martes, 6 de junio de 2017

Lucha de clases y una clase de lucha. Por Rafael Cruz por La pupila insomne

Lucha de clases y una clase de lucha. Por Rafael Cruz

por La pupila insomne
Sofía está a punto de cumplir 65 años, cada mañana se va a su trabajo en la primera guagua de la ruta 69, muy tempranito para conseguir el asiento que le gusta y que le permite dormir casi todo el viaje hasta la terminal de Playa. Sofía trabaja como cocinera en una casa de “gente rica” muy cerca de 5ta avenida. Mientras espera a veces cuenta las excentricidades de la familia, sus hábitos y caprichos, sus conversaciones sobre los viajes y compras. Esa familia -dice Sofía- recibió mucho dinero de sus parientes en España y montaron un restaurant en el Vedado, ahora, entre los hermanos tienen tres, dos en la Habana, uno en Matanzas, compran sus insumos en las tiendas más caras, y evitan el “juntamento” con personas que no sean como ellos, solo los tres empleados, de la casa tienen acceso al recinto, los visitantes son mayormente extranjeros o dueños de otros negocios.
Sofía narra que muchas veces le exigen que trabaje hasta 15 horas y como ella se defiende, con cautela porque no le conviene perder el trabajo, de exigencias como esa. El día que la entrevistaron para el puesto, habían conversado antes con tres candidatas más, pero las rechazaron a dos por ser “negras sucias”, y a una por ser joven con cara de buscavidas. Sofía trabajó como cocinera en un restaurant de lujo en la Habana durante 35 años. Ahora, en esa casa, gana al mes 250 CUC (moneda cubana cambiable en divisas y cuyo valor es la moneda nacional, el peso, es 1 CUC por 25 pesos). Sofía no está registrada como trabajadora por cuenta propia, ni tiene derechos laborales, vacaciones o descanso por problemas de salud, dice que mientras pueda trabajará allí, así puede ayudar a su familia. El día que se enferme “que Dios no lo quiera, bueno, ya veremos qué se hace”.
Esta señora no es la única, muchas como ella, toman cada día, esas primeras guaguas, y las veo como se van desperdigando al amanecer por las calles tranquilas de Playa, para llegar a las mansiones donde laboran como cocineras, mucamas, limpia pisos, y muchos otros oficios de servidumbre por los cuales reciben salarios que, son tres veces más que el que gana un profesor universitario.  Las cosas han cambiado mucho en Cuba en los últimos años, para algunos esta situación apunta un giro hacia el capitalismo en la mayor de las Antillas, para otros se trata tan solo de una etapa de la historia que se corresponde con los desafíos del periodo de transición socialista.
En la concluida sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular, uno de los temas más discutidos fue justamente cómo implementar lo establecido en los Lineamientos de la Política Social y Económica de la Revolución para impedir la concentración de la propiedad y de las riquezas en manos de privados. Una medida básica en una nación que defiende la propiedad estatal sobre los principales medios de producción como principio para la construcción del socialismo. También se discutió, por parte de los diputados, el estado de los llamados trabajadores por cuenta propia, quienes suman más de medio millón en todo el país- por las estadísticas, que no registran a esas personas como Sofía y quienes agregan unos cuantos miles más a la cifras- Los diputados comprenden que los derechos de los trabajadores, sus beneficios y la protección de su bienestar, es una conquista de la Revolución a la que no se puede renunciar de ninguna manera.
Muchas personas, que en la Isla sigue siendo de obreros, campesinos, intelectuales como clases digamos con altos niveles de “pureza”.
Cómo la ANPP los investigadores y profesores que asistieron al reciente encuentro del proyecto Marx Vive, en el Instituto de Filosofía institución de la Academia de Ciencias de Cuba, intercambiaron desde las ciencias sobre lo que ellos llamaron el proceso de “reestratificación” social en Cuba. En relación al tema el Dr. C filosófica René Márquez alertaba sobre la subsistencia de una percepción “ingenua” de la homogenización de las clases sociales en la nación. La alerta viene por la creencia en muchas personas, que en la Isla sigue siendo de obreros, campesinos, intelectuales como clases digamos con altos niveles de “pureza”. El Dr. C Márquez asegura que en los últimos años no solo aumentó la diversidad de las clases a lo interno de las mismas, sino se incrementó las distancias que separan los grupos.
El investigador advirtió sobre las carencias que hay en la información pública, en las estadísticas, y en las investigaciones referidas al tema y a otros asociados a él, como el del mercado subterráneo por citar solo un ejemplo.
