Por CARLOS TENA.- Sus más recientes intervenciones continúan dando la razón a quienes lamentamos, con una sonrisa volteriana, aquel esperpento teatral en el que se convirtió el debut de Iglesias como eurodiputado.
El minuto de que disponía fue aprovechado por el aspirante a estrella de la pequeña pantalla, ahora continental, no para sintetizar siquiera unos mínimos principios políticos, sino para decir “lo que no era”.
Cuando vociferaba hacia la mitad del monólogo (digno de Arévalo o Pablo Motos) una voz le interrumpió para decirle que su tiempo se había agotado.
El lamento del besugo fue también merecedor de un Premio al Eurocapullo:“¡No me lo puedo creer!“, se quejaba con cara de pasmo y cabreo contenido.
En aquellos perdidos 60 segundos, Iglesias aseguró que no tenía ninguna simpatía por Yanukovich y por Putin, algo que supongo les traía al pairo a los allí reunidos.
Como sospechábamos, esta marioneta socialdemócrata, meneando su esqueleto gracias a las manos de la Bruja Avería del trotskismo más criminal, olvida sus esperpénticos razonamientos y quiso repetir la jugada, mostrando de nuevo su torpe antirrusismo.
En esta ocasión lo hizo estirando al máximo su camaleonismo y, con un despreciable lengüetazo en las posaderas de Obama, defendió en Barcelona la permanencia de Catalunya bajo el cetro borbónico-letícico.
En esta ocasión se olvidó de Ucrania para atacar a Nicolás Maduro, defender al golpista López, renegar nuevamente del mandatario ruso y mostrar un tétrico servilismo hacia el epicentro del imperio de La Casta.
Obama, como ZP, Manolita Carmena o la marionieta “Pablito”, se distinguen por no cumplir y/o renunciar a promesas y objetivos que defendieron en campaña electoral.
La lógica del imbécil es actuar creyendo que el personal suele aparcar el intelecto en la planta de la desmemoria más supina. La misma estrategia del ladino.
El Turrión blando y de yema siente simpatía por Obama, pero jamás ha protestado por los cientos de asesinatos policiales (1 cada 9 horas) que se perpetran contra ciudadanos afroamericanos. No hay huevos.
La última víctima de la bestialidad de los uniformados estadounidenses ha sido un discapacitado que se movía en su silla de ruedas, al que varios agentes dispararon unas cuantas balas “por si estaba armado”.
Pablito mira hacia el dedo que señala la Luna, calla, disimula, no firma condenas por estas muertes, no se solidariza con las personas afectadas.
Iglesias es un tipo que gusta de la lógica y según ella esa clase de protestas no proporcionan votos.
Para colmo, los familiares de las víctimas de los 40 ciudadanos asesinados durante las sangrientas guarimbas que animó López en Venezuela no tienen la “clase” ni los abogados que puede pagar Lilian Tintori.
La “chusma” es un obstáculo para quien tiene la “casta” de Pablito y él tiene que ganar, ganar y ganar.
Publicado originalmente en: https://tenacarlos.wordpress.com/
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