Parole, parole, parole…Mina interpreta a Josep Antoni Duran i Lleida. Salvador López Arnal. Rebelión
Unió Democràtica (UDC) ha admitido, o si se prefiere, importantes dirigentes de UDC han admitido que el partido se financió ilegalmente a través de unas subvenciones para la formación de parados en los años 90 . ¿Cómo ha sido? ¿Por qué? Porque los democristianos catalanes pactaron el pasado lunes 7 de enero un acuerdo que evita un juicio de peligrosas consecuencias en la Audiencia barcelonesa. El pacto incluye el reconocimiento del delito por parte de los acusados y Unió asumirá la responsabilidad civil que les tocaría a ellos. Hablo, como es sabido, el caso Pallerols (por cierto, ¿con qué ingresos se ha hecho este emprendedor andorrano, este gran referente del empresariado catalán?). Por lo demás, no es el único caso. La sombra de la corrupción es alargadísima, inconmensurable casi, en el caso de Unió
UDC se ha comprometido, pues, a devolver a las arcas públicas 388.000 euros, una parte, sólo una parte, del dinero del que se lucró. Las academia de don Pallerols impartieron (es una forma de hablar) 220 cursos entre 1994 y 1999 [1]. Por ellos, la Generalitat de don Jordi Pujol abonó una porrada de millones que procedían de las subvenciones de la Unión Europea para la formación de parados. El 75% de esos cursos, unos 160, fueron irregulares. ¿Qué irregularidades se cometieron? Falsificación de firmas de los estudiantes, alteración de las fechas de asistencia a los cursos, inclusión de alumnos en listados sin que ellos lo supieran, etc. Minucias, tonterías. Todo ejemplar, muy ejemplar [2].
En una entrevista concedida a la gran cadena (del) SER, en noviembre del 2000, cuando el honorable-intocable Jordi Pujol era president de la Generalitat, don Duran –el mismo que se ha reído años después de los trabajadores andaluces en paro que cobraban el PER, el mismo que les criticaba por su afición a los bares y sus pocas ganas de trabajar, a diferencia de él que siempre ha sido un currante ejemplar-, don Duran, decía, negó rotundamente, con su tono insoportable de casi siempre, que hubiese financiación irregular en su partido. Si se demostraba lo contrario, cosa imposible, él, don José Antonio, perdón, don Josep Antoni, estaba dispuesto a renunciar de su cargo. El caso Pallerols, señaló, era parte muy evidente de una campaña política para manchar su inmaculado currículo. ¿No era obvio? ¿Estábamos o no estábamos al loro? (“Si hubiese financiación irregular, aunque no la conociese, yo me sentiría responsable, claro que sí”, esas fueron sus palabras en la SER. Dos años después, ante la misma pregunta, respondió: “Si fuese el responsable de esa financiación sí dimitiría, por qué no”).
Pero el mundo cambia y nada permanece. Panta rei dijo el clásico. Don Duran ha delegado las explicaciones en la portavoz del partido, doña Marta Llorens. El líder pasó la mañana del lunes en la sede de Unió y, por la tarde, se fue a Chile. Volando voy, volando vengo, cantaba Kiko Veneno. Don Duran pasará allí unos días como “presidente de la comisión de Exteriores del Congreso”. ¡Para morirse! ¿Se entiende por qué muchos ciudadanos están hasta el mismísimo moño de la política y los políticos institucionales?
Doña Llorens, la portavoz., ha alegado -para descargar cualquier responsabilidad- desconocimiento de Unió de los hechos. NO sabían nada, de verdad, de verdad de la buena. Ha añadido: “Duran dijo que si fuese el responsable de la financiación dimitiría. Unió no ha sido imputada ni condenada, por lo que la premisa no se cumple”.
Es obvio que Duran no dijo lo que Llorens dijo que dijo. Parole, parole, parole,… Pero, ¡a quien le importa lo que yo diga! ¿A quién? Y desde luego: Unió no ha sido imputada ni condenada (¿cómo iba a serlo?); han sido imputados y condenados dirigentes de Unió. No es lo mismo, no es lo mismo, cantaba el antichavista Alejandro Sanz. Pero, ¿por qué no es lo mismo?
Así, pues, Unió sigue adelante. Hoy conflicto y mañana gloria. Sin embargo, Unió compareció con abogado en este proceso al final de la tramitación judicial, hace unos dos años, “para poder defenderse después de que el fiscal Fernando Rodríguez Rey señalara al partido como partícipe a título lucrativo”, como beneficiario del delito que, claro está, cometieron los acusados en concreto (Es precisamente por la causa anterior es por lo que Unió -¡Unió, UDC!- ha devuelto o devolverá el dinero como responsable civil).
Mientas tanto, eso sí, la vida sigue igual cantaba don Iglesias, Unió sigue recibiendo subvenciones y, entre otros cargos, la vicepresidencia del gobierno de la Generalitat, la conselleria de Interior y la presidencia del Parlament de Catalunya está en sus manos, sus responsables son dirigentes del partido de don Josep Antoni (y olé). No es, por otra parte, la primera vez que militantes o dirigentes de Unió acaban condenados por la justicia. Hace menos de un año, el Gobierno del PP indultó a un alto cargo de la Generalitat de la época de Pujol y a un empresario. Ambos eran militantes de Unió. Habían sido condenados por prevaricación y malversación a cuatro años y medio de cárcel y dos años y tres meses respectivamente. Además, para cerrar un poco el círculo, varios militantes de ese partido también fueron condenados hace años a penas menores por un desfalco en el Consorcio de Turismo de Cataluña. ¡Eso es tener narices! ¡Lo demás son historias de tontitos!
Definitivamente, ¡Visca Catalunya! ¡Visca el oasis catalán! ¡Visca la honradez poliética de don Duran! ¡Visca la coherencia de Unió! ¡Que Unió siga dirigiendo durante años y años los destinos del país! ¡Hasta el infinito y más allá!
PS: Doña Cospedal no se ha cortado un pelo, como es normal, y se ha atrevido a pedir, a exigir ha dicho, la dimisión de su colega Duran, e incluso ha hablado -ella, precisamente ella- de incoherencia. No hagan caso: es una broma-macabra-pata-de-cabra de la “Marca España-pepera”.
Notas:
[1] Fuente: El País, Público.es, 7, 8 y 9 de enero de 2012.
[2] El País recuerda que la Generalitat, en tiempos pujolistas, llegó a exigir en los noventa a don Pallerols la devolución de 1,2 millones de euros ante la falta de justificación de los gastos. Resultado: no se devolvió nada. Nada de nada. ¡Vivan los emprendedores!
Salvador López Arnal es miembro del Frente Cívico Somos Mayoría
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