Cuba-EEUU: Derechos para quién. Por Iroel Sánchez
El
discurso sobre los Derechos Humanos ocupa un lugar central en la
política exterior de los Estados Unidos. En el caso de las relaciones
con Cuba, desde la desaparición de la Unión Soviética y la retirada de
las tropas cubanas de África, ese tema pasó a ser la base para
justificar el bloqueo económico, las transmisiones ilegales de radio y
televisión y los llamados “programas de ayuda a la democracia” y su
presencia se ha reforzado a partir del cambio de política hacia la Isla proclamado por la Administración Obama el 17 de diciembre de 2014. Consecuentemente, en la Directiva del Presidente Obama para las relaciones con Cuba,
hecha pública este 14 de octubre y que contiene varios aspectos de
carácter positivo, la expresión “Derechos Humanos” aparece once veces.
Pero
¿casualmente?, la publicación de la directiva ocurrió el mismo día que
en La Habana, altos funcionarios de Cuba y Estados Unidos sostenían por
segunda vez -a propuesta de la parte cubana- un diálogo sobre Derechos
Humanos que la publicación del importante documento presidencial
desplazó absolutamente en los medios de comunicación. Según el comunicado publicado por la cancillería cubana, en ese diálogo:
“Como
uno de los ejemplos del compromiso cubano con la protección de los
derechos humanos, sus representantes resaltaron el alto nivel de
ratificación por el país de los instrumentos internacionales en la
materia, al ser Estado Parte de 44 de los 61 instrumentos
internacionales reconocidos en el tema. Contrastaron el hecho de que
los Estados Unidos solo han asumido obligaciones con 18 de estos
instrumentos.
“Asimismo,
subrayaron que el bloqueo económico, comercial y financiero que sufre
el pueblo cubano desde hace más de 50 años, constituye una violación
flagrante, masiva y sistemática de sus derechos humanos y que si el
Gobierno de los Estados Unidos quiere realmente impulsar políticas que
ayuden a los cubanos, lo imperativo es que elimine las restricciones en
vigor para contribuir decisivamente a desmontar esta tenaz e injusta
política.
“Por
otro lado, la parte cubana trasladó preocupaciones por el respeto y
garantía de los derechos humanos en los Estados Unidos, entre ellas, las
documentadas violaciones del derecho a la vida a la luz de las muertes
por armas de fuego y la brutalidad y abusos policiales, en particular
contra la población afroamericana y la creciente inseguridad ciudadana.
“La
delegación cubana mencionó igualmente otros fenómenos preocupantes de
la realidad estadounidense, como la desigualdad salarial entre hombres y
mujeres, la discriminación de los migrantes y otras minorías, el bajo
nivel de sindicalización de los trabajadores y las restricciones para
ello, la falta de acceso a la seguridad social, los servicios de salud y
educación de muchos estadounidenses, el trabajo infantil y las
crecientes y graves manifestaciones de racismo y discriminación racial.
“La
representación cubana abordó también las violaciones de derechos
humanos cometidas por los Estados Unidos en otras partes del mundo,
sobre todo en el contexto de su llamada lucha contra el terrorismo.
Destacó, en ese sentido, los actos de tortura cometidos en centros de
detención y cárceles secretas, así como las ejecuciones extrajudiciales,
incluyendo las muertes de civiles como resultado del uso de drones.
Criticó en particular, la permanencia del centro de detenciones en el
territorio ilegalmente ocupado de la Base Naval de Guantánamo y las
torturas y graves violaciones allí cometidas.”
Entre
los propósitos de la directiva presidencial sobre Cuba se señala
continuar “el apoyo a los derechos humanos, incluyendo la libertad de
expresión, religión, asociación y asamblea pacífica”, sin embargo informes de 2015 apuntan que durante el mandato de Obama:
“el
gobierno ha empleado una ley antigua contra el espionaje para
fiscalizar y perseguir dos veces más personas en los últimos siete años
que todos los regímenes anteriores combinados desde 1917. Los acusados
son funcionarios y periodistas que buscaban dar a conocer al público
violaciones de libertades civiles y abusos de derechos humanos por las
autoridades. Una organización nacional de defensa de periodistas afirmó
que las medidas de control de información por el régimen actual son las
más agresivasdesde hace 40 años, y periodistas veteranos de los principales medios acusan que es entre los gobiernos menos transparentes y de
ataques sin precedente contra la prensa libre.
(…)
“en
amplias regiones del país no se respeta el derecho a la
sindicalización, se violan las normas de salud laboral y cientos de
miles de menores de edad trabajan en los campos de cultivo sin derechos
mínimos. Hay condiciones de esclavitud tanto en sectores agrarios como
en maquiladoras urbanas.”
(…)
“el espionaje masivo a la ciudadanía ha sido denunciado como una violación de las libertades civiles fundamentales.”
Son
consecuencias de una concepción clasista de los Derechos Humanos que,
por solo citar un ejemplo, se ilustra muy bien cuando las fuerzas del
orden norteamericanas actúan dentro y fuera de los Estados Unidos en
situaciones de emergencia, como ocurrió durante el Huracán Katrina o el
terremoto de 2019 en Haití: proteger la propiedad está por encima de
proteger la vida humana.
El
Department of Homeland Security (DHS), encargado de coordinar esa
vigilancia masiva y de proteger ese orden clasista, tiene también sus
tareas en la directiva de Obama sobre Cuba, donde se expone con total
claridad cuál es el comercio que protegerá con la Isla:
“El DHS
(Department of Homeland Security) reforzará la seguridad y la eficacia
de las cadenas de abastecimiento y sistemas de viaje transfronterizos en
apoyo de la participación entre personas y del comercio autorizado de los Estados Unidos con el sector privado de Cuba”
(CubAhora)
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