Para desdicha de sus perturbados detractores, el líder histórico de la Revolución cubana, Fidel Castro, sigue haciendo historia, presente y futuro, en defensa y beneficio de la mayor de las Antillas, a la que con su incansable lucha, junto a la del presidente Raúl Castro y la de su pueblo, convirtió en ejemplo de dignidad para el mundo.
En los últimos días el Comandante en Jefe, como lo siguen llamando sus compatriotas, recibió al primer presidente francés, François Hollande, que visitó la nación caribeña, un encuentro calificado por el propio mandatario galo de histórico.
Horas antes, Fidel es Fidel escribió otro de sus siempre impactantes artículos titulado “Nuestro derecho a ser Marxistas-Leninistas”, en ocasión del 70 aniversario de la Victoria soviética de la Gran Guerra Patria sobre el fascismo, escasos días después de dialogar también en su residencia con el Canciller japonés.
Como es costumbre, en su más reciente artículo periodístico el expresidente cubano brindó, en poco más de una cuartilla, una magistral clase de historia, y auguró el futuro, al subrayar que hoy es posible una sólida alianza entre los pueblos de Rusia y China, llamados a convertirse en “un escudo poderoso de la paz y la seguridad mundial, a fin de que la vida de nuestra especie pueda preservarse”.
La activa presencia de Fidel evidencia su buen estado de salud, y su bien conocida clarividencia acerca de los acontecimientos internacionales y en su país, convertido actualmente en un destino obligado para dignatarios, grandes empresarios y políticos de todos los rincones del planeta tierra.
La avalancha de visitantes a La Habana, luego que la actual administración norteamericana del mandatario Barack Obama reconoció el fracaso de su política hostil hacia Cuba y abrió una nueva etapa de sus vínculos con la vecina Isla, mantiene al presidente Raúl Castro con una apretada agenda de trabajo, que incluyó asimismo sus recientes viajes a Argelia, Rusia y el Vaticano, Estados en los cuales se reunió con sus máximos dirigentes Abdelaziz Buteflika, Vladímir Putin y el Papa Francisco, respectivamente, además de su participación en las actividades en Moscú por el triunfo de la Gran Guerra Patria.
Precisamente, el Sumo Pontífice latinoamericano será otro de los huéspedes ilustres de la mayor de las Antillas en septiembre venidero, previo a su antes programado viaje a Estados Unidos.
Los frustrados y añejados adversarios de Fidel y de Raúl sangran por la herida porque perennemente intentaron impedir que los sucesivos inquilinos de la Casa Blanca dialogaran con “los Castro”, y que la Revolución cubana no fuera reconocida, como hoy lo es por el mundo entero, incluido Washington.
La derrota de la mafia terrorista de Miami es un hecho consumado, y el ocaso político de sus histriones una realidad.
Horas antes, Fidel es Fidel escribió otro de sus siempre impactantes artículos titulado “Nuestro derecho a ser Marxistas-Leninistas”, en ocasión del 70 aniversario de la Victoria soviética de la Gran Guerra Patria sobre el fascismo, escasos días después de dialogar también en su residencia con el Canciller japonés.
Como es costumbre, en su más reciente artículo periodístico el expresidente cubano brindó, en poco más de una cuartilla, una magistral clase de historia, y auguró el futuro, al subrayar que hoy es posible una sólida alianza entre los pueblos de Rusia y China, llamados a convertirse en “un escudo poderoso de la paz y la seguridad mundial, a fin de que la vida de nuestra especie pueda preservarse”.
La activa presencia de Fidel evidencia su buen estado de salud, y su bien conocida clarividencia acerca de los acontecimientos internacionales y en su país, convertido actualmente en un destino obligado para dignatarios, grandes empresarios y políticos de todos los rincones del planeta tierra.
La avalancha de visitantes a La Habana, luego que la actual administración norteamericana del mandatario Barack Obama reconoció el fracaso de su política hostil hacia Cuba y abrió una nueva etapa de sus vínculos con la vecina Isla, mantiene al presidente Raúl Castro con una apretada agenda de trabajo, que incluyó asimismo sus recientes viajes a Argelia, Rusia y el Vaticano, Estados en los cuales se reunió con sus máximos dirigentes Abdelaziz Buteflika, Vladímir Putin y el Papa Francisco, respectivamente, además de su participación en las actividades en Moscú por el triunfo de la Gran Guerra Patria.
Precisamente, el Sumo Pontífice latinoamericano será otro de los huéspedes ilustres de la mayor de las Antillas en septiembre venidero, previo a su antes programado viaje a Estados Unidos.
Los frustrados y añejados adversarios de Fidel y de Raúl sangran por la herida porque perennemente intentaron impedir que los sucesivos inquilinos de la Casa Blanca dialogaran con “los Castro”, y que la Revolución cubana no fuera reconocida, como hoy lo es por el mundo entero, incluido Washington.
La derrota de la mafia terrorista de Miami es un hecho consumado, y el ocaso político de sus histriones una realidad.
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