Notas sobre el golpe de Estado en Brasil
Los EE.UU hablan todo el tiempo de democracia.
Deberían, primero que todo, permitirla.
João Goulart
1.Deberían, primero que todo, permitirla.
João Goulart
Desde octubre de 1861, para sobrevivir, Karl Marx escribió para el diario estadounidense New York Daily Tribune . Acompañó todo el periodo de la guerra civil gringa, que duró de 1861 a 1865. Escribió al respecto, diciendo, entre otras cosas, que era, antes que una guerra civil, una guerra de clases mundial. Dijo también que la guerra de un supuesto estado central contra un sur esclavista era fachada que empujaba al trabajo esclavo por fuera de los EE.UU. De esta forma, como un factor ideológico propagandístico, el sur dejaría de ser esclavócrata y la esclavitud migraría hacia América Central y hacia toda la América Latina. El golpe en Brasil es la prueba de que la guerra de Secesión hasta hoy no acabó —somos la clase negra trabajadora (1) gringa, el sur del sur, aunque este “sur” hoy sea el mundo entero, incluso Europa.
2.
El golpe debería enseñarnos que el capital es machista, racista y clasista. De lo contrario, será eterno. También, debería recordarnos que no es un golpe suave y que todo golpe en América Latina está orquestado por el imperio estadounidense. Y como tal, se trata de un golpe apócrifo por cuanto se atribuyen a Dilma Rousseff supuestas violaciones presupuestarias, detrás de lo cual se percibe que, al contrario de como fue presentado, no es un caso de corrupción. ¿Se trata ahora de una violación a leyes presupuestarias? Habría, entonces, que arrestar a todos los republicanos de EE.UU si ese fuera el caso; y a casi todos los democratas, también. ¿Violación de leyes presupuestarias? ¿Es eso causal de juicio político?
3.
Renunciamos a la lucha de clases, pero esta no se resigna. El golpe es su mano pesada en el rostro que ponemos u ofrecemos. En nuestro luto de clase, percibimos mal, tomados como estamos por el fetiche de la mercancía, en el que el muerto era la misma gente. Contra esto, y por una invitación a luchar, cabría citar al periodista argentino Rodolfo Walsh: “Las clases dominantes pretenden que el pueblo trabajador no tenga historia, ni teoría, ni héroes, ni mártires, de forma que cada vez haya que comenzar desde cero”. Cabría comenzar de cero pero quitándose a Drácula Temer del medio.
4.
Dilma dio sus mensajes al senado brasileño, el 29 agosto 2016, cuando fue “violada” por falos de cinismo e hipocresía de sus inquisidores, durante 14 horas seguidas. El mensaje menos percibido y el más importante fue: “Durante nuestra gestión, mía y de Lula da Silva, no nos comportamos como un país imperialista.” Con esto quiso decir que el golpe tiene tres lados. El primero es: el imperialismo interfiere aquí y lleva a cabo el golpe. El segundo es: los senadores golpistas obedecen al dictado imperialista y quieren la rendición de Brasil. El tercero es: estoy siendo golpeada porque no nos sometemos al dictado imperialista de “dependencia o muerte”. ¿Es necesario dibujar?
5.
Al estilo de Honduras y de Paraguay, el golpe en Brasil tiene la fachada institucional, jurídica. La tortura de la forma y del rito contra el contenido-pueblo es, además de extrema cobardía, la tortura de la indiferencia y de la hipocresía de los traidores de ayer y de hoy. No es la historia que no los perdonará. Somo nosotros: el contenido-pueblo. Abajo el formalismo literario, amoroso, político. Abajo el estado de excepción de la forma-mercancía, con sus performáticos gestos pedantes y rostros jurídicos: “Con todas las venias”, dice la jerga jurídica del golpe, realmente queriendo decir: te estoy golpeando.
6.
El marxismo no es una teoría estancada, petrificada con la ex Unión Soviética. Está permanentemente actualizado. Un libro ejemplo de ello es La sociedad del espectáculo , de Guy Debord (1967). En él, inspirado sobre todo en el posfacio, “Crítica a la economía política, de la segunda edición alemana de El Capital , 1873”, se apropió del método dialéctico marxista y por medio de este elaboró un concepto capaz de definir lo contemporáneo, el espectáculo, comprendido como un momento del falso en el cual y por medio del cual las imágenes infinitamente editadas producen y reproducen una humanidad cabeza abajo, distorsionada, irreal. Analizando el golpe de estado en Brasil, es posible decir que fue orquestado de conformidad con el momento del falso de la sociedad del espectáculo, para de tal modo hacernos creer que los congresistas, ahora los senadores, son los protagonistas del golpe. Fuera de esta espectacular cortina de humo, hay error: los senadores fueron en realidad extras del golpe. El verdadero protagonista interno, además de los dueños de los medios del espectáculo, fue y es el poder judicial. Al no conseguir ver con claridad esta situación, producimos resistencia espectacular al golpe —un momento del falso más; una tragicomedia.
