Contra la corrupción, democracia directa. Gregorio López Sanz- ATTAC Albacete
Hasta aquí tenía la percepción de que la
corrupción era la excepción en el ámbito de las administraciones
públicas. Creía que la mayor parte de los/as ministros/as, consejeros/as
autonómicos, diputados/as provinciales, regionales y nacionales,
concejales/as y alcaldes/as de Ayuntamientos eran buena gente,
preocupados por el interés general, que no buscaban el lucro personal a
través del desempeño de su tarea.
Confieso que en los últimos tiempos esta
creencia se me ha venido abajo. Y aunque sigo creyendo en la honestidad
de muchas personas que desde la base se dedican a gestionar los asuntos
públicos, pienso que este sistema está absolutamente podrido, más cuanto
más nos acercamos a la cúspide de la pirámide del poder político y
económico. Por ello, ya no nos sirve. Urge, y mucho, acometer su radical
sustitución para que lo público (sustento de la dignidad de los más
desfavorecidos) no sólo se mantenga en pie, sino que se revitalice para
hacer frente a este desmontaje controlado del que está siendo objeto en
los últimos lustros.
No hay más remedio que apostar por la democracia directa, que abra las ventanas de par en par de esta cueva de trapicheos y sinvergonzonería en que se ha convertido el día a día de muchas instituciones públicas. No me valen ya ni comisiones (parlamentarias, municipales, de contratación, de investigación), ni consejos (de ministros, de gobierno, de administración), ni plenos,…A grandes males, grandes remedios. Donde hasta ahora no ha habido luz, toca sacar las decisiones a las plazas de nuestros pueblos y ciudades, donde participemos todos/as, presencial o virtualmente, sobre todos los asuntos públicos. Y claro que se puede. Y no inventamos nada nuevo.
No hay más remedio que apostar por la democracia directa, que abra las ventanas de par en par de esta cueva de trapicheos y sinvergonzonería en que se ha convertido el día a día de muchas instituciones públicas. No me valen ya ni comisiones (parlamentarias, municipales, de contratación, de investigación), ni consejos (de ministros, de gobierno, de administración), ni plenos,…A grandes males, grandes remedios. Donde hasta ahora no ha habido luz, toca sacar las decisiones a las plazas de nuestros pueblos y ciudades, donde participemos todos/as, presencial o virtualmente, sobre todos los asuntos públicos. Y claro que se puede. Y no inventamos nada nuevo.
Los concejos abiertos son los herederos
de la mejor tradición municipalista de España, donde el máximo órgano de
decisión era la asamblea de todos los/as vecinos/as del pueblo. Todavía
hoy funciona así en los pequeños municipios y en las entidades de
ámbito inferior al municipio. Y con los correspondientes ajustes, pero
sin traicionar a su espíritu de democracia directa, sería una buena base
para que todos los niveles del estado apostaran por una verdadera
democracia, sin intermediarios ni mangantes de por medio. Insisto, tanto
en nuestros pueblos y ciudades, COMO EN COMUNIDADES AUTÓNOMAS Y
GOBIERNO CENTRAL, administraciones éstas últimas que se han regido
fundamentalmente por organigramas jerárquicos de tipo piramidal,
propicios, claro está, para hacer y deshacer a su antojo, sin consultar a
la gente, con la excusa de que se trata de decisiones complejas
técnicamente, con el verdadero objetivo de hurtar el debate a la gente y
así tomar decisiones que favorecen los intereses privados de
determinados grupos de presión.
Pronto llegarán procesos electorales que
afectarán a municipios, comunidades autónomas y gobierno central. Sólo
aquellas opciones políticas que apuesten por un nuevo sistema de
democracia directa radical en todos los niveles del estado merecerán la
confianza del voto de aquellos/as ciudadanos/as que desean recuperar la
ilusión por la política, sabiendo, claro, que ello va absolutamente de
la mano de su implicación directa y sin intermediarios en todos los
asuntos públicos. Esa es la tarea de los nuevos gobiernos que necesita
este país: bajar del pedestal en que sus predecesores estaban
encaramados, destruirlo y mezclarse entre la gente a ras de tierra, para
enterarse de lo que pasa, para conocer sus sueños….para caminar
juntos/as, sin miedo a nada.
Fuente : attac.es
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