La simple verdad
Víctor Casaus
Ayer fue un día grande e importante.
Grande, porque salieron
de la prisión injusta y regresaron a la Patria los hermanos queridos: Tony, Gerardo y
Ramón. Importante, porque los discursos de Raúl y del presidente norteamericano
comenzaron a abrir un camino necesario y complejo.
La justicia brilló ayer
dos veces: por los hermanos liberados que se reunieron ya con su familia y con
esa familia mayor que es su pueblo, y por Cuba,
porque el gobierno norteamericano reconoció, en la voz del presidente Obama,
que los intentos de diez administraciones anteriores para colapsar a la Isla habían fracasado.
Ayer
resonaron en las calles de Cuba y en otros sitios del mundo, de manera
especial, la palabra verdad y
la palabra libertad.
Con esas dos palabras, para esas dos palabras y lo que
significan, escribió Antonio Guerrero, en una cárcel de la ciudad de Miami,
quince años atrás, estos poemas. Con ellos, seguimos siguiendo. Con ellos, seguimos siendo –ahora más
completos– con estos hermanos libres nombrando la verdad entre nosotros.
Poemas de Antonio
Guerrero:
Un día de junio de ese año
1999, “descubrí” el soneto. El 19 de septiembre, tras cumplir nuestro primer
año en prisión, con 14 endecasílabos expresé:
LA
VERDAD ME
NOMBRA
Quiero nombrar la integridad blandida
por mi invencible y única ternura,
con el sabor de muro o cerradura
impregnado en mi boca desmedida.
Nombrar el patrimonio de mi vida
que se estrelló contra la roca dura
y supo conservar su herencia pura
a pesar del gran golpe y de la herida.
que el fiel amor colocara en mi pecho
durante la existencia de esta sombra.
Nombrar el odio, el crimen, los farsantes,
sin miedo, sin reserva, sin despecho,
porque al hacerlo la verdad me nombra.
Nuestros principios y nuestros
amigos, en las condiciones más duras, a lo largo de estos años nos han hecho
sentir libres.
Dijo José Martí, Apóstol de
nuestra Independencia: “…el aire de la libertad tiene una enérgica virtud que
mata a las serpientes”.
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