Brecht y la Guerra Civil española.BERTOLT BRECHT: EL ALEMÁN QUE NO BOMBARDEÓ ESPAÑA (VÍDEO)
Por MANUEL MEDINA / CANARIAS SEMANAL.ORG.- Posiblemente uno de los
acontecimientos históricos que suscitó mayor interés durante la agitada
historia del siglo XX fue la Guerra Civil española.
Este acontecimiento bélico no sólo provocó adhesiones políticas,
morales e ideológicas hacia la causa republicana, sino que fue capaz de
poner en pie de solidaridad a un gran número de intelectuales y
artistas europeos y no europeos.
Si
bien es cierto que la II República española estuvo amargamente
desasistida durante los tres años que duró la guerra - con la relevante
excepción de la Unión Soviética y la movilización solidaria de los
voluntarios de las Brigadas Internacionales
- los apoyos morales que Ésta recibió de una buena parte de los pueblos
del mundo introdujeron un cierto equilibrio en una confrontación bélica
desigual, antesala de otra conflagración de proporciones gigantescas
que incendiaría el planeta.
La Guerra Civil española despertó
encendidas pasiones en los ambientes intelectuales europeos. Fueron
los intelectuales franceses y anglosajones los que más se destacaron en
su adhesión al régimen republicano. Sin embargo, también muchos
escritores alemanes se pronunciaron de igual forma en contra de la
rebelión militar fascista en España, aunque sus posicionamientos fueran
menos conocidos por el hecho de que un gran número de ellos vivían
todavía en uno de los países que había servido como eje organizador de
la agresión internacional contra la República. Por otra parte, no pocos
intelectuales alemanes habían sido internados en los campos de
concentración nazis o se encontraban bajo las duras dificultades de un
forzado exilio.
Uno
de los intelectuales alemanes exiliados que más pasión e interés puso
en la defensa de los valores republicanos fue el gran dramaturgo
marxista Bertolt Brecht. Hasta 1933, Brecht había trabajado en Berlín
como autor y director de teatro. Pero fue en ese mismo año cuando Hitler
ascendió al Poder, mientras Brecht representaba su obra "La toma de
medidas".
En cuanto los nazis tomaron el control de la máquina administrativa del
Estado, la representación teatral del dramaturgo alemán fue
interrumpida por la policía y sus organizadores acusados de "alta
traición".
Justo
un día después del pavoroso incendio del Reichstag, urdido por los
mismos nazis como pretexto para acabar con el Partido y los sindicatos
comunistas, Brecht y su familia abandonaron precipitadamente Berlín,
partiendo para un exilio que duraría hasta años después de terminada la
II Guerra Mundial. Apenas
transcurridos unos meses de su huida de Alemania, en mayo de 1933,
todos sus libros fueron quemados en las piras incendiarias organizadas
por los nazis, que en una delirante ceremonia de fuego intentaron
proceder de esa forma a la "purificación de la cultura germánica".
Durante su exilio, Brecht trabajó
con fruición en contra del ascenso y expansión del fascismo, utilizando
la maestría de su teatro como arma y herramienta. Fue durante la
década de los 30 cuando escribió obras como "La vida de Galileo",
en la que narraba la autocondenación de su personaje central ante el
Tribunal de la Inquisición, para poder ratificar de esa manera la
validez de su teoría heliocéntrica. También en el curso de aquellos
años, estando exiliado en Suecia, Brecht escribió un vigoroso alegato
contra la guerra en la pieza teatral "Madre Coraje".
Una devastadora denuncia contra la codicia empresarial, que para
obtener beneficios no duda en provocar conflictos bélicos tratando de
saciar su irrefrenable ambición expansiva. Su obra "Terror y Miseria
del Tercer Reich" (1938) también fue escrita durante esos años en los
que Brecht se
vio embargado por un intenso y profundo furor antifascista. Brecht se
había entregado en cuerpo y alma a la tarea de tratar de contribuir a
podar el crecimiento imparable de la hiedra fascista.
BRECHT Y ESPAÑA: "LOS FUSILES DE LA MADRE CARRAR"
Aunque
poco conocido, el compromiso específico de Bertolt Brecht
con la causa republicana española fue contundente. Resultado del
mismo fueron dos piezas con un gran un valor artístico y literario. La
primera de ellas fue su obra de teatro «Los fusiles de la madre
Carrar»,
escrita en la primavera de 1937. Expresión de su compromiso
republicano fue también un extenso y memorable discurso preparado para
el II Congreso Internacional de Escritores de 1937, celebrado en
Valencia y en otras ciudades españolas, y que terminó concluyendo en
París.
Apenas
había transcurrido un año después del inicio de la Guerra Civil -
julio de 1936 - cuando el escritor alemán tuvo la oportunidad de dejar
testimonio literario de la brutal acción represiva de las tropas de
Franco en la toma de la ciudad de Málaga, considerada por los
fascistas como un bastión de la resistencia "roja". A través de su obra
de teatro «Los fusiles de la madre Carrar», el dramaturgo germano
intentó cubrir un doble objetivo. Por una parte, rendir homenaje al
poeta Federico García Lorca,
que había sido asesinado apenas unos meses antes. Por otra,
inspirándose en la desesperada huida de miles de malagueños
aterrorizados por el avance de las tropas fascistas , el escritor
alemán trató de dibujar la magnitud inmensa de aquella tragedia.
