1. La Jornada publicó el domingo un buen artículo de Peter Rosset, “América Latina y la conciliación de clases”. Me pareció muy interesante por la crítica que hace sobre Venezuela, Bolivia y Ecuador en cuanto a sus limitaciones para construir lo que llamaron “el socialismo del siglo XXI”, acerca de las cambios limitados, indiscutibles, que realizaron en beneficio de la población, pero sobre todo por los retrocesos que tuvieron Chávez, Maduro, Correa, Morales, particularmente Lula y Dilma en Brasil. Esa parte crítica me pareció muy inteligente. 2. Peter Rosset en un investigador en los EEUU que ha realizado como trabajos académicos en Nicaragua, Costa Rica, España y desde hace algún tiempo pertenece a la planta del Colegio de la Frontera Sur ubicado en San Cristóbal de las Casas, Chiapas. Por ello, desde que leí algunos artículos anteriores de él, donde hace ver sus posiciones políticas, he llegado a la conclusión de que coincide plenamente con el zapatismo del EZLN porque repite las mismas frases, apoya y rechaza lo mismo, particularmente su apoyo de la campaña presidencial de Marichuy.
3. Tiene razón Rosset cuando señala: El saldo frío de esos gobiernos, casi sin excepción aunque en menor o mayor grado, incluye sendos elementos en común. Todos lograron reducciones importantes de la pobreza extrema, sobre todo mediante programas de corte compensatorio y asistencialista, incluyendo las transferencias directas y la mal llamada
4. Hay una mayor transnacionalización de las economías, llegada del capital financiero internacional y el aumento exponencial de las concesiones mineras. A la par de crear pequeños ministerios o subsecretarías para atender la agricultura familiar y campesina con modestos presupuestos de crédito y compras públicas, entregaron los ministerios o secretarías de agricultura, con mega presupuestos, a los hombres y mujeres de Monsanto y del agronegocio. Liberaron los transgénicos y no avanzaron en la reforma agraria. En Brasil, los gobiernos de Lula y Dilma vieron la mayor expansión territorial del agronegocio en la historia del país. Han sido políticas de neodesarrollismo y neoextractivismo que justifican la expansión del agronegocio y la minería a cielo abierto con una mayor recaudación de impuestos y regalías por el Estado, modelo que ha entrado en crisis con el fin del boom de los commodities.
5. Sin duda, esas denuncias que corresponden a cuatro países, cuyos gobiernos pusieron toda su voluntad para pensar y hacer transformaciones, ayudan a comprender que la política no es nada fácil cuando se hace en serio. México, gobernado en los últimos 100 años por el PRI, el PAN y el PRD, en lugar de ser centro de grandes transformaciones, ha sido cuna de los más grandes delincuentes políticos y empresarios. A pesar de esas fundamentales denuncias de Rosset, hay que decir que en los países del capitalismo clásico como en EEUU y México, la situación es 100 veces peor que en aquellos países que buscaban construir una sociedad justa y equilibrada.
6. Lo que escribe Rosset es positivo para aquellos que son permanentes críticos del mundo que pasa por nuestra visión. Pero olvida Rosset el papel fundamental del imperialismo yanqui para frenar y destruir cualquier proyecto que no convenga a sus intereses como imperio. Nos sirve Rosset, pero nos debe un análisis a fondo sobre cómo los EEUU han buscado acabar con el BRICS, con cualquier país que busque comerciar con China, pero sobre todo con los bloques de países que crearon UNASUR, que echaron a la basura o mandaron al carajo el ALCA. Así que Rosset nos debe su análisis sobre EEUU y sus criminales intervenciones en países de América y el mundo.
Blog del autor: http://pedroecheverriav. wordpress.com
3. Tiene razón Rosset cuando señala: El saldo frío de esos gobiernos, casi sin excepción aunque en menor o mayor grado, incluye sendos elementos en común. Todos lograron reducciones importantes de la pobreza extrema, sobre todo mediante programas de corte compensatorio y asistencialista, incluyendo las transferencias directas y la mal llamada
inclusión financiera, que permite a los pobres acceder a un mayor nivel de consumo mediante el endeudamiento con el crédito. También lograron niveles significativos de democratización del acceso a la educación superior usando becas, cuotas y abriendo nuevas universidades públicas. Todo esto, sin embrago, sin grandes cambios estructurales favorables a los intereses de las clases trabajadoras y campesinas o de las poblaciones indígenas y afrodescendientes.
4. Hay una mayor transnacionalización de las economías, llegada del capital financiero internacional y el aumento exponencial de las concesiones mineras. A la par de crear pequeños ministerios o subsecretarías para atender la agricultura familiar y campesina con modestos presupuestos de crédito y compras públicas, entregaron los ministerios o secretarías de agricultura, con mega presupuestos, a los hombres y mujeres de Monsanto y del agronegocio. Liberaron los transgénicos y no avanzaron en la reforma agraria. En Brasil, los gobiernos de Lula y Dilma vieron la mayor expansión territorial del agronegocio en la historia del país. Han sido políticas de neodesarrollismo y neoextractivismo que justifican la expansión del agronegocio y la minería a cielo abierto con una mayor recaudación de impuestos y regalías por el Estado, modelo que ha entrado en crisis con el fin del boom de los commodities.
5. Sin duda, esas denuncias que corresponden a cuatro países, cuyos gobiernos pusieron toda su voluntad para pensar y hacer transformaciones, ayudan a comprender que la política no es nada fácil cuando se hace en serio. México, gobernado en los últimos 100 años por el PRI, el PAN y el PRD, en lugar de ser centro de grandes transformaciones, ha sido cuna de los más grandes delincuentes políticos y empresarios. A pesar de esas fundamentales denuncias de Rosset, hay que decir que en los países del capitalismo clásico como en EEUU y México, la situación es 100 veces peor que en aquellos países que buscaban construir una sociedad justa y equilibrada.
6. Lo que escribe Rosset es positivo para aquellos que son permanentes críticos del mundo que pasa por nuestra visión. Pero olvida Rosset el papel fundamental del imperialismo yanqui para frenar y destruir cualquier proyecto que no convenga a sus intereses como imperio. Nos sirve Rosset, pero nos debe un análisis a fondo sobre cómo los EEUU han buscado acabar con el BRICS, con cualquier país que busque comerciar con China, pero sobre todo con los bloques de países que crearon UNASUR, que echaron a la basura o mandaron al carajo el ALCA. Así que Rosset nos debe su análisis sobre EEUU y sus criminales intervenciones en países de América y el mundo.
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Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.
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