El juez de vigilancia penitenciaria de Valladolid anula el tercer grado a Matas
Florencio de Marcos Madruga ha devuelto al expresidente del Govern Jaume Matas al segundo grado.
La Secretaría General basaba la concesión del tercer grado en que Matas ya ha cumplido más de la tercera parte de su condena.Matas se encontraba cumpliendo una condena de nueve meses y un día por un delito de tráfico de influencias.
Europa Press⎮El Diario⎮17/11/2014
El juez de Vigilancia
Penitenciaria de Valladolid ha devuelto al expresidente del Govern Jaume
Matas al segundo grado, en lugar del tercer grado que le había sido
concedido por la Secretaría General de Instituciones Penitenciarias, tal
y como ha podido saber Europa Press en fuentes jurídicas.
La resolución del juez
Florencio de Marcos Madruga estima así el recurso que había sido
interpuesto por la Fiscalía de Valladolid, disconforme con que Matas
disfrutara ya del segundo grado penitenciario y que suponía que dejara
la cárcel de Segovia en la que entró el pasado 28 de julio y pasará a
tener como instalación penitenciaria de referencia el Centro de
Inserción Social de dicho penal.
El Departamento que dirige
Ángel Yuste adoptó esta decisión en aplicación del artículo 31.1 de
Reglamento Penitenciario, según el cual, el centro directivo “tiene
competencia exclusiva para decidir, con carácter ordinario o
extraordinario, la clasificación y destino de los reclusos en los
distintos establecimientos penitenciarios, sin perjuicio de las
atribuciones de los Jueces de Vigilancia en materia de clasificación por
vía de recurso”.
Condenado por tráfico de influencias
La Secretaría General, en
contra de la Junta de Tratamiento de la cárcel segoviana, que le
clasificó en segundo grado, basaba la concesión del tercer grado en que
Matas ya ha cumplido más de la tercera parte de sus nueve meses de
condena por un delito de tráfico de influencias en el primer juicio del
caso Palma Arena.
Otro de los factores que se
habían considerado es la primariedad delictivas (que solo está penado
por esta causa), la escasa duración de la condena (nueve meses), la
buena conducta observada en prisión, que se presentó voluntariamente en
prisión para cumplir condena y la posibilidad de actividad laboral en el
exterior.
Economista y autónomo
De hecho, el expresidente de
Baleares se dio de alta en la Seguridad Social como trabajador autónomo
el 1 de septiembre, apenas 35 días después de ingresar voluntariamente
en prisión. Cuatro días después escribió una carta a la Dirección en la
que aseguraba que “necesitaba” retomar su actividad como economista, una
de las causas de que Instituciones Penitenciaras le concediera el
segundo grado.
Así, en pocos días Matas
pasó de disputar torneos de “frontenis” contra otros presos dentro de
los muros de la cárcel de Segovia a retomar sus actividades como
licenciado en Económicas. No fue contratado en ninguna empresa, sino que
trabaja por cuenta propia como autónomo. En concreto, asegura realizar
trabajos como consultor en un despacho situado en el número 105 de la
calle Don Ramón de la Cruz del centro de Madrid.
“Es mi voluntad y necesidad
reiniciar con carácter inmediato esta actividad profesional que se
centra en el campo de la consultoría y de desarrollo”, pedía Matas el
pasado 5 de septiembre al subdirector de tratamiento de la cárcel de
Segovia en una carta escrita de su puño y letra. Habían pasado tan sólo
39 días desde que había ingresado por voluntad propia en el centro
penitenciario segoviano el 28 julio.
Para el desempeño de su
labor profesional, Matas fue dado de alta en la Seguridad Social el 1 de
septiembre cuando todavía cumplía condena clasificado en segundo grado
penitenciario. Declara una base de cotización de 875,70 euros mensuales,
que es la base mínima para autónomos (la máxima es de 3.597 euros).
De 57 años, se encontraba
cumpliendo una condena de 9 meses y un día por un delito de tráfico de
influencias. Durante su estancia en prisión estuvo siempre ingresado en
el Módulo de Enfermería debido a una discapacidad auditiva.
“Desde su ingreso en el
Módulo de Enfermería realiza sus labores de limpieza como el resto de
internos, sale todos los días al Polideportivo a realizar actividad
física y se ha apuntado a un campeonato de frontenis”, decía el informe
de conducta elaborado por la prisión el 25 de septiembre.
En cuanto a su conducta
grupal, “no tiene problemas con los internos del departamento. No
presenta conflictos de convivencia. Su actitud de convivencia es
correcta”. Por otra parte, tenía comunicaciones regulares con sus
familiares. El tercer grado concedido por Instituciones Penitenciarias,
ahora derogado, permitía a Matas a dormir todos los días entre semana al
Centro de Inserción dependiente de la cárcel se Segovia. El resto de
tiempo vive con su mujer y el menor de sus tres hijos.
La Junta de Tratamiento de
la cárcel, por contra, había decidido mantenerle el segundo grado por
cinco votos a tres. La resolución defendía que “el interno mencionado
está capacitado para vivir en régimen de semilibertad” e incluso
“perfectamente preparado para su ubicación total en la sociedad”.
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