y neo-nazi que trata de hacerse pasar por un tipo de fascismo "moderado". A diferencia de los fascistas "extremos" y abiertamente nazis, que también están presentes en cantidades significativas. Entre estos últimos se encuentra el "Sector Derecho" (UNA-UNSO), dirigido por Dimitri Jaros.



La presencia entre los manifestantes de los nacionalistas extremistas era visible: los partidos nacionalistas y de extrema derecha, y grupos abiertamente fascistas, desplegando insignias Nazis de los años de la Guerra. La BBC News informó: "En las calles de Kiev, jóvenes de extrema derecha con pasamontañas negro instruyen a voluntarios para resistir a la policía antidisturbios, y organizan turnos de seguridad en la Plaza de la Independencia con barricadas". Los grupos nazis han surgido como setas venenosas después de una tormenta: "Patriotas de Ucrania", el "Martillo Blanco" y "Tridente", un movimiento que sigue las ideas del fascista ucraniano de los años de la Guerra, Stepan Bandera.



Estos son nazis extremos cuyo odio a Rusia alcanza el punto de abogar por la guerra contra Rusia como un elemento clave de su ideología. Cuando Hitler atacó a la Unión Soviética en 1941 una pequeña minoría de ucranianos estuvieron dispuestos a colaborar con los nazis, en particular, el movimiento nacionalista ucraniano mencionado, dirigido por Stepan Bandera. Él trató de ganar el apoyo alemán para su idea de una Ucrania independiente. El carácter abiertamente fascista y racista de su programa era muy claro y explícito. En el apartado de "Política hacia las Minorías" de la organización de Bandera, la Organización de Nacionalistas Ucranianos (OUN-B), leemos lo siguiente:



"Moskali (rusos), Polacos y Judíos son hostiles a nosotros y deben ser exterminados en esta lucha, sobre todo aquellos que resistan a nuestro régimen: deportarlos a sus propias tierras, lo más importante: destruir su intelectualidad que pueda estar en puestos de poder. .. Los Judíos deben ser aislados, alejados de las posiciones gubernamentales con el fin de prevenir el sabotaje, los que se consideren necesarios sólo podrán trabajar bajo un supervisor ... la asimilación de los judíos no es posible".



Estas palabras fueron traducidas a hechos. A finales de 1942 la OUN-B llevó a cabo una campaña de limpieza étnica en Volhynia, y a principios de 1944, estas campañas comenzaron a incluir el este de Galitzia. Se estimó en cerca de 70.000 polacos, en su mayoría mujeres y niños, junto con hombres desarmados, los que fueron asesinados durante la campaña de la primavera y el verano de 1943 en Volhynia por la OUN-Bandera que fue la principal responsable de las matanzas.



Los nazis utilizaron a los Banderistas para conquistar Ucrania, pero más tarde los aplastaron. ¡Naturalmente! Para Hitler sólo podía haber una raza superior, y todos los pueblos eslavos (incluidos los ucranianos) eran para él una raza inferior aptos sólo para servir a sus amos arios. Los nazis trataron a los ucranianos como esclavos, y a su país como un granero enorme para satisfacer las necesidades de Alemania de productos agrícolas. La pesadilla terminó finalmente cuando el Ejército Rojo liberó a Ucrania de la barbarie fascista.



Hoy en día algunos tratan de negar la verdad histórica e incluso de recrear al criminal fascista Bandera como a una especie de héroe nacional. En 2010, el supuesto demócrata y amado de Occidente, Viktor Yushchenko, concedió póstumamente a Bandera el título de Héroe de Ucrania. Ese premio vergonzoso fue condenado por las organizaciones rusas, polacas y judías, y fue anulado oficialmente en enero de 2011. Ahora, los retratos de Bandera son exhibidos descaradamente en la Plaza de la Independencia, un comentario elocuente de la naturaleza de, al menos, una parte significativa de los activistas que luchan por el poder en Ucrania.



El carácter reaccionario de estos "activistas" fue subrayado por la destrucción del monumento a Lenin en Kiev y las palizas salvajes sufridas por activistas de izquierda y sindicales. Al principio, el QSPA (Confederación de Sindicatos Libres de Ucrania) adoptó una posición de apoyo incondicional a la protesta de Maidan. Aquí no había ninguna traza de contenido de izquierda o comunista en absoluto. Sin embargo, cuando Miroshnichenko, un diputado del partido de la extrema derecha "Svoboda" tomó un folleto de ellos, de inmediato declaró que se trataba de "activistas de izquierda" y anunció desde el escenario que debían ser expulsados. Los activistas sindicales fueron atacados y uno de ellos terminó con el rostro destrozado. Esta violencia contrarrevolucionaria nunca aparece en las pantallas de televisión occidentales, que se concentran exclusivamente en la violencia (también innegable) de las fuerzas del Estado.



Los partidos y demagogos fascistas prosperan en una situación de caos social y económico que ha llevado a la locura a un gran número de pequeñoburgueses. Estos elementos desesperados, impulsados en la misma medida por los sentimientos de desprecio hacia la clase obrera y de envidia hacia el tren de vida de los ricos, a veces son capaces de actos de valentía desesperada, pero no tienen ningún programa o perspectiva clara que no sea un ardiente odio a la autoridad y un deseo de derribar el orden existente que ellos ven como la fuente de todos sus problemas. Tales personas son fáciles de manipular por la demagogia fascista que les dice que ellos están, en realidad, en una lucha de la raza superior por una Noble Causa, que es la salvación de la Nación Ucraniana contra los oligarcas judíos, los comunistas y los rusos. Los humos nocivos del chovinismo se mezclan con los olores embriagadores del incienso y del canto de los sacerdotes fanáticos.



