[#NOTA_DE_PRENSA]
Asistimos a la primera tragedia de 2019: naufraga una patera con 54 personas.
El único superviviente relata lo ocurrido.
En los seis días posteriores la búsqueda
de esta patera por parte de los servicios de rescate no dio resultado. La
patera no ha sido localizada, pero el día 17 Caminando Fronteras localizó al
único superviviente de la embarcación que se encontraba hospitalizado en
Marruecos.
El superviviente explicó que “hubo un
accidente, algo nos arrolló y acabó haciendo que todos se ahogasen”, y detalló
como quedó solo en el agua flotando durante al menos un día hasta ser rescatado
por un barco de pescadores.
El Mediterráneo continúa siendo un
cementerio a cielo abierto. El año pasado solo en el estrecho se contabilizaron
769 muertes, según datos de la Organización Internacional para las Migraciones
(OIM). Una cifra tres veces superior a la registrada en 2017, año en que se
registraron 223 personas fallecidas en el estrecho. Si nos acercamos a las
cifras de todo el Mediterráneo en octubre de 2018 ya habían perdido la vida
casi 2000 personas. Y la mayoría de ONG advierten que cruzar el Mediterráneo es
hoy más peligroso que nunca, siendo la ruta del Mediterráneo Central, la que
llega hasta Italia, la más preocupante. Algo que en gran medida puede
atribuirse a la reducción de la capacidad de búsqueda y rescate.
La crisis migratoria abierta en el verano
de 2018 a raíz de la decisión del gobierno xenófobo de Salvini de cerrar los
puertos italianos para el Aquarius, con más de 600 inmigrantes a bordo,
puso sobre la mesa la actitud de los estados europeos ante la situación en el
Mediterráneo.
Tras el escándalo de la posición
obiertamente xenófoba del gobierno Italiano, otros gobiernos vieron la
oportunidad de dar una imagen de "acogida". Sin embargo no podemos
olvidar que las políticas de racismo institucional han sido promovidas todos
estos años por el conjunto de la UE. Mientras con una mano da acogida a miles
de refugiados, con la otra acelera los mecanismos para expulsar a decenas de
miles de inmigrantes sin papeles o encarcelarlos en los CIEs.
En el Estado español, la decisión de Pedro
Sánchez −quien estrenaba su gobierno con una gran política de gestos− de
recibir a los refugiados fue rápidamente celebrada como un gesto que lo
diferencia de las posiciones sostenidas por la derecha. Aún así, la propuesta
de Sánchez no cambiaba el hecho de que los gobiernos del PSOE han implementado
gran parte de las medidas xenófobas del Estado español contra los inmigrantes,
empezando por la creación de los CIEs, la utilización de concertinas en las
vallas y las restrictivas leyes de extranjería, políticas que Pedro Sánchez no
estába dispuesto a cambiar.
La crisis migratoria continúa agravándose
año a año con nuevos y brutales crimenes sociales como el del Mar de Alborán.
Ante esto, la UE sólo toma medidas expulsivas y cada vez más restrictivas
contra la inmigración, a la que se ven obligadas miles de personas que escapan
de la miseria y la guerra en sus países de origen. El fortalecimiento de los
discursos (y prácticas) racistas y xenófobas, a la orden del día.
No hay comentarios:
Publicar un comentario