7.
Pasamos la década del 90 matando. Matamos a la ideología, matamos a las narrativas emancipadoras, matamos a la lucha de clases, matamos a la historia. Matamos a Marx. Matamos al sujeto. Este último, auto asesinado, es el motivo por el cual el golpe en Brasil se volvió un caso sui generis : un caso de oración sin sujeto.
8.
El imperialismo gringo es igual a la coca-cola. No vale nada. Su logística de dominación equivale a la coca-cola en el cine. No sirve para nada. Es sólo estafar, magia de rostros editados, reeditados. Siempre que golpea, y lo hace todo el tiempo, lanzando, como un circo de horrores, rostros a nuestra frente, manipulando catarsis, miedos, pasiones, deseos, traumas. No es difícil desenredar esta magia, revelando su farsa. Basta revertir las ediciones de los medios corporativos. Si esta vuelve a fulano y a sutano héroes, puede tener certeza, estos son los rostros que deben ser mirados, vilipendiados, acusados; objetos de todas las protestas y repulsas. Si, por otro lado, unos rostros son los calumniados, de una forma u otra, puede tener certeza, estos rostros son los editados para que los odiemos. Así no tiene tanta importancia. Si usásemos esta técnica de análisis, dialéctica, habríamos paralizado el golpe, con nuestras protestas. Y si aún quisiéramos paralizar lo que vendrá con el golpe (incluso la posibilidad de otro golpe, militar esta vez, como señala el teólogo Leonardo Boff), rapiña a todo lo que huela a Estado y a trabajo común, tenemos que usar esta técnica. De lo contrario, no pasaremos de rostros editados por los medios del imperialismo yanqui. Rostros editados para ser los engañados; rostros de burbujas de jabón; enojados e incluso arrojados a los vientos editados a punto de estallar en el camino de la nada.
9.
El golpe tiene tres actores activos y uno pasivo. En la escala de los más activos, tenemos: el imperialismo estadounidense, que es el planeador del golpe (2) ; las corporaciones mediáticas, con la cadena Globo al frente; el poder judicial, con el “juez” Sérgio Moro a la cabeza. El actor o el lado pasivo es el poder político. Nuestro error, hemos dicho esto, hemos gritado, es elegir sólo el lado pasivo —los congresistas, incluyendo diputados y senadores. Obvio que no son santos. Obvio que son cobardes y corruptos. Pero es por todo esto precisamente que ellos no tienen alternativa, o golpean o la extorsión derivada del poder judicial los colocará en el lodo de la opinión pública alienada por los medios corporativos.
10.
En la mañana del 30/ago/2016, el abogado de Dilma Rousseff, José Eduardo Cardoso, hizo sin duda una brillante defensa de su “cliente”, demostrando punto por punto la farsa ritualista del golpe, sin crimen de responsabilidad. Para tal fin, contextualizó el proceso de formación de las supuestas pruebas. Primero, tras la victoria de Dilma Rousseff en las elecciones de 2014, el candidato derrotado, Aécio Neves, alegó fraude en las urnas electrónicas, pidiendo reconteo de votos; después pidió la cancelación de las elecciones alegando a la justicia electoral que lo declarase candidato ganador y continuó hilvanando el sabotaje permanente de los perdedores inconformes, hasta que llegó al supuesto momento en que el golpe comenzó a ser realmente factible: uno en el cual el Procurador General de la República, Rodrigo Janot, presentó su primera lista de delatados, de la Operación Lava Jato, al Supremo Tribunal Federal, poniendo en el banquillo a la base de apoyo congresional de Dilma Rousseff, pues tanto el presidente de la Cámara de los Diputados, Eduardo Cunha, como el presidente del Senado, Renan Calheiros, fueron simultáneamente denunciados. Lo que José Eduardo Cardoso quiso decir, pero no lo hizo explícitamente, fue: a partir de este momento el golpe tomó su configuración exitosa, porque el chantaje del poder judicial pasó a trabajar, de manera sub-repticia (sic), contra los congresistas, obligándolos a apresurar el golpe.
