Receta para hocicos obedientesby Iroel Sánchez |
Sara Rosenberg
Esta
sopa no es barata, lleva muchos ingredientes, pero le permitirá quedar bien con
sus invitados. Usted la puede servir cuando quiera, es apta para diversas
circunstancias y sobre todo su aroma provoca enseguida un efecto muy digestivo
que no se compara con otros alimentos más pesados o radiactivos. Aleja los
olores frecuentes a pólvora y sangre.
Se sirve fría o caliente, según las estaciones y/o circunstancias.
Se sirve fría o caliente, según las estaciones y/o circunstancias.
Ingredientes
y preparación
1.
Unas buenas lonchas de bloqueo y sabotaje perfumados con declaraciones de
preocupación por alguna minoría recientemente creada. Ese aspecto de minoría en
peligro de extinción o simplemente en peligro engrandece su sabor. Puede también
reemplazarse por gruesas lonchas de estafas de la marca Troika o FMI, son las de
mayor calidad.
2. Dos o tres amenazas de sanciones si alguien le pisa las zanahorias frescas.
3. Tres huevones batidos declarando haber sido privados de libertad de expresión.
4. Se puede aderezar tal como se hizo en Argentina, con una salsa a la Videla que separe sabores y la presente como “somos derechos y humanos”. Esto le da una textura más densa y confunde al paladar más refinado.
5. Una o dos cucharadas de boletus de Damas de Blancas –un hongo escaso pero apreciado- sazonadas con parásitos del verde musgo franklin, que crece sólo en billetes verdes norteños. Su sabor es muy apreciado en los banquetes de la Casa blanca, en la lista Forbes, el Tea Party (la usan para la hora del té, por supuesto) y la NED.
6. Una cucharada sopera bien colmada del mismo hongo franklin deshecho y bien batido con nuevas tecnologías. Es importante agregar finas rebanadas de Yoanis, rebozadas con harinas leudantes que forman una crujiente costra blanca de persecución y le otorga un toque melancólico. El hongo franklin potencia su sabor gracias al caudal bancario de reproducción de sus células. Es caro, pero sin este ingrediente no se consigue el punto exacto en que la harina pueda ligar las partes y producir una digestión menos pesada. La rebanadas bien fileteadas de Yoani se consiguen en latas de conserva que ya tienen el sello acreditado por del ministerio de salud pública de la Unión europea y Estados Unidos. Su textura es semejante a la de la anguila y abunda en los mercados.
7. Diez vasos de agua destilada del pozo del congreso de Washington. Un pozo que sirve de aglutinante -gracias al hongo verde franklin- de estos diversos sabores. Al verter el agua notará cómo enseguida adquiere un color fosforescente.
8. Agregar medio litro de zumo de Miami. Hervir con paciencia en este zumo de Miami, envasado al vacío antes de ser trasladado. Se han conseguido especímenes de diversos tamaños y formas, pero todos pueden ser envasados al vacío sin fecha de caducidad. Se recomienda el vacío para evitar su fuerte olor a pólvora.
9. Una vez conseguido el espesor necesario, se hacen unas bolas pequeñas de napalm y se depositan en diversos sitios del plato. Esto le da al plato el verdadero toque tradicional y es rápidamente reconocible.
10. Se sirve en general después de un buen bombardeo o selectivo asalto con sabores amargos flambeados por drones recién cultivados.
11. Es aconsejable hacer que esta sopa no sea servida al comienzo del banquete sino al final, cuando todos los sabores que emanan de otras piezas se han consumido. Es cuando logra su mayor efecto en el paladar.
12. Debe ser presentada por el chef apelando a su sabor final, jamás a los elementos orgánicos que se han usado para espesarla. La confianza del consumidor es lo esencial y su valor crece con la repetición.
13. Recomendamos usar vajilla clara, blanca, porque su natural color petróleo adquiere unas tonalidades diversas según el plato en el que se coloque esta sopa.
14. Esta receta ha sido largamente discutida y aprobada por las personalidades intelectuales del mundo entero y es conveniente que sus versiones sean adaptadas y degustadas con nuevos aportes internacionales.
15. En Asia se recomienda introducir variantes legadas por la cocina de Al- Qaeda, tales como flambear directamente las verduras en los mercados públicos. También en Siria se ha desarrollado una variante que utiliza sabores químicos con picadillos variados. En Nigeria conviene reducir su sabor mineral con un toque femenino que promueva raptos insólitos al paladar exigente. En Libia han conseguido blanquear su color gracias al uso de una vajilla transparente, posmoderna y de gran diseño ergonómico.
16. Se perfuma con ralladura de “nostalgia, desencanto y esperanzas perdidas”.
17. Se agrega un ramillete entero y fresco de obviedades: censura, persecución y lucha estudiantil con un poco de salsa de guarimba y se sirve con una copa de buen molotov mezclado con explosivos plásticos de última generación.
