Homenaje a la Revolución Cubana: 54 años de lucha
por Atilio Borón
La Revolución Cubana cumple 54 años. No reiteraremos aquí lo dicho
infinidad de veces acerca de las grandes conquistas históricas,
materiales y espirituales de la revolución. Su supervivencia pese a la
permanente agresión del imperialismo, al bloqueo y a una implacable
hostilidad...
... de la cual fueron y son
cómplices las burguesías latinoamericanas y europeas, así como sus
partidos y gobiernos, basta y sobra para demostrar la tremenda fortaleza
de la Revolución Cubana. Fortaleza que sólo es posible cuando la
revolución se encuentra profundamente arraigada en las entrañas mismas
de la sociedad, expresando la continuidad de un proceso emancipatorio
que se inició en 1868, maduró bajo la inspiración de José Martí en 1898 y
que comenzó a transitar por su etapa definitiva con el asalto al
Moncada el 26 de julio de 1953 hasta culminar el 1º de enero de 1959 con
el triunfo de la revolución.
Como un pequeño homenaje a la gesta
revolucionaria cubana incluimos a continuación unos pocos fragmentos del
discurso que el comandante Fidel Castro Ruz pronunciara el 4 de febrero
de 1962, dando lectura a la “Segunda Declaración de La Habana”, un
documento magistral de la filosofía política y social del siglo XX que
analiza las raíces históricas de la revolución y, por añadidura, los
fundamentos de las futuras revoluciones latinoamericanas. Fue
pronunciado por Fidel en la Plaza de la Revolución y aprobado por
aclamación por la multitud allí reunida para repudiar las agresiones
perpetradas –atentados, incendios de cañaverales, sabotajes varios– por
los Estados Unidos en Cuba y la expulsión de la OEA que sufriera este
país en la Conferencia de Punta del Este, en agosto de 1961, luego de la
cual todos los países del hemisferio, con la honrosa excepción de
México, rompieron relaciones con Cuba revolucionaria. Decía Fidel que:
"Cuba duele de manera especial a los
imperialistas. ¿Qué es lo que se esconde tras el odio yanqui a la
Revolución Cubana? ¿Qué explica racionalmente la conjura que reúne en el
mismo propósito agresivo a la potencia imperialista más rica y poderosa
del mundo contemporáneo y a las oligarquías de todo un continente, que
juntos suponen representar una población de trescientos cincuenta
millones de seres humanos, contra un pequeño pueblo de sólo siete
millones de habitantes, económicamente subdesarrollado, sin recursos
financieros ni militares para amenazar ni la seguridad ni la economía de
ningún país? ...
Los une y los concita el miedo. Lo explica el miedo. No el miedo a la Revolución Cubana; el miedo a la revolución latinoamericana. No el miedo a los obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales y sectores progresistas de las capas medias que han tomado revolucionariamente el poder en Cuba, sino el miedo a que los obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales y sectores progresistas de las capas medias tomen revolucionariamente el poder en los pueblos oprimidos, hambrientos y explotados por los monopolios yanquis y la oligarquía reaccionaria de América....
En los propios Estados Unidos, la Agencia Central de Inteligencia ha organizado escuelas especiales para entrenar agentes latinoamericanos en las más sutiles formas de asesinato; y es política acordada por los servicios militares yanquis la liquidación física de los dirigentes antiimperialistas...
Ahora, esta masa anónima, esta América de color, sombría, taciturna, que canta en todo el continente con una misma tristeza y desengaño, ahora esta masa es la que empieza a entrar definitivamente en su propia historia, la empieza a escribir con su sangre, la empieza a sufrir y a morir... Ahora sí la historia tendrá que contar con los pobres de América, con los explotados y vilipendiados de América latina, que han decidido empezar a escribir ellos mismos, para siempre, su historia. Ya se les ve por los caminos un día y otro, a pie, en marchas sin término de cientos de kilómetros, para llegar hasta los “olimpos” gobernantes a recabar sus derechos. Ya se les ve, armados de piedras, de palos, de machetes, de un lado y otro, cada día, ocupando las tierras, fincando sus garfios en la tierra que les pertenece y defendiéndola con su vida... Y esa ola de estremecido rencor, de justicia reclamada, de derecho pisoteado que se empieza a levantar por entre las tierras de Latinoamérica, esa ola ya no parará más. Esa ola irá creciendo cada día que pase...
Porque esta gran humanidad ha dicho “¡Basta!” y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente. Ahora, en todo caso, los que mueran, morirán como los de Cuba, los de Playa Girón, morirán por su única, verdadera, irrenunciable independencia."
Los une y los concita el miedo. Lo explica el miedo. No el miedo a la Revolución Cubana; el miedo a la revolución latinoamericana. No el miedo a los obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales y sectores progresistas de las capas medias que han tomado revolucionariamente el poder en Cuba, sino el miedo a que los obreros, campesinos, estudiantes, intelectuales y sectores progresistas de las capas medias tomen revolucionariamente el poder en los pueblos oprimidos, hambrientos y explotados por los monopolios yanquis y la oligarquía reaccionaria de América....
En los propios Estados Unidos, la Agencia Central de Inteligencia ha organizado escuelas especiales para entrenar agentes latinoamericanos en las más sutiles formas de asesinato; y es política acordada por los servicios militares yanquis la liquidación física de los dirigentes antiimperialistas...
Ahora, esta masa anónima, esta América de color, sombría, taciturna, que canta en todo el continente con una misma tristeza y desengaño, ahora esta masa es la que empieza a entrar definitivamente en su propia historia, la empieza a escribir con su sangre, la empieza a sufrir y a morir... Ahora sí la historia tendrá que contar con los pobres de América, con los explotados y vilipendiados de América latina, que han decidido empezar a escribir ellos mismos, para siempre, su historia. Ya se les ve por los caminos un día y otro, a pie, en marchas sin término de cientos de kilómetros, para llegar hasta los “olimpos” gobernantes a recabar sus derechos. Ya se les ve, armados de piedras, de palos, de machetes, de un lado y otro, cada día, ocupando las tierras, fincando sus garfios en la tierra que les pertenece y defendiéndola con su vida... Y esa ola de estremecido rencor, de justicia reclamada, de derecho pisoteado que se empieza a levantar por entre las tierras de Latinoamérica, esa ola ya no parará más. Esa ola irá creciendo cada día que pase...
Porque esta gran humanidad ha dicho “¡Basta!” y ha echado a andar. Y su marcha de gigantes ya no se detendrá hasta conquistar la verdadera independencia, por la que ya han muerto más de una vez inútilmente. Ahora, en todo caso, los que mueran, morirán como los de Cuba, los de Playa Girón, morirán por su única, verdadera, irrenunciable independencia."
La Habana, Territorio Libre de América, 4 de febrero de 1962.
Dr. Atilio A. Boron
Director del PLED
Programa Latinoamericano de Educación a Distancia en Ciencias Sociales
Centro Cultural de la Cooperación "Floreal Gorini"
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