¡Llegó la hora del Poder Popular!
Cuando el Comandante Chávez apareció en los medios de comunicación aquel
glorioso 4 de febrero de 1992 y con aquel "por ahora" revivió la
esperanza de que sí era posible emprender una camino distinto al del
abismo que nos llevaban las políticas neoliberales de los gobiernos de
la cuarta república, lo que nuestro Pueblo apreció no solo fue el hecho
en sí mismo de que esos jóvenes soldados se rebelaran contra el poder
constituido y todo lo que éste representaba, sino de que quienes lo
hacían eran patriotas de verdad, hijos del Pueblo, que en ese momento
representaban la voz de millones que clamaban por una transformación
social para alcanzar una vida digna en nuestro país.
El Pueblo sabe reconocer a sus hijos verdaderos, y es por eso que en la memoria popular han sobrevivido a la ignominia y la traición nombres como los de Bolívar, Sucre, Zamora, Cipriano Castro, Fabricio Ojeda, Alí Primera, entre muchos otros, que de ser por los deseos de la burguesía desde hace rato estuviesen borrados de la historia.
El Comandante Chávez le devolvió al Pueblo la esperanza de saber que sí podemos, de que somos capaces de construir una sociedad distinta, llenándolo también de la convicción de que el Poder Popular es la única vía posible para alcanzar los sueños de Bolívar de la Suprema Felicidad Social, es decir, el Socialismo. Hoy tenemos como Pueblo ese enorme reto que representa el seguir construyendo el Poder Popular.
Ese es el principal legado de nuestro Comandante Chávez, por lo que nos está prohibido fallar en su materialización. Sin la participación protagónica del Pueblo es imposible construir el Socialismo. Para las batallas que aún nos faltan por librar se amerita de la fuerza unida del Pueblo para alcanzar la victoria. No son pocos los enemigos que enfrenta el Poder Popular, por lo que su fortalecimiento es una de las principales tareas a realizar.
Debemos fortalecernos en la conciencia, en la organización, en la movilización y en el espíritu patriota y socialista, demostrando al mundo de que los hijos e hijas de Chávez y Bolívar seguimos alzando las banderas de Amor por la Humanidad que ellos nos legaron. Vivimos tiempos históricos, decisivos, definitorios. De lo que hagamos o dejemos de hacer dependerá el curso de la Historia de este siglo y de los próximos.
Tantas batallas, tanta sangre y tantas lágrimas que ha derramado nuestro Pueblo por la libertad y la justicia, durante tanto tiempo, no puede ser en vano. Llegó la hora de que se cumplan los sueños de Bolívar y Chávez, ¡llegó la hora del Poder Popular!
El Pueblo sabe reconocer a sus hijos verdaderos, y es por eso que en la memoria popular han sobrevivido a la ignominia y la traición nombres como los de Bolívar, Sucre, Zamora, Cipriano Castro, Fabricio Ojeda, Alí Primera, entre muchos otros, que de ser por los deseos de la burguesía desde hace rato estuviesen borrados de la historia.
El Comandante Chávez le devolvió al Pueblo la esperanza de saber que sí podemos, de que somos capaces de construir una sociedad distinta, llenándolo también de la convicción de que el Poder Popular es la única vía posible para alcanzar los sueños de Bolívar de la Suprema Felicidad Social, es decir, el Socialismo. Hoy tenemos como Pueblo ese enorme reto que representa el seguir construyendo el Poder Popular.
Ese es el principal legado de nuestro Comandante Chávez, por lo que nos está prohibido fallar en su materialización. Sin la participación protagónica del Pueblo es imposible construir el Socialismo. Para las batallas que aún nos faltan por librar se amerita de la fuerza unida del Pueblo para alcanzar la victoria. No son pocos los enemigos que enfrenta el Poder Popular, por lo que su fortalecimiento es una de las principales tareas a realizar.
Debemos fortalecernos en la conciencia, en la organización, en la movilización y en el espíritu patriota y socialista, demostrando al mundo de que los hijos e hijas de Chávez y Bolívar seguimos alzando las banderas de Amor por la Humanidad que ellos nos legaron. Vivimos tiempos históricos, decisivos, definitorios. De lo que hagamos o dejemos de hacer dependerá el curso de la Historia de este siglo y de los próximos.
Tantas batallas, tanta sangre y tantas lágrimas que ha derramado nuestro Pueblo por la libertad y la justicia, durante tanto tiempo, no puede ser en vano. Llegó la hora de que se cumplan los sueños de Bolívar y Chávez, ¡llegó la hora del Poder Popular!
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