martes, 15 de septiembre de 2015

¿Por qué callan los corderos?

¿Por qué callan los corderos?

La democracia, la psicología y las técnicas se unen para manipular nuestra opinión e indignación.
Esta ponencia se ocupa de las técnicas al uso para invisibilizar en términos morales y cognitivos, las graves vulneraciones de la normativa moral por parte de las élites que nos dominan.
Prof. Dr. Rainer Mausfeld

“Moralmente invisible” pasa a ser la vulneración/violación de las normas morales, cuando se mantengan visibles/se expongan los hechos, pero incrustados en un contexto que impide que la ciudadanía llegue a sentir ni malestar ni indignación. Valgan de ejemplo las secuelas sociales y humanitarias debidas a la violencia estructural del orden económico neoliberal, tal y como la acusamos en el llamado “Tercer mundo”, pero que también va en aumento en los países industrializados de occidente.

“Cognitivamente invisibles” son aquellas violaciones de la normativa moral, cuando se visibilizan los hechos, pero se los incrusta en un contexto que impide sacar las oportunas conclusiones de ellos. En particular, se evita en estos casos establecer relaciones con sucesos parecidos o comparables, que las élites dominantes optan por valorar de modo totalmente distinto. Valgan de ejemplo las matanzas programadas/asesinatos selectivos(“targeted killing”) de personas que en un estado se consideren un riesgo o peligro para la seguridad. Semejantes asesinatos vulneran claramente el derecho internacional y no serían aceptados del mismo modo si los perpetraran estados que consideramos “nuestros adversarios”.

La visibilidad o no de unos hechos, en gran medida nos la facilitan los medios de comunicación quienes, al margen de los hechos en sí, también nos facilitan el deseado contexto interpretativo, y con éste, la “oportuna visión política del mundo”. Así que el tema afecta el día a día de  nuestra vida social, la de todos nosotros. Las cuestiones que nos planteamos suelen ser de carácter fundamental y elemental. Para  tratar con ellas, no necesitamos ningún conocimiento especializado, si bien es cierto que las élites dominantes se esfuerzan en otorgar el debate temático a un reducido grupo de “expertos idóneos”. Para los temas que nos afecten en tanto que citoyens, esto es, ciudadanos que desde laIlustración participamos en la configuración y el diseño de nuestra comunidad, contamos por naturaleza con una capacidad intelectual, la lumen naturale de la Ilustración. El núcleo importante de esos planteamientos también somos capaces de tratarlo sin formación especializada alguna. Y de esto trata la presente ponencia.



Nuestra mente tiene la capacidad natural de cuestionar la terminología con que en los ámbitos social y político se suelen categorizar, ordenar y valorar los fenómenos y los hechos. Resaltemos como ejemplo todo ese (neo)lenguaje neoliberal que se emplea para encubrir y disimular lo que en el fondo realmente se opina y que fácilmente podría llenar un nuevo diccionario al estilo del newspeak orwelliano. Encontramos términos tales como reformas estructurales, voluntad reformadora, reducción de la burocracia, de(s)regularización, pacto de estabilidad, austeridad, fondo salvavidas/paraguas europeo, libre mercado, Estado delgado, liberación, armonización, democracia conforme al mercado, sin alternativas (TINA), capital humano, trabajo en régimen de cesión/subcontrata, costes laborales no salariales, envidia social, proveedor de servicios y prestaciones, etc., etc. Semejantes términos y conceptos nos facilitan otros enfoques ideológicos cuyo posible carácter totalitario somos llamados a descubrir y señalar. Para evitar que sucumbamos a estos enfoques ideológicos de manera inconsciente e involuntaria, debemos identificar y señalar lo que hay de tácito en las premisas, los prejuicios/aprioris y los componentes ideológicos de las nociones a la hora de hablar sobre los fenómenos sociales y políticos. Tampoco para esta labor necesitamos ser expertos en ninguna materia. Todos venimos dotados de la capacidad natural de nuestras mentes que, en todo caso, sería cuestión de ejercitar y refinar.

Intentemos pues identificar algunas de esas tácitas premisas ideológicas que la terminología puede encubrir y con las que en las sociedades democráticas, las élites dominantes pretenden estabilizar su poder. 

Empecemos con este cuadro –"Fragmentación"– que documenta la percepción de un fenómeno que se pretende invisibilizar:


Fragmentación
En este cuadro vemos algo que puede que percibamos como fragmentos de objetos sin reconocer el contexto, la relación significativa real entre ellos. La respuesta básica que nos facilita la psicología de la percepción al respecto es que nuestra percepción no es capaz de aplicar sus categorías significativas, mientras no reconozca/identifique la causa/el origen de tal fragmentación. Siempre suponiendo unos fragmentos idénticos que no se alteren – tan pronto como se visibilice la causa de su fragmentación, podremos  completar sin problema lo que falte reconociendo la  relación significativa del conjunto. Aquí descubrimos una regularidad general de nuestra psique  que también recobra importancia en el tema que nos está ocupando. Cualquier relación significativa entre varios hechos permite ser invisibilizada con cierta facilidad si se representan de forma fragmentada. En tal caso, al leer un periódico, no solemos percibir nada más que un cúmulo de fragmentos informativos aislados. Pero tan pronto como se pueda reconocer el por qué, la causa de su fragmentación, ya nos resulta fácil reconocer también el contexto significativo.


Causa de la fragmentación

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