Julio Anguita impulsa un manifiesto para que IU rompa el pacto con la derecha en Andalucía
Manifiesto por una democracia soberana
Los abajo firmantes, miembros de IU con una larga ejecutoria de
militancia en la misma, nos dirigimos tanto a nuestra organización como
al resto de organizaciones, políticas, sociales, colectivos, plataformas
y movimientos que luchan por cambiar la situación económica, social y
política de nuestro país. Y lo hacen en aras de un horizonte de Derechos
Humanos plenos y generalizados a toda la población española. También
nos dirigimos de una manera especial al conjunto de la ciudadanía que,
sin estar organizada, comparte la necesidad de implicarse en esta
situación de excepcionalidad y desea aportar su esfuerzo a la tarea
común de buscar salida a este estado de postración en el que vivimos.
Partimos de la convicción de que es urgente poner en marcha un proceso
de amplísima base popular capaz de abordar inmediatamente la
satisfacción de las necesidades más apremiantes de la población a la vez
que siente las bases para un proyecto de regeneración nacional mediante
el impulso de un proceso constituyente que ponga los fundamentos sobre
los que asiente un proyecto económico, social, político y ético que la
mayoría social haga suyo.
La situación de emergencia nacional, agravada por la crisis sistémica
del capitalismo, se manifiesta en los grandes problemas históricos que
la Transición y el régimen salido de ella no han resuelto y que ahora se
presentan de manera perentoria: la consecución de un Estado Social y
Democrático de Derecho, la construcción de un Estado capaz de servir
como marco común de convivencia, justicia, solidaridad y garantías
democráticas a las naciones y territorios que componen España, la
plasmación efectiva de un Estado laico y la explicitación expresa de la
voluntad de la soberanía nacional en torno a la forma de Estado:
República o Monarquía.
Esta coyuntura que acabamos de describir referida a los problemas
seculares no resueltos, se agrava como consecuencia de cinco procesos de
creciente degradación a lo largo de las últimas décadas: la pérdida de
Soberanía Nacional como consecuencia de la cesión de la misma a
entidades e instituciones de la UE que, carentes de origen democrático,
imponen políticas económicas atentatorias contra los derechos y
principios reconocidos en la Constitución. Las decisiones y directrices
de organismos internacionales (FMI, OCDE, BCE, BM) que, de manera
hipócrita, lamentan las consecuencias sociales de las políticas que
imponen pero continúan exigiéndolas con insistencia. La pérdida de
horizonte y de futuro para la juventud española, una pérdida que supone
la desaparición progresiva de España como sociedad con entidad propia
sin que, a cambio, se instituya un poder político trasnacional que
garantice lo que la Constitución reconoce. La entronización de la
corrupción como un hábitat económico, mental y de contravalores en la
que un Estado paralelo de mafias se ha instalado en los tres Poderes del
Estado oficial y en las más altas magistraturas del mismo. Y por último
las inminentes consecuencias del Acuerdo Transatlántico de Comercio
(TTIP en siglas inglesas) en que con tanto sigilo y oscuridad están
negociando USA y la UE. Unas consecuencias que afectarán a pymes,
comercio minorista y trabajadores en general porque los intereses de la
mayoría se subordinan a una concepción de la sociedad inaceptable.
Afortunadamente y de un tiempo acá, la anomia social y el desinterés
que como caldo de cultivo han promovidos tanto por el discurso oficial
como por los mecanismos de reproducción ideológica dominantes, se han
ido transformando en una creciente contestación social organizada de una
y mil maneras diversas que han conseguido, aunque todavía sin la
cohesión necesaria, establecer una situación en la que el orden del día
ya no está dictado unilateralmente por las iniciativas del poder y su
plasmación política: el bipartito y adheridos coyunturales. En este
proceso de creciente auto-organización cívica se contiene el germen de
la energía que con la de otras instancias sociales, políticas y
culturales pueda poner en marcha y desarrollar el proceso constituyente
al que ya aludimos y que no es otra cosa que la formación de un
contrapoder popular como alternativa de Estado plenamente democrático.
