jueves, 8 de octubre de 2015

MÉXICO: “Frente a tanto dolor, tristeza y en cierta forma desánimo se necesitan cucharadas de humanismo

Entrevista al filósofo Eduardo Sarmiento Gutiérrez, Coordinador del Centro de documentación en filosofía latinoamericana e ibérica y miembro del Observatorio Filosófico de México
“Frente a tanto dolor, tristeza y en cierta forma desánimo se necesitan cucharadas de humanismo”
“¿Qué haremos en la zozobra? ¿Qué levantaremos sobre el accidente? ¿Cómo escapar a la proximidad de muerte y zozobra?”
Emilio Uranga, filósofo mexicano

En bachillerato Eduardo tuvo magníficos profesores de lógica, ética y doctrinas filosóficas que lo acercaron a las humanidades. Decidió estudiar filosofía porque respondía a sus inquietudes intelectuales, emocionales y sueños de juventud.

Tiente dos amores: la filosofía mexicana y la filosofía política. “Lo que me “atrapó” de la filosofía mexicana y latinoamericana fue que encontré muchos “pensamiento vivos”. Leer a los filósofos mexicanos le permitió comprender mucho de los procesos políticos, culturales e ideológicos que han marcado (y siguen marcando) el rumbo de nuestros pueblos.


FSJ: ¿Son necesarios los filósofos en México?

ES: Cualquier sociedad requiere de los filósofos tanto como a los médicos, arquitectos, científicos, artistas, campesinos, abogados, periodistas, etcétera. Sería inconcebible una sociedad sin personas dedicadas a las formas del conocimiento y su fundamentación; sin personas que se dediquen a responder a las inquietudes naturales del ser humano sobre el mundo y todo cuanto le rodea. Sin forjadores de ideas, teorías, principios y valores que ayuden a guiar el comportamiento humano y respondan a esas inquietudes o perplejidades. Sin personas que pongan a la luz las contradicciones de un sistema y razones por las que se cometen injusticias y atropellos a los seres humanos.

La filosofía, la actividad del filósofo, es un esfuerzo racional que se nutre de teorías y tradiciones filosóficas no sólo para sumergirse en sí misma, también para exteriorizase en una dimensión práctica, en el mundo concreto (ámbito de la ética). En esta dirección vemos que el filósofo —siempre impulsado por un espíritu crítico y apegado a valores de inmensa estatura— ha contribuido de manera significativa en la construcción de naciones, pueblos, culturas, épocas y tradiciones.

FSJ: ¿Qué proyectos han logrado darle “aire” y “sol” a la filosofía? ¿A dónde la han llevado?

ES: A partir de que se publicó el libro La filosofía mexicana ¿incide en la sociedad actual?, se hizo evidente la importancia del tema filosofía-sociedad. Antes de su aparición (2008) se hacían señalamientos, notas al pie de página dentro de obras con otras temáticas pero, en definitiva, no había interés por ahondar en el tema. La novedad de esta obra fue que por primera vez filósofos mexicanos, expertos en filosofía mexicana, atendían de manera exclusiva dicha pregunta.

(…) Mientras esto sucedía al interior de la comunidad filosófica, a sus espaldas se aprobaba lo que sería el primer atentado en México contra la filosofía y las humanidades: la Reforma Integral de la Educación Media Superior (RIEMS) [i].

Tras el movimiento en defensa de la filosofía se inició un proceso de análisis que profundiza en las diferentes aristas que conlleva la enseñanza de la filosofía. Hoy contamos con observatorios y grupos nacionales e internacionales que indagan, visualizan y se enfocan en problemas relacionados con la enseñanza de la filosofía y, desde luego, cultivan con diferentes estrategias el gusto por la filosofía. Entre esos grupos podemos mencionar: la organización Juventud Utopía A.C. en Morelos, El Circulo de Investigaciones Filosóficas y Jurídicas en Chihuahua, el Centro Latinoamericano de Filosofía para Niños, A.C. (Celafin) en Chiapas.

El Cefilibe con la Enciclopedia electrónica de la filosofía mexicana, Cefime y Zozobra colectiva con proyectos de difusión y cultivo de la filosofía mexicana, entre otros.

El trabajo de estos y otros grupos es loable porque, desde su particularidad y sin fines de lucro, se dedican a la investigación, difusión y enseñanza de la filosofía; han logrado en sus estados que la filosofía trascienda los muros escolares.

FSJ: ¿Cuál es la esencia de la filosofía mexicana y en qué se diferencia de la europea?

ES: No es fácil atender la cuestión de la esencia de la filosofía mexicana porque remite al problema de su existencia e identidad. Un primer rasgo de la esencia de la filosofía mexicana es la configuración de un campo de explicación donde a través del binomio historia-filosofía (la historia de nuestras ideas) se desvela el proceso de rearticulación del mexicano con la cultura. La cultura, ya no como un ente trascendente (ajeno) sino inmanente al mexicano.

Precisamente es ese deseo de trascender el ámbito de dominación europea y norteamericana que se conjuga con la emergencia de un país que deja las armas para institucionalizar los ideales de la revolución (cosa que me parece una verdadera contradicción, pero no es tema aquí) o lo que aquí se conoce con el nombre de “nacionalismo mexicano”, lo que hace que la filosofía mexicana busque transformar la política, la educación y la cultura (el ser del mexicano). Dicho de otra manera: la realidad se convierte en asunto de interés para los filósofos pero no sólo como especulación, sino como realización.

