martes, 6 de enero de 2015

L III República. IV. La necesidad de una organización como Republicanos en Marcha RM.

fichas ajedrezIII. La necesidad de una organización como Republicanos en Marcha RM
Pues bien, ante esta situación que podemos resumir como el intento de las clases dirigentes de construir un capitalismo salvaje para salvar el capitalismo y, pese al progresivo avance de las clases populares, como la debilidad del movimiento popular y de sus organizaciones políticas, tenemos que afinar en el modelo de organización que necesitamos y que pueda servir para orientar el conjunto del movimiento.
La gran mayoría de ideas que vamos a presentar son simplemente una explicitación de los objetivos y métodos que están presentes en nuestra vida colectiva y muchas han sido tratadas en diferentes textos ¿Cuáles son las señas definitorias de nuestra identidad y cuál es la organización que necesitamos?
Primero necesitamos una organización formada. Pero, sobre todo, formada colectivamente, en el debate franco y abierto sobre los objetivos a perseguir en cada momento y con capacidad de análisis de la realidad. Que sea capaz de entender el movimiento general de la sociedad y tener herramientas de análisis de cada momento.
Relacionado con lo anterior, necesitamos una organización cohesionada. Cohesionada en torno a nuestros símbolos y dirigentes pero, sobre todo en torno a las ideas generadas colectivamente y al trabajo en los diferentes frentes.
Necesitamos una organización que promueva la participación de sus miembros.
Necesitamos una organización que sepa moverse en esta vorágine en la que el marco ideológico (el discurso dominante) que sustentaba el sistema se ha descompuesto, y aparecen siempre nuevos referentes más o menos duraderos. Una organización flexible y ágil, capaz de entender que una consigna o herramienta que puede servir en un momento dado para el avance hacia la República en otro momento puede convertirse en un obstáculo.
Por eso necesitamos una organización permeable.
Pero para ser realmente útiles, necesitamos una organización firme. Que entienda que muchas veces lo que “escuece” cura, y que no tenga miedo a mostrar sus posiciones y símbolos, pese a que no sean las mayoritarias o no sea cómodo mantenerlas. En definitiva, que no pierda de vista que cada paso que da SÓLO es realmente efectivo si sirve para avanzar hacia la III República. Nosotros no entramos a puestos de dirección de los diferentes frentes en los que trabajamos más que para hacerlos avanzar en la dirección de un cambio profundo de sociedad. Nosotros solo ocultamos nuestros objetivos a los representantes de la oligarquía.
Necesitamos una organización autónoma. Que mantenga públicamente sus posiciones, que trabaje honestamente por el desarrollo de todos los movimientos en los que estamos, precisamente porque considera que esos movimientos son útiles en sí para la creación de conciencia, pero que entiende que esos movimientos son aspectos parciales de la solución, que pueden dejar de servir a los objetivos de la gente.
Necesitamos una organización incardinada en la movilización y que entienda que en los ciclos donde la movilización es importante, se dan las condiciones para que la sociedad asuma un discurso de ruptura. La movilización es una de las armas más poderosas para construir contrapoder. En ella las masas aprenden a organizarse y son conscientes de su fuerza. Un cambio democrático social en profundidad no es posible si para llevar a cabo todas estas transformaciones se confía exclusivamente en la vía electoral bajo las normas de juego, legislación y aparatos ideológicos y políticos diseñados para proteger la permanencia en el poder de la pequeña fracción de la clase dominante, que llamamos oligarquía. Cualquier gobierno transformador, revolucionario, o progresista surgido de unas elecciones, solo tendrá posibilidades de cambiar aquello que sea asimilable por la oligarquía, a no ser que su triunfo electoral sea el resultado de una amplia movilización popular sostenida en las clases y sectores explotados y oprimidos en disposición de impulsar, defender y construir una nueva sociedad.
Necesitamos una organización que ponga de relieve la necesidad de romper con el Sistema y con el actual Régimen, y que lleve hasta las últimas consecuencias la exigencia de democracia participativa que está en nuestro corazón. Necesitamos una organización que apueste por la construcción del socialismo.
En definitiva, necesitamos una organización fuerte, levantada sobre el debate colectivo, firme en la persecución de los objetivos y flexible en la intervención política, que apoye todas sus victorias en sus ideas y en aquellos sectores de las clases populares organizados y combativos.

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