martes, 4 de octubre de 2016

El blanco es la revolución. Por Raúl Antonio Capote


En sus más recientes ediciones, el diario Granma ha venido publicando una serie de tres artículos de Raúl Antonio Capote bajo el título general de “El blanco es la revolución” que reproducimos acá en un solo post. 



ParteI: La nueva prensa

El proyecto de la CIA Génesis, dirigido a provocar o al menos a contribuir a la derrota de la Revolución Cubana, ha sido tema de debates, conferencias, charlas en universidades cubanas y de otros países. El enemigo mimetizando, aprendiendo de la derrota y buscando variantes más efectivas, continúa su desarrollo; hoy extiende sus tentáculos por varios lugares y de diversas formas.
Existen alternativas posibles a Génesis. La denuncia del 2011 a través de la serie Las Ra­zones de Cuba fue un duro golpe a esos planes; otros proyectos similares han surgido por doquier. Las nuevas condiciones internacionales y nacionales les han permitido va­riaciones tácticas, pero la estrategia continúa siendo la misma.
El uso de nuevas plataformas mediáticas, la aparición de sitios, portales, revistas, aparentemente inofensivas, de perfil bajo, están ancladas firmemente en estereotipos probados de guerra cultural. El pago a periodistas mediante estrategias para atraer a personas con prestigio en el mundo de la prensa cubana, la aplicación de técnicas probadas de mercadeo que permiten una rápida difusión de los materiales elaborados por estos, formas de pago superiores, por mucho, a las posibilidades de nuestros me­dios, el enmascaramiento de las reales intenciones tras una supuesta postura crítica y de libertad de expresión, son algunas de las nue­vas tácticas aplicadas. Siempre han pagado a los mercenarios de la pluma y la palabra, solo que ahora pagan un poco más y enmascaran las intenciones para adormecer la ética de algunos y darles la posibilidad de autojustificar el suicidio ético.
En el mundo de hoy casi nada es espontáneo, mucho menos lo que ocurre en Internet, y menos aún en las redes sociales. Recuerdo los días previos a la salida al aire de la de­nuncia conocida como Las Razones de Cu­ba en el 2011; el capítulo final estaba listo para transmitirse por la televisión el 4 de abril y le comenté a Iroel Sánchez*: creo que debemos imprimir y guardar todo lo que aparece en Google sobre el agente de los Órganos de la Seguridad del Estado que aparecerá en la de­nuncia. Fue una acertada idea, porque horas después de la revelación pública contra los planes del gobierno de Estados Uni­dos y en especial de la CIA contra Cuba, miles de menciones, cientos de artículos, co­mentarios, escritos por o sobre el intelectual, supuestamente contrarrevolucionario ahora co­nocido como combatiente revolucionario, de­saparecieron como por arte de magia y ha­bía dejado de existir en Internet.
Equipos de trabajo dirigidos directamente desde los centros de operaciones de guerra sicológica de los servicios especiales de Es­tados Unidos preparan y llevan adelante los planes contra Cuba. El rumor prefabricado, la calumnia, la falsa noticia, todo es utilizado para crear zozobra, sembrar el desengaño, la duda, el miedo, la confusión; las redes sociales son manipuladas ampliamente y se construyen líderes de opinión espurios que trabajan con perfiles falsos, equipos de una decena de personas, comparten uno o varios seudónimos. Algunos de esos cibermercenarios cuentan con varios perfiles, verdaderos maestros del chisme, del rumor y de la mentira surgidos de esas filas.
Se trata de un sistema bien articulado, ac­túan sincronizados sin importar la imagen o el disfraz mediático que utilicen; todos trabajan con el mismo objetivo y obedecen las órdenes del mismo amo.
La intentona de crear una blogosfera contrarrevolucionaria no dio resultado. La creación de una plataforma cubana de blog y el surgimiento de una blogosfera revolucionaria convirtió ese escenario en muy complejo para los enemigos de la Revolución. La llamada «Prensa Independiente» formada, en­trenada y pagada desde Estados Unidos, a través de la SINA en La Habana, no logró nunca ser creíble; desprestigiada y disminuida entró en una crisis sin salida y dejó de ser útil.
El cambio de estrategia contra Cuba, motivado por el fracaso de más de 50 años de planes para derrotar a la Revolución, tiene como base la creación de una pequeña y mediana clase burguesa opuesta a la Revolución; se dirige a organizar sectores socialdemócratas, neoanexionistas y plattistas, y a personas desconectadas de la realidad del mundo en que viven y del país.
Esta clase, esta nueva contrarrevolución ne­cesita de una nueva prensa, necesita de una prensa de alquiler, requiere comprar pe­rio­distas, conciencias, «convencer» a algunos con los argumentos del pensamiento neoliberal, con las argucias del fin de la historia, del hombre de Musil, el nada vale y todo se vale, el sálvese quien pueda, esencia de la doctrina burguesa primigenia.
La densa red de medios y redes sociales tejida en torno a Cuba con aliados internos y colaboradores, gente que un día es capaz de escribir en la prensa popular revolucionaria, en Granma, Juventud Rebelde, u otros y al siguiente en la prensa enemiga; gente capaz de negar lo que afirmaron con fuerza horas antes, por conveniencia; gente que piensa y escribe según el dictado de quien le pague más; gente que escribe para medios privados al servicio del capital, tiene un único fin, de-sacreditar al Estado revolucionario, debilitar los pilares que sostienen la institucionalidad de la Revolución.
Cuadros jóvenes de la UJC, la FMC y el PCC son blanco de campañas bien organizadas, preparadas meticulosamente, articuladas des­de los grandes medios y desde los digitales de última creación, que actúan de conjunto para construir una imagen negativa de los cuadros revolucionarios, los intelectuales, los artistas comprometidos con su pueblo y su Re­vo­lución.
Necesitan «sacar del juego» a personas co­mo Randy Alonso, Iroel Sánchez y tantos otros periodistas y comunicadores sociales que no alquilan su vergüenza y su honor; necesitan desacreditarlos a como dé lugar y para eso se valen de los recursos más bajos del jornalismo paparazzi, les hacen blanco de sátiras en las redes sociales, tergiversan lo que dicen y usan la mentira sin recato.
El blanco es la Revolución y sus defensores. La estrategia de «golpe suave» establece como una de sus reglas fundamentales destruir los pilares básicos que sostiene el Es­tado. ¿No es eso lo que están intentando ha­cer?
Verdades, medias verdades, mentiras flagrantes, calumnias, rumores, lo «mejor» del arsenal propagandístico contrarrevolucionario se mezcla en una pesada andanada; mentir, mentir y volver a mentir, el dinero fluye de las arcas del imperio y hay almas que se venden barato.
El blanco es la Revolución y su futuro in­mediato, por eso no quieren dejar piedra so­bre piedra; por eso intentan sembrar la confusión, el desaliento, la desmovilización; por eso promueven el egoísmo, la falta de fe, la baja autoestima nacional.
Los jinetes del apocalipsis cabalgan por la Isla, no importa el nombre que lleven, no importa el disfraz que se pongan, las máscaras que usen; son los mensajeros de la restauración del capitalismo, única forma de intentar destruir a la Revolución y, al fin, ro­bar el alma de Cuba.