11.
Lo que José Eduardo Cardoso no dijo, sin embargo, fue: antes de presentar su primera lista de denunciados, objetivando chantajear y dividir la base de apoyo del Gobierno Dilma Rousseff, el Procurador General de la República, Rodrigo Janot, sin esconder nada, estuvo en EE.UU, visitando al Departamento de Estado, al FBI, al Departamento de Justicia. Además de entregar documentos sobre la Petrobrás al Tío Sam, capturados por la Operación Lava Jato, así que volvió a Brasil, sin esconder nada, se reitera, Rodrigo Janot entregó finalmente al Supremo Tribunal Federal la lista del plan del golpe. ¿Mera oportunidad?
12.
Lo que el golpe de estado en Brasil evidencia con una claridad absoluta es lo siguiente: llegamos al momento del golpe del panóptico del banco de datos de la humanidad . Como se sabe, EE.UU mantiene información personal de toda la humanidad, además del poder de editarla, a su antojo, a través del acceso absoluto a las comunicaciones realizadas por la mayoría de las personas en el mundo, sean las efectuadas por correos electrónicos, mensajes de celulares, conversaciones en redes sociales, sin contar el diseño personal de las preferencias eróticas, informativas, comerciales, políticas de prácticamente todos los usuarios de la Red Mundial de Computadores.
13.
Fue muy probablemente por medio del acceso selectivo a las informaciones infinitamente editables del panóptico del banco de datos de la humanidad, controlado por el imperialismo gringo, que la Operación Lava Jato y los yuppies del Ministerio Público, con el apoyo del monopolio mediático interno, realizaron la tarea que les cupo en este latifundio: chantajear, chantajear, chantajear.
14.
Las informaciones del panóptico del banco de datos de la humanidad fueron, son y serán usadas con el objetivo de golpear a toda la humanidad, chantajeándola, no siendo casual que su consecuencia sea la siguiente: llegamos a la era del darwinismo jurídico por medio del cual, con mucha extorsión, sólo los más corruptos sobreviven.
15.
Lo más tenebroso en toda esta historia es lo siguiente: aun sin esconder nada, incluso en relación con las informaciones sobre Petrobrás suministradas a EE.UU, faltando sólo decir que la lista de los primeros denunciados le fue “gentilmente” cedida por agentes gringos, el Procurador General, Rodrigo Janot, fue nombrado por la propia Dilma para un segundo mandato en contra —en contra de su propio segundo mandato presidencial.
16.
En concordancia con el punto 2 de este texto, cabría citar el caso de la senadora Vanessa Grazziotin, una militante absolutamente guerrera, digna de las verdaderas amazonas, en la época del matriarcado. Gracias a ella por todo, por combatir a estos execrables machistas del patriarcado, sean hombres o mujeres, que votan cínicamente (al margen, eso sí, de los cínicos griegos que eran honestos o sea éticos) por el golpe.
17.
¿Cuándo es que vamos a aprender que la clase política golpista, además de no valer nada, precisamente por esto, no puede hacer nada? ¿Cuándo es que vamos a aprender que quien manda a la clase política a reprimirnos es el poder mediático y el poder judicial, mandados igualmente por el imperialismo estadounidense? ¿Cuándo es que vamos a exigir al poder judicial y mediático nuevas elecciones libres y democráticas? ¿Cuándo es que vamos a comenzar a protestar sin tregua contra las fuerzas que están tras los bastidores del golpe, golpeándonos sin cesar? Ojalá más temprano que tarde.
18.
Contra esto y por lo pronto, la propia Dilma Rousseff recurre al Supremo Tribunal Federal (STF) para tener un nuevo proceso de impeachment y la realización de un nuevo juicio, como quiera que la Constitución de Brasil de 1988, a diferencia de lo que ocurría al final de la de 1946, secuela del Estado Novo de Getúlio Vargas, no incluye en el catálogo de responsabilidad los crímenes contra “el cuidado y el empleo legal de dineros públicos”. La hipótesis de crimen de responsabilidad contra tal medida “fue revocada y no está hoy en vigor”, afirma la defensa de la Presidenta legalmente elegida.
19.
