Antimilitaristas impiden en Puerto de Sagunto el avance de varios tanques hacia las maniobras “Trident Juncture” de la OTAN
Un grupo de activistas de Antimilitaristes-moc bloquearon ayer en el Puerto de Sagunto (Valencia) a dos tanques que forman parte de los convoyes militares que se están desplegando en uno de los escenarios de los entrenamientos de guerra “Trident Juncture 2015”, que llevarán a cabo la próximo semana unidades de los ejércitos de más de 30 países. A las 17:00 horas, un grupo de antimilitaristas vestidos con monos blancos y chalecos reflectantes de color rosa accedieron al muelle norte del puerto de Sagunto, el lugar donde descargan los buques de mercancías que están transportando cientos de vehículos y armamento dispuestos en forma de convoyes. El material bélico sale por carretera con el fin de ser empleado los próximos días en las maniobras militares multinacionales “Trident Juncture”.
Mientras dos de l@s activistas daban el alto a ambos tanques con una pancarta que afirmaba “Aquí se para la guerra”, otros se encadenaron con tubos metálicos rápidamente a los dos blindados. Al mismo tiempo, otros dos activistas desplegaron pancartas en las que se podía leer “DISCULPEN LAS MOLESTIAS: OBSTRUYENDO LA PREPARACIÓN DE LA GUERRA”; los tanques tenían como destino principal la zona de las maniobras situada en San Gregorio (Zaragoza). L@s pacifistas continuaron encadenados a los vehículos militares hasta la llegada de la Guardia Civil.
Según declararon los antimilitaristas, “estamos practicando la acción de desobediencia civil porque consideramos que la guerra, todas las guerras, son un crimen contra la Humanidad, y las maniobras militares son entrenamientos de guerra, preparativos para cometer nuevos crímenes.”
Según la organización al menos seis activistas fueron detenidos y trasladados a las dependencias de Puçol.
Antimilitaristas-moc justificó esta acción, diciendo que “como ciudadanos y ciudadanas no podíamos permanecer indiferentes ante estos preparativos que están teniendo lugar al lado de nuestros hogares; hemos sentido el imperativo ético de actuar, sin violencia, para obstruir las maniobras, cortando el flujo de armamento que va desde el puerto de Sagunto hasta la prinicipal zona de estos juegos de guerra, en Zaragoza. La guerra empieza aquí y aquí la paramos: ése es lema principal que enmarca esta acción de desobediencia civil”.
A través de esta acción, el grupo antimilitarista quiere denunciar que “las agresiones militares y las guerras que escandalizan a la opinión pública son el fruto de decisiones políticas que se toman gracias a nuestro colaboración consciente o inconsciente, y estas maniobras son un ejemplo perfecto de estos preparativos para la guerra”.
Según Antimilitaristas-moc, “el ejercicio Trident Juncture está suponiendo la apropiación y el uso militar dominante no solamente del puerto de Sagunto, sino también de otros puertos, aeropuertos, líneas férreas y espacios naturales en Valencia, Bilbao, Zaragoza, Navarra, Albacete y varias zonas de Andalucía para llevar a cabo los entrenamientos de guerra que certificarán la capacidad ofensiva e intervencionista de la Fuerza de Muy Alta Disponibilidad de la OTAN; además, exhibirán su poder de destrucción”.
Más ejemplos de estas políticas que priorizan la preparación de la guerra son “el inmenso volumen de gastos militares (unos 18.000 millones de euros anuales) que sale de nuestros impuestos, o el comercio de armas hacia zonas de conflicto: el Estado español está entre los 7 mayores exportadores de armamento mundiales, y los miembros permanentes del Consejo de seguridad de la ONU son los mayores exportadores de material bélico”. “Estas políticas contribuyen a aumentar la tensión, la inseguridad y la escalada armamentística en el mundo, y nos abocan a nuevas guerras que producen nuevos 'enemigos', que se utilizan como coartada para justificar más ejército y más militarismo, lo que cierra este círculo vicioso: Si quieres la paz, prepara la paz, no la guerra”, afirman.
