La República, ¿cuál República?
Por Micaela Sagaseta - Canarias-semanal.org
En España ha llegado el momento de la confrontación definitiva entre el
Poder y el pueblo, confrontación que alcanzará su máxima cota de
contradicciones a la vuelta del asueto de verano. Ya se conocen algunas de las posiciones y alternativas, de ambos bandos. Por un lado, el Poder que arremeterá de nuevo contra los salarios, las pensiones, un endurecimiento de impuestos…. y por el otro, el pueblo que se organiza ante tales barbaries.
Aparecen una y mil plataformas, grupos, mareas, colectivos, todos en lucha frente al Monstruo (léase los dictados de las Grandes Corporaciones, FMI, BCE y los representantes más sanguinarios del neoliberalismo), todos unidos en un frente común para acabar de saquear un país arruinado y que se está cayendo a pedazos día a día.
Ante esta paupérrima y delirante situación provocada, fundamentalmente, por una Banca y una clase política, cual de los dos más siniestros, jauría de bandidos y explotadores, han surgido diferentes opciones políticas que se van decantando, ante la debacle que vivimos.
Ya no es sólo la corrupción política, es la Iglesia corrupta, la Monarquía corrupta, los partidos tradicionales corruptos, los sindicatos corruptos, jueces corruptos… toda la sociedad española está infestada y podrida.
Por ello surge, como paloma blanca, la opción republicana para un país que fue republicano antesdeayer. Apenas hace unos años, no mas de 10, nos reuníamos a recordar el abril republicano español, en Cibeles, y eramos apenas unos pocos. Ahora España entera se llena de banderas tricolores, cuando nos manifestamos. Y es que ESPAÑA NO TIENE OTRA OPCION. España tiene que ser republicana; ahí está la honestidad, el servicio a los demás y la cultura. Tenemos que reconquistar para todos los pueblos de España, aquel ilusionante proyecto, aquella fórmula moderna, legítima y avanzada que había elegido democráticamente el pueblo y que un Dictador fascista y bárbaro pretendió arrancarla de cuajo de Nuestra Historia a base de muerte, destierro y una paupérrima existencia para las clases trabajadoras sobrevivientes. Después de aquel largo y tortuoso holocausto, nos dejó una Monarquía parasitaria y trasnochada fiel estandarte del neocatolicismo español y de la desvergüenza política, un esperpento neomedieval muy propicio para el desembarco sin traba alguna, del neoliberalismo imperial, esa fábrica de muerte y exterminio que se ensaña sin sonrojo ni límite, en los pobres países de nuestro entorno. Como América Latina se les acaba, como aquellos pueblos van uno a uno y sin vuelta atrás, conquistando sus derechos, su independencia y su autodeterminación, ahora hay que arremeter contra los pueblos de estos nuevos escenarios del saqueo.
Ante todo un panorama atroz de vasallaje y claudicación de los derechos??? más elementales, se alzan las voces republicanas. Ya es evidente que el colectivo está hastiado de los partidos tradicionales, de las opciones que plantea el viejo régimen, por lo que tanto psoe, como pp, son cadáveres políticos. La izquierda a base de dosis de "izquierdismo real" mantiene una dignidad de futuro y se radicaliza arrinconando al tibio Llamazares que no tiene mejor idea que asociarse al figurín Garzón de las batallas contra la dictadura y asoma por el horizonte el Califa Anguita que arremete contra la monarquía sin contemplaciones, proponiendo la República como única opción posible para poder restablecer la normalidad democrática en el país, y ya casi, la supervivencia.
Pues eso; ahora va y resulta que hablamos de dos repúblicas diferentes.
La opción republicana seria actual es la histórica, la heredada de la II República, la de Lorca, la de Miguel Hernàndez, la que ganó aquellas elecciones, la de Azaña y Negrín, la de izquierdas, la que vigila y promueve la democracia participativa, la que atiende las necesidades populares como las tareas prioritarias, la que nacionaliza la banca y las tierras, la que imparte justicia popular, la laica, la progresista, anticapitalista y amiga de las revoluciones de los pueblos, la de las clases trabajadoras, la de los más desfavorecidos, esa es la República de la bandera tricolor, por la que lucharon los brigadistas internacionales. Esa es nuestra república, por la que luchamos ahora compañeros y compañeras por todo el Estado.
Pero resulta que, al amparo de esta histórica República, aparecen otros supuestos republicanos que no son más que fascistas reciclados antimonárquicos que plantean una república "plural" que es solo el envoltorio que demanda la sociedad española actual, pero no el contenido. Es lo mismo que hizo Fraga con el PP ( se acomodaron en un partido supuestamente popular y democrático, para seguir transmitiendo su ideología profundamente fascista y de derechas).
No nos dejemos engañar de nuevo, ni nos dejemos embaucar por camaleónicos pseudorepublicanos.
Ahora todos quieren ser republicanos y hasta hablan de los miles de militantes que tienen en sus filas; simplemente esos simpatizantes o afiliados, tienen que buscar la verdadera marca de clase que tienen aquellos contenidos "republicanos".
La única república que reconocemos es la república de los trabajadores, la de los parados, la de la sanidad para el pueblo, la de la educación para todos, la de los estafados en sus hipotecas, la de los jubilados engañados, la de los estudiantes sin sueños. La República que nos robaron desde el 36. ¿Qué república? Esa es la nuestra.
No nos dejemos engañar una vez más por los fascistas usurpadores de nuestra identidad. Esta es otra burda y vieja estrategia de la derecha.
¡¡Viva nuestra República!! ¡¡Venceremos porque es inevitable!!
Gran Canaria.
Agosto, 2013, (a las puertas de la Revolución de Otoño española).
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