Colombia: El General sí tiene quien le nombre
Iroel Sánchez
Rubén Darío Alzate Mora encabeza desde hace dos días las noticias de la prensa internacional. En las antípodas de lo que pudiera indicar su nombre, Alzate Mora no tiene vínculo conocido con la poesía sino con la guerra, es General de Brigada del Ejército colombiano y su celebridad reciente se debe a que fue capturado por la guerrilla de las FARC-EP junto a otros dos militares.
Según la prensa colombiana, en lo que va del año 2014 la guerra en ese país ha producido como mínimo 126 fallecidos, de ellos 69 (un 54.8%) miembros de las FARC-EP, y 35 del Ejército o la Policía (27.8%). Por más que me esfuerzo no recuerdo haber leído el nombre de uno sólo de ellos en los grandes medios de comunicación que tratan ahora a un oficial capturado en una zona de guerra como la víctima de un “secuestro”.
En una guerra, donde no se ha pactado un cese de hostilidades, lamentablemente ocurren combates, se provocan bajas y ambas partes capturan prisioneros. La palabra “secuestro” suele emplearse cuando los capturados son civiles. Para los integrantes de fuerzas militares las palabras correctas son “prisioneros de guerra”, algo que parece han olvidado en la gran prensa.
Cuando de los cinco puntos pactados en las negociaciones de La Habana, en tres se ha llegado a acuerdo, el presidente colombiano ha decidido interrumpir las conversaciones de paz alegando la captura del alto oficial en una zona de guerra es bueno hacer memoria.
Desde que hace dos años comenzaron las conversaciones para poner fin al conflicto armado en Colombia, han existido posiciones encontradas entre las partes sobre la necesidad de un cese al fuego. Las FARC-EP han insistido en su necesidad y el gobierno del presidente Juan Manuel Santos la ha rechazado. El presidente declaró al inciarse el proceso negociador: “No va a haber ningún tipo de cese al fuego. Aquí no vamos a tener nada hasta que lleguemos al acuerdo final. No va a haber nada de eso”.
En mayo de este año, Santos reiteró que “la orden a nuestras Fuerzas Armadas desde el primer día ha sido contundente: la ofensiva militar se mantiene, se redobla, porque eso es lo que nos va a llevar más pronto a finalizar el conflicto” por lo que que la guerrilla no podía esperar “ninguna contemplación”. Las FARC.EP, por su parte han declarado varias treguas unilaterales.
La situación creada alrededor de Alzate Mora es, sin embargo, una oportunidad para la paz. Demuestra la necesidad de un alto al fuego bilateral para poder avanzar en las negociaciones.
Las FARC-EP han declarado su disposición “de contribuir a una pronta y sensata solución de este problema”. Lo ocurrido alrededor de la captura del General Rubén Darío Alzate Mora da la razón a quienes han defendido lo imprescindible de un cese de hostilidades y demuestra lo frágil del proceso de negociaciones en medio de la situación actual. Las FARC-EP tienen ahora la oportunidad de mostrar, con flexibilidad e inteligencia, su disposición para la paz frente a quienes les demonizan, y también, apoyar con un gesto de buena voluntad a los que tienen un real compromiso con el fin de la guerra.
Quizás sea hora de releer al mayor luchador por la paz en Colombia, el líder de la Revolución cubana, Fidel Castro, quien escribió en julio de 2008, a propósito de la liberación por las FARC-EP de un grupo de prisioneros:
“Nunca debieron ser secuestrados los civiles, ni mantenidos como prisioneros los militares en las condiciones de la selva. Eran hechos objetivamente crueles. Ningún propósito revolucionario lo podía justificar. En su momento, será necesario analizar con profundidad los factores subjetivos.
“En Cuba ganamos nuestra guerra revolucionaria poniendo de inmediato en libertad y sin condición alguna a los prisioneros. Entregábamos a la Cruz Roja Internacional a los soldados y oficiales capturados en cada batalla, ocupando solo sus armas. Ningún soldado las depone si lo espera la muerte o un tratamiento cruel.”
La Fuerza que dirige Alzate -Fuerza de Tarea Conjunta Titán del Ejército- según informe de TeleSUR ha sido denunciada por hostigamiento contra indígenas y campesinos, así como por violación a los Derechos Humanos en el Departamento del Chocó. Para que esos indígenas y campesinos ¿sabremos alguna vez cómo se llaman? tengan tierra y justicia también se necesita la paz. (Publicado en CubAhora)
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