Secuestro homeopático
El problema con los defensores de las terapias "alternativas" es que, una vez que se ha tirado al cubo de la basura todo el conocimiento científico, lo que queda es una simple superstición basada en la propia confianza del adepto, que supone prepotentemente que sabe más que esos miles de profesionales sanitarios que llevan dejándose la piel durante años entre libros y quirófanos. Y claro el resultado de esa ignorante desconexión con la realidad puede acabar en tragedia.
Cójase a una feriante de carromato que, como vive de estafar en su tienda a pobres incautos a base de tisanas, emplastos y homeopatía, piensa que lo suyo es medicina de la buena, de la que cura por arte de birlibirloque y hágase que su marido contraiga un tumor cerebral. El pobre enfermo, bloqueado por la terrible noticia, se pone en manos de su "experta" mujer que piensa que ¿qué es eso de que a su consorte le vayan a tratar con cirugía, quimio, radioterapia y demás?. Pues como bien sabe ella, esos tratamientos únicamente sirven para matar a los pacientes a la vez que engordar la cuenta de resultados de las grandes multinacionales farmacéuticas.
Por ello decide en su "experto" criterio tomar cartas en el asunto y "curar" a su esposo con la única medicina que ella sabe que funciona: la más que famosa mezcla de herbolario y homeopatía. Y para que nadie se interponga y cuestione su diagnóstico encierra al pobre hombre en una habitación, impidiendo las visitas de familiares y amigos. Hasta que después de unos meses de encierro el desesperado enfermo consigue enviar un mensaje de texto a un amigo que permitió su liberación. Y aunque fue operado ya era demasiado tarde y el pobre hombre falleció pocos años después. Ahora la mujer se enfrenta a penas de cárcel por haberse creído más inteligente que los miles y miles de científicos y médicos que llevan décadas luchando contra el cáncer.
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