Entrevista a Ada Colau, activista antidesahucios y 
alcaldesa de Barcelona.
"Para conquistar derechos, muchas veces ha habido que 
desobedecer leyes injustas"
Democracy Now!
AMY GOODMAN: Acabamos el programa de hoy en España, donde una activista de 
larga trayectoria en contra de los desalojos ha sido elegida cómo la alcaldesa 
de Barcelona, convirtiéndose así en la primera mujer alcalde de esta ciudad. Ada 
Colau es cofundadora del grupo anti desalojos Plataforma de Afectados por la 
Hipoteca y fue miembro activa de los Indignados, o movimiento 15-M. Colau ha 
prometido multar a los bancos que tengan viviendas desocupadas en sus registros, 
parar los desalojos, expandir los programa de vivienda de interés social, 
establecer un salario mínimo de 670 dólares, forzar a las compañías prestadoras 
de servicios públicos a que rebajen sus tarifas y recortar el salario del 
alcalde.
Colau contó con el apoyo de Podemos, partido que surgió del movimiento de 
los Indignados que comenzó ocupando plazas en España hace cuatro años. Hablé con 
Ada Colau la semana pasada, comencé por preguntarle si estaba sorprendida por la 
victoria.
ADA COLAU: Bueno, en realidad en parte sí y en parte no, porque fue 
una victoria que se ha hecho en muy poco tiempo, una candidatura impulsada por 
la ciudadanía, con muy pocos recursos, con poco dinero y en muy poco tiempo 
hemos conseguido la victoria en las elecciones de una ciudad tan importante como 
Barcelona. Pero en parte no nos ha extrañado porque hay mucho movimiento 
ciudadano, hay muchas ganas de cambio. Hay graves problemas políticos aquí en la 
ciudad, y en el estado, y por lo tanto había una necesidad de cambio que se 
notaba en las calles.
AMY GOODMAN: ¿Cuáles son esos problemas?
ADA COLAU: Bueno, hay problemas de crisis económica, pero la crisis 
económica es sobre todo consecuencia de una crisis política, de una crisis 
democrática profunda. Ha habido una forma de gobernar donde las élites políticas 
han gobernado en connivencia con las élites económicas que han hundido la 
economía del país. Y la máxima representación de esto, ha sido el comportamiento 
de las entidades financieras, de los bancos. Donde han estafado a miles y miles 
de ciudadanos con hipotecas abusivas. Luego han desahuciado a miles de familias, 
y han hundido la economía del país. Y todo esto se ha producido por una 
connivencia de las élites políticas y élites económicas. Entonces frente a esa 
situación donde ha habido pérdidas de miles de millones que han provocado 
recortes sociales en temas tan básicos como sanidad, educación, ha hecho que en 
una ciudad, por ejemplo, rica como Barcelona, una ciudad en donde se mueve mucho 
dinero y muchos recursos, se haya disparado la desigualdad, y hay gente cada vez 
más rica y a la vez hay cada vez gente más pobre, y desaparece la clase media. Y 
eso, además, hace que una ciudad como Barcelona sea líder en desalojos, por 
ejemplo, o que haya gente que no tenga garantizado el derecho a la alimentación 
o a la sanidad. Entonces frente a estos problemas de emergencia social, que se 
han juntado con problemas de corrupción estructural en nuestras instituciones, 
pues esta crisis política con la crisis económica, ha hecho que finalmente 
surjan candidaturas ciudadanas como la nuestra, que se han propuesto a recuperar 
nuestro Ayuntamiento, para ponerlo al servicio del bien común.
AMY GOODMAN: Hace dos años usted testificó frente al Parlamento español 
sobre la crisis de ejecuciones hipotecarias en España. En el panel usted habló 
después de un representante de la banca española, del que usted famosamente 
dijo: “Este hombre es un criminal y como tal debería ser tratado”.
