La Unión Europea conculca las conquistas democráticas y sociales. Eric Toussaint. CADTM
El fracaso de los gobiernos europeos, de la Comisión Europea y del BCE es
patente en la concreción de lo que supuestamente quieren conseguir:
reducir el desempleo, relanzar la actividad económica, sanear
fundamentalmente los bancos, estimular y aumentar el crédito a los
particulares y a las PYMES, incluso aumentar la inversión y reducir la deuda pública.
Sobre todos esos puntos, la política europea es un fiasco estrepitoso.
¿Pero realmente son esos los objetivos que los dirigentes europeos
desean alcanzar?
Los grandes medios abordan regularmente una serie
de cuestiones como: un posible estallido de la zona euro; el fracaso de
las políticas de austeridad en materia de relanzamiento económico; las
tensiones entre Berlín, París o Roma, entre Londres y los miembros de la
zona euro; de las contradicciones en el seno del Consejo del BCE ;
de las enormes dificultades para llegar a un acuerdo sobre el
presupuesto de la UE; de las crispaciones de ciertos gobiernos europeos
con el FMI a propósito de la dosificación de la austeridad. Aunque todas esas tensiones sean bien reales, no nos deben ocultar lo esencial.
Los
dirigentes europeos de los países más fuertes y los patrones de las
grandes empresas se felicitan de que haya una zona económica, comercial y
política común, donde las transnacionales europeas y las economías del
Centro de la zona euro obtienen beneficios de la debacle de la
Periferia, para reforzar la rentabilidad de sus empresas y ganar en
competitividad con respecto a sus competidores estadounidenses y chinos.
Su objetivo, en el estado actual de la crisis, no es relanzar la
economía y reducir las asimetrías entre las economías fuertes y débiles
dentro de la UE.
Además, los dirigentes europeos consideran que la
debacle del Sur europeo será una oportunidad para privatizaciones
generalizadas de empresas y bienes públicos a precios de saldo. Y los
ayudan la intervención de la Troika y
la complicidad activa de los gobiernos de la Periferia. Las clases
dominantes de los países periféricos son favorables a esas políticas, ya
que cuentan con recibir una parte de un pastel que codician desde hace
tiempo. Las privatizaciones de Grecia y Portugal prefiguran lo que
llegará a España e Italia, donde los bienes públicos que se podrán
adquirir son mucho más importantes, considerando el tamaño de esas dos
economías. Los dirigentes de las economías europeas más fuertes también
planean realizar una nueva ola de importantes privatizaciones en sus
propios países.
Ni siquiera se disimula la estrecha relación entre
los gobernantes y el gran capital. A la cabeza de varios gobiernos,
colocados en puestos ministeriales importantes y en la presidencia del
BCE, se encuentran hombres directamente salidos del mundo de las altas
finanzas, |1| comenzando por el banco de negocios Goldman Sachs. |2|
Algunos políticos de primera fila son recompensados con un puesto en un
gran banco u otra gran empresa una vez que cumplieron con sus buenos
oficios para las grandes corporaciones. |3|
No es algo nuevo, pero es más evidente y común que durante los últimos
50 años. Se puede hablar de verdaderos vasos comunicantes y bien
transparentes.
Considerar que la política de los dirigentes
europeos es un fracaso porque el crecimiento económico no ha vuelto es
equivocarse considerablemente en el criterio de análisis. Los objetivos
perseguidos por la dirección del BCE, por la Comisión Europea, por los
gobiernos de las economías más fuertes de la UE, por las direcciones de
los bancos y de otras grandes empresas privadas, no es ni la rápida
vuelta al crecimiento, ni la reducción de las asimetrías en el seno de
la zona euro y de la UE con el fin de hacer de ella un conjunto más
coherente al que la prosperidad pudiera retornar.
Sobre todo, no
hay que olvidar una cuestión fundamental: la capacidad de los
gobernantes, que se han puesto dócilmente al servicio de los intereses
de las grandes empresas privadas, para gestionar una situación de
crisis, incluso de caos, y actuar en el sentido requerido por esas
grandes empresas. La crisis permite pasar al ataque con el pretexto de
aplicar un tratamiento de choque justificado por la amplitud de los
problemas.
Los derechos económicos, sociales y culturales son
continuamente cuestionados en sus propios fundamentos, sin olvidar la
ofensiva contra los derechos civiles y políticos como el derecho
efectivo a la elección de los legisladores. En efecto, el Parlamento
Europeo no ejerce realmente como poder legislativo, los parlamentos
nacionales de los países sometidos a la Troika ven como ésta le dicta
sus leyes, y los otros parlamentos tienen su soberanía y su poder
fuertemente limitados por los diferentes tratados europeos, adoptados
sin ninguna consulta democrática, como el TSCG (Tratado sobre la
estabilidad, la coordinación y la gobernanza) que fija requisitos
presupuestarios inaceptables. Otros derechos son también burlados: el
ejercicio real del sufragio universal directo, el derecho de rechazar
los tratados, el derecho de modificar la constitución mediante un
proceso democrático constituyente, el derecho de protestar y de
organizarse para que estas protestas den resultados. La UE y sus países
miembros refuerzan una deriva autoritaria con el retorno del ejercicio
directo del poder por los representantes de una oligarquía económica.