18. Si quiere usted sorprender aún más a los comensales se recomienda flambear con destilados dulces de vodka ucraniano que potencian la mezcla en los paladares más exigentes.
19. Para terminar y conseguir mayor satisfacción si cabe, se puede acompañar con una o dos cucharadas de espuma de napalm y con una generosa dosis de cocaína bien alineada en los bordes del plato. Esto permite no olvidar este producto estrella, consumido casi por el 90% de los usuarios norteamericanos y europeos, y que tan bien conjuga con todos los otros platos.
Tengan ustedes buen provecho.
2. Dos o tres amenazas de sanciones si alguien le pisa las zanahorias frescas.
3. Tres huevones batidos declarando haber sido privados de libertad de expresión.
4. Se puede aderezar tal como se hizo en Argentina, con una salsa a la Videla que separe sabores y la presente como “somos derechos y humanos”. Esto le da una textura más densa y confunde al paladar más refinado.
5. Una o dos cucharadas de boletus de Damas de Blancas –un hongo escaso pero apreciado- sazonadas con parásitos del verde musgo franklin, que crece sólo en billetes verdes norteños. Su sabor es muy apreciado en los banquetes de la Casa blanca, en la lista Forbes, el Tea Party (la usan para la hora del té, por supuesto) y la NED.
6. Una cucharada sopera bien colmada del mismo hongo franklin deshecho y bien batido con nuevas tecnologías. Es importante agregar finas rebanadas de Yoanis, rebozadas con harinas leudantes que forman una crujiente costra blanca de persecución y le otorga un toque melancólico. El hongo franklin potencia su sabor gracias al caudal bancario de reproducción de sus células. Es caro, pero sin este ingrediente no se consigue el punto exacto en que la harina pueda ligar las partes y producir una digestión menos pesada. La rebanadas bien fileteadas de Yoani se consiguen en latas de conserva que ya tienen el sello acreditado por del ministerio de salud pública de la Unión europea y Estados Unidos. Su textura es semejante a la de la anguila y abunda en los mercados.
7. Diez vasos de agua destilada del pozo del congreso de Washington. Un pozo que sirve de aglutinante -gracias al hongo verde franklin- de estos diversos sabores. Al verter el agua notará cómo enseguida adquiere un color fosforescente.
8. Agregar medio litro de zumo de Miami. Hervir con paciencia en este zumo de Miami, envasado al vacío antes de ser trasladado. Se han conseguido especímenes de diversos tamaños y formas, pero todos pueden ser envasados al vacío sin fecha de caducidad. Se recomienda el vacío para evitar su fuerte olor a pólvora.
9. Una vez conseguido el espesor necesario, se hacen unas bolas pequeñas de napalm y se depositan en diversos sitios del plato. Esto le da al plato el verdadero toque tradicional y es rápidamente reconocible.
10. Se sirve en general después de un buen bombardeo o selectivo asalto con sabores amargos flambeados por drones recién cultivados.
11. Es aconsejable hacer que esta sopa no sea servida al comienzo del banquete sino al final, cuando todos los sabores que emanan de otras piezas se han consumido. Es cuando logra su mayor efecto en el paladar.
12. Debe ser presentada por el chef apelando a su sabor final, jamás a los elementos orgánicos que se han usado para espesarla. La confianza del consumidor es lo esencial y su valor crece con la repetición.
13. Recomendamos usar vajilla clara, blanca, porque su natural color petróleo adquiere unas tonalidades diversas según el plato en el que se coloque esta sopa.
14. Esta receta ha sido largamente discutida y aprobada por las personalidades intelectuales del mundo entero y es conveniente que sus versiones sean adaptadas y degustadas con nuevos aportes internacionales.
15. En Asia se recomienda introducir variantes legadas por la cocina de Al- Qaeda, tales como flambear directamente las verduras en los mercados públicos. También en Siria se ha desarrollado una variante que utiliza sabores químicos con picadillos variados. En Nigeria conviene reducir su sabor mineral con un toque femenino que promueva raptos insólitos al paladar exigente. En Libia han conseguido blanquear su color gracias al uso de una vajilla transparente, posmoderna y de gran diseño ergonómico.
16. Se perfuma con ralladura de “nostalgia, desencanto y esperanzas perdidas”.
17. Se agrega un ramillete entero y fresco de obviedades: censura, persecución y lucha estudiantil con un poco de salsa de guarimba y se sirve con una copa de buen molotov mezclado con explosivos plásticos de última generación.
18. Si quiere usted sorprender aún más a los comensales se recomienda flambear con destilados dulces de vodka ucraniano que potencian la mezcla en los paladares más exigentes.
19. Para terminar y conseguir mayor satisfacción si cabe, se puede acompañar con una o dos cucharadas de espuma de napalm y con una generosa dosis de cocaína bien alineada en los bordes del plato. Esto permite no olvidar este producto estrella, consumido casi por el 90% de los usuarios norteamericanos y europeos, y que tan bien conjuga con todos los otros platos.
Tengan ustedes buen provecho.
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