ADA 
COLAU: “Llevamos cuatro años negociando con bancos, con la Administración 
Pública, con los juzgados... y por tanto sabemos exactamente de qué estamos 
hablando. Y eso me lleva también a cuestionar las voces de “supuestos expertos”, 
a los cuales hoy todavía se les está dando demasiada crédito (ja, valga la 
ironía), como por ejemplo a los representantes de las entidades financieras. 
Acabamos de tener un ejemplo, diría que como mínimo paradójico (por utilizar un 
eufemismo, por no decir “cínico”) al representante de las entidades financieras, 
que acaba de intervenir y nos ha dicho que la legislación española es estupenda. 
Decir eso cuando hay personas que se están quitando la vida como consecuencia de 
esta criminal ley, les aseguro... les aseguro... que no le he tirado un zapato a 
ese señor porque creía que era importante quedarme aquí para decirles lo que les 
estoy diciendo. Pero ese señor es un criminal, y como tal deberían ustedes 
tratarle. No es un experto. Los representantes de las entidades financieras han 
causado este problema. Son esta misma gente: la que ha causado el problema, la 
que ha arruinado la economía entera de este País. Y a esta gente ustedes les 
siguen tratando de expertos.” 
AMY GOODMAN: Ada Colau, este discurso 
dejó a los legisladores con la boca abierta y usted recibió una reprimenda del 
parlamento, pero también le hizo ganar la simpatía de millones de españoles. 
Háblenos sobre ese momento y sobre por qué decidió hablar de esa manera.
ADA COLAU: Bueno, en realidad yo fui a hablar al parlamento después de 
muchísimos años de activismo por el derecho a la vivienda, y de estar tratando 
de cerca con las miles de familias que se habían visto afectadas por la estafa 
que habían cometido los bancos con las hipotecas, y por los desalojos que 
vinieron después. Y los desalojos y la estafa bancaria, literalmente, ha 
destrozado la vida de miles y miles de familias. Destrozar la vida quiere decir 
causar depresiones, causar enfermedades, suicidios, incluso. Llevaba muchos años 
luchando junto con las familias afectadas por la estafa bancaria y por los 
desalojos. Y dentro de esa lucha por esos derechos hablábamos, siempre desde la 
Plataforma de Afectados por la Hipoteca ( PAH ), hablábamos con todas las 
administraciones, con todos los partidos, con todo el mundo que quisiera 
escucharnos. Y por eso fuimos al Parlamento a explicar, otra vez más, que se 
estaban vulnerando los derechos fundamentales en España.
Cuando fui allí me encontré con un representante de la Banca que se notaba 
que no tenía ni idea de lo que le estaba pasando a la población. Y lo que hice 
fue hablar desde la experiencia: yo conocía el problema mejor que la mayoría de 
representantes políticos, por no decir todos, y que incluso que los supuestos 
expertos del mundo financiero. La gente sabía mucho mejor lo que estaba 
ocurriendo que un Parlamento que estaba cada vez más lejos de la ciudadanía. Y 
simplemente lo que hice fue describir lo que conocía y lo que estaba viviendo en 
primera linea desde hace muchos años. Cuando me encontré con ese banquero, que 
negaba la realidad y que decía que no había ningún problema en España, cuando 
había miles de familias en una situación límite, lo mínimo que pude hacer fue 
denunciar esas mentiras y hablarles de lo que estaba sucediendo en realidad. Y 
creo que lo que más sorprendió a la gente y lo que generó un fenómeno mediático 
después de esa aparición en el Parlamento, en realidad fue que a la gente le 
sorprendió que hubiera alguien que hablara de la realidad dentro del Parlamento. 
Porque desgraciadamente eso hacía mucho tiempo que no sucedía.
AMY GOODMAN: Ada Colau, ¿nos puede explicar cuáles serán sus prioridades 
como alcalde de Barcelona, cuál será su plan de acción?