Para
avanzar en la mayor ofensiva llevada a cabo después de la segunda
guerra mundial a escala europea contra los derechos económicos y
sociales de la mayoría de la población, los gobiernos y la patronal
utilizan diferentes armas: la deuda pública,
el desempleo, el retraso de la edad de jubilación, la exclusión del
derecho a recibir un subsidio de las muchísimas personas sin empleo, la
congelación o disminución de salarios y de las diversas ayudas sociales,
la reducción de los efectivos tanto en las empresas privadas como en el
sector público, la búsqueda del equilibrio presupuestario como pretexto
de los severos recortes en los servicios públicos, la búsqueda de la
mejora de la competitividad de los Estados miembros de la UE, entre
ellos y con respecto a sus competidores comerciales de otros
continentes.
Para el Capital, la cuestión es aumentar aún más la
precarización de los trabajadores, reducir radicalmente su capacidad de
movilización y de resistencia, disminuir los salarios y diferentes
prestaciones sociales a la vez que se mantienen las enormes disparidades
entre los trabajadores dentro de la UE, con el objetivo de aumentar la
competencia entre ellos y precipitarlos en la trampa de la deuda.
Primero,
están las disparidades entre los asalariados de un mismo país: entre
mujeres y hombres, entre fijos y eventuales, entre trabajadores a tiempo
parcial y trabajadores a tiempo completo, entre las viejas generaciones
que se benefician de un sistema de jubilación basado en la solidaridad y
las nuevas generaciones a las que se les impone un sistema cada vez más
individualista y aleatorio. Sin contar con los «sin papeles»,
súperexplotados y que no gozan de ningún derecho social ligado al
trabajo. Por iniciativa de la patronal y con el apoyo de los gobiernos
sucesivos (y en eso, los partidos socialistas europeos han desempeñado
un activo papel),
esas disparidades han crecido en el curso de los últimos 20 años. Por
ejemplo, en Alemania, 7,5 millones de trabajadores deben contentarse con
un salario mensual de 400 euros, cuando el salario mensual normal
supera netamente los 1.500 euros. |4|
Segundo,
a esas diferencias, se agregan las disparidades entre los trabajadores
de los países del Centro y los de los países de la Periferia, en el seno
de la UE, que son complementarias de las que se profundizan dentro de
las fronteras nacionales. Los salarios de los trabajadores del grupo de
países más fuertes (Alemania, Francia, Países Bajos, Finlandia, Suecia,
Austria, Dinamarca) son el doble o el triple de los salarios de los de
Grecia, Portugal o Eslovenia. El salario mínimo legal de Bulgaria (156
euros brutos mensuales en 2013) es de 8 a 9 veces inferior al de países
como Francia, Bélgica o los Países Bajos. |5|
En
América del Sur, aún cuando las diferencias son grandes entre las
economías más fuertes (Brasil, Argentina, Venezuela) y las más débiles
(Paraguay, Bolivia, Ecuador...), la diferencia en el salario mínimo
legal es del orden de 1 a 4, por tanto una disparidad netamente menor
que en el seno de la Unión Europea. Esto muestra hasta qué punto es
fuerte la competencia entre los trabajadores de Europa. Las grandes
empresas de los países europeos más fuertes en el plano económico se
benefician profundamente de las disparidades salariales en el seno de la
UE.
Las autoridades europeas refuerzan también la política de
fortaleza sitiada menospreciando el derecho de los ciudadanos y
ciudadanas no europeos/as al acceso a su territorio. Además,
perfeccionan su política criminal en las fronteras de Europa que provoca
la muertes de miles de personas que intentan buscar una vida mejor en
la Unión Europea. El derecho de asilo también es pisoteado.
Lo que
vemos, detrás de la cortina de humo de los discursos oficiales, es una
lógica terrible, injusta y mortífera que está en marcha. Es el momento
de sacarla a la luz para poder enfrentarse mejor y conseguir vencerla.
Traducido por Griselda Pinero y Raul Quiroz
Notas:
|1|
Un ejemplo: Emmanuel Macron, designado ministro de Economía y de
Industria por el presidente francés François Hollande a fines de agosto
de 2014, que proviene de la banca Rotschild, Véase: http://es.wikipedia.org/wiki/Emmanu...
|2| Éric Toussaint,«Bancocracia: de la república de Venecia a Mario Draghi y Goldman Sachs» publicado el 6 de noviembre de 2013, http://wwwcadtm.or/Bancocracia-de-l...
|3| Éric Toussaint, «DSK, Blair, Geithner, Rubin: de la politique à la finance», publicado el 9 de diciembre de 2014, http://cadtm.org/DSK-Balir-Geithner...
|4|
El salario mínimo instaurado recientemente en Alemania será efectivo a
partir de 2017, pero tendrá numerosas excepciones y no se beneficiará de
una revalorización regular y automática
|5| Véase http://epp.eurostat.ec.europa.eu/st... con los datos hasta 2013. Véase también http://www.inegalites.fr/spip.php?a... que tiene datos que se detienen en 2011, desgraciadamente.
Éric Toussaint, maître de conférence en la Universidad de Lieja, portavoz del CADTM internacional y miembro del Consejo científico de ATTAC Francia, es autor de Bancocracia, Icaria Editorial, Barcelona, 2014, Proceso de un hombre ejemplar, edición digital (2013), disponible en pdf, véase www.cadtm.org/Proceso-a-un-h..., Una mirada al retrovisor. El neoliberalismo desde sus orígenes hasta la actualidad, Icaria Editorial, Barcelona, 2010.
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