miércoles, 26 de agosto de 2015

"CUBA SE ESTÁ JUGANDO LA SOBERANÍA NACIONAL Y LA SOCIEDAD SOCIALISTA". Entrevista a: MARTÍNEZ HEREDIA:


El filósofo marxista cubano analiza la nueva etapa de relaciones con Estados Unidos

   Por JULIO ANDRÉS CAPEY / CANARIAS-SEMANAL.ORG.-    El pasado jueves 20 de agosto el filósofo cubano Fernando Martínez Heredia se  refirió, en su artículo “Días históricos, épocas históricas”, a la “nueva coyuntura política” que se ha iniciado para Cuba con el deshielo de las relaciones diplomáticas con los Estados Unidos.

    Martínez Heredia cuestionó las valoraciones de quienes vieron en el viernes 14 de agosto -día en el que John Kerry asistió al izado de la bandera estadounidense en La Habana- como un día histórico, significando que reconocerlo así “podría ser una hipérbole perdonable, si no estuvieran en juego la soberanía nacional y la sociedad creada en el último medio siglo”.
  El destacado intelectual comenzó su cuidadoso análisis de las nuevas circunstancias con un ineludible elemento  a considerar siempre que se hable de las  relaciones Estados Unidos-Cuba después del triunfo de la revolución cubana.
  “Dos Estados que tienen una diferencia abismal entre sí en cuanto a poder material, y que han vivido más de cincuenta y seis años en virtual estado de guerra –porque el más poderoso le aplica permanentemente medidas de guerra al otro–, se han sentado a negociar la paz y han logrado dar un primer paso, muy pequeño: restablecer relaciones diplomáticas. El más poderoso - apuntó el filósofo - las había roto hace cincuenta y cuatro años, cuando estaba seguro de que derrocaría el gobierno del otro mediante una invasión y la fuerza militar. El planeta entero conoce la historia de su agresión sistemática, transcurrida desde entonces hasta hoy”.
  Hecha la importante contextualización, para no perder de vista quién es el agresor y quién el agredido en esta historia, Martínez Heredia plantea cuáles serían las “cartas a  favor” de cada contendiente en lo por venir.
  Para EE.UU. "la necesidad de Cuba de mejorar su posición en las relaciones económicas internacionales en un mundo en el que predomina hasta ahora el capitalismo imperialista. La posibilidad de regatear y obtener concesiones del gobierno cubano a cambio de ir desmontando paulatinamente su sistema de agresión permanente. La esperanza de dividirnos entre los prácticos y sagaces, los que comprenden, y los rabiosos y ciegos, los aferrados y anticuados. El sueño de que Estados Unidos encarne el ideal de “tecnologías” y consumos que pueda perseguir una suerte de clase media que se asoma en el espectro nacional cubano. Parecerle la esperanza de mejorar su situación a los sectores menos conscientes de la amplia franja de pobreza que existe. Ejercer su capacidad de hacernos una guerra que no es de pensamiento, sino de inducción a no pensar, a una idiotización de masas. Y, siempre, algo que ha dejado muy claro: el recurso a utilizar todas las formas de subversión del régimen social cubano que estén a su alcance”.
 En cambio, “Cuba –asegura el profesor Heredia- es muy fuerte y tiene muchas cartas a su favor. La primera es la inmensa cultura socialista de liberación nacional y antiimperialista acumulada. Ella ha sido decisiva para ganar las batallas y guiar la resistencia en las últimas décadas, y ella rige la conciencia política y moral de la mayoría, que de ningún modo va a entregar la soberanía nacional ni la justicia social. La legitimidad del mandato de Raúl y el consenso con los actos del gobierno que preside aseguran la confianza y el apoyo a su estrategia, y le permiten conducir las negociaciones con apego absoluto a los principios y flexibilidad táctica. La solidez del sistema estatal, político y de gobierno cubanos, la potencia y calidad de su sistema de defensa, el control de los elementos fundamentales de la economía del país, y los hábitos y reacciones defensivas, proveen un conjunto formidable que está en la base de las posiciones cubanas”.
  El análisis del intelectual cubano no se queda solo en señalar el peligro y en hacer la valoración  crítica, sino que dibuja el “contra plan” que debería oponerse a la estrategia imperialista de poner fin a la revolución.
  “Pronto estaremos en medio de una gran pelea de símbolos. […] La estrategia actual de Estados Unidos contra Cuba nos deparará un buen número de recursos “suaves” e “inteligentes”, modernos “cazabobos” de la guerra del siglo XXI. Ha sido muy positiva la declaración de que estamos dispuestos a tener relaciones diplomáticas aunque ellas formen parte de una nueva fase de la política dirigida a derrotar y dominar a Cuba”.
 En ese mismo sentido, Fernández Heredia reitera que para “desbaratar confusiones y desinflar esperanzas pueriles” como una de las “tareas necesarias” es necesario abandonar la “hipocresía” propia del lenguaje diplomático.
  “En la medida en que la mayoría de la población participe en la política -concluye- cada vez más activamente, ella misma producirá iniciativas y generará fórmulas que desbaraten la pretensión norteamericana y sus mercaderías materiales y espirituales. En las revoluciones, el pueblo siempre es decisivo”.

[Img #40104]    (*) Fernando Martínez Heredia. Filósofo y ensayista cubano. Doctor en Derecho. Premio Nacional de Ciencias Sociales.  Durante cuarenta años ha investigado problemas históricos y contemporáneos de Cuba y de América Latina. Profesor (1963-1971) y Director (1966-1969) del Departamento de Filosofía de la Universidad de La Habana. Director de la revista Pensamiento Crítico (1967-1971). Investigador y Jefe de Áreas en los Centros de Estudios sobre Europa (1976-1979) y sobre América (1985-1996), adscritos al Comité Central del Partido Comunista de Cuba. Investigador Titular, Director General del Instituto Cubano de Investigación Cultural Juan Marinello y Presidente de su Cátedra Antonio Gramsci. Profesor Titular de la Universidad de La Habana. Académico Titular de la Academia de Ciencias de Cuba. Autor de más de una docena de libros. Entre sus últimas obras se encuentran El ejercicio de pensar (2008), Andando en la Historia (2009) y Las ideas y la batalla del Che (2010), coeditados por Ruth Casa Editorial. Premio Casa de las Américas de Ensayo en 1989. Premio Nacional de Ciencias Sociales en 2006. Le ha sido dedicada la Feria Internacional del Libro, Cuba, 2011.

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