Lo que menos sospecha la gente que está en las calles es que detrás de esta espesa cortina de humo de demagogia pseudopatriótica se encuentra, precisamente, la mano oculta de esos oligarcas privilegiados contra los que se supone que están rebelándose, y que aún manejan los hilos. Y detrás de todos los llamamientos para restaurar la grandeza histórica de Ucrania descansa una amenaza mortal para destruir Ucrania como una nación unida, para destrozarla y convertirla en dos trozos sangrantes para ser entregados al imperialismo alemán, uno de ellos, y a la camarilla rapaz del Kremlin, el otro. Como siempre, la gente común será quien pierda.





LA UE Y LOS   EEUU



    Ahora, por más que a la UE le guste atraer a Ucrania a su esfera de intereses, los políticos de Bruselas y Berlín no tienen ningún interés en permitir que los levantamientos violentos en ese país conduzcan a una espiral fuera de control, que termine Dios sabe dónde. Los estadounidenses pueden permitirse el lujo de ser optimistas, pero la canciller alemana tiene bastantes problemas para lidiar con los déficits de Grecia y España, y no debe estar muy entusiasmada con la idea de pagar las facturas del gobierno de Kiev. Tampoco debe estar muy contenta ante la perspectiva de una avalancha de refugiados que llamen a su puerta.



      Por otro lado, Alemania tiene excelentes relaciones con Rusia y su presidente Vladimir Putin que suministra grandes cantidades de gas para mantener los hogares y las fábricas alemanas cálidas y bien iluminadas. Alarmado por estos acontecimientos inesperados, Angela Merkel, llamó por teléfono el presidente Putin para pedirle que desactivara la crisis y presionara a favor de un "diálogo constructivo" entre la oposición y el gobierno. A raíz de una llamada telefónica con el señor Putin, ella dijo que "todas las partes deben aceptar su responsabilidad de estabilizar el país".



      Esta conducta excesivamente razonable causó claramente una cierta irritación en Washington, que esperaba una respuesta más sólida a los acontecimientos de Kiev. La Casa Blanca inmediatamente señaló con el dedo a Moscú después de que emergiera la filtración de las grabaciones de sus altos diplomáticos discutiendo sobre Ucrania. Los conflictos y contradicciones entre los imperialistas, a menudo pueden tener un lado divertido, como muestra el siguiente incidente.



      En un clip de audio publicado en YouTube, se podía escuchar a la Subsecretaria de Estado de EEUU, Victoria Nuland, y al embajador de EEUU en Ucrania, Geoffrey Pyatt, hablando por teléfono, sugiriendo la receta perfecta para la solución de los problemas de Ucrania (perfecto, es decir, desde el punto de vista de Washington): Arseni Yatseniuk, un líder de la oposición y ex ministro de relaciones exteriores, debe estar en un nuevo gobierno en Kiev. Pero Vitali Klitschko, un ex boxeador de peso pesado conocido por estar favorecido por Merkel, es descrito como inexperto junto con la necesidad de que "haga sus deberes políticos".



      La señora Nuland se refiere a estos dos hombres como "Yats" y "Klitsch". Las dos voces se lamentan de cómo la actitud de la UE en Ucrania es vista como "suave" por los EEUU, lo que es claramente verdad. En un momento, al expresar su frustración con la UE y su incapacidad para unirse a los EEUU en la amenaza de sanciones contra los dirigentes de Ucrania, la señora Nuland exclama: "A la mierda con la UE". Una portavoz del Departamento de Estado, dijo que los EEUU no quisieron comentar la autenticidad de la grabación, pero dijo que la señora Nuland había pedido disculpas a los funcionarios de la UE por las declaraciones recogidas.



      Esto no tiene ni pies ni cabeza. Si las voces implicadas no eran de dos diplomáticos de Estados Unidos, sino de dos actores o de algunas otras personas accidentales, ¿por qué se disculpa de nada la señora Nuland? Pero tales son las sutilezas bizantinas de la diplomacia burguesa.



      Por nuestra parte, no tenemos la menor duda de que la voz en cuestión era en realidad de la señora Nuland, y que ese lenguaje impropio de una dama expresa con una claridad exquisita la verdadera actitud de Washington hacia sus amigos y aliados del otro lado del Atlántico.



      El hecho es que tanto a Berlín como Washington les gustaría instalar un gobierno títere en Ucrania, aunque su elección de los títeres es diferente. Merkel quiere evitar un baño de sangre a gran escala, que provocaría una avalancha de refugiados hacia la UE. Ahora que siente que ha reforzado su control sobre Ucrania, habla públicamente de un "compromiso" - es decir, de un compromiso que deje a la UE y a los norteamericanos el control, y relegue a Rusia a una posición de insignificancia. Ese es el verdadero significado de una coalición de gobierno de transición, un "gobierno de unidad nacional". Pero esto es más fácil decirlo que hacerlo".
Comparte esta noticia:

No hay comentarios:

Publicar un comentario