ADA COLAU: Bueno, la candidatura que hemos impulsado en Barcelona creo 
que una de sus principales virtudes es que hemos demostrado que la ciudadanía 
puede hacer política con mayúsculas. Y que podemos con muy poco dinero y muy 
pocos recursos juntar a mucha gente diferente, con objetivos comunes. Creo que 
una de las principales virtudes es que hemos empezado a actualizar las formas de 
hacer políticas, que frente a partidos tradicionales que se han preocupado 
habitualmente de mantener el poder y su propia estructura, nosotros hemos 
construido una candidatura ciudadana que ha sumado a miles de personas y que ha 
ilusionado a mucha gente poniendo objetivos comunes sobre la mesa. Por ejemplo: 
parar los desahucios, garantizar el derecho a la vivienda, garantizar el derecho 
a la alimentación, mejorar la economía de la ciudad, generar trabajo, luchar 
contra la precariedad, luchar contra la corrupción y hacer una administración 
más transparente, cosas que son muy de sentido común, que son de mínimos, lo que 
estamos pidiendo es más y mejor democracia, que se cumplan los derechos humanos 
en nuestra ciudad. Pero, desgraciadamente el “sentido común” últimamente ha sido 
el menos común de los sentidos, y por ello hemos tenido que organizarnos desde 
la ciudadanía y demostrar que efectivamente se puede hacer política de otra 
manera juntando, insisto, a mucha gente en base a objetivos comunes. Y con este 
mismo espíritu ahora llegamos a la alcaldía de Barcelona: con toda la intención 
de dejarnos la piel y esforzarnos muchísimo, para demostrar que se pueden 
gestionar los recursos públicos en función del interés general, y no solo el 
interés de unos pocos.
AMY GOODMAN: Ada Colau, puede explicarle a nuestra audiencia, a la gente 
que esté fuera España, toda la cuestión de los desalojos. ¿Qué le está 
sucediendo a la gente? ¿Porqué tienen que abandonar sus casa?
ADA COLAU: Bueno, lo que está pasando es totalmente inexplicable si no 
fuera por la avaricia de algunos, que pretenden enriquecerse a costa del 
sufrimiento de la gente, que en este caso los bancos. En España, desde el poder 
político, se permitió, desde los partidos políticos mayoritarios, que han 
gobernado España durante décadas, y por una relación de confianza y de 
dependencia del poder financiero, se permitió que los bancos hicieran lo que 
quisieran. Y que en este caso hicieran mucho negocio, muchísimo dinero 
especulando con la vivienda y dando créditos hipotecarios sin ningún control: 
con muchas cláusulas abusivas, inflando los precios inflando la burbuja 
inmobiliaria. Entonces esa especulación financiera llevó, gracias a la ayuda de 
las Instituciones que colaboraron, llevó a que muchas familias, como única forma 
de acceder a la vivienda tuvieran que hacerlo a través de un crédito 
hipotecario, porque en España no se ha promovido el alquiler. Entonces, desde el 
propio Gobierno, se engañó a la población; se les dijo: “lo mejor que podéis 
hacer es compraros una casa. Es la inversión más segura, y seguro que va a subir 
de precio, y os haréis más ricos y saldréis ganando”. Entonces desde el Gobierno 
se impulsó a que las familias se endeudaran para acceder a la vivienda, y no se 
promovió ningún tipo de vivienda pública. Cuando finalmente estalló la burbuja 
inmobiliaria de repente miles, cientos de miles de familias en España, personas 
honradas trabajadoras, que lo único que querían era proporcionar una vivienda a 
su familia, pues cientos de miles de familias se encuentran con que no pueden 
pagar el crédito hipotecario, que su vivienda vale mucho menos de lo que el 
banco había dicho que valía. Y de repente descubren una cosa que no se les había 
explicado y que no estaba escrita en el contrato hipotecario: que en España hay 
una ley absurda que permite a los bancos quedarse las casas, desalojar a las 
familias si no pagan y, encima, seguir reclamando la deuda hipotecaria hasta la 
muerte, sin que prescriba.
En España se da una paradoja, que es que, mientras los políticos corruptos 
ven cómo prescriben sus delitos y se libran de ir a la cárcel, en cambio las 
familias que se han endeudado para algo tan básico como es acceder a una 
vivienda se quedan con la deuda para siempre: es imposible perdonar esa deuda. 