Parte II: Cuba Internet Freedom: nueva falacia en Miami

Financiada con el dinero de los contribuyentes estadounidenses a través de la Oficina de Transmisiones hacia Cuba (OCB, según sus siglas en inglés), que administra Radio y TV Martí, Miami acogió la primera conferencia sobre el uso de Internet en Cuba, como parte de los programas de subversión del gobierno estadounidense contra la Isla que se han mantenido durante la administración de Barack Obama.
Bajo el título de Cuba Internet Freedom (CIF), el evento tuvo como objetivo reunir a periodistas «independientes» de la Isla con innovadores digitales y «activistas» que aspiran al cambio de régimen en nuestro país mediante el uso de las nuevas Tecnologías de la Información y las Comunicaciones (TIC).
El evento se realizó el lunes 12 y martes 13 de septiembre, en el edificio del Miami Ad School, del Wynwood Art District, Miami. CIF formó parte de Social Media Week Miami, la conferencia anual sobre innovación en redes que se extendió la semana completa hasta el pasado viernes 16 de septiembre del 2016.
Se discutieron temas como ¿Quién se puede conectar y cómo?, Las redes clandestinas cubanas, Internet como derecho universal, Disidencia y Activismo en la era digital.
La intención de utilizar las TIC para la guerra sucia contra Cuba no es nueva; sin embargo, el desarrollo de las mismas en la última década las ha situado en el punto principal del accionar subversivo contra la Isla.
En la denuncia pública del 2011, conocida como Las Ra­zones de Cuba, y presentada por la Televisión Cubana, se evidenció la importancia que el gobierno de Estados Unidos le otorga al uso de las TIC en los programas contra la Revolución; un documento del Instituto Republicano Internacional (IRI) Acelerar la transición a la democracia en Cuba, conocido por esa fecha, enunciaba:
«El Instituto entregó teléfonos celulares y equipos de tecnología de la información (TIC) de apoyo adicional a los socios de la red en un esfuerzo por continuar rompiendo las barreras de la comunicación, promoviendo la inventiva tecnológica… el IRI y sus asociados pueden proporcionar a socios de la red en la Isla un mayor acceso a la información, material de apoyo y comunicación sin conexión».
El esfuerzo de los enemigos de la Revolución Cubana por dominar la información o al menos ejercer una marcada influencia sobre lo que se lee, escucha y ve en la Mayor de las Antillas, para controlar la opinión interna, ha sido financiado con millonarias asignaciones.
El documento del Instituto Republicano Internacional Acelerar la transición a la democracia en Cuba también señala en uno de sus párrafos:
«El gobierno cubano presta especial atención al desarrollo del sector de la tecnología de la información. Asistentes a la Conferencia de Informática [Feria Informática 2009] comentaron que la misma sobrepasó los límites antes vistos en la mayoría de las conferencias en que participaron con anterioridad en Estados Unidos y Europa».
Más adelante en el texto se destaca la preocupación por el hecho de que el gobierno cubano esté reduciendo su dependencia en recursos de Estados Unidos.
«En particular, Cuba está tratando de pasar todo su software hacia sistemas basados en Linux, para evitar la dependencia de los productos de Microsoft, que aunque técnicamente proscritos por el bloqueo son omnipresentes».
En particular mostraban una gran preocupación por el de-sarrollo que Cuba pueda alcanzar en materia de seguridad informática y todo lo que este desarrollo pueda significar como freno para sus planes de subversión interna.
Los programas distribuidos por las agencias del gobierno de los Estados Unidos incluían software para acceder a Internet de «forma segura», sin ser detectados por los servidores cubanos, y a sitios previamente identificados por el gobierno de Estados Unidos, sin ser reconocidos por los administradores de redes cubanas.
