viernes, 20 de febrero de 2015

BBVA y Bankia se repartirán con los policías antidisturbios el papel higiénico abandonado en los desahucios



BBVA y Bankia se repartirán con los policías antidisturbios el papel higiénico abandonado en los desahucios




Redacción/Rokambol/20.02.15
“A veces se dejan rollos casi a estrenar”, ha confirmado el presidente del BBVA.
El papel higiénico que suelen abandonar los inquilinos en el ochenta y cinco por ciento de los pisos desahuciados, y que hasta ahora pasaba automáticamente a ser propiedad del banco acreedor, se repartirá desde la próxima semana, y a partes iguales, entre los policías antidisturbios que participen en el desalojo y la entidad bancaria que lo promueva. El acuerdo se llevó a cabo el pasado mes durante las Jornadas Macroeconómicas que con el nombre “Buitres, una actitud para el siglo XXI” se celebraron durante toda la madrugada en el salón Ibex 69 de la universidad Carlos III, de Madrid.
El acuerdo incluye también que la mitad del metraje de papel higiénico encontrado, y que correspondería a la policía, se reparta entre los agentes de acuerdo con su graduación. “Un simple cabo no puede llevarse a casa cinco metros de papel higiénico cuando su superior, por la misma cantidad, es quien identifica el domicilio a desahuciar, derriba la puerta y se encara a la mascota de la familia”, asegura el gabinete jurídico de Bankia. “El otro día una iguana miró a siete agentes al mismo tiempo”, relata uno de los abogados de la entidad financiera.
Las fuerzas de seguridad podrán llevar también extintores individuales para hacer frente a los casos extremos que suelen protagonizar muchos inquilinos cuando pegan fuego al rollo de papel. “Solemos recuperar únicamente el 17 % de los rollos quemados, pues la ceniza del papel mezclada con el líquido del extintor hace una pasta que te pone el culo como una ensaimada de Mallorca”, precisan los abogados de la división de necrófagos del BBVA.
El ministerio del Interior ha desestimado la petición de varios sindicatos de policía exigiendo que se les extrajera la vergüenza, por vía nasal, antes de cada desahucio, o se les administrase un par de whiskys bien cargados. “La vergüenza se la tiene que quitar cada uno por su cuenta”, ha dicho el ministro.

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