Cuando trabajar no es suficiente para vivir dignamente
Ana María Rivas subraya en este libro que no estamos ante un mero cambio ideológico o de política económica sino que se trata de la imposición de un modelo de gobierno del mundo, de los estados y de las personas: el de la «gobernanza neoliberal», que supone una nueva «racionalidad», una nueva «razón del mundo», que busca inscribirse en las mentes y en los cuerpos como un «nuevo sentido común», un conjunto de supuestos, creencias y certezas presentadas como incuestionables desde donde percibir, representar, construir, organizar y nombrar nuestro mundo.
Con su relato realiza una aportación imprescindible en la descripción y el análisis de las continuas transformaciones del trabajo asalariado y de las subjetividades obreras, dirigidas a la implantación e inscripción de esa nueva versión del viejo capitalismo, que pretende instituirse como una «lógica normativa global», que genera un modelo individualizado de relaciones sociales, de maneras de vivir, de subjetividades, de formas de existencia, en las que lo que menos cuenta es la vida humana y su dignidad.
A través del sentido común lo que es producto de la voluntad e intencionalidad social se disfraza de obvio, inevitable y natural, dificultando su contestación, oposición y resistencia. Un nuevo sentido común construido a partir de los principios rectores de la gestión empresarial (eficiencia, rendimiento, productividad, competencia, competitividad, cálculo, responsabilidad individual, autocontrol, calidad, evaluación, libre elección, rendimiento de cuentas), elevada a categoría de modelo de subjetivación: cada cual es una empresa a gestionar y un capital que hay que rentabilizar y sacar beneficios; modelo de sociedad: la «sociedad-empresa», formada por individuos-empresa, empresarios de sí mismos, emprendedores; y un modelo de Estado: el «Estado de la competencia», cuya acción es hacer de la competencia la ley de la economía nacional.
En esta lógica, el trabajo asalariado como fuente de ingresos para la subsistencia, ha sido utilizado por el poder para lograr el consentimiento de los individuos a esa forma neoliberal de gobernabilidad de los cuerpos y las mentes. El proceso de precarización del trabajo y el empobrecimiento de los trabajadores y de las trabajadoras ha sido una de las dinámicas desplegadas para la construcción de esta nueva arquitectura mundial, necesitada de sujetos dóciles, disciplinados y bien adiestrados en la normalidad neoliberal.
El libro consta de seis capítulos que comienza con una descripción de las dos grandes transformaciones de la sociedad: de la mercantilización a la empresarización (capítulo 1). Los cambios y evoluciones del trabajo y la producción de sujetos (capítulo 2). La constante precarización laboral como modelo de gobernanza neoliberal (capítulo 3). La evolución de la pobreza y la exclusión social en España… cuando trabajar no es suficiente para vivir dignamente y las reformas, las políticas de autericidio llevadas a cabo como medidas anticrisis que han derivado en mayor pobreza laboral (capítulo 4). Los rostros de la precariedad: cómo afecta a los jóvenes, convertidos en laboratorio de experimentación; a las mujeres: entre el techo de cristal y el suelo pegajoso; y a las personas inmigrantes… (capítulo 5). Finalmente, concluye la autora, con la exigencia compartida de «trabajo decente», acuñada por la OIT y asumida por la Iglesia católica
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