Brecht, que residía en esa época en París, apenas tuvo noticias de
aquel multitudinario éxodo y su dramatismo se identificó rápidamente
con los sentimientos de quienes huían despavoridos de la muerte y
escribió "Los fusiles de la madre Carrar".
La madre Teresa Carrar era una pescadora andaluza que había perdido a su marido en la revolución de Asturias, en 1934.
Impactada por el drama de esa pérdida intentó mantenerse - ella y a los
suyos - al margen del conflicto civil en el que vivía atrapado el país,
impidiendo con todas sus fuerzas que sus hijos fueran reclutados para
luchar contra Franco. Pero el asesinato de sus
vástagos por los fascistas mientras se encontraba pescando, la obliga a
abandonar su resistencia a verse comprometida con el conflicto y
termina arrastrándola al combate.
Con esta obra, Brecht quiso poner de relieve la imposibilidad de
mantener una posición de "neutralidad" ante unos acontecimientos de la
envergadura de la Guerra Civil
española, donde lo que se estaba dilucidando era una dolorosa
confrontación ideológica entre quienes lo tenían todo y aquellos otros a
los que todo se lo habían arrebatado. Teresa Carrar
era el arquetipo de la madre que se debate en el dilema planteado
por su amor desgarrado hacia sus hijos y su proposito de impedir que
estos fueran a la guerra, obligándolos así a renunciar a sus
convicciones ideológicas. A través de este personaje materno, Brecht
expresa su convicción de que "la humanidad tiene que hacerse guerrera en los tiempos que corremos para no ser exterminada".
Pero esta obra de Bertolt Brecht no sólo alude a la confrontación
interna entre españoles. Señala también acusadoramente a la política de
"No Intervención" hipócritamente aplicada por las llamadas
"democracias europeas", que abandonaron a la II República a las
huestes de Hitler, Mussolini y
a la tiranía de las clases dominantes españolas. Esta alusión queda
claramente expresada en el texto de la obra en el que Brecht
manifiesta a través de uno de sus protagonistas obreros: "Si usted
participa de la No-Intervención, aprueba en el fondo cada baño de sangre
en que estos generales sumen al pueblo español".
Con "Los fusiles de la madre Carrar", Brecht quiso
mitigar en cierta medida el daño que la intervención militar alemana
había ocasionado al pueblo español. A través de ella el dramaturgo
alemán no solo pretendía sacudir los sentimientos del espectador, sino
también arrastrar al público a pensar y reflexionar sobre el mensaje
que intentaba transmitir. Brecht tenía la firme convicción de que
mediante el arte y la cultura era posible contribuir a la transformación
revolucionaria del mundo.
"Los fusiles de la madre Carrar" fue estrenada en París
en 1937. Y la representación del personaje principal en esta pieza
teatral corrió a cargo de la propia esposa del autor, la actriz Helene Weigel .
II CONGRESO INTERNACIONAL DE ESCRITORES EN DEFENSA DE LA CULTURA
En 1937, varios cientos de escritores procedentes de diferentes
puntos del planeta se reunieron en diversas ciudades – Barcelona,
Valencia, Madrid y París– con la finalidad de hacer patente su
resistencia ante el avance del fascismo en Europa. En las jornadas del
"II Congreso Internacional de Escritores en Defensa de la Cultura"
participaron los intelectuales y artistas más conocidos de la época,
tales como Louis
Aragon, Thomas Mann, Hemingway,André Malraux, Antonio Machado, Selma
Lagerloff, Rafael Alberti, Virginia Woolf, Nasim Ikmet, Pablo Neruda,
César Vallejo, Tristán Tzara, Raúl González Tuñón, León Felipe, Román
Karmen, Antonio Machado, Cesar Vallejo , Mijail Koltzov, Gerda Taro,
Alexis Tolstoi, Erwin Kisch, Anna Seghers y el propio Bertolt Brecht.
El Congreso había sido organizado por la Alianza de Intelectuales
Antifascistas en Defensa de la Cultura. Aunque
fue oficialmente convocado en octubre de 1936, sólo se celebró en julio
del año siguiente. Su acto inaugural tuvo lugar en Valencia, que en
aquellos momentos había sido convertida en la capital de la República
como consecuencia del peligro que corría Madrid ante
los ataques de los militares insurrectos. De esta inauguración
ofrecemos un breve documento videográfico en esta misma página.
Bertolt Brecht contribuyó al II
Congreso
con un extenso escrito en el que el escritor denunciaba sin paliativos
la amenaza fascista, al tiempo que analizaba las semejanzas existentes
entre la situación alemana y la española. En él, Brecht
llama la atención de sus colegas en relación con el peligro que supone
el fascismo para la Cultura. Brecht precisa que el concepto de Cultura
no es una abstracción, sino que, por el contrario, significa la
permanencia de las conquistas políticas y económicas de la clase
trabajadora. En su alegato, Brecht, a la vez que exhorta sus colegas
intelectuales a "batirse"
en la lucha antifascista, trata de poner de relieve que la amenaza
autoritaria trasciende, incluso, de la concreta coyuntura de la Guerra
Civil española, convirtiéndose en un reto enmarcado en la etapa
histórica que a su generación le había tocado vivir.
No hay comentarios:
Publicar un comentario