Venezuela: ¿no es urgente
aplicar severamente la ley a los medios internacionales implicados en el actual
`golpe suave´?
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José
Manzaneda, coordinador de Cubainformación.- En Venezuela existe un gobierno
elegido democráticamente hace apenas 10 meses (1). Las formaciones políticas
que lo sustentan aumentaron incluso su ventaja electoral en las posteriores
elecciones municipales, celebradas hace menos de tres meses (2). Pero un sector
de la oposición, mediante una estrategia que denomina “La salida”, propone
quebrar el orden constitucional y derrocar al ejecutivo por la fuerza (3). Su
líder, Leopoldo López, lo decía con claridad hace unos días. “¿Cuándo termina
esto?”, le preguntó una periodista. López le respondió: “Cuando logremos sacar
a quienes nos están gobernando” (4).
Para
ello, en la última semana, este sector ha movilizado a sus seguidores entre el
estudiantado de clase media y entre grupos violentos de ultraderecha, en
municipios –coincidencialmente- gobernados por la oposición. El resultado: seis
personas muertas, decenas de heridas e incontables destrozos en bienes púbicos
(5).
Curiosamente,
lo que sería inaceptable en otro país, en Venezuela es legitimado y apoyado por
la línea informativa de los grandes medios internacionales. Un editorial del
diario español El País, por ejemplo, describía a Leopoldo López no como un
líder que trata de quebrar por la fuerza a un gobierno electo, sino como un
“economista educado en EEUU (...) (que) abandera (..) la presión contra el
régimen en la calle”. Mientras, acusaba a Nicolás Maduro de encabezar un
“heredado régimen socialista unipersonal”, como si su cargo hubiera sido
heredado, y no electo hace apenas 10 meses (6).
Y
es que los medios no son un observador imparcial.
Son
la pieza clave de un intento de “golpe suave”, estrategia elaborada por el
sociólogo y colaborador de la CIA Gene Sharpes (7). Un método puesto en
práctica en las llamadas “revoluciones de colores”, todas desarrolladas
-curiosamente- en países que enfrentan los intereses geoestratégicos de EEUU y
la Unión Europea (8).
Repasemos.
La primera fase del “golpe suave” es la denominada “ablandamiento” del
gobierno, en este caso mediante la guerra económica. En 1970, el presidente de
EEUU Richard Nixon pidió “hacer chirriar la economía” de Chile para tumbar a
Salvador Allende (9). Exactamente igual que hoy en Venezuela: desabastecimiento por
acaparamiento, fuga de divisas, sabotajes a la distribución eléctrica e
inflación inducida han conducido a un claro deterioro de las condiciones de
vida (10). Y, como en Chile, en Venezuela los medios presentan estos problemas
como un caos económico y social, cuyo único culpable es el gobierno de Nicolás
Maduro (11).
La
segunda fase del golpe suave es la “deslegitimación” del gobierno, por
supuestas violaciones de los derechos humanos o de la libertad de prensa y
expresión. En los últimos días, el mensaje repetido hasta la saciedad en los
medios internacionales ha sido el de la supuesta represión policial de las
protestas (12).
En
este sentido, medios y oposición no han dudado en utilizar las armas más
groseras de manipulación. La periodista venezolana del diario español ABC
Ludmila Vinogradoff incluía en la web del diario una fotografía de la represión
policial en Egipto, haciéndola pasar por una instantánea tomada en Caracas
(13). Una anécdota, realmente, si tomamos en cuenta la trayectoria de
propagandista del golpismo de esta periodista (14). En abril de 2002,
legitimaba con absoluta impunidad el golpe de estado de Pedro Carmona en las
páginas de El País (15).
En
esta fase de “deslegitimación” del gobierno por supuesta represión, una
herramienta clave han sido las redes sociales de Internet, en especial Twitter,
donde la manipulación de fotografías ha alcanzado cotas inéditas (16).
Hemos
visto imágenes de supuesta brutalidad policial y torturas de la policía de
Venezuela que realmente eran de Brasil, de Chile, de Siria, de Ucrania, de
Egipto, de Turquía (17), del País Vasco, y hasta sacadas de una película porno
(18); o imágenes del rostro agredido de un joven supuestamente opositor que
realmente eran de un estudiante chavista golpeado por la oposición el pasado
año (19); o imágenes de grandes concentraciones opositoras que correspondían
realmente a una procesión religiosa, o a una manifestación independentista en
Cataluña (20).
La
tercera fase del golpe suave es el llamado “calentamiento de calle”, con la
generalización de todo tipo de protestas y la toma de instituciones públicas a
las que no se reconoce.
Los
medios internacionales han realizado un vergonzoso acompañamiento
propagandístico de este violento “calentamiento” de calle. Todo, además,
acompañado de la criminalización de los partidarios del Gobierno (21). Por
ejemplo, los llamados “colectivos”, con implantación en barrios populares, a
quienes los medios endosan la responsabilidad de la violencia, con términos
como “bandas paramilitares” (22), “parapoliciales chavistas” (23) o “milicias
progubernamentales” (24). A la vez, estos medios silencian los reiterados
ataques de francotiradores de ultraderecha contra pacíficas marchas del
chavismo (25). Los mismos medios internacionales que han colocado en titulares
el asesinato, por ejemplo, de una opositora ganadora de un concurso de belleza
(26), jamás han publicado una línea sobre los 175 campesinos muertos por
sicarios pagados por terratenientes en Venezuela desde el año 2001 (27).
A
la vez que se magnifican las protestas de la oposición, las de apoyo a la
Revolución, mucho más multitudinarias, apenas tienen espacio informativo (28).
La marcha de cerca de 100 mil personas, el pasado martes (29), era ridiculizada
en el diario El País, bajo el titular “El chavismo arenga a sus seguidores”,
con una fotografía no de dicha marcha masiva, sino de una protesta de la
oposición (30).
Hay
datos importantes para entender esta estrategia de “golpe suave”, y el
fortalecimiento organizativo de ciertos grupos de la juventud opositora, que
los medios ocultan deliberadamente. Por ejemplo, que el Gobierno de Estados
Unidos ha destinado en los últimos 3 años más de 100 millones de dólares para
financiar a todo tipo de grupos de oposición en Venezuela (31).
Los
medios internacionales, tan sensibles –en teoría- a los ataques contra la libertad de prensa, se han olvidado –curiosamente-
de la violencia ejercida por jóvenes opositores contra numerosos periodistas de
medios comunitarios y públicos de Venezuela (32). Los trabajadores de
Venezolana de Televisión, por ejemplo, fueron asediados durante 6 días en sus
instalaciones (33).
Las siguientes fases de la estrategia de “golpe suave”
aún no han llegado. El Gobierno y los sectores populares que lo apoyan deberán
tomar las medidas adecuadas para evitarlo, teniendo en cuenta que los medios,
lejos de ser informadores neutrales, son el principal peón de una guerra contra
el orden constitucional de Venezuela. Para ello están las leyes que regulan sus
excesos, cuya aplicación contundente está hoy más justificada que nunca.
(12) http://www.infobae.com/2014/02/15/1543914-no-cesa-la-represion-policial-venezuela-un-herido-bala
(30) El País, edición impresa, 19 de febrero de 2014, pag.
3.
(32) http://www.prensa-latina.cu/index.php?option=com_content&task=view&idioma=1&id=2384871&Itemid=1
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