«El acceso a Internet se vuelve cada vez más importante para el programa. El objetivo inicial es poner en operación diez equipos BGAN, esto permitirá reducir los gastos para otras actividades y la posibilidad de liberar fondos para otras áreas. El IRI va a evaluar su presupuesto en este sentido y formulará recomendaciones a la Usaid con perspectivas a largo plazo más claras».
En enero del 2009 el IRI inició un acuerdo con la Fundación Pontis, ubicada en Bratislava, Eslovaquia. La Fundación Pontis y sus socios avanzaron en el trabajo de campaña mediática con el objetivo de mantener activado el debate con el Gobierno de Cuba, respecto a los derechos humanos. Para lograr el objetivo de la campaña mediática hacia el interior del país, el IRI analizó como prioridad número uno, crear redes de acceso a Internet dentro de Cuba, cada vez más extensas y con «activistas» cada vez mejor entrenados.
Entre el 2009 y el 2012, durante el actual gobierno norteamericano, cada año fueron asignados 20 millones de dólares, al amparo de la Ley para la Democracia en Cuba. En el 2013 bajó a 13 millones, mientras en el 2014 y el 2015, en pleno inicio y desarrollo del proceso de restablecimiento de las relaciones bilaterales entre ambos países, el gobierno estadounidense destinó otra vez 20 millones, y, este año, elevaron el presupuesto a 30 millones. A todo esto se suman los dineros dedicados a las transmisiones de Radio y Televisión Martí, a las que desde 1984 al 2015, cinco administraciones estadounidenses han dedicado cerca de 797 millones de dólares.
Con ese financiamiento público, la OCB ha impulsado proyectos similares al Zunzuneo, una plataforma tipo Twitter para Cuba que generó un escándalo político en Washington, cuando se descubrió que encubría una operación secreta financiada y dirigida por la Agencia Internacional para el Desarrollo (Usaid). Esta entidad gubernamental empleó empresas de fachada constituidas en secreto, y financiamiento desde bancos extranjeros a través de las nuevas tecnologías (vía teléfonos celulares y redes sociales), cuyo propósito consistió en crear situaciones de desestabilización para provocar cambios en el ordenamiento político cubano.
La apuesta al uso de las nuevas tecnologías se ha incrementado. El desarrollo alcanzado por Cuba en la formación del capital humano en las ciencias de las telecomunicaciones y la informática, es visto como un factor favorable a sus planes para lograr hacerse de esa fuerza y utilizarla para sus propósitos, separar a técnicos y científicos, a especialistas e innovadores de las instituciones y empresas del Estado, comprar inteligencia y privar al país de ese recurso formado con inmenso esfuerzo. Convertir a esa fuerza en una escuadra mercenaria, alejada de los intereses nacionales, individualista y apátrida o al menos, desconectada de su país y el devenir político social de la patria, es un objetivo que no esconden y que estamos seguros no lograrán cumplir.
De acuerdo con una nota divulgada por El Nuevo Herald sobre el evento: Cuba Internet Freedom del 12 y 13 de septiembre: «Buscamos, en primer lugar brindar una visión del abc del uso del internet en Cuba, también presentar el internet offline que han desarrollado las personas dentro de la isla: aplicaciones, redes informales de información, entre otras», explicó Ma­ría (Malule) González, la directora de la OCB.
Denunciar esta nueva agresión contra Cuba es deber de cada persona honesta de este mundo; por todos es conocida la actitud transparente de Cuba sobre estos temas y el es­fuerzo que realiza para desarrollar las TIC. En nuestra na­ción no existe limitación política alguna para el uso de In­ternet; es una desvergüenza que los propios agresores, los mis­mos que durante años han cercado económicamente al país y han impedido el acceso del mismo a las nuevas tecnologías pretendan erigirse como defensores del derecho de los cubanos a su uso.
Denunciamos esta nueva falacia; este evento forma parte de un todo. El blanco es la Revolución.