Entonces frente a esa barbaridad sucedió que cientos de miles de familias 
trabajadoras que lo único que habían querido era tener una vida normal, de 
repente pierden el trabajo, pierden la vivienda y descubren algo que nadie les 
había explicado, y es que se quedan con la deuda de por vida. Y quedarse con la 
deuda significa la muerte civil y económica. Eso ha llevado a suicidios, a 
enfermedades, a familias destrozadas. Y por eso se organizó, y la parte positiva 
es que se organizó un movimiento ciudadano ejemplar, que ha conseguido para 
desalojos, miles de desalojos, que ha forzado a los bancos a negociar. Y que ha 
demostrado, que si eso no se había resuelto desde las instituciones es porque 
nuestras instituciones eran cómplices de esa estafa.
AMY GOODMAN: Ada Colau usted ha sobrepasado muchas barreras, al 
convertirse en la primera mujer alcalde de Barcelona, junto a la primera mujer 
alcalde de Madrid. En su discurso de victoria usted habló de una revolución 
democrática en todo el sur de Europa, ¿a qué se refiere con eso?
ADA COLAU: Pues sí, lo que está pasando en España y en Barcelona no es 
un hecho aislado, sino que hay una crisis en la forma de hacer política; hay 
unas élites políticas que se han corrompido y que han acabado siendo cómplices 
de un poder financiero que sólo piensa en especular y en hacer dinero, aunque 
sea a costa de disparar la desigualdad y de empobrecer a la mayoría social. 
Frente a eso, afortunadamente, ha habido una reacción ciudadana, que la ha 
habido aquí, pero la ha habido en otros pueblos como por ejemplo en Grecia, y 
estamos haciendo frente a unas políticas neoliberales que no son sólo un 
problema en España, sino que es un problema en Europa y en el mundo. Entonces 
nosotros tenemos muy claro que los ayuntamientos son clave para hacer frente a 
esa forma de hacer política, es decir que en los ayuntamientos es donde se hace 
la política cotidiana y donde podemos demostrar que, efectivamente, se puede 
hacer política de otra manera. De manera mucho más participativa, contando con 
la ciudadanía más allá de votar cada cuatro años, y que se puede luchar contra 
la corrupción, que se pueden tener instituciones transparentes. Por eso creemos 
que los ayuntamientos son clave para la revolución democrática, para empezar a 
hacer política con la gente de otra manera; pero por otro lado también somos muy 
conscientes de que el cambio real debe ser global. Es decir, que una sola ciudad 
no puede resolver todos los problemas a los que nos enfrentamos, muchos de los 
cuales son globales, porque hoy la economía no tiene fronteras y los grandes 
capitales, los mercados, se mueven por todo el planeta a diferencia de las 
personas, con toda libertad. Entonces, frente a esa situación que sabemos que es 
global y que en Europa tiene un nombre que es la Troika, la Troika es 
responsable de muchas de las políticas económicas que están generando miseria y 
mucho sufrimiento, sabemos que efectivamente en Barcelona podemos hacer mucho: 
nos vamos a esforzar por ser una ciudad referente en el mundo de ciudad justa, 
sostenible, y que demuestre que se pueden recuperar las instituciones para la 
ciudadanía, y que se puede hacer mucho más de lo que nos habían dicho que se 
podía hacer. Pero más allá de hacer una ciudad referente que anime otros 
procesos, queremos también trabajar en red, trabajar con alianza con otras 
ciudades en España, pero también en el Mediterráneo, en todo el Sur de Europa, 
porque, insisto, tenemos muy claro que problema de falta de democracia es un 
problema global y que por lo tanto tienen que haber alianzas entre los pueblos 
para recuperar la soberanía.
AMY GOODMAN: Ada Colau, ¿En que consistiría un sistema bancario 
público?