La filosofía mexicana presenta sus cualidades específicas no sólo por oposición a la ideología del eurocentrismo, sino por la capacidad de crear horizontes desde su muy peculiar circunstancia (utopía, humanismo, multiculturalismo, etcétera).

De ahí el por qué, a pesar de tantos mantos ideológicos que la pretenden cubrir, ella siempre reclama su desvelamiento, su lugar dentro de la filosofía universal así como hacen muchos pueblos y seres humanos cuando reclaman su propia identidad como parte constitutiva de la humanidad.

FSJ: ¿Qué características tiene la filosofía de los pueblos originarios?

ES: La filosofía de los pueblos originarios no puede ser valorada como se hace con la filosofía europea (así en general). Mientras la europea se caracteriza por su pretensión de universalidad, validez lógica y sistematización aquella tiene otros parámetros y valores para caracterizarla. Gracias al trabajo de reconocidos y estudiosos intelectuales mexicanos es posible sostener la existencia de una filosofía (con sus matices específicos dependiendo de cada cultura a la que uno se refiera) en toda el área mesoamericana. La filosofía en los pueblos originarios se da por la palabra, el canto, la poesía y el escuchar.

Creo que por no situarnos en la perspectiva de los pueblos originarios, no comprendemos la relación que guardan con la naturaleza sagrada, no entendemos qué significa una asamblea comunitaria donde todos escuchan hablando.

Si aceptamos que los filósofos son aquellos que se ocupan por los problemas del ser y tienen la necesidad de explicar el acontecer de las cosas en el mundo (además de maravillarse frente a ellas), entonces podemos decir que la filosofía de nuestros pueblos originarios tiene el mismo tamaño que otras pero expresada de diferente manera.

FSJ: ¿Dos filósofas mexicanas imprescindibles y por qué?

ES: ¡Qué pregunta tan difícil! Hay muchas filósofas que han brillado y aportado muchos elementos de comprensión para la filosofía, ámbitos de la política, la cultura y la educación. Menciono algunas de ellas.

Juliana González: por sus estudios sobre los clásicos (Heráclito, Sócrates, Platón entre otros), su posición humanista y en los últimos años por sus estudios sobre bioética.

Graciela Hierro: por sus estudios sobre feminismo. Fue la primera que se planteo el problema de si existía una esencia de lo femenino. Asentó las bases filosóficas para la resignificación de la mujer a partir de una crítica a la conciencia patriarcal.

Además, María Rosa Palazón, María del Carmen Rovira, y Paula Gómez Alonzo, etcétera. En fin, hay muchas filósofas que generan ideas y propuestas. Por lo pronto, dejo los datos de estas que, para mí, son imprescindibles: por ser maestras de muchas generaciones, por la originalidad o por abrir camino a las reflexiones filosófica, política y social y por su calidad como personas.

FSJ: ¿Puede la filosofía construir un nuevo humanismo, un nuevo ciudadano?

ES: La filosofía no construye el humanismo como si fuera un objeto ajeno sino que ella implica todas las notas del humanismo. Es decir: el humanismo, como un proceso, una fuerza que cruza la subjetividad y ethos de los pueblos, configura modos de vida, expresa y responde a inquietudes humanas que modifican la forma de comprensión del mundo para trascenderlo mediante la práctica humana.

La idea de un nuevo humanismo no es otra cosa que el impulso que requieren el ser humano y los grupos sociales para avanzar en la construcción de un mundo alternativo al que “padecemos” hoy día.

FSJ: ¿Qué papel cumple la filosofía en este momento de tanta zozobra y de aparente normalización de la violencia en México?

ES: La filosofía proporciona a los seres humanos una conciencia crítica, una racionalidad inquieta, inconforme contra toda forma de irracionalidad, de explotación y cosificación.

La filosofía, así, debe acompañar movimientos y luchas no para decirles qué hacer sino para fundamentar racionalmente y éticamente la praxis que emprenden. Frente a tanto dolor, tristeza y en cierta forma desánimo se necesitan cucharadas de humanismo, pequeñas dosis de esperanza para lo cual la filosofía puede y debe suministrarlas en su justa medida.

La filosofía sigue ahondando en el significado de valores universales: libertad, democracia, solidaridad, igualdad, dignidad, amor y paz; valores que hacen actuar al ser humano contra el sistema de dominio y todo pensamiento al servicio de la enajenación y la manipulación.

… 

Al terminar esta entrevista, Eduardo vuelve a una de sus “trincheras”: las aulas en las cuales comparte su amor y gusto por las humanidades, la historia y el conocimiento en general. Si tuviera que resumir su propósito como profesor, tomaría prestada esta frase de Epicuro: “Que ninguno por ser joven vacile en filosofar, ni por llegar a la vejez se canse de filosofar”.

Además, está convencido de que hay mucho por hacer, que es posible mejorar y considera que sería un verdadero peligro para la humanidad dejar de crear alternativas para la niñez y juventud.

“Demos una prueba de madurez de pensamiento reconociendo honradamente nuestros fracasos y convirtámoslos en normas de lo que no debemos hacer. De ello depende la salvación de México”
Samuel Ramos, filósofo mexicano.  

Nota:

[i] No haré un recuento de esta infamia pues se ha escrito mucho y puede examinarse en la página del Observatorio Filosófico de México (OFM, www.ofmx.com.mx)

Fernanda Sánchez Jaramillo, periodista, maestra en relaciones internacionales y trabajadora comunitaria.

@vozdisidente

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