En favor de esta valiente mujer que fue torturada en 1970, por ser sospechosa de atentar contra el orden de la tiranía implantada por los militares y la oligarquía brasileña, con los EE.UU siempre tras bambalinas, quizás quepa hacer un homenaje basado en las estremecedoras palabras del docente e investigador social Pablo Gentili, bonaerense residenciado hace más de veinte años en Rio de Janeiro, y quien se refiere a la mirada de la mandataria para desnudar las lacras del opresor, evidenciar los males de la dictadura, la cobardía de milicos y dirigentes, todo por ella defender la democracia, luchar por la libertad y la justicia “en lo que era y aún sigue siendo una de las naciones más desiguales del planeta”. Serena, imperturbable, firme, mirando la cobardía del verdugo. Casi 50 años después se repite la escena aunque en un estado de excepción diferente: los medios y el poder actúan de manera soterrada y de a poco horadan la roca.
20.
Pero esta vez la roca tiene rostro de mujer y no cede al chantaje: ella seguirá con la frente en alto y la mirada noble como la de todo aquél o aquélla que, pese a la bosta que llueve del cielo senatorial brasileño, mantiene su dignidad, mientras el/los verdugo(s), los cobardes y ruines verdugos, ya milicos, ya senadores, no tienen otro remedio que hincar la rodilla, agachar la cerviz, más ante el Imperio yanqui que ante su propio pueblo, y ahora frente a aquella virtud que no aparece en su léxico, en sus marciales códigos ni en sus retorcidas leyes, las de la conveniencia para unos y la inconveniencia para la mayoría, acaban siendo fulminados y atravesados por los ojos de la honestidad, la pulcritud, la dignidad. La dignidad, esa virtud que jamás puede perderse, como tampoco la inocencia pues ninguna podrá recuperarse. Y eso lo ha de tener claro el pueblo brasileño si quiere recobrar parte de la democracia que milicos, ayer, y senadores, hoy, cortaron de un tajo sin pensar en las consecuencias, apenas en sus tristes arcas, las de unos seres sumidos en el lodo de la indignidad, del desprecio por los otros, del asco por la decencia, por la dignidad, por la libertad (3).
21.
Golpe ‘Made in USA’: ¿caída de Dilma fue ordenada por Wall Street? (2/sept./2016), Michel Chossudovsky (4) . En artículo publicado en junio y reeditado el 1°/sept/2016, un día después de consumarse el impeachment en Brasil, el profesor y economista canadiense explica por qué la caída fue ordenada por Wall Street e intenta desenmascarar “a los actores detrás del golpe”. El control sobre la política monetaria y la reforma macroeconómica eran los objetivos últimos del golpe de Estado. Las nominaciones principales del punto de vista de Wall Street son el Banco Central, que domina la política monetaria y las operaciones de cambio, el Ministerio de Hacienda y el Banco del Brasil, dice el artículo, resaltando que, desde el gobierno FHC, pasando por Lula y Temer, Wall Street ha ejercido control sobre los nombres anotados para liderar estas tres instancias estratégicas para la economía brasileña. Lo que está en juego a través de varios mecanismos (operaciones de inteligencia, manipulación financiera y medios de propaganda) “es la desestabilización pura y simple de la estructura estatal del Brasil y de la economía nacional, para no mencionar el empobrecimiento en masa del pueblo brasileño”. Según la tesis del profesor, “Lula era ‘aceptable’ porque siguió las instrucciones de Wall Street y del FMI”, pero Dilma, con un gobierno guiado más por un nacionalismo reformista soberano, no pudo ser ‘aceptada’ por los intereses financieros de los EE.UU, a pesar de la agenda política neoliberal que prevaleció bajo su gobierno. Si Dilma hubiese decidido mantener a Henrique de Campos Meirelles, el golpe de Estado muy probablemente no habría ocurrido” afirma el analista.
Notas:
(1) Casa-Grande e Senzala o Los Maestros y los Esclavos: libro de Gilberto Freyre sobre la formación de la sociedad brasileña. La Casa-Grande alude a los molinos de azúcar, donde un solo hombre llegaba a poseer y dirigir ciudades enteras. La voz Senzala se refiere a la clase negra trabajadora, primero esclava y luego sierva. Para Freyre, la arquitectura de la Casa-Grande era una expresión de la sociedad patriarcal brasileña. El autor refuta la idea de que Brasil haya tenido una raza inferior por el mestizaje: más bien, rescata los aspectos positivos de la mezcla portugueses-amerindios-negros. La tesis central del libro es la separación por raza, clase y mestizaje.