ADA COLAU: Yo creo que en el mundo financiero es evidente que ha 
habido un problema de desgobierno absoluto. O sea, no se puede dejar algo tan 
esencial como es la política económica, el dinero que cumple una función social, 
no se puede dejar sólo en manos de la especulación y de intereses privados. 
Entonces aquí ha habido un déficit democrático, ha habido una falta de control 
global,colectivo, democrático sobre el control del dinero y de la economía en 
general. Entonces hay que recuperar ese control democrático, que no 
necesariamente quiere decir que toda la banca tenga que ser pública. Se puede 
materializar de diferentes maneras: lo primero que hace falta son leyes que 
obliguen a la banca privada a cumplir con la legalidad, porque ahora mismo en 
España tenemos un sistema bancario que incumple sistemáticamente las leyes y no 
pasa nada. A los ciudadanos no se nos perdona nada: se nos obliga a pagar todas 
nuestras deudas, se nos obliga a pagar los impuestos, se nos obliga a pagar 
cualquier pequeña multa de tráfico, no se nos perdona nada. En cambio a los 
bancos, que han mentido, que han estafado, que han desalojado a miles de 
familias, se les perdona por ejemplo que estén incumpliendo la normativa 
europea, en materia del “derecho al consumidor”. Entonces, eso es inaceptable. 
Lo primero que hace falta son gobiernos que efectivamente estén al servicio de 
los ciudadanos y no de intereses privados y que hagan cumplir la ley. O sea 
estamos hablando de algo tan mínimo como hacer cumplir la legalidad vigente. Por 
lo tanto lo primero que hace falta es que se obligue al poder financiero a 
cumplir con las leyes y a obedecer a los poderes democráticos, cosa que ahora 
mismo no está sucediendo. Luego, también es verdad que, seguramente esté bien 
que se complemente ese poder financiero privado con alguna forma de banca 
pública que de alguna manera compense y garantice que haya financiación para 
aquello que sea de interés público. Porque, si no, resulta que es la banca 
privada la que decide qué es lo que se financia y qué es lo que no se financia. 
Y por lo tanto si queremos ser la ciudadanía quienes decidamos qué políticas hay 
que financiar, necesitamos que haya un control público y democrático de las 
finanzas.
Pero luego también hay una tercera cuestión, o sea, hay que hacer un control, 
una reglas, que hagan cumplir a la banca privada, tiene que haber 
complementariamente alguna forma de banca pública, y luego además está, 
afortunadamente, la economía social, que está creciendo muchísimo, y la “banca 
ética” que efectivamente cada vez más está siendo una alternativa a esa banca 
privada que, claramente, no ha servido para ampliar y generalizar el estado del 
bienestar y para garantizar derechos.
AMY GOODMAN: Ada Colau, usted es ahora la alcaldesa electa de Barcelona. Y 
sé que tiene poco tiempo, pero tenemos mucho de lo que hablar. Quiero 
preguntarle acerca de una de las fotos más tuiteadas recientemente en España. La 
foto muestra a un policía antidisturbios arrastrandola. La imagen es de julio de 
2013, cuando usted estaba tratando de ocupar un banco en Barcelona. Háblenos de 
ese momento.
ADA COLAU: Buenos, ha habido muchos momentos parecidos en los últimos 
años, porque cuando tenemos leyes injustas, como las tenemos ahora en España, 
pues ha habido que desobedecer masivamente esas leyes injustas, para defender 
los derechos humanos. Aquí se ha estado vulnerando el derecho a la vivienda, y 
por eso miles de ciudadanos, de forma pacífica, hemos tenido que practicar la 
desobediencia civil para defender los derechos humanos. En ese sentido esa 
acción fue una de las muchísimas que se han hecho en este país y que nos las he 
hecho yo sino que las ha hecho muchísima gente que ha estado defendiendo los 
derechos humanos unos de nosotros. A lo largo de la historia de la humanidad 
siempre ha funcionado así. Para defender derechos y para conquistar derechos, 
muchas veces ha habido que desobedecer leyes injustas. Desde luego yo ahora, 
como futura alcaldesa de Barcelona, aspiro a que la policía esté al servicio de 
los derechos humanos y no de los bancos.