“Las consecuencias de estas políticas militaristas, tanto de los estados del bloque de la OTAN, como de Rusia y sus aliados, son mucho más visibles para la opinión pública: la violación sistemática de derechos humanos, la destrucción y la persecución de la población civil, la violencia extrema hacia las mujeres, el expolio de los recursos, y el éxodo de millones de personas en lugares como Iraq, Afganistán, Libia, Siria, Ucrania, entre otros territorios”, concluyen.
“Hemos querido detener el flujo de material y personal de estos juegos de guerra también para visibilizar el contraste, por un lado, entre la terrible situación de las personas refugiadas de las guerras, que buscan protección y se encuentran con vallas, cuchillas y muerte en el mar, y por otra parte la absoluta libertad de movimientos con que se desplazan estos días los ejecutores de las guerras y su armamento, especialmente durante los ejercicios militares”, señalan.
Para el colectivo antimilitarista, “acciones como la de hoy contribuyen a construir una cultura de paz basada en la cooperación, la justicia y la no-violencia, no en la disuasión y la fuerza”. “Hay que cambiar el paradigma de la defensa y pasar de la seguridad entendida militarmente, que nos conduce una y otra vez a la guerra y la violencia, a la 'seguridad humana' según la define la ONU, que pone en el centro la defensa de los derechos de las personas y la naturaleza”. En este nuevo paradigma, “los ejércitos y las estructuras militares son una amenaza más a esos derechos y deben ser abolidos y desmantelados”, declaran.
Por otro lado, Antimilitaristas-moc también quiere expresar con su acción su rechazo frontal a las leyes liberticidas y criminalizadoras de la protesta social aprobadas recientemente en el Estado español, tales como la reforma del Código Penal y la Ley de Seguridad Ciudadana (“ley mordaza”). Antimilitaristas-moc ha declarado que seguirá promoviendo y ejerciendo la desobediencia civil, “porque la consideramos una herramienta legítima y radicalmente democrática de participación política y cambio social.” Para Antimilitaristas-moc, se trata de una “acción directa no-violenta”, en la línea de acciones similares que ha realizado el grupo en los últimos diez años, como por ejemplo las “inspecciones ciudadanas a la base de la OTAN de Bétera”.
Según Antimilitaristas-moc, “es directa, porque empleamos nuestros cuerpos como herramientas, sin mediaciones ni representaciones. Y no-violenta, porque creemos en la superior legitimidad y eficacia de la no-violencia para el cambio social y, en coherencia, actuamos frente a las instituciones de la violencia sin amenazar la vida o la integridad física de otras personas”.
Mientras dos de l@s activistas daban el alto a ambos tanques con una pancarta que afirmaba “Aquí se para la guerra”, otros se encadenaron con tubos metálicos rápidamente a los dos blindados. Al mismo tiempo, otros dos activistas desplegaron pancartas en las que se podía leer “DISCULPEN LAS MOLESTIAS: OBSTRUYENDO LA PREPARACIÓN DE LA GUERRA”; los tanques tenían como destino principal la zona de las maniobras situada en San Gregorio (Zaragoza). L@s pacifistas continuaron encadenados a los vehículos militares hasta la llegada de la Guardia Civil.
Según declararon los antimilitaristas, “estamos practicando la acción de desobediencia civil porque consideramos que la guerra, todas las guerras, son un crimen contra la Humanidad, y las maniobras militares son entrenamientos de guerra, preparativos para cometer nuevos crímenes.”
Según la organización al menos seis activistas fueron detenidos y trasladados a las dependencias de Puçol.
Antimilitaristas-moc justificó esta acción, diciendo que “como ciudadanos y ciudadanas no podíamos permanecer indiferentes ante estos preparativos que están teniendo lugar al lado de nuestros hogares; hemos sentido el imperativo ético de actuar, sin violencia, para obstruir las maniobras, cortando el flujo de armamento que va desde el puerto de Sagunto hasta la prinicipal zona de estos juegos de guerra, en Zaragoza. La guerra empieza aquí y aquí la paramos: ése es lema principal que enmarca esta acción de desobediencia civil”.