(2) Para ello instrumentalizó a un antiguo espía: La CIA festeja: nuestro hombre en Brasilia es Michel Temer. Por: Carlos Rossmann. Mientras fue diputado y presidente del Partido del Movimiento Democrático Brasileño (PMDB), espiaba para EE.UU en contra de su propio país. Temer, uno de los golpistas que logró llegar a la presidencia del Brasil, fue espía de la CIA en 2006, confirman documentos de Wikileaks. Además, está acusado por corrupción en una causa vinculada con Petrobrás. El actual presidente interino de Brasil, fue informante de la Agencia Central de Inteligencia gringa en 2006, durante el mandato de Lula da Silva, aseguró Wikileaks por Internet. El nuevo mandatario reveló información clasificada como sensible y sólo para uso oficial. http://www.contrainfo.com/20580/la-cia-festeja-nuestro-hombre-en-brasilia-es-michel-temer/
(3) La mirada, por Pablo Gentili, Contrapuntos, 1°/sept./2016: “Fue una tarde de noviembre de 1970 en un centro militar de Río de Janeiro. La dictadura brasileña había comenzado hacía ya seis años, en 1964, con la promesa de reestablecer el orden perdido en apenas un día. Duró dos décadas. Fue una tarde de noviembre, calurosa y pegajosa como todas las tardes de noviembre en Río, pero más aún en ese edificio inmundo y repugnante, donde los militares interrogaban, torturaban y mantenían detenidos clandestinamente a jóvenes activistas, a trabajadores que luchaban por sus derechos, y a todo aquel que pareciera sospechoso de atentar contra ese orden silencioso y espectral que los militares y las oligarquías brasileñas creían haber perdido y prometieron recuperar en un día, aunque se quedaron en el poder dos interminables décadas. Esa tarde, después de más de 20 días de brutales torturas, Dilma Rousseff fue conducida ante un tribunal militar que la juzgaría por haber defendido la democracia, por haber luchado por la libertad y la justicia en lo que era, y aún sigue siendo, una de las naciones más desiguales del planeta. Tenía 22 años. Al sentarse en una pequeña silla frente a sus acusadores, comenzó a mirarlos fijamente. Uno a uno. De manera firme y directa, sin inmutarse, congelada, pero más viva que nunca. La mirada apuntado a cada uno de sus cobardes verdugos. Casi 50 años más tarde, la escena se repetiría, aunque en un nuevo estado de excepción bastante diferente de aquel. En Brasilia, frente a un senado nacional donde más de la mitad de sus miembros tienen causas pendientes con la justicia, Dilma debió enfrentarse a una interminable fila de acusadores que no pretendía otra cosa que destituir a Brasil de su soberanía popular. Un nuevo golpe y Dilma, una vez más, frente a un tribunal que no se atrevía a mirarla a los ojos. Dilma, casi 50 años más tarde, con la misma mirada, peleando con la palabra. Fulminándolos. Uno por uno. Respondiendo lo que ellos no tenían el más minino interés de escuchar. Y atravesándolos con ese brillo en los ojos que sólo poseen los que han vivido siempre con dignidad. Dilma, una mujer igual a tantas otras: valiente, guerrera, militante, madre, trabajadora, intelectual, luchadora del porvenir. El gran problema de los golpes y de los golpistas es que, aunque pegan y pegan, aunque no paran de pegar, siempre encuentran seres humanos empedernidos, valientes, heroicos, como casi todos los seres humanos, gloriosos, dispuestos a dar su vida por los ideales de un mundo más justo, solidario, igualitario y libre. El problema de los golpes y de los golpistas es que, aunque creen en la prepotente eficacia del golpear, nunca aprendieron que el secreto está en la mirada, en la palabra y en ese impulso incontrolable y quizás milagroso que tienen las mujeres y los hombres cuando luchan por su libertad”. http://blogs.elpais.com/contrapuntos/2016/09/la-mirada.html
(4) Michel Chossudovsky, es escritor premiado, y profesor (emérito) de Economía de la Universidad de Ottawa, fundador y director del Centro de Investigación sobre la Globalización (CRG, en inglés) y editor de la organización independiente de investigación y medios Global Research. Fue profesor visitante en la Europa Occidental, en el Sudeste Asiático y en la América Latina, sirvió como consejero económico para gobiernos de países en desarrollo y ha actuado como consultor para varias organizaciones internacionales. Es autor de once libros, publicados en más de veinte lenguas. En 2014, fue premiado con la Medalla de Oro al Mérito de la República de Serbia por sus escritos sobre la guerra de agresión de la OTAN contra Yugoslavia. http://www.ocafezinho.com/2016/09/02/golpe-made-in-usa-queda-de-dilma-foi-ordenada-por-wall-street/
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