Tu discurso lo espero un 14 de abril
Aunque si quieres hacerlo antes y es para decir que renuncias a tus “derechos divinos”, bienvenido sea.
Paco Bello | Iniciativa Debate | 24/12/2014
Hoy,
como es tradición, y como ya lo fue lanzar cabras desde un campanario y
sigue siéndolo alancear toros en Tordesillas, su majestad Felipe VI “el
preparado” pondrá a buena parte de los ancianos nostálgicos y a los
periodistas del país frente al televisor en su emisión urbi et orbi.
Como su abuelo político y su padre, pero
sin palio que lo acompañe (al menos que se sepa), aunque envuelto en un
presunto halo de renovación y modernización de la institución, será
otra vez en estas entrañables fechas (para los católicos y cristianos) y
en un Estado aconfesional y de derecho, cuando el Jefe de dicho Estado
se dirija a sus súbditos.
Seguro que no dirá que la escasa
legitimidad de su padre –pues él ni eso–, reside en los mayores de 54
años, que son los únicos que pudieron votar el todo o nada, el paquete
completo, porque ni esos que pudieron votar fueron libres. Seguro que no
habla de esas tres restauraciones borbónicas, y de cómo una y otra vez
por puro egoísmo real (-mente demente), su familia nos ha costado miles y
miles y miles de muertos. Seguro que en esa formalidad habitual no
tiene cabida el sentido común y la humanidad más allá de palabras huecas
si salen de su boca.
Seguro que no nos contará nada
interesante. Así que nos lo podría ahorrar y al menos ganaría en
dignidad. En la dignidad de los que van de cara: “soy una imposición y
no juego a confundir”. Eso sí estaría bien. De lo contrario su
aburre-muertos que lo aguante su padre, al que tampoco sé si le hará
mucha gracia.
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