A través de esta acción, el grupo antimilitarista quiere denunciar que “las agresiones militares y las guerras que escandalizan a la opinión pública son el fruto de decisiones políticas que se toman gracias a nuestro colaboración consciente o inconsciente, y estas maniobras son un ejemplo perfecto de estos preparativos para la guerra”.
Según Antimilitaristas-moc, “el ejercicio Trident Juncture está suponiendo la apropiación y el uso militar dominante no solamente del puerto de Sagunto, sino también de otros puertos, aeropuertos, líneas férreas y espacios naturales en Valencia, Bilbao, Zaragoza, Navarra, Albacete y varias zonas de Andalucía para llevar a cabo los entrenamientos de guerra que certificarán la capacidad ofensiva e intervencionista de la Fuerza de Muy Alta Disponibilidad de la OTAN; además, exhibirán su poder de destrucción”.
Más ejemplos de estas políticas que priorizan la preparación de la guerra son “el inmenso volumen de gastos militares (unos 18.000 millones de euros anuales) que sale de nuestros impuestos, o el comercio de armas hacia zonas de conflicto: el Estado español está entre los 7 mayores exportadores de armamento mundiales, y los miembros permanentes del Consejo de seguridad de la ONU son los mayores exportadores de material bélico”. “Estas políticas contribuyen a aumentar la tensión, la inseguridad y la escalada armamentística en el mundo, y nos abocan a nuevas guerras que producen nuevos 'enemigos', que se utilizan como coartada para justificar más ejército y más militarismo, lo que cierra este círculo vicioso: Si quieres la paz, prepara la paz, no la guerra”, afirman.
“Las consecuencias de estas políticas militaristas, tanto de los estados del bloque de la OTAN, como de Rusia y sus aliados, son mucho más visibles para la opinión pública: la violación sistemática de derechos humanos, la destrucción y la persecución de la población civil, la violencia extrema hacia las mujeres, el expolio de los recursos, y el éxodo de millones de personas en lugares como Iraq, Afganistán, Libia, Siria, Ucrania, entre otros territorios”, concluyen.
“Hemos querido detener el flujo de material y personal de estos juegos de guerra también para visibilizar el contraste, por un lado, entre la terrible situación de las personas refugiadas de las guerras, que buscan protección y se encuentran con vallas, cuchillas y muerte en el mar, y por otra parte la absoluta libertad de movimientos con que se desplazan estos días los ejecutores de las guerras y su armamento, especialmente durante los ejercicios militares”, señalan.
Para el colectivo antimilitarista, “acciones como la de hoy contribuyen a construir una cultura de paz basada en la cooperación, la justicia y la no-violencia, no en la disuasión y la fuerza”. “Hay que cambiar el paradigma de la defensa y pasar de la seguridad entendida militarmente, que nos conduce una y otra vez a la guerra y la violencia, a la 'seguridad humana' según la define la ONU, que pone en el centro la defensa de los derechos de las personas y la naturaleza”. En este nuevo paradigma, “los ejércitos y las estructuras militares son una amenaza más a esos derechos y deben ser abolidos y desmantelados”, declaran.
Por otro lado, Antimilitaristas-moc también quiere expresar con su acción su rechazo frontal a las leyes liberticidas y criminalizadoras de la protesta social aprobadas recientemente en el Estado español, tales como la reforma del Código Penal y la Ley de Seguridad Ciudadana (“ley mordaza”). Antimilitaristas-moc ha declarado que seguirá promoviendo y ejerciendo la desobediencia civil, “porque la consideramos una herramienta legítima y radicalmente democrática de participación política y cambio social.” Para Antimilitaristas-moc, se trata de una “acción directa no-violenta”, en la línea de acciones similares que ha realizado el grupo en los últimos diez años, como por ejemplo las “inspecciones ciudadanas a la base de la OTAN de Bétera”.
Según Antimilitaristas-moc, “es directa, porque empleamos nuestros cuerpos como herramientas, sin mediaciones ni representaciones. Y no-violenta, porque creemos en la superior legitimidad y eficacia de la no-violencia para el cambio social y, en coherencia, actuamos frente a las instituciones de la violencia sin amenazar la vida o la integridad física de otras personas”.
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