AMY GOODMAN: Puede hablar de los movimientos que la han inspirado y en los 
que ha participado. En Estados Unidos tenemos Occupy, usted fue parte de los 
Indignados, ¿puede hablar de los diferentes movimientos que la han influenciado, 
desde el movimiento contra la guerra, hasta el movimiento contra la 
globalización?
ADA COLAU: Bueno, yo diría que en realidad ha habido una continuidad 
en los últimos 15 años, como mínimo, a principios de los 2000, finales de los 
90’s, cuando empezaron movimientos antiglobalización, Seattle, allí comenzó una 
ciclo de protestas, amplio, que llega hasta el día de hoy. Y por el medio ha 
habido el movimiento antiglobalización, el movimiento contra la guerra 
internacional, ha habido los indignados, ha habido muchas luchas por el derecho 
a la vivienda, por la paz... y todas esas movilizaciones al menos aquí, pero 
creo que también a nivel global, han tenido algunas cosas en común: primero la 
dimensión global, la conciencia de que hay problemáticas del sistema político y 
económico que son de dimensión global. Que Hay que trabajar en red, porque hay 
una única realidad económica y política globalizada, y es esencial trabajar en 
alianza.
Luego, la necesidad de una democracia real, que nuestras instituciones fueran 
realmente democráticas. Esa conciencia de que aunque tenemos instituciones 
formalmente democráticas, luego tenemos la sensación de que las decisiones no se 
toman en los parlamentos sino en consejos de administración o en instituciones 
internacionales como el FMI y el Banco Mundial, que son profundamente 
antidemocráticas y que la ciudadanía no controla, y que además toman decisiones 
contra la propia ciudadanía generando miseria en todo el Planeta. Esa 
consciencia de democracia secuestrada ha llevado a que hayan surgido muchas 
movilizaciones impulsadas desde abajo, desde la ciudadanía, que además han 
buscado una forma de representación directa. Que han visto que la democracia 
formal no es suficiente y que hace falta buscar formas de participación 
políticas donde todo el mundo pueda ser protagonista y que pueda aportar 
directamente lo mucho que tiene que aportar cada persona. Entonces, creo que 
todas esas movilizaciones que se han producido en los últimos 15 años, que 
además han utilizado cada vez más las nuevas tecnologías, internet, las redes 
sociales, que han buscado formas de comunicación directas e innovadoras... de 
alguna forma creo que estamos asistiendo a una actualización de la democracia, 
una actualización de la formas de participación política, que han tenido muchas 
expresiones distintas en diferentes movilizaciones globales, pero que claramente 
hay un nexo que la une a todas ellas.
AMY GOODMAN: Ada Colau, usted es la primera mujer alcalde de Barcelona, 
una mujer también ha sido escogida como alcalde de Madrid, algo que no tiene 
precedentes. ¿Puede hablar de la importancia de esto?
ADA COLAU: Pues sin duda es importante, porque siendo las mujeres la 
mitad de la población es absolutamente inexplicable que en 40 años de democracia 
formal yo sea la primera mujer alcalde de esta ciudad. Desde luego no es normal 
porque las mujeres hemos construido esta ciudad y somos protagonistas de esta 
ciudad. Lo que pasa es q eso no se ha trasladado a una representación política 
en lugares de decisión política. Evidentemente vivimos en una sociedad machista, 
esto no es un problema exclusivo de Barcelona ni de España, desgraciadamente es 
un problema global. Pero también creo que lo que está ocurriendo ahora son 
indicios de cambio, de conquista de derechos, de muchas mujeres y hombres que 
nos han precedido, y que nosotras cogemos ese testimonio y seguimos avanzando. 