En el análisis se reconoce que no hay igual comportamiento del tema en las diferentes provincias del país, y que no es lo mismo en las zonas de ciudad que en las rurales, aunque en ellos también han ocurrido transformaciones en su percepción del papel que juegan como clase social. El Dr. Ciencias Históricas Pastor Cantero, quien es asesor jurídico de una Cooperativa de Créditos y Servicios opina. “Hay campesinos que no sienten como clase humilde, discuten los precios de los productos que envían a los mercados no como lo debieran hacer los campesinos, a pesar que el estado les da los beneficios de los paquetes tecnológicos de las semillas, de los fertilizantes” El también abogado asegura que por supuesto todos no son así, pero “si los hay” La Dra. C Kenia Echevarría llama a esas manifestaciones “individualización de la proyección de la conciencia” y quiere decir que predomina en el sujeto el interés del proyecto personal, en detrimento de su participación en el proyecto colectivo. Disfunción ideológica que afecta a sujetos de todos los grupos y clases sociales.
Metodológicamente tenemos que demostrar el proceso por el que transitamos, hay aún quien no entiende que Cuba está en construcción socialista.
El comunismo es una sociedad a la que se llega por la alianza estratégica de obreros y campesinos, - la hoz de la koljosiana y el martillo del fundidor en el emblema de los comunistas en la antigua URSS. Unidos campesinos y obreros en comunión con los intelectuales, participan en la construcción de esa sociedad a la que se llega a través del socialismo. Eso al menos dice la teoría de los libros con los que aprendí mis primeras letras de filosofía, pero el escenario real parece ser mucho más peliagudo. La Dra. en Ciencias Isabel Monal llamó la atención sobre ello con una demanda a los investigadores y a los políticos.  “Durante años se habló de la Alianza Obrero Campesina, no se trata de defender frases, o vocabularios, se trata de entender la realidad, sí esa alianza ya no es tal o lo sigue siendo, hay que explicarlo, hay que demostrarlo”.
Y la sindicalización de los trabajadores por cuenta propia como práctica política en esa “alianza”. Sindicalización que no puede, por la lógica naturaleza de su posición, tener en el mismo gremio al patrón y al empleado, al dueño y al contratado. A ello se refirió mi profe la Dr. C Olivia Miranda quien puso la mirada sobre “el resurgimiento de explotación de los trabajadores en el sector privado, a pesar de sus salarios que son enormes en comparación con el de la mayoría de los trabajadores estatales” Hay trabajadores quienes prefieran ceder sus derechos por el “beneficio de ese salario” pero a la larga hay un daño y el socialismo no puede convivir con la explotación de los trabajadores. Conquistas de la clase obrera mundial, que costaron sangre y años de lucha, como la jornada de ocho horas, no pueden ser violadas por estos llamados empresarios privados.
El testimonio y la anécdota aportan los suyo, pero las ciencias necesitan demostración y argumento para  que se “ajuste la rueda al camino” como dicen los poetas. Un camino que es el de la construcción del socialismo, y parece retórico, pero no lo es: “Metodológicamente tenemos que demostrar el proceso por el que transitamos, Hay aún quien no entiende que Cuba está en construcción socialista, hay que retomar ese concepto y desde él comprender lo que está ocurriendo”. Así fueron las palabras de la Dra. C. Olga Fernández quien  seguidamente apuntó “Hace rato debimos comprender el daño que nos produce el creer en el igualitarismo, las tendencias igualitaristas, y por supuesto hay que atender como se manifiestan las desigualdades sociales; hoy existen negocios que trascienden a una llamada pequeña burguesía, a los que ni siquiera el turista medio puede acceder por lo alto de los precios. El otro asunto que hay que investigar bien es el de las remesas, ¿Cuánto es exactamente el aporte de las remesa a la economía nacional? Un tema que es parte de esas desigualdades injustas de la que se habla”.
La diversificación de las clases sociales no es un problema en sí mismo sino en los efectos que puede traer la ampliación de la “desigualdad injusta”, es decir, aquella que se produce por la acumulación de riquezas no provenientes del trabajo
Los colegas de las Ciencias Sociales, reconocieron que era impensable, incluso dañino para la etapa de construcción socialista tanto creer en el igualitarismo como en la ausencia de clases sociales, al mismo tiempo aseguraron que sobre estos cambios en Cuba “no hay vuelta atrás” porque la diversificación de las clases sociales no es un problema en sí mismo sino en los efectos que puede traer la ampliación de la “desigualdad injusta”, es decir, aquella que se produce por la acumulación de riquezas no provenientes del trabajo, del trabajo aportador de riquezas (materiales o de servicios) para la economía y la sociedad de la nación. Por supuesto que este asunto es de los que más les inquieta a todos, investigadores, diputados, y al pueblo.
