La guerra del Yemen, la guerra más idiota de la
historia
René
Naba. Russia Today
Los beligerantes yemenitas se han
reunido en Ginebra el 10 de junio pasado para intentar poner fin a la sangrienta
guerra que, desde hace ocho semanas, asola el país. Un análisis del balance de
este conflicto desencadenado por las petromonarquías con la conducción de Arabia
saudita contra el país más pobre del mundo árabe.
En verdad toda la infraestructura de Yemen ha sido destruida en el intento de
doblegar a los rebeldes y se calcula que se han producido más de un millar de
muertos, sin la menor reacción del mundo occidental. Pero en el terreno la
primera guerra del nuevo Rey Salmane, encabezando una coalición de siete países
(150 mil soldados, 1.500 aviones) ha resultado catastrófica. El presidente Hadi,
hombre vinculado a los sauditas, no ha logrado hacer pie en el territorio
nacional del que había desertado pese al poderoso golpe de mano que le
proporcionó Francia a través del mini desembarco en Aden de tropas leales, desde
la base militar francesa de Djibuti.
Pese a la incorporación francesa de tropas saudíes provistas por el
contingente de la Legión Extranjera procedentes de la base francesa de Abu Dabi
la «Zayeb Military City» que desertaron frente a los rebeldes dejándoles
cerca de 30 blindados como botín de guerra. Han muerto en total 400 soldados
saudíes. La coalición sunita también ha sido diezmada. Pakistán se ha negado a
participar por temor a ser usado. Egipto ha tomado distancia ante el importante
crecimiento de Al-Qaeda, tácito aliado de los wahabitas. Sobre base
sunita frente a los rebeldes hutistas (chiitas).
Un desastre total pese a la presencia, en las filas sauditas, de pilotos
mercenarios franceses y usamericanos tentados por primas de alrededor de los
7.500 dólares por vuelo. Y el premio de una Bentley prometida por el príncipe
Walid Bin Talal a cada uno de los 100 pilotos saudíes que participaron en el
bombardeo del Yemen. Una manera muy personal sin duda de incentivar el
patriotismo, el sentido del deber y el gusto por el sacrificio en el seno de las
fuerzas armadas saudíes.
Daesh opera en el corazón de Arabia saudita.
Pero lo peor es que el Estado Islámico (EI) opera en el corazón del Reino. El
estado Islámico reivindicó oficialmente a fines de mayo de 2015 dos atentados en
Arabia Saudita. Ambos cometidos en viernes (el 22 y el 29 de mayo) el día de
oración en dos mezquitas chiitas del Reino.
El primer atentado suicida, llevado a cabo en la provincia de Qatif, en el
este del país dejó 21 muertos y 81 heridos. Una semana más tarde, el 29 de mayo
el segundo, centrado en una mezquita chiita de la región petrolera de Saman,
ocasionó tres muertos y 4 heridos.
Además de atribuirse la paternidad de la operación, el EI declaró la creación
de una nueva provincia, en el Najd, la región de Ryad, cuna del wahabismo, la
versión ultra fundamentalista del Islam, en vigor de Arabia Saudita.
Luego del lanzamiento de la ofensiva saudí, otros cuatro atentados se
produjeron en Ryad, dos de los cuales, atribuídos a Daesh, dejaron 4 policías
muertos. Otro atentado a la embajada usamericana en la capital saudí fue
desbaratado el 28 de abril de 2015, y arrestadas 93 personas, entre las cuales
81 eran miembros del grupo yihadista Daesh (Estado Islámico).
Algo que hizo declarar al General Hussein Salami, adjunto del comandante en
jefe de los guardianes de la revolución iraní, que «la guerra del Yemen es la
guerra más idiota de la historia».
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