Los auténticos antisistema. por Fran y Elia Olgoso
La corrupción como forma de gobierno: licencia para robar
Ni
los organismos reguladores, como el BCE o el FMI, ni los ministerios de
Hacienda, ni los gobiernos, ni los partidos de la Oposición, pudieron o
quisieron amortiguar la llegada del tsunami. La burbuja hipotecaria y
financiera estalló en sus narices y esparció el fango de la crisis por
todos los rincones.
Mientras esto pasaba… ¡Ellos estaban allí!
Lo
paradójico de la crisis es que trajo consigo el descorche de otra
burbuja, la de la corrupción. La Constitución de 1978 nos llenó los
pulmones de democracia, pero tarde hemos descubierto que el oxígeno que
la alimentaba se ha ido viciando hasta hacerse irrespirable. De nuestra
ingenuidad democrática se han aprovechado los buitres seculares: las
élites del poder. Da igual los nombres y apellidos de la carroña,
siempre son los mismos. Lo que han hecho ha sido pervertir el sistema
democrático, utilizándolo y adaptándolo a sus intereses.
Las
mayorías absolutas, el escaso control de los organismos reguladores, que
cobijan a los dos grandes partidos, la dudosa querencia de esos
partidos a que haya una real y transparente separación de poderes y la
connivencia de unos medios de comunicación financiados por grupos
económicos que a su vez amparan a grupos políticos, han reducido la
democracia al ejercicio de depositar una papeleta en una urna cada
cuatro años y así avalar el autoritarismo del dinero. Este ejercicio
maquiavélico ha llegado a su perfección, sobre todo, en el gobierno de
las CCAA y en las Corporaciones Locales.
Mientras el sistema se utilizaba para joder al mismo sistema… ¡Ellos estaban allí!
Tanto
han hablado los señores diputados de los peligrosos antisistema, tanto
que han querido blindar plazas y calles para disolverlos, que han
alentado en sus tertulias contra los “perroflautas”, cuando son ellos
los que desde dentro han socavado las instituciones y se han saltado la
legalidad que decían defender.
¿Qué ha
pasado para que aquellos que se creían por encima del bien y del mal,
por encima de los ciudadanos a los que se debían, a las leyes y a la
justicia, hayan salido a la palestra en el contexto actual, uno tras
otro, y se publiciten sus fechorías? El problema es que han estado
muchos años chupando de la teta, pero la codicia les ha llevado a
comerse la propia teta, y ni la justicia ni los medios de comunicación
han podido ya mirar para otro lado.
El
despilfarro de la Comunidad Valenciana, los ERE y los cursos de
formación en Andalucía, los caciquismos políticos de Castilla-León y
Murcia, la mafia política balear, las comisiones del 3% del clan
Pujol-Ferrusola, las cuentas en Suiza, las Cajas de Ahorros, los clanes
elitistas en los Ayuntamientos de la Comunidad de Madrid, haciendo
negocios privados con lo público, ex ministros imputados, Cajas B y
financiación ilegal de los partidos…han ido colocando puntos rojos en el
mapa territorial hasta provocar un sonrojo generalizado.
Toda esta suciedad no surge de la noche a la mañana. Mientras la mierda se iba solidificando… ¡Ellos estaban allí!
Y
llegaron los recortes. Según ellos, esos mismos ellos que estaban allí,
suponía la única manera de salir de esta crisis “que ha venido y yo no
sé cómo ha sido”, como decía la canción. Y mientras nos recortaban los
salarios, las prestaciones, los trabajos, la educación, la sanidad, el
futuro y hasta las ganas de vivir, ellos continuaban defraudando a
Hacienda ,llevándose el dinero público(debería aparecer en el Congreso
en letras bien grandes: “el dinero público es sagrado, porque es el
sudor de todos los españoles”) para que ningún futuro les sorprenda
cuando dejen lo ídem, disfrutando de cacerías y bacanales pagadas con
tarjetas opacas y poniéndole candado a sus cuentas en paraísos fiscales.
Hay que
ser una alimaña moral para poder dormir a pierna suelta haciendo lo que
hacen, pasando lo que pasa: desde el nuevo Borbón, hasta un alcalde de
Ayuntamiento. Son sociópatas, con una falta total de empatía ante el
sufrimiento de la gente; parecen disfrutar con la violencia estructural
en forma de recortes, paro, precariedad…
Sí, sí, sí ¡Ellos estaban allí!
Cuando
se ha destapado el pastel, nos piden perdón. ¿Y tres padrenuestros y dos
avemarías? No hay perdón que valga. Esto no es una escuela, ni un
confesionario; esto es un país de ciudadanos asqueados de tanta mentira,
tanta manipulación y tanta golfería.
Y ahora
que han sido pillados los cuarenta ladrones, a Alí Babá le da por hablar
de pactos de Estado, de impulsar nuevos mecanismos de control y de
regeneración democrática. ¡Ahora! Y encima con el mismo discurso de
palabrería hueca y de contenido vacío con el que nos llevan drogando
durante treinta y cinco años. Ni aprenden ni escarmienta.
Continúan
alejados de la realidad y sosteniéndose bajo el rancio paraguas de que
los corruptos son unos pocos, cuando cada día que pasa vamos albergando
la firme convicción de que los que dijeron ‘No a la corrupción’ son esos
pocos a los que habrá que sacar en procesión. No son unos pocos, es el
sistema entero de impunidad el que está corrompido.
Es
tiempo de echar el cierre al caduco Régimen del 78 y abrir un tiempo
nuevo; sin transacciones, con visión de ruptura y de esperanza en que es
posible un mundo mejor, un país más igualitario y más justo. Una nueva y
auténtica democracia.
Señores, claro que hay que acometer una regeneración democrática, pero ustedes…
¡Ya no pueden ni deben estar allí!
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