La reemergencia de males que la Revolución desterró, como la explotación laboral y la vulnerabilidad social, no es cosa solo de alertas y llamados sino de acciones concretas en función de evitar que esos fenómenos se extiendan o, peor aún, echen raíces y se vuelvan “normales” en una sociedad como la cubana, donde según el Dr. C Armando Cristóbal existe lucha de clases, pero es imprescindible defender la unidad. “La unidad tiene que ser, no a partir de estratos ni de grupos, sino de compartir proyectos comunes (aquí volví a recordar a Fidel cuando en una de sus reflexiones nos dijo que la unidad era compartir la trinchera) “No basta con preocuparse por los problemas, hay que trabajar para resolverlos” afirmó el decano profesor y aseguró, con impresionante precisión que “hay que trabajar en la formación de revolucionarios, porque igual que en los 60 nos formamos como marxistas, hay quien hoy está haciendo esfuerzos para que aprendamos a ser capitalistas. Hay que formar revolucionarios”.
¿Hay burguesía hoy en Cuba?
Volviendo al tema de las desigualdades, la joven investigadora Yaimara Cao mencionó que Carlos Marx habló de “desigualdades legítimas” en la etapa de transición al socialismo. La profesora recordó el lema de la Modernidad “Libertad, Igualdad y Fraternidad” pero que la propia Modernidad quedó en deuda con su lema. Yo recordé a Fidel Castro, quien en un encuentro con jóvenes intelectuales también llamó la atención sobre el asunto cuando “La Revolución Francesa habló de Libertad, Igualdad y Fraternidad y no consiguió ninguna de las tres cosas; nosotros en el socialismo podemos conseguir las tres”. El socialismo es el proyecto inconcluso de la modernidad según Habermas citó Yaimara, y lanzó al ruedo una pregunta inquietante: ¿hay burguesía hoy en Cuba?
La pregunta no se puede responder desde la anécdota o desde el sentimiento. En las ciencias es preciso la objetividad y solo se consigue a través de la investigación. La cuestión no es menor e incluso contiene otra pregunta cuya respuesta es estratégica para la Revolución misma. Si hay burguesía en Cuba, ¿acaso esta no estará, o está ya, luchando por apropiarse del poder político? La Doctora Isabel Monal, una de las principales figuras de la filosofía en Cuba y Premio Nacional de Ciencias Sociales insistió en el asunto de dar calidad desde la ciencia a las respuestas de esas preguntas. “Si algo no está claro, hay que argumentar a través de la metodología, tiene que quedar claro el método por el cual se llega a la respuesta” insistió la decana profesora.
“En el socialismo hay clases sociales y la unidad de ellas es fundamental en Cuba”. Apuntó la Dra. Monal y seguidamente alertó con vehemencia  “hay clases sociales que va a reforzar sus líneas de intereses, esas clases, lo señala la historia, defienden sus pretensiones y seguirán evolucionando, me preocupa que no haya conciencia de eso, de este problema de las clases. La alianza con los privados no es igual que con los campesinos. Las condiciones de la diferencia de clases van continuar complejizando las dinámicas socioeconómicas en Cuba”
“Si perdemos la Revolución, además de la justicia social, y la Patria, perderemos la identidad nacional” .  
Quién puede dudar eso que la construcción del socialismo es una etapa muy compleja; Marx la intuyó como un breve periodo en la historia, pero la vida demostró que no era así, no era breve, pero en cambio sí es de grandes contradicciones y retos, donde movilizar cada día la ideología de la Revolución resulta imprescindible a fin de mantener el oxígeno  de las fuerzas transformadoras de la realidad; en especial en el contexto histórico concreto que vive el pueblo de Cuba ante la amenaza de “si perdemos la revolución, además de la justicia social, y la Patria, perderemos la identidad nacional” como advirtió el profesor Armando Cristóbal.
Los asistentes al Instituto de Filosofía coincidieron con la necesidad de abrir este debate a los amplios sectores de la sociedad, a las universidades, a los centros laborales, a los preuniversitarios. El director del departamento de Filosofía Marxista en el Ministerio de Educación Superior, el Dr. C Rafael Cervantes apoyó esa idea  porque somos una “Revolución que tienen sus  fundamentos, sus conceptos” y llamó a defender el pensamiento de Fidel, “quien siempre confió en nosotros. Esta Revolución se construyó con el sacrificio y la sangre de sus mártires y no podemos perderla”. Hubo más opiniones, razonamientos y dudas. Pero no podía faltar una especialmente, y fue la toma de posición incondicional del foro en favor de la Revolución Bolivariana y del pueblo venezolano, en contra de la violencia y del fascismo.
Así terminó un mayo caluroso y comenzó el junio de la temporada ciclónica,  con la coincidencia en la teoría y la práctica de los representantes de la legislatura soberana de Cuba y los investigadores y científicos sociales  marxistas  quienes unidos,  aún en diferentes foros, permanecen alertas, alimentan un ejercicio profundo,  formador de la crítica revolucionaria y trabajan para que a los cubanos y cubanas como Sofía, no les dañen la dignidad con su humilde labor, ni pierdan su derechos en manos de quienes ya actúan como millonarios explotadores, en un país donde esa plaga fue una vez exterminada por la “gran rebelión de los obreros y los campesinos” y mayoritario es el consenso de no dejarlos regresar.

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