Parte III: Con el caballo enjaezado, la fusta en la mano y la espuela en el tacón

El evento realizado los días 12 y 13 de septiembre en Miami Cuba Internet Freedom (CIF) fue un fracaso en mu­chos sentidos: baja y pobre participación de verdaderos especialistas en las TIC, la presencia de individuos muy poco preparados para lanzarse con seriedad al análisis de los temas propuestos, el diletantismo a raudales; las ponencias fueron de una gran pobreza científica, alejadas de la realidad de Cuba e intelectualmente deplorables. No podía ser de otra forma, la misma concepción del evento era una falacia.
Pero tuvo algo bueno y fue que permitió ver con claridad, expuso a la luz pública cuales son los «nuevos» planes contra la Revolución y quiénes son sus aliados y servidores. Con­firmaron nuestras sospechas y ratificaron muchas certezas.
El denso tejido de los planes contra la Isla, la perfecta armonía con que actúan nuevos y viejos correligionarios, la alianza estrecha entre los «tradicionales» enemigos y los de nueva hornada quedó al descubierto. Muchas caretas quedaron sobre la calle después del carnaval CIF de Miami.
Desde allí llamaron varias veces por teléfono el día 12 «preo­cupados» por supuestas represalias cometidas contra periodistas en Cuba; curiosamente preguntaban por gente que aparenta posiciones neutrales, alejadas de los tradicionales asalariados yanquis, gente de la «nueva» prensa. La primera idea que me vino a la mente fue ¡qué torpeza!
Son tiempos complejos, a algunos compatriotas y también a algunos amigos de la Revolución en el exterior, se les hace difícil identificar quién y dónde está el enemigo; hoy el discurso enmascara y confunde a quien no esté bien informado; a ellos les reitero un consejo de vieja estirpe: pregunte de dónde viene el dinero, quién paga y para qué.

