Sobre el "compromiso político" de Alejandro Sanz, un subnormal metido a cantante que los hay que llegan a ser famosilllos.

Manuel Medina

  

El cantante promueve en la Antártida la "defensa del medioamiente"

Sobre el "compromiso político" de Alejandro Sanz

   Hace poco, una amiga cuestionaba la escasa capacidad de Alejandro Sanz, cantante devenido en patrón de las putas ricas, perdón, de causas caritativas.  Cuando le respondí que yo lo notaba un tanto corto de mente, ella, seguidora fiel, me citó su gran compromiso social, tan grande que por culpa de eso le habían prohibido cantar en algún país.

   Obviamente se refería a Venezuela pero no la quiso nombrar porque la imagen que ha dejado el desaparecido Hugo Chávez es tan poderosa que, incluso aquellos que burlados por los medios, llegaron a verlo como un dictador, hoy son incapaces de citar su nombre.

   Viendo que no soltaba prenda le dije: "Si te refieres a Venezuela, te diré dos cosas: una que eso que dijo es mentira, y otra es que ese país es mil veces más democrático que España".  Y añadí: "El problema se produce cuando un ignorante se cree un ser superior y se mete en cuestiones que lo superan.  Bajo mi punto de vista lo hace para darse notoriedad".

  Ella me respondió: "Alejandro Sanz no tiene por qué darse notoriedad pues es conocido en el mundo entero".

   La verdad es que me lo puso a huevo, pero no fui capaz de decirle que su tesis me estaba dando la razón, pues sólo un corto de mente busca notoriedad cuando no la necesita.  Mi amiga no es mala gente, sólo una persona enajenada de las que hay por millones.  Opté por ignorar la conversación, pues no merecía la pena perder más el tiempo.

   Como muchos recordarán, ese chiquilicuatre, hace algunos años la tomó con Chávez al que llamaba de todo, incluso se puso camisetas con un eslogan en inglés que decía "Chávez chúpamela", que llegó a molestar incluso a algún colega suyo venezolano el cual ni siquiera era afín al desaparecido presidente.

  La prohibición a la que hacía alusión mi hoy menos amiga, es que hace tiempo, Alejandrito, ese que se junta con toda la escoria fascista y mafiosa de Miami, denunció que no lo dejaban actuar en Caracas.  Lo que ocurrió fue que el estadio donde quería hacerlo no estaba disponible y le ofrecieron otro lugar en la misma ciudad.  Él se negó y habló de prohibiciones que sólo existían en la mente de un tipo que para sacarse el carné de conducir tuvo que hacerlo de manera fraudulenta en Gibraltar porque aquí no había manera.

  Recientemente ha estado berreando (léase concierto) en Cádiz, su provincia de origen.  Lo hizo en el estadio de fútbol de la capital, un coliseo impresionante que no sirve para nada y que fue remozado para nada (con el dinero de todos) por la esquizofrénica alcaldesa de una ciudad arruinada.  Si por cualquier circunstancia le hubieran dicho que no podía cantar en ese estadio y debería hacerlo en el gran patio de un colegio de curas muy famoso estos días en Cádiz, ¿se imaginan a Alejandro denunciando que le habían prohibido cantar en España?


  Dicen que estos días ha estado por la Antártida promocionando la defensa del medio ambiente que los suyos destrozan diariamente.  Es una pena que allí no haya osos polares.



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