Saludamos y sentimos como algo propio las expectativas electorales
que se abren para determinadas fuerzas políticas que comparten con
nosotros los mensajes de cambio, de transformación, de construcción de
otro país democrático, justo, ético y digno. Pero, y precisamente por
ello, nos sentimos obligados a hacer una reflexión que conduce a una
propuesta. El Poder y su expresión política, el bipartito, saben
perfectamente que los triunfos electorales pueden ser flor de un día si
tras ellos no hay una fuerza cívica cohesionada que traduzca la victoria
electoral conseguida en Poder cívico que se erija en la Constitución
Material capaz de culminar el proceso constituyente. Y esa precisamente
es la motivación que nos mueve al redactar estas líneas. En
consecuencia:
Hacemos un llamamiento a nuestra fuerza política, a las demás fuerzas
que compartan con organizaciones, movimientos, plataformas, frentes,
colectivos, etc. el proyecto de cambio democrático profundo. Un cambio
democrático que no lo será sin transformaciones en la economía, en el
funcionamiento de las instituciones, en la política internacional, pero
sobre todo, si no se acometen de inmediato medidas que palien la
dramática situación de una mayoría de españoles y españolas. Sobre ese
cañamazo de medidas urgentes, inmediatas, perentorias se debe tejer la
fuerza social que, en su momento, lleve al cambio con un Estado Federal
Republicano y Solidario y con una Soberanía Nacional recuperada y
ejercida en todos los ámbitos.
No pretendemos, porque no confundimos los deseos con las realidades,
promover una alianza electoral inmediata en torno a un programa de
regeneración en todos los órdenes, pero sí creemos que desde ya puede
procederse a poner a punto una sintonía que en momento la haga factible.
Pero si aún esto no fuera, por desgracia, posible, se debería llegar a
un acuerdo explícito para el día siguiente del hecho electoral. Para
ello se hace imprescindible que todas las fuerzas y colectivos
referenciados, absolutamente todos, pongan sus esfuerzos en paralelo con
el compromiso de que tras el acuerdo, la negociación y, con la vista
puesta en lo que nuestro pueblo demanda, se concrete la base económica,
social, política y ética inherente a los contenidos del proceso
constituyente.
De la misma manera hacemos un llamamiento a la ciudadanía que no
milita aún, no participa o simplemente tampoco asiste a la convocatoria
de actividades ciudadanas tendentes a resolver los problemas que nos
afectan, para que cambie de actitud y considere que ahora o nunca. El
futuro de los hijos y nietos así como el nuestro propio, no pude
descansar sobre los hombros de los más concienciados sino de la inmensa
mayoría que sufre la situación.
Pero no sería de recibo ni honesto tampoco, el que nos limitásemos a
demandar a los demás un esfuerzo y una capacidad de supeditar los
intereses particulares al interés general de la mayoría social si por
nuestra parte no diésemos ejemplos. En IU se ha iniciado un proceso de
cambio que todo el mundo considera necesario. La política de confluencia
y convergencia aprobada desde hace tiempo es justa y acorde con los
tiempos. Sin embargo se imponen dos medidas que, a nuestro juicio, darán
credibilidad y profundidad a nuestra política, por una parte, y por
otra nos darán la autoridad moral para pedir a los demás la que en este
escrito demandamos. La primera consiste en simultanear el desarrollo de
la política de convergencia con la renovación de la direcciones en todos
los niveles y al ritmo conveniente. La segunda no es otra que poner fin
al gobierno conjunto en Andalucía y marcar con más claridad nuestra
condición de oposición en Extremadura. Si se abomina del bipartito, por
las razones que todos compartimos, la existencia de situaciones que
desmienten en los hechos nuestras críticas.
(Manifiesto abierto a la firma y apoyo de militantes y simpatizantes de IU).
Primeros firmantesJulio Anguita
Antonio Herreros
José García Castaño
Margarita González Jubete
Héctor Illueca
Sebastián Martín Recio
Manuel Monereo
Pedro Montes
Diosdado Toledano
Clara Rivas Sugrañes Consell Nacional de EUiA
Neus Molina idem
Albert Escofet idem
Salvador Jové ex diputado europeo
Ramón Franquesa del Consell Ncional de EUiA
Javier Aguilera
María Dolores Nieto
Jose Manuel Martín Medem
Víctor Casco
Santiago Fernández Vecilla
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