Nada hoy es espontáneo, lo que está haciendo la «nueva» prensa camaleónica y aliada de la prensa corporativista y orgánica del capitalismo no es otra cosa que obedecer a un plan trazado y financiado desde el centro del poder estadounidense.
Los disparos cambian aparentemente de objetivo, pero el blanco es el mismo: la Revolución, sus instituciones, sus defensores.
La prensa popular revolucionaria —lenta, acostumbrada a moverse en el campo minado de las campañas enemigas que se aprovechan del menor error, que están a la caza del menor espacio donde descargar sus armas—, no ha logrado alcanzar la altura de vuelo que la Revolución necesita, pero lo que sí todos sabemos y el mundo reconoce, es que no hay otra más honesta, más limpia, más ética, más comprometida con la patria.
«El periódico debe estar siempre como los correos antiguos, con el caballo enjaezado, la fusta en la mano, y la espuela en el tacón. Al menor accidente, debe saltar sobre la silla, sacudir la fusta, y echar a escape el caballo para salir pronto y para que nadie llegue antes que él… Debe desobedecer los apetitos del bien personal, y atender imparcialmente al bien público… En cada artículo debe verse la mano enguantada que lo escribe, y los labios sin mancha que lo dicta. No hay cetro mejor que un buen periódico», publicó Martí en el periódico Patria Sobre periodismo en 1892.
¿De dónde parten en verdad los disparos? De aquellos que quieren inyectarle a los cubanos la ambición desmedida, el gusto por lo banal, lo superficial, por aquella otra «gran prensa» que vende las imágenes ensangrentadas de un atentado, no a modo de denuncia sino por morbo, por satisfacer y re­crear el gusto de la sangre, por entretener y adormecer a golpe de titulares acríticos a la gente, para que no piense, para dominarlos mejor. ¿Qué son, Paparazzi o periodistas?
Portadores de la mediocridad informativa que invade al mundo de hoy, de la ausencia de crítica veraz, no embustera, interesada o con fines de manipulación política, faltos de independencia terminan siendo profesionales que solo se limitan a poner la mano al final del mes. ¿Esa es la prensa que queremos? Además ¿Anexionista? ¿Neo-Plattista?
Cualquiera puede cometer un error, tenemos el derecho a equivocarnos y rectificar miles de veces; tenemos el derecho a defender nuestra posición si la consideramos correcta, pero cuando le ponemos precio a nuestra conciencia, cuando alquilamos el alma al mejor postor, dejamos de ser, nos convertimos en mercancía barata que termina moldeando su esencia a gusto del amo. Servir al enemigo por dinero es la peor de las traiciones, no le busquen subterfugios éticos, no hagamos filosóficas abstracciones, traidor es traidor, vendepatria es vendepatria.
Se pueden tener diversos criterios, visiones y proyecciones diferentes sobre el futuro de Cuba; defendemos el derecho a discrepar, pero, ¿venderse?, eso es otra cosa.
Podemos estar en el filo de la navaja, transitar por el angosto ángulo de corte, resbaladizo. De quebrar la ética a caer en el terrible abismo, en el círculo del infierno a donde van a dar los traidores, solo hay, ¿cuánto?, unos dólares de distancia.
Recuerden: el blanco verdadero es la Revolución.
*Sobre esa conversación referida Caote publiqué en un post anterior la siguiente microcrónica:
“Se escuchó un nombre que me sonó conocido y aquel hombre alto y corpulento entró en la sala para testificar contra Alan Gross, el “contratista” de USAID que era juzgado en Cuba por construir una red de telecomunicaciones al servicio de la estrategia norteamerica de cambio de régimen. Yo  que trabajaba en la Oficina de Informatización de la Sociedad, estaba entre el público que asistía al juicio y enseguida identifiqué al testigo: el escritor Raúl Antonio Capote cuyos vínculos con la entonces Sección de Intereses de Estados Unidos en Cuba eran conocidos en el ambiente literario cubano. Pero no fui el único que se sorprendió, cierta tensión apareció en el rostro de uno de los diplomáticos norteamericanos que asistía al proceso.

“El fiscal comenzó a interrogar a su testigo, Capote habló de visitas de oficiales de la CIA  a su casa quienes le habían entregado un equipo para conectarse a Internet vía satélite. El fiscal le preguntó observara uno que se encontraba sobre la mesa que antes Groos había reconocido entre los que su empresa distribuía y respondiera si era igual al que le había entregado la CIA, Capote asintió y fue la única vez que Gross mostró inquietud durante el juicio y perdió la serenidad que había mantenido hasta el momento. Creo recordar que el abogado de Gross se abstuvo de hacer preguntas y dieron un receso. El diplomático norteamericano salió como una bala con el celular en la mano y no regresó más, yo salí buscando a Capote y sucedió la conversacion que él recuerda al inicio de este artículo.”

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