Esta claro que las mujeres estamos sobrerrepresentadas en los ámbitos de los 
cuidados y en los ámbitos domésticos y llega el momento de que tengamos más 
representación en los lugares de decisión, de poder económico y de poder 
político. Pero además de eso creo que también tenemos algo más que aportar. Y 
que de las luchas feministas podemos aprender, y en este momento de cambio en el 
que estamos podemos aportar “feminizando” la política. Eso no pasa sólo por 
poner más mujeres en los lugares de decisión sino que también pasa por cambiar 
los valores, sobre todo por cambiar los valores, y por, en este momento de 
cambio, de actualizar las formas de participación política: demostrar que la 
cooperación es más eficaz y más satisfactoria que la competitividad, y que la 
política, si se hace de forma colectiva es mejor que si hace de forma 
individualista. Entonces creo que esos valores colectivos de cooperación y 
solidaridad son valores que podemos aportar para feminizar la política, y con 
ello no sólo ganarán las mujeres: ganaremos las mujeres y los hombres.
AMY GOODMAN: Ada Colau, ¿Qué efecto tiene su victoria para la posible 
victoria de Podemos a nivel nacional a final de año?
ADA COLAU: Yo creo que se está produciendo un cambio político, un 
cambio en las formas de hacer política en España, pero también, insisto, más 
allá de España, en el Sur de Europa y esperemos que en toda Europa. Y en España 
yo creo que lo que ha habido es una revolución democrática: la ciudadanía se ha 
empoderado y ha tomado la palabra. Entonces yo creo que el protagonista aquí no 
es ninguna sigla. No es “Barcelona en Común”, no es “Podemos”, no es “Ada Colau” 
no es Pablo Iglesias. Aquí los protagonistas son la ciudadanía, la gente. 
Entonces la gente ha decidido, reapropiarse, recuperar las instituciones para 
democratizarlas; recuperar la política para que la gente sea realmente la 
protagonista y la que tome las decisiones. En ese movimiento de revolución 
democrática “desde abajo”, hay diferentes partidos, hay diferentes siglas, que 
deben ser una herramienta de ese proceso de empoderamiento y de revolución 
democrática. Creo que “Podemos”, “Pablo Iglesias”, “Ada Colau” y otros partidos 
que estén surgiendo ahora mismo, son instrumentos al servicio de un proceso 
amplio, ciudadano, que ha decidido recuperar las instituciones para la 
gente.
AMY GOODMAN: Ada Colau, finalmente, ¿cuál será su primera acción 
como alcaldesa de Barcelona?
ADA COLAU: Nosotros elaboramos un plan de choque, que son 30 medidas 
perfectamente viables, ambiciosas pero que son perfectamente viables, para los 
primeros meses de mandato. Ese plan de choque tiene medidas básicamente en tres 
ámbitos: uno es generar trabajo y luchar contra la precariedad, otro eje es 
garantizar derechos básicos y otro eje es luchar activamente contra la 
corrupción: hacer un ayuntamiento transparente y acabar con privilegios. Por 
ejemplo bajar los sueldos de los cargos públicos, de los cargos electos, y 
eliminar privilegios como las dietas o los coches oficiales... Cosas que pueden 
parecer sencillas pero que simbólicamente son importantes porque son un mensaje 
de que se ha acabado la impunidad, que se ha acabado una clase política alejada 
de la realidad de la ciudadanía. Por lo tanto, acabar con esos privilegios es 
algo que se puede hacer inmediatamente, nada más llegar a la institución y que 
depende sólo de voluntad política. Sin duda entre todas esas medidas, una de las 
primeras, será, como alcaldesa, convocar públicamente a todos los bancos que 
trabajan en la ciudad para sentarnos en una mesa de negociación y así poder 
parar los desalojos; y para reclamarles que las viviendas que tengan vacías en 
la ciudad, las necesitamos para ponerlas en alquiler social para las familias 
que lo necesitan.
AMY GOODMAN: Ada Calu, muchas gracias por haber estado con nosotros y 
felicitaciones por ser la primera mujer alcalde de Barcelona. Gracias.
Producido por Clara Ibarra, Linda Artola, Igor Moreno, Sebastian Arenas, Fran 
Dos Cuatro, Democracy Now! y Democracy Now! en Español.
 
 
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