martes, 24 de febrero de 2015

Pablo Iglesias, se suma a la campaña de acoso y derribo contra Venezuela por evitar un golpe de estado


Podemos se suma a la campaña de acoso y derribo contra Venezuela por evitar un golpe de estado.

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Lamentablemente las palabras de Tania González en rueda de prensa afirmando que no le gustaba la detención de Antonio Ledezma, alcalde Metropolitano de Caracas, puesto en prisión bajo acusaciones de ser partícipe de un intento de golpe de estado contra el legítimo y democrático gobierno de Venezuela, no eran una opinión personal.
El Secterario General de PODEMOS, Pablo Iglesias, en una entrevista en el telediario de la noche de Telecinco, ha sido todavía más duro al respecto: “Seré muy claro en esto, no me gusta que se detenga un alcalde. Otra cosa será si luego se demuestra que ha cometido algún delito. Pero no me gusta que se detenga así a un alcalde”.
PODEMOS se suma así a la campaña internacional de condena a la detención del alcalde golpista Venezolano, personaje siniestro que carga a sus espaldas con un historial represivo y golpista desde los años 80 propio de lo más sucio de la extrema derecha latinoamericana, firmante ahora de un documento para trazar un plan de “transición” en Venezuela que debía ser aplicado después de que se ejecutaran una serie de maniobras militares contra el Presidente de la República y diversas instituciones del estado bolivariano. 
Además, el líder de PODEMOS se ha mostrado favorable a la presencia de las empresas multinaciones españolas en Venezuela y ha pedido tanto al gobierno venezolano como al gobierno español que “rebajen la tensión”, equiparando así la actuación de injerencia del gobierno español sobre la política interna de Venezuela (que llegó a apoyar un intento de golpe de estado en 2002 y ha estado sistemáticamente al lado de los planes golpistas de la oposición), con la respuesta del gobierno de Venezuela en respuesta a tales injerencias, así como a la campaña mediática de apoyo al golpismo y criminalización del gobierno legítimo venezolano. Una actitud impropia de alguien que se considere a sí mismo como democrata y defensor de la democracia.
Pablos Iglesias arrastra de esta manera a PODEMOS hacia el camino de la indecencia política. Han decido cambiar la decencia por los votos, en busca, seguramente, del voto “centrista”, pero con ello han traicionado todo lo que hasta ahora había sido santo y seña de la formación: la defensa de una democracia real y de los intereses de los de “abajo”. Terrible decepción para muchos que hasta ahora habían creído en la dignidad política de